29/06/2017
Pablo
concluye este capítulo con una declaración acerca de la diversidad
y la prioridad. 1
Corintios 12:28
dice,
28
Y puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas,
lo tercero maestros, luego los milagros, después dones de sanidades,
ayudas, administraciones (dotes
de gobierno o dirección),
diversos géneros de lenguas.
Haciendo
una lista de éstos como primero, segundo, y tercero, al final Pablo
deja claro que hay
muchos llamados y dones, pero algunos son más grandes que otros,
aunque todos son importantes para el bienestar de la Iglesia.
Esta no es una lista completa, por supuesto, porque Pablo nos dice en
Efesios
4:11,
11
Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas, a otros
evangelistas, a otros pastores y maestros.
Este
“ministerio quíntuple” es la lista más completa que Pablo
expone, pero en 1
Corintios 12:28,
enumera sólo tres. El orden es el mismo, pero en Corintios
evangelistas y pastores se quedan fuera de la lista. Como maestro, yo
podría estar tentado a insistir en que el ministerio de enseñanza
es el tercer llamado más importante, ya que Pablo dice que es
“tercero”. Sin embargo, no creo que esto sea lo que Pablo quería
decir. No era más que el tercero en su lista reducida, subordinado a
los apóstoles y profetas.
Sin
embargo, un amigo profeta señaló hace años que el dedo meñique
del ministerio quíntuple, el maestro, es el que ancla al apóstol
(pulgar), el que confirma el llamado apostólico, por lo que
es realmente eficaz. Un pulgar sin un dedo meñique se debilita. El
apóstol depende del dedo meñique más que cualquier otro, excepto
del llamado profético, que es el segundo dedo. En todo caso, si
alguien está interesado, soy un dedo meñique de la mano del cuerpo
de Cristo.
Milagros
y sanación
Pablo
parece integrar los llamados con los dones en este versículo, porque
el cuarto en la lista es “poderes
milagrosos”,
y el quinto es “dones
de sanidades”.
Pero Pablo estaba hablando realmente de los que estaban dotados con
esos dones, no de los dones en sí. La palabra traducida como
“milagros” es dunamis,
“poderes”, que habla de diversas manifestaciones de poder
sobrenatural. Podríamos
parafrasear la lista de Pablo en el sentido de “cuarto,
taumaturgos, luego sanadores”, etc.
Lo que tal vez es lo más importante es que éstos
están más abajo en la lista, incluso por debajo de los humildes
“maestros”. Sin embargo, hoy, en la mente de la mayoría de las
personas, los taumaturgos y sanadores están mucho más altos en la
lista.
Tal
vez esto se deba a que hoy en día, debido a la abundancia de
productos químicos nocivos y la comida que es baja en el valor
nutricional, la enfermedad se ha convertido en una condición normal.
Las drogas artificiales se utilizan para tratar los síntomas, como
todos los anuncios nos dicen, y es ilegal curar a nadie. La gestión
de la enfermedad siempre es ahora una forma aceptada de vida. Las
personas necesitan curación más que nunca en tales condiciones.
Las
prioridades se establecen de acuerdo con la necesidad más urgente.
Mientras que la Iglesia en su conjunto necesita apóstoles, profetas
y maestros antes que taumaturgos y sanadores, la
necesidad de cada individuo puede
variar de acuerdo a su situación.
Un hombre que se está muriendo de sed, por ejemplo, se le debe dar
agua antes de enseñarle el evangelio de Mateo. Milagros, tales como
caminar sobre el agua son siempre impresionantes y atractivos, y
pueden ser urgentes para las personas en peligro en un lago
tormentoso, pero en
el cuadro grande, la Iglesia tiene una mayor necesidad de la
revelación
de un profeta y de la verdad
de un maestro.
Ayudantes
o asistentes
Otro
don es menos atractivo “ayudas”
(NASB) o “ayudantes”
(The Emphatic Diaglott). Hay relativamente pocos que dicen tener el
llamado de asistente, pero los que tienen este llamado son
indispensables para las personas a las que asisten. De hecho, el
don de la “ayuda” es quizás el más común de los dones.
Muchos creyentes, que piensan que no tienen ningún don en absoluto,
en realidad tienen el don de “ayuda”,
porque ellos están llamados a ayudar a otros con sus dones. Al hacer
esto, ellos reciben
la misma recompensa (de Dios) como aquel al que asisten,
a pesar de que rara vez reciben el reconocimiento de los hombres en
la Tierra. Son el principio del vaso agua fría que Jesús menciona
en Mateo
10:40-42,
40
El que a vosotros recibe a mí me recibe; y el que me recibe a mí,
recibe al que me envió. 41 El que recibe profeta por cuanto es
profeta, recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo
por cuanto es justo, recibirá recompensa de justo. 42 Y el que por
cuanto es discípulo da a uno de estos pequeñitos un vaso de agua
fría para beber, en verdad os digo que no perderá su recompensa.
Cualquier
persona, entonces, puede recibir la recompensa de un profeta, de un
hombre justo, o de un discípulo. Esto se basa en el principio
de la unidad, y en tales casos, la asistencia es evidencia de
unidad.
Cuando
Jacob distribuye los varios llamamientos a sus hijos, no quiere decir
que esos hijos eran los únicos para ser bendecidos por esos
llamados. Todos los que estaban en unidad con Judá fueron
bendecidos por el Mandato de Dominio cuando David se convirtió en
rey. Todos los que estaban en la unidad con Leví fueron
bendecidos por su sacerdocio. Todos los que estaban en unidad con
Efraín participaron en las bendiciones de la Primogenitura. Sólo
cuando el reino fue dividido, o cuando cayeron en el pecado y la
rebelión, la gente comenzó a verse separada de las bendiciones
dadas a otros.
Por
lo que el Don
de “Ayuda”
es un buen don que deriva las bendiciones del que es ayudado. Un
asistente o ayudante recibe la misma recompensa que el asistido,
si la ayuda se ofrece en el espíritu de unidad.
Se ha dicho que Dios debe amar a los pobres, porque creó muchos de
ellos. Es quizás más preciso tener en cuenta que Dios considera a
los ayudantes ser extremadamente importantes, porque hizo muchos de
ellos. Por desgracia, la carnalidad de los hombres almáticos tiende
a rebajar la importancia de este llamado, sobre todo porque los
hombres tienden a pensar más alto de sí mismos de lo que deberían
pensar (Romanos
12:3).
Administraciones
(dotes de gobierno o dirección)
Esto
viene de una palabra latina que fue adoptada en la lengua griega. Es
kybernesis,
“dirigir”,
y aparece sólo una vez en el Nuevo Testamento. La Emphatic Diaglot
traduce “directores”.
Uno podría pensar que se trata de una función apostólica, pero
Pablo
distingue a estos “directores” de los apóstoles.
Uno podría ver un apóstol como el capitán de un barco que decide
dónde ir, mientras que el que realmente dirige la nave es el
director o administrador.
No es
frecuente pensar en que los administradores tienen un don espiritual.
Por lo general pensamos de estas personas en términos de sus
capacidades naturales o talentos para su administración. Sin
duda, hay muchos con el talento natural o anímico de dirección; sin
embargo, Pablo estaba hablando de un llamado divino habilitado por un
espiritual Don de la
Administración. En
otras palabras, estos administradores escuchan la voz de Dios y son
guiados por el Espíritu, tanto como cualquier apóstol o profeta. La
diferencia principal es que Dios les conduce en formas que son
específicas a su llamado.
Diversos
Géneros de Lenguas
Es
evidente que hay muchos idiomas humanos en la Tierra hoy. Éstos
están incluidos en la lista de Pablo de “Diversos
Géneros de Lenguas”,
pero unos pocos versículos más adelante también menciona otra
clase de lengua.
1
Corintios 13:1
dice: “Si
yo hablase lenguas humanas y angélicas
...”
Las lenguas de los hombres son los miles de idiomas que se utilizan
en las naciones de los hombres. Pero ¿qué pasa con lenguas de los
ángeles?
Siempre
que los ángeles se aparecieron a hombres y mujeres en las
Escrituras, hablaron en las lenguas de los hombres con el fin de ser
entendidos. No existen claros ejemplos de lenguas de los ángeles en
el Antiguo Testamento. Incluso el primer ejemplo de “lenguas”
muestra al burro de Balaam hablando a Balaam, no en lengua de burros,
sino en el idioma que Balaam entendía (Números
22:28-30).
No se nos dice si el ángel habló con el burro o no. Si es así, no
sabemos su lenguaje.
Sin
embargo, en 1 Corintios 14 Pablo
parece identificar las lenguas “desconocidas (extrañas)”
o ininteligibles como las de los ángeles.
1
Corintios 14:13,14
dice,
13
Así que, el que habla en lengua extraña, pida que la interprete. 14
Porque si yo oro en lengua desconocida, mi espíritu ora, pero mi
entendimiento queda sin fruto.
Debido
a que Pablo vio la necesidad de orar con el fin de ser capaces de
interpretar, es evidente que la interpretación no era algo para ser
estudiado en la escuela (como traductor), sino un sobrenatural Don
de Interpretación.
En segundo lugar, cuando Pablo oró “en
una lengua desconocida”
su
mente del alma no la entendía.
Esto es lo que quiere decir con “mi
entendimiento queda sin fruto”.
¿De qué tipo de lenguaje hizo uso el espíritu de Pablo cuando
oraba? Es posible que haya orado en un lenguaje de los hombres, que,
en teoría, podría ser entendido por otro; sin embargo, en
circunstancias “normales”, esa lengua desconocida, incluso para
el mismo Pablo cuando su espíritu oró, era una lengua
angelical.
¿Tienen
todos el mismo llamado o don?
29
Todos no son apóstoles, ¿verdad? No todos son profetas, ¿verdad?
¿No todos son maestros? No todos son los que hacen milagros,
¿verdad? 30 No todos tienen dones que sanan, ¿verdad? No todos
hablan en lenguas, ¿verdad? Todos no interpretan, ¿verdad?
Esto
restablece el punto que Pablo ha estado haciendo desde el principio.
Hay diversos dones y llamados, y Dios nos ha hecho a todos
codependientes. Por el principio de unidad, hemos de compartir los
dones y el llamamiento de los demás. Esto refuerza la solución a la
controversia anterior que Pablo suscitó en lo que respecta a nuestra
unidad en Cristo.
Pocos hoy
en día dirían que todos deben ser apóstoles o profetas o incluso
sanadores. Sin duda, algunos dones son más fáciles de obtener que
los demás, y con frecuencia los dones de sanar son evidentes incluso
en uno que no tiene ese llamado particular; Dios considera la
necesidad en este momento. No tengo el don de sanar, pero sin embargo
a lo largo de los años he visto a unos cuantos sanados tras orar por
ellos.
Algunos
también insisten en que el Don de Lenguas es para todo el mundo. Tal
pregunta es teórica, por supuesto, porque el
hecho es que no
todos hablan en lenguas,
ya que incluso el apóstol nos lo dice. Estoy más interesado en la realidad práctica que en el debate
teórico.
31
Procurad, pues, los dones
mayores
[o
“mejores”].
Y yo os muestro un camino aun más excelente.
Por
lo tanto, algunos dones son mayores o mejores que otros. Pablo
explica esto más adelante en el capítulo 14 después que nos
muestra el “camino
más excelente”.
Como veremos, la profecía es mejor que las lenguas, porque Pablo
dice en 1
Corintios 14:5,
“mayor
es el que profetiza que el que habla en lenguas”.
La razón de esto será más evidente cuando estudiemos esos
versículos y seamos capaces de buscar las referencias del Antiguo
Testamento que Pablo cita para demostrar sus afirmaciones.
Etiquetas: Serie Enseñanza
Categoría: Enseñanzas
Dr. Stephen Jones
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