No poseer a nuestros propios hijos
41
Engendrarás
hijos e hijas, pero no serán para ti,
porque irán en cautiverio.
Este
versículo parece estar fuera de lugar, pero cuando entendemos que
las langostas se envían como ejércitos extranjeros de Dios para
vencer a las personas y ponerlas en esclavitud, entonces el
versículo 41 tiene mucho sentido. Estos ejércitos esclavizan a
nuestros hijos e hijas, también. Les esclavizan como parte de la
fuerza de trabajo, pero también en su educación en los caminos de
Babilonia.
Del
mismo modo, cabe señalar que el gobierno creó Licencias de
Matrimonio, no tanto para regular el matrimonio en sí, sino más
bien para convertirse en un tercer padre en el matrimonio. Así
es como los “Servicios Sociales” del gobierno son capaces
de quitar los hijos a sus padres, de acuerdo con su definición de
“abuso infantil”. Si bien es cierto que muchos niños son
abusados, también hay muchos ejemplos de los abusos del gobierno.
Poco a poco, se están moviendo hacia un tiempo en el que puedan
reclamar por completo a todos los niños y declarar que la enseñanza
cristiana es “abuso infantil”.
El
gobierno de Babilonia también ha creado los Certificados
de Nacimiento,
que son papeles
comerciales
enviados al Departamento de Comercio para
registrar esclavos.
La huella del bebé, como una huella digital, sirve como su firma, y
al niño se le da un número de esclavo. Estos documentos se negocian
luego entre los súper ricos y la “élite” de Babilonia, porque
cada bebé tiene un valor comercial, en base a su futuro trabajo y
producción. De esta manera, compran y venden los “cuerpos
y las vidas (almas)
de los hombres”
(Rev.
18:13,
The
Emphatic Diaglot).
Los
babilonios han refinado su sistema de esclavitud hasta el punto que
los padres ya no son dueños de sus propios hijos, porque
ellos son llevados al cautiverio casi tan pronto como nacen. La
primacía de la unidad familiar tan valorada en virtud de la ley
bíblica, junto con la Ley divina, se han desechado y los niños
ahora son propiedad de los amos babilónicos.
42
La
langosta [tselatsel,
“murmullo, zumbido; sonido repetitivo”]
consumirá
todos tus árboles y el fruto de tu tierra.
Hay
varias palabras traducidas como “langosta” en la Escritura. En
Deut.
28:38
la palabra usada es arbeh,
“enjambre de langostas”. El foco está puesto sobre el
gran número.
En el versículo 42 la palabra es tselatsel,
que es una palabra que se centra en el
sonido repetitivo que hacen.
Y
así, mientras Moisés utiliza una palabra diferente para describir
las
langostas de Babilonia, él está empleando de nuevo el lenguaje
metafórico de la profecía para describir cómo los opresores vienen
a “poseer
todos tus árboles y el fruto de tu tierra”.
Los
árboles son hombres
(Deut.
20:19),
y
los hombres están hechos del polvo de la Tierra
(Gen.
2: 7).
Las palabras de Moisés, entonces, abarcan más que simples árboles
y frutos literales; e incluyen a todas las personas y su trabajo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.