TRADUCTOR-TRANSLATE

ISAÍAS, Profeta de la Salvación-LIBRO 2-Parte 21: LOS SIETE ESPÍRITUS DE DIOS, Dr. Stephen Jones


7 ESPIRITUS ~ 7 ESPIRITUS DE DIOS


25-04-2020


Isaías 11 nos da una idea del futuro cuando el Mesías iba a pasar por la línea de David. Isaías 11: 1 dice:

1 Entonces brotará un retoño del tronco de Jesé (Isaí), y una rama de sus raíces dará fruto.

La metáfora de Isaías era la de un brote verde (choter, "vara, ramita, rama") que crecía del tronco (geza) de un árbol. El árbol en este caso era Jesé, el padre de David. David fue la rama original que salió de Jesé, pero Isaías habló de esto como un evento futuro, la venida del Mesías.

Isaías entendió la promesa de Dios de que los descendientes de David gobernarían para siempre. Sin embargo, la amenaza asiria en ese momento había enfrentado a los hombres con la opción de creer la promesa de Dios o creer la terrible "realidad" política. Tales situaciones ponen a prueba la fe de los hombres en la Palabra de Dios en todas las épocas, y no estamos exentos de tales pruebas de fe incluso hoy.

Esta rama profetizada (netser) "dará fruto". El profeta ya nos presentó esta terminología en Isaías 4: 2, diciendo: "En ese día, la rama de Yahweh será hermosa y gloriosa, y el fruto de la tierra será Su orgullo". El propósito de una rama es llegar a dar el fruto de un árbol. Esta rama ciertamente será fructífera, nos dice el profeta.

¿Pero qué tipo de fruto debía dar esta rama? Quizás la mejor descripción del fruto se encuentra en Gálatas 5: 22-23,

22 Pero el fruto del Espíritu es amor: gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, 23 mansedumbre, dominio propio; contra estas cosas no hay ley.

No hay ninguna ley que prohíba que se manifieste el fruto del Espíritu. El amor, por supuesto, es el mayor de estos frutos, y la Ley se basa en él como fundamento (Traductor: Creo que el fruto del Espíritu es uno, el amor; es decir Cristo formado en nosotros; el resto son las características de dicho amor. Me gusta describir el Fruto del Espíritu como una naranja, cuya piel o parte externa es el amor y el resto son los ocho gajos internos, que se manifiestan según proceda). Quienes piensan que algunas de las Leyes de Dios (especialmente los juicios de Dios) se basan en el odio o la venganza carnal no entienden que toda la Ley depende de los dos grandes mandamientos de amor a Dios y amor al prójimo.

No hay ley contra el amor porque todas las leyes provienen de la naturaleza de Dios. Dios es amor, e incluso Sus juicios están motivados por el amor. Es solo cuando entendemos mal los juicios de Dios que nos confundimos, pensando que los juicios de Dios están enraizados en la impotencia para salvar a los pecadores.

Sin embargo, como veremos en el próximo versículo, la Sabiduría es uno de los siete Espíritus de Dios. Dios fue lo suficientemente sabio como para idear un plan de Creación en el que Su victoria estaba asegurada. El Espíritu de Fortaleza era lo suficientemente fuerte como para implementar Su plan y cumplir Su promesa hecha al mundo.


Los siete Espíritus de Dios

Isaías 11: 2 dice:

2 El Espíritu de Yahweh descansará sobre Él, espíritu de sabiduría y comprensión, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor de Yahweh.

Sabemos que estos siete espíritus descansaban completamente sobre Jesucristo, como predijo el profeta, porque Él era el Logos (Juan 1: 1). El concepto hebreo del Logos era uno que encarnaba la Palabra de Dios, es decir, la Palabra hecha carne, la Palabra viva. Fue llamada la Memra. Moisés fue su primer ejemplo de esto, pero el Mesías también debía ser como Moisés (Deuteronomio 18: 15).

Si contamos cada séptima letra hebrea en los versículos 1 y 2 anteriores, y si sumamos el valor numérico de ellas, suman 888, que también es el valor numérico de Jesús en griego. Por lo tanto, oculto en el texto de Isaías mismo hay una alusión matemática al Mesías, que nos da una pista para discernir Su nombre en griego.

También muestra que Dios no tuvo problemas para usar el idioma griego tan fácilmente como el hebreo, porque integró a los dos en esta profecía oculta de Isaías 11: 1-2 y también en muchos otros pasajes.


Las siete iglesias

Los Siete Espíritus de Dios se correlacionan con las siete iglesias de Apocalipsis 2 y 3. Cada una de las siete iglesias necesitaba un espíritu diferente para lidiar con su llamado profético para vencer en su situación única. Entonces vemos:

1. Éfeso necesitaba el Espíritu de Yahweh para vencer.
2. Esmirna necesitaba el Espíritu de Entendimiento para vencer.
3. Pérgamo necesitaba el Espíritu del Consejo para vencer.
4. Tiatira necesitaba el Espíritu del Conocimiento para vencer.
5. Sardis necesitaba el Espíritu de Sabiduría para vencer.
6. Filadelfia necesitaba el Espíritu de Fortaleza para vencer.
7. Laodicea necesitaba el Espíritu de Temor de Yahweh para vencer.

Mientras que Dios ha considerado conveniente distribuir Sus dones en la Iglesia, sin darle a nadie todos los dones, para que podamos aprender a funcionar como un Cuerpo, la Cabeza debe poseer todos los dones para poder dirigir todas las cosas del Cuerpo. Lo mismo es cierto con los Siete Espíritus de Dios, ya que estos se distribuyen a cada una de las siete iglesias, pero la Cabeza de la Iglesia recibe los siete espíritus.

La Menorá

La Menorá, o "Candelabro, Candelero" del templo, era una lámpara que tenía siete ramas para iluminar el Lugar Santo. Las siete iglesias en Apocalipsis 2 y 3 se representan en el versículo anterior, Apocalipsis 1: 20,

20 En cuanto al misterio de las siete estrellas que viste en Mi mano derecha, y los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros son las siete iglesias.

Por lo tanto, la Menorá estaba destinada a ser una imagen profética de las siete iglesias con Cristo sirviendo también como la rama principal en el centro (Apocalipsis 1: 13). Las siete estrellas parecen ser las llamas en cada una de las siete ramas. Juan dice que son los ángeles de las siete iglesias, es decir, los mensajeros enviados para impartir los siete espíritus sobre las iglesias para que puedan vencer.

De esto se desprende que en la Iglesia hay vencedores y aquellos que, aunque son creyentes, todavía no han logrado vencer. Esencialmente, los no vencedores son como Jacob, mientras que los vencedores son como Israel. Los creyentes son, pues, jacobitas, mientras que los vencedores son israelitas.

Para usar la terminología de Isaías, los vencedores son el Remanente que regresa del cautiverio asirio. Entonces encontramos que Jacob mismo fue a Harán (Siria / Asiria) donde permaneció en esclavitud durante veinte años. Regresó como israelita para representar el principio del Remanente. Como veremos más adelante, Isaías 44: 1 identifica a Jacob como "mi siervo", pero a Israel como el "elegido".

Juan implica que no todos los que forman parte de las siete iglesias realmente vencerán. Por esta razón, está claro que los creyentes no son necesariamente vencedores. Quedan muchos jacobitas en la Iglesia, personas engañadas al pensar que Dios necesita ayuda del brazo de la carne para cumplir Sus promesas. La base de su sistema de creencias aún depende de la carne adámica y su poder. Solo aquellos que vencen este camino carnal pueden ser llamados israelitas.

Necesitamos los siete espíritus de Dios para lograr el equilibrio y la victoria completa. Sin embargo, el espíritu dominante que se necesita en la iglesia final (Laodicea) es el Temor del Señor. Este es probablemente el más incomprendido de todos los espíritus, porque la mayoría de la gente piensa que el "temor" es miedo. Pero el concepto hebreo es más amplio que eso. Significa tener reverencia o respeto por el Señor, honrándole al reconocer Su soberanía.

En su aplicación política, el Temor del Señor significa reconocer que somos "una nación bajo Dios". Más específicamente, significa reconocer a Jesucristo como Rey, porque Él es el Heredero de todas las cosas y se le ha dado el derecho de gobernar a todas las naciones. Los vencedores enseñan y trabajan hacia ese fin hasta que todas las cosas hayan sido puestas bajo sus pies.


Él juzgará con rectitud

Isaías 11: 3-4 continúa,

3 Y se deleitará en el temor de Yahweh, y no juzgará por lo que ven sus ojos, ni tomará una decisión por lo que escuchen sus oídos; 4 sino que con justicia juzgará a los pobres, y decidirá con justicia por los afligidos de la tierra, y golpeará la tierra con la vara de su boca, y con el aliento de sus labios matará al impío.

Aquí se representa al Mesías como el gran Juez de la Tierra. Entonces Jesús dijo en Juan 5: 22:

22 Porque ni siquiera el Padre juzga a nadie, sino que ha dado todo el juicio al Hijo.

Isaías dice: "Se deleitará en el temor del Señor". Jesús dijo en Juan 5: 19:

19 Por lo tanto, Jesús respondió y les dijo: “De cierto, de cierto os digo que el Hijo no puede hacer nada por sí mismo, a menos que sea algo que ve hacer al Padre; porque todo lo que hace el Padre, estas cosas también hace el Hijo de la misma manera".

En otras palabras, Jesús era el Amén de Dios (Apocalipsis 3: 14), Uno que daba testimonio del Padre y no hacía nada por iniciativa propia. Su deleite estaba "en el temor del Señor", porque honraba a Su Padre al nunca desviarse de Su voluntad. Nosotros también estamos llamados a ser como Cristo, porque somos llamados a honrar a Cristo de la misma manera, sin hacer nada por nuestra propia iniciativa, sino haciendo y diciendo solo lo que Jesús hace y dice. Entonces Juan 5: 23 dice:

23 Para que todos honren al Hijo, así como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió.

Como el gran Juez de la Tierra, Jesús no basa Sus veredictos en el testimonio superficial de los hombres, porque los recuerdos de los hombres les fallan y a menudo ven lo que no está allí. Todos los jacobitas están en alguna forma de auto-engaño, por lo que sus testimonios no son confiables. El juez debe discernir la verdad para emitir un veredicto justo. No dará especial consideración a los ricos y poderosos, porque a diferencia de las leyes de los hombres, las Leyes de Dios son imparciales. Tampoco exigirá más restitución de un hombre rico que de un hombre pobre que sean culpables del mismo crimen (Éxodo 23: 3). Toda restitución se establece de acuerdo con la magnitud del delito, no de acuerdo con la capacidad de pago.

Apocalipsis 2: 27 y en otros lugares, se dice que Cristo gobernará con "vara de hierro". Eso, por supuesto, es una metáfora de la fuerza, que muestra que su gobierno, trono y veredictos serán inquebrantables. La vara o el cetro de un juez nunca se utilizaban para golpear a alguien en la cabeza.

Isaías define la vara de Cristo por la cual juzga la Tierra con justicia. Golpea la Tierra con "la vara de su boca". En otras palabras, la vara es su veredicto que pronuncia en el Tribunal Divino. Es una vara de hierro porque Su Palabra no puede ser quebrantada (Juan 10: 35). Incluso la pena de muerte es un veredicto que proviene del "aliento de sus labios", dice el profeta.

Juan va más allá con esta metáfora hebrea al hablar de su lengua como una espada afilada. Apocalipsis 19: 15 dice:

15 De su boca sale una espada afilada, para que con ella derribe a las naciones, y las regirá con una vara de hierro ...

En el lenguaje metafórico hebreo, el "filo" de una espada era una boca (peh). Así, Éxodo 17: 13 dice:

13 Entonces Josué abrumó a Amalec y su pueblo con el filo [peh, “boca”] de la espada.

La "espada afilada" que sale de la boca de Cristo, entonces, es la Palabra que Él habla. Por lo tanto, Pablo dice que debemos empuñar "la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios" (Efesios 6: 17).

Bajo el Antiguo Pacto, los hombres conquistaban con espadas físicas; bajo el Nuevo Pacto, conquistamos por la Palabra de Dios a través de la predicación de la Palabra. Su lengua es su espada. Esto se ve claramente en Isaías 11: 4, donde el profeta define el justo juicio del Mesías.


https://godskingdom.org/blog/2020/04/isaiah-prophet-of-salvation-book-2-part-21

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.