No muchos días atrás le
comentaba a Patricia que el cristianismo no consiste en el lirio ni
en los espinos, sino que se trata del lirio entre los espinos …
Ella me dijo algo así: “¡Qué casualidad, ese es el título del
libro que estoy preparando”. ¡Pues aquí lo tenemos! …
Patricia ahora
transciende o sublima las tinieblas del luto, el aroma de la mirra en
Getsemaní, las muchas sombras que la Cruz proyectaba en su primer
libro y nos adentra un poco más en la luz de la resurrección. El
dolor y el sufrimiento ya han sido sublimados en el altar y subido
como olor grato al Padre, que ha respondido con fuego de aprobación
a su holocausto personal. Los claroscuros de la alborada comienzan a
dar paso a los claros de la mañana, que aún habrán de crecer hasta
la perfecta luz del mediodía; y, aunque el sabor agridulce de la
Cruz no se pierde nunca de vista, se transciende con mayor pujanza
mediante el gozo de la resurrección y la gloria de la victoria.
Al pedirme que le
escribiera una reseña de presentación me obligó a leer por tercera
vez el libro y mientras lo hacía entresaqué unos cuantos párrafos
favoritos; sin embargo les voy a dejar solamente con el regusto de
sus líneas finales y del poema personal autógrafo con el que
Patricia echa el cierre. Sin duda será de mucha bendición y
animará a muchos a tomar esta senda, la única que merece la pena
ser recorrida: renunciar a todo y a todos para ganar el tesoro más
precioso, que es ¡Cristo en nosotros, la esperanza de gloria!
¡Que lo disfruten!
“Así
que mi hermano y hermana en Cristo,
deja que mi Dios y tu Dios
te
lleve a los lugares más bajos,
a la muerte de tu propia vida,
para
luego llevarte a los Lugares Altos,
donde
está Su misma presencia, a una vida de Resurrección.
Él
es un experto en todo lo que hace, nada le queda grande.
Deja
que Él te haga un Lirio en medio de las espinas.
Déjate
sembrar y deshojar completamente,
hasta
que Él te lleve a la eterna Plenitud de Su Hijo”.
Te anhelo, te busco y te encuentro
Te tengo a ti, ¿Qué más quiero?
Te tengo a ti, ¿Qué más deseo?
Te necesito, te pertenezco.
Al verte todo se desvanece a mi alrededor,
Al olerte puedo saber que tu olor
Es más exquisito que todas las flores del jardín,
Eres mejor que todos los amores que puedan existir.
Tus palabras son como la miel, yo quiero comerlas,
Que pueda colmarme de ti, solo tú me completas,
Hazme beber de ti, del agua que llena.
Cáusame la herida que será sanada por tu amor,
Resucítame con las marcas de la muerte
Producida por ti Señor
Que tú seas todo para mí,
Te anhelo, te busco y te encuentro
Te tengo a ti, ¿Qué más quiero?
Te tengo a ti, ¿Qué más deseo?
Te necesito, te pertenezco.
Al verte todo se desvanece a mi alrededor,
Al olerte puedo saber que tu olor
Es más exquisito que todas las flores del jardín,
Eres mejor que todos los amores que puedan existir.
Tus palabras son como la miel, yo quiero comerlas,
Que pueda colmarme de ti, solo tú me completas,
Hazme beber de ti, del agua que llena.
Cáusame la herida que será sanada por tu amor,
Resucítame con las marcas de la muerte
Producida por ti Señor
Que tú seas todo para mí,
Adriana
Patricia Lelìon Lozano
Enlace para descarga o lectura:
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.