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(FFI) Instantáneas del Reino: ISAÍAS, Parte 2 (y Carta de Presentación Abril-2020), Dr. Stephen Jones





01-04-2020



La última mitad de Isaías (capítulos 40-66) cambia el enfoque de la destrucción del Reino a la restauración del Reino, de la advertencia al consuelo, del rechazo a la reunión del pueblo de Dios. Es aquí donde la profecía en el nombre de Isaías emerge claramente, porque se trata de la salvación del Reino y su gente.



La introducción se ve en Isaías 40: 1-2,

1 "Consolad, consolad a Mi pueblo”, dice vuestro Dios. 2 "Hablad amablemente a Jerusalén, y decidle que su guerra ha terminado, que su iniquidad ha sido eliminada, que ha recibido el doble de la mano de Yahweh por todos sus pecados".

Esta es una referencia al juicio por robo en Éxodo 22: 4,
4 Si lo que robó se encuentra vivo en su poder, ya sea un buey, un burro o una oveja, pagará el doble.
En otras palabras, la primera mitad de Isaías fue una advertencia de que Jerusalén (e Israel en su conjunto) serían juzgados, no con un ardiente "infierno", sino pagando restitución "por todos sus pecados". Esto ha ocurrido históricamente. Primero, Israel fue exiliado a Asiria en el 721 aC, y luego Jerusalén fue exiliada a Babilonia durante 70 años.

Cuando Ciro liberó a Judá y Benjamín para regresar a la Vieja Tierra y reconstruir Jerusalén, su cautiverio no terminó. Permanecieron bajo la autoridad de Persia durante otros dos siglos. Luego fueron transferidos a la autoridad del imperio griego, y finalmente a Roma y sus extensiones, o "cuernos" hasta el día de hoy.


Dos tipos de yugo

Las Escrituras muestran que había dos formas en que las personas podían ser llevadas cautivas. Estas se describen como un yugo de madera y un yugo de hierro. Un yugo de hierro se menciona específicamente en Deut. 28: 48 y se describe en términos de ser deportados a una nación extranjera (Deut. 28: 64-65).

La Ley también describe una forma menor de cautiverio, el yugo de madera, donde la gente serviría a las naciones extranjeras rindiéndoles tributo. En este tipo de cautiverio, permanecerían en su Tierra y no serían deportados ni exiliados. La Ley no le da nombre a esto, pero Jer. 28: 13 lo describe como un yugo de madera. Jeremías le dijo al pueblo de Jerusalén que si se sometían al juicio de Dios, Él les daría un yugo de madera, permitiéndoles permanecer en la Tierra durante sus 70 años de cautiverio. Sin embargo, si se resistían, Dios los pondría bajo un yugo de hierro, como lo describe la Ley, y cumplirían su condena en Babilonia.

Por supuesto, la gente decidió luchar contra los babilonios, por lo que Dios les puso bajo un yugo de hierro. Al final de los 70 años, Dios quitó el yugo de hierro y les dio un yugo de madera en su lugar. Por lo tanto, Ciro el persa les permitió regresar a la Vieja Tierra para cumplir el resto de su condena.

La sentencia fue larga. Los primeros 70 años fueron servidos bajo Babilonia, pero Daniel recibió más revelación de que el Imperio Babilónico era solo el primero de los cuatro imperios que Jerusalén debía servir. Por lo tanto, debemos entender que Jerusalén no fue realmente liberada bajo Ciro. Su decreto solo quitó el yugo de hierro y les dio un yugo más ligero hecho de madera. Este yugo de madera duró hasta que las personas se rebelaron contra Roma (66-73 dC). En otras palabras, el yugo de madera de Jerusalén duró aproximadamente 600 años (534 aC a 66 dC). Luego, debido a que la gente nuevamente se resistió al juicio de Dios, el yugo de hierro fue reinstalado, y nuevamente fueron dispersados por tierras extranjeras, como lo exigía la Ley.

La historia de este cautiverio está escrita en el libro de Apocalipsis, que es vista por aquellos que han estudiado la visión historicista de Apocalipsis. Pero nuestra "instantánea" no puede explicar esos detalles aquí. (Vea mis 8 libros titulados, The Revelation, Apocalipsis en Español) Para nuestro propósito actual, es suficiente saber que 2017-2020 parece ser el clímax de este cautiverio.

La Gran Tribulación, que muchos pensaron que sería un futuro período de 7 años, en realidad fue un largo tiempo de cautiverio de 7 x 360 años, comenzando con la captura de Jerusalén en el 604 aC. Esto podría haber terminado 2.520 años más tarde en 1917, cuando el General Allenby tomó Jerusalén de los turcos hacia el final de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, Jerusalén fue independiente durante el siglo final del imperio griego (163-63 aC), privando a los Imperios Bestias de cien años del total de su contrato de 2.520 años para gobernar bajo Mandato del Cielo. Por lo tanto, esto tuvo que agregarse al final, llevándonos al año 2017.

El año 2017, entonces, fue comparable a la caída de la antigua Babilonia a manos de Ciro el Persa y Darío el Medo. Darío gobernó durante tres años en Babilonia, y luego Ciro regresó de sus otras conquistas y tomó el gobierno directo sobre Babilonia en el 534. Uno de sus primeros actos fue emitir un edicto que permitía a los judíos desplazados regresar a su Tierra.

Este ciclo de tres años se ve nuevamente entre 2017 y 2020. Ahora somos comparables al edicto de Ciro, ya que Dios se está moviendo para liberar la Tierra de la opresión de Misterio Babilonia.

Por lo tanto, el año 2020 puede verse como la transición del juicio descrito en la primera mitad de Isaías a la "comodidad" y la restauración en la segunda mitad de Isaías. El caos del coronavirus y el caos económico que ha de resultar de esto en 2020, son una clara evidencia de los principales cambios que se avecinan en el mundo a medida que Babilonia cae y surge el Reino de Dios.

La mayoría de las personas, incluso los cristianos, no entienden lo que está sucediendo, porque están buscando una futura tribulación y un rapto justo antes del surgimiento de un Anticristo. Su punto de vista infunde temor de que puedan tener que enfrentarse a la tribulación, a menos que puedan escapar en un éxtasis. Sin embargo, tenemos esperanza, porque vemos que la tribulación está terminando y Babilonia está cayendo. Esto trae caos, por supuesto, pero el propósito de Dios no es juzgarnos sino juzgar a Babilonia (Traductor: y a la iglesia religiosa y carnal).

Babilonia está siendo destruida. Estamos siendo liberados. Entonces el mensaje de "consuelo" de Isaías es específicamente para nosotros hoy, nosotros que vivimos en el tiempo de transición de la opresión de la Bestia a la gloria del Reino de Dios. Los que creen en la Palabra de Dios tienen fe mientras el mundo sigue teniendo miedo.


La restauración de Jerusalén

Isaías 40: 2 habla de consuelo para "Jerusalén", pero esto no nos dice qué Jerusalén será consolada. Ninguno de los profetas del Antiguo Testamento distingue claramente entre las dos Jerusalén-es, dejándonos a nosotros discernirlas con la ayuda del Nuevo Testamento.

Recordemos que el nombre hebreo Ierushalayim literalmente significa "dos Jerusalén-es". El final "ayim" es un hebreo dual, que señala precisamente dos. Los rabinos debatieron esto hace mucho tiempo, pero nunca descubrieron que se refería a las ciudades terrenal y celestial. Pablo y Juan, sin embargo, muestran claramente esta distinción en sus escritos, como hemos demostrado en otros lugares.

Isaías 65: 17-18 habla de "nuevos cielos y una nueva tierra" y vincula esto a "Jerusalén"
17 Porque he aquí, yo creo nuevos cielos y una nueva tierra; y las cosas anteriores no serán recordadas ni vendrán a la mente. 18 Pero gozaos y regocijaos para siempre en lo que yo creo; porque he aquí, yo creo Jerusalén para regocijarme y a su pueblo para júbilo.
Aquí el profeta no usa específicamente el término nueva Jerusalén. Eso fue dejado a Juan en Apocalipsis 21: 1-2,
1 Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y ya no hay mar. 2 Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo de Dios, preparada como una novia adornada para su esposo.
Primero debemos notar que ni Isaías ni Juan limitan su profecía a una pequeña ciudad en la Tierra. Esta es una profecía mundial. La Nueva Jerusalén no está limitada por la geografía, ya que es una ciudad espiritual que está hecha de personas, no de piedra, ladrillo y madera. Esas personas están dispersas por toda la Tierra.

Podemos tomar Apocalipsis 21: 1-2 como la interpretación de Juan de Isaías. Mientras que Isaías dijo, "las cosas anteriores no serán recordadas ni vendrán a la mente", Juan interpreta esto, diciendo, "el primer cielo y la primera tierra pasaron".

Mientras que Isaías habla de "Jerusalén" como "regocijo", Juan muestra que la Nueva Jerusalén es una Novia, dándonos la razón subyacente para regocijarnos por ella. Apocalipsis 21: 4 también dice:
4 y limpiará cada lágrima de sus ojos, y ya no habrá muerte; ya no habrá luto, ni llanto, ni dolor; las primeras cosas pasaron.
En otras palabras, el luto, el llanto y el dolor de las "primeras cosas pasaron", siendo reemplazados, como dice Isaías, por el regocijo y el gozo. En un nivel más amplio, esto también sigue la Ley de Muerte y Resurrección, donde la muerte del viejo hombre es seguida por la resurrección del nuevo hombre. La resurrección no resucita al viejo hombre, sino que una persona se levanta como una nueva creación.

El viejo hombre anímico de Adán es levantado como un hombre espiritual de Cristo. El viejo hombre no está siendo reconstituido en un estado perfecto. La sentencia de muerte del viejo hombre no se puede revertir. El nuevo hombre es engendrado por Dios, no por el hombre, y él es una nueva criatura (2ª Cor. 5: 17). Lo viejo es reemplazado por lo nuevo; por lo tanto, debemos considerar que el viejo hombre está muerto, porque nuestra identidad se ha desplazado a un nuevo ser. Así también es la muerte de la Jerusalén terrenal en comparación con la resurrección de la ciudad como la Nueva Jerusalén. No es la misma ciudad, así como nuestro viejo hombre no es el nuevo. Esta es la Ley de Muerte y Resurrección.

Por lo tanto, cuando los profetas hablan de la restauración de Jerusalén, debemos entender que la Nueva Jerusalén no es la Vieja Jerusalén. La ciudad celestial no es la ciudad terrenal. De hecho, Pablo nos dice que la ciudad terrenal debe ser "expulsada" (Gál. 4: 25-30), y que no es nuestra "madre". Nuestra madre es el Nuevo Pacto ("Sara"), no el Antiguo Pacto ("Agar"). Nuestra carne (o viejo hombre) era de Agar y de la Jerusalén terrenal; nuestro hombre espiritual (o hombre nuevo) es de Sara, la Jerusalén celestial.

El "consuelo" hablado por Isaías está dirigido hacia la Nueva Jerusalén, no hacia la Vieja ciudad terrenal. No hay consuelo (Espíritu Santo) aparte del Nuevo Pacto, y no hay un Nuevo Pacto aparte de Jesucristo, su Mediador.


Preparando el camino

El primer mensaje de Isaías después de su Palabra de consuelo fue profético de Juan el Bautista, quien fue llamado a preparar el camino para Jesucristo. Isaías 40: 3 dice:
3 Una voz llama: “Despejad el camino a Yahweh en el desierto; allanad en la soledad un camino para nuestro Dios".
Entonces leemos en Mat. 3: 1-3,
1 En aquellos días vino Juan el Bautista, predicando en el desierto de Judea, diciendo: 2 "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado". 3 Porque a esto se refería Isaías el profeta cuando dijo: "La voz de alguien que clama en el desierto:" ¡Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas!""
Juan el Bautista cumplió la profecía de Isaías al preparar el camino para la Primera Venida de Cristo. También hay un cumplimiento secundario con respecto a la segunda venida de Cristo. Esto hace que la profecía sea compleja, pero si entendemos lo que hizo Juan, también podemos ver el paralelismo que vendría después.

Pero estamos mostrando meras instantáneas del Reino y no podemos profundizar demasiado en cada uno de estos asuntos. Se darán detalles en mi estudio de Isaías en su conjunto.


No temas

En el momento de la transición, a medida que el mundo se agita y grita por miedo a lo que está sucediendo, el mensaje de Isaías es de consuelo y fe, no de juicio y miedo. Isaías 41: 10 dice:
10 No temas, porque yo estoy contigo; no mires ansiosamente a tu alrededor, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, te ayudaré, te sostendré con mi mano derecha de justicia.
El profeta muestra que las naciones en general que no conocen a Dios y que están siendo derrocadas sin duda estarán confundidas y temerosas. Sin embargo, "Israel, mi siervo" (Isaías 41: 8) no tiene motivos para temer, porque esta es la liberación de Dios.

La mayoría de las personas aplica esta profecía al Estado Judío que los hombres llaman Israel , o a las llamadas "tribus perdidas de Israel" que nunca fueron llamadas judías sino que se perdieron en Asiria. Esto último está más cerca de la verdad y, de hecho, les llega una medida de liberación. Pero hay una imagen más grande aquí. Así como los verdaderos "judíos" en Rom. 2: 28-29 son los que han recibido la circuncisión del corazón (según la definición de Dios), así también los verdaderos "israelitas" son aquellos que siguen el patrón de Jacob de su transformación en Israel.


El punto es que el mensaje, "No temas", no solo está dirigido a aquellos que podrían rastrear su genealogía hasta el hombre llamado Israel, o incluso a la nación de Israel, sino a todos los que han reconocido la soberanía de Dios después de la lucha con el ángel.

La diferencia entre un jacobita y un israelita es la misma que la diferencia entre la Jerusalén terrenal y la Jerusalén celestial. Es la diferencia entre carne y espíritu, o entre el hombre viejo y el hombre nuevo.

Jacob era un creyente que pensaba que Dios necesitaba ayuda para cumplir la promesa que dio antes de que él naciera, de que "el mayor servirá al menor" (Génesis 25: 23). Entonces, cuando Isaac anunció su intención de dar la bendición al hijo mayor Esaú, Jacob y su madre entraron en pánico y tomaron el asunto en sus propias manos para ayudar a Dios a cumplir Su promesa. Sin embargo, sus esfuerzos carnales solo causaron problemas más tarde. 

Jacob era un creyente, pero aún no entendía la soberanía de Dios. Él era un creyente del Antiguo Pacto, donde las decisiones, los votos y las obras de los hombres eran necesarios para asegurar las bendiciones de Dios. Pero luego se encontró con el ángel Peniel, viendo a Dios cara a cara. Luchó y perdió cuando el ángel le desencajó la cadera de la articulación. Sin embargo, perdiendo ganó, porque en ese momento reconoció que no estaba luchando contra Esaú sino contra un ángel de Dios. En ese momento, el ángel le dio un nuevo nombre, no para reflejar que había vencido al ángel en un combate de lucha libre, sino para reflejar su victoria al alcanzar un nuevo nivel de comprensión espiritual. Israel significa "Dios gobierna". Todos los nombres hebreos que terminan en "EL" indican un acto de Dios, no un acto de hombres. Por lo tanto, Jacob recibió un nuevo nombre como testimonio de que se le había dado una nueva naturaleza, un nuevo entendimiento de que Dios no necesita la ayuda del hombre para cumplir Su Palabra. A partir de entonces, su nombre testificó de la soberanía de Dios.

Lo mismo ocurre con todos los verdaderos israelitas (según la definición de Dios). El origen étnico de uno puede definir a los israelitas bajo el Antiguo Pacto carnal, pero bajo el Nuevo Pacto un israelita vuelve a su significado original como se ve en la historia de Jacob.

Entonces, cuando el profeta le dice a Israel: "No temas", todos los que creen en la soberanía de Dios caminarán con tal fe. Su fe se basa en la promesa de Dios, mientras que aquellos que caminan con temor solo ven el caos y la incertidumbre a su alrededor. En ese momento, es bastante raro ser israelita.

Isaías 43: 1-2 dice también:
1 Pero ahora, así dice Yahweh, tu Creador, oh Jacob, y el que te formó, oh Israel: “¡No temas, porque te he redimido; Te he llamado por tu nombre; Mío eres tú! 2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y a través de los ríos, no te desbordarán. Cuando atravieses el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Jesús mismo comentó sobre esto en Lucas 21: 25-28,
25 Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas, y en la tierra consternación entre las naciones, perplejas ante el rugido del mar y las olas, 26 los hombres desmayarán por el miedo y la expectativa de las cosas que vendrán sobre el mundo; porque los poderes de los cielos serán sacudidos. 27 Entonces verán al Hijo del Hombre viniendo en una nube con poder y gran gloria. 28 Pero cuando estas cosas comiencen a suceder, enderezad y levantad la cabeza, porque vuestra redención se acerca.
Podríamos decir que el juicio y la destrucción de Israel y Judá dieron consuelo al mundo (las naciones Bestias), porque entonces recibieron el Mandato del Cielo para gobernar la Tierra. Pero la reversión de esto era inevitable, y estamos vivos para ver suceder esto. Ahora nosotros somos los consolados y el mundo tiene temor, porque Dios nos está redimiendo de nuestro largo cautiverio. Somos esa generación de la que Jesús habló.

El gran temblor  que fue profetizado en Hageo 2: 6-7ahora está sobre nosotros y se interpreta en Heb. 12: 26-27,
26 Y su voz sacudió la tierra entonces, pero ahora ha prometido, diciendo: "Sin embargo, una vez más sacudiré no solo la tierra, sino también el cielo". 27 Esta expresión, “Sin embargo, una vez más” denota la eliminación de aquellas cosas que no pueden ser sacudidas, a partir de las cosas creadas, para que esas cosas que no pueden ser sacudidas puedan permanecer.
No seremos los "sacudidos", a menos que haya algo de carnalidad o falta de fe en nosotros que necesite ser sacudida. El propósito de la sacudida es eliminar cualquier cosa que no sea del Reino. El temblor es para nuestro beneficio. No temas.


La soberanía de Dios

Isaías 45 es el pasaje clásico que muestra la soberanía de Dios. Realmente comienza antes en Isaías 44: 24. La profecía más importante es sobre el rey Ciro de Persia, mencionado por su nombre en Isaías 45: 1, donde se le llama el ungido de Dios (es decir, "mesías"). Anteriormente, Isaías lo llama "Su siervo" (Isaías 44: 26) y luego Dios lo llama "Mi pastor" (44: 28).

Ciro no era creyente, sino que seguía a dioses falsos. ¿Cómo, entonces, se le podrían dar títulos tan exaltados? ¿Cómo podría ser un mesías? Sin embargo, Dios dice en Isaías 45: 4,
4 Por amor de Jacob, mi siervo, e Israel, mi elegido, también te he llamado por tu nombre [Ciro]; te he dado un título de honor, aunque no me has conocido.
La prueba de la soberanía de Dios está en el hecho de que Él no necesita creyentes para cumplir Su voluntad. Para cumplir su propósito y plan en la Tierra, no necesita que los hombres conozcan Su voluntad ni que estén de acuerdo con Él. Todos están sujetos a la voluntad y el propósito de Dios. Dios es verdaderamente soberano, y no hay otro dios cuya voluntad pueda frustrar Su plan. Conocer la soberanía de Dios es la base de nuestro consuelo, porque si Dios perdiera el control de una situación, esta sería una razón para temer. Pero caminamos en fe, simplemente porque creemos que nuestro Dios nunca perderá el control del mundo y porque Su plan se cumplirá en cada paso del camino hasta el final de los tiempos. Por esta razón, no necesitamos tener fe en ningún hombre, líder, rey o presidente. Solo debemos saber que Dios tiene la capacidad de usar a cualquier hombre para cumplir Su propósito, incluso aunque esos hombres no conozcan a Dios o Su plan. Los verdaderos israelitas (los vencedores), entonces, observan los acontecimientos mundiales y permanecen inquebrantables. Caminan siempre con fe, nunca con miedo. Esa es nuestra instantánea actual.



Carta de presentación para abril de 2020 FFI

Queridos amigos,

Bueno, parece que finalmente hemos llegado a un clímax en la historia y la transición a la Edad venidera. Las cosas nunca serán las mismas después de 2020. Algunos incluso lo llaman "Año Cero", lo que implica que saldremos con todas las cosas de este año que cambiará el mundo. La mayoría del mundo ve esto como un año de desastres. Aquellos que creen en la Palabra de Dios y tienen fe en su capacidad para cumplir Su voluntad tendrán una visión muy optimista del futuro. El mundo tiene miedo; nosotros tenemos fe.

Durante muchos años he enseñado la palabra, incluida la que está profetizada sobre la caída de los imperios bestias de Misterio Babilonia. Desde 2014 especialmente, he mostrado cómo el Mandato del Cielo a Babilonia comenzó a expirar en octubre de 2014 y se completó en octubre de 2017. Desde una perspectiva legal, 2017 fue el final de Misterio Babilonia. Sin embargo, se han necesitado tres años para que esto se manifieste externamente de manera práctica.

Una situación similar ocurrió cuando la ciudad original de Babilonia cayó en el 537 aC. Darío el Medo asumió el control durante los siguientes tres años, antes de que Ciro el persa regresara de sus conquistas para tomar el control de Babilonia personalmente, en el 534 aC. Sabemos que fue en el 534, porque es cuando emitió su decreto permitiendo que el pueblo de Judá y Benjamín regresara a su Vieja Tierra. Sabemos esto también porque es cuando sus años sabáticos fueron restablecidos y comenzaron a contarse una vez más. La Ley instruía que los años sabáticos deberían comenzar a guardarse cuando entraran a la Tierra (Números 25: 2).

Este patrón se está viendo nuevamente en nuestro propio tiempo. Misterio Babilonia cayó en 2017, y tres años después (2020) estamos en libertad para reconstruir el Reino. Estamos llamados a reconstruirlo bajo el Nuevo Pacto, no el Antiguo, por que se basa en las promesas de Dios, no en los votos de los hombres.

Hemos realizado muchas campañas de oración desde noviembre de 1993 para preparar el camino para el momento en que nos encontramos ahora. Siempre tenga en cuenta que la Caída de Babilonia es un desastre para todos los ciudadanos babilonios, pero es un momento de alegría para los ciudadanos del Reino de Dios. Así que no se deje inspirar por el miedo del mundo que le rodea, sino inspírese sabiendo que Dios contesta las oraciones. Este juicio sobre Misterio Babilonia no está dirigido a usted, sino al mundo.

El gran temblor ahora está teniendo lugar, lo que Hebreos 12: 26-29 nos dice que está diseñado para arrojar al suelo todo que no sea del Reino de Dios. Para cuando esto termine, solo lo que es de Dios permanecerá en pie. Entonces sepa esto: si usted es de Dios, no será sacudido, "ya que recibimos un Reino que no puede ser sacudido".

Cuando el mundo llora de miedo, sin saber lo que está sucediendo, nosotros tenemos la solución y la comprensión de lo que está sucediendo. Si conocemos el tiempo de estas cosas, como está profetizado en la Palabra, podemos tener la confianza de que el plan de Dios se está cumpliendo. Más que eso, si creemos que Dios está estableciendo Su Reino y que los Imperios Bestias han terminado, podemos mirar hacia el futuro con confianza, sabiendo que no estamos viendo el surgimiento del Anticristo, ni estamos viendo el comienzo de una supuesta Gran Tribulación. No, estamos viendo el fin de los anticristos y el fin de la Tribulación.

En esto, tenemos una ventaja sobre la mayoría de los evangélicos y pentecostales, cuya vana fe en un Rapto pronto será expuesta. Nuestra fe está en la capacidad de Dios para cumplir las Fiestas de Otoño, no en un Rapto como imaginan. El rapto ("éxtasis") debe entenderse en términos del cumplimiento de la Fiesta de Tabernáculos. Aquellos que no entienden esto pronto verán sacudidas sus creencias.

El gobierno está listo para invertir mucho dinero en este problema. Hasta ahora, están asignando $ 4 billones, muchos de ellos en obsequios, a cualquiera que se vea afectado por los bloqueos. Millones de personas se han quedado sin trabajo de repente, por lo que el gobierno no tiene más remedio que suavizar el aterrizaje para la mayor cantidad de personas posible. Las pequeñas empresas que han tenido que cerrar o que han perdido clientes pueden solicitar subvenciones en la Asociación de Pequeñas Empresas. Las empresas y los trabajadores que precisen atención médica pueden presentar una solicitud en su Departamento de Salud del Estado y preguntarles qué programas tienen disponibles. Aquellos que pagan el alquiler pueden hacer que sus propietarios soliciten a la SBA que el gobierno pague el alquiler en su nombre. Las hipotecas pueden diferirse sin intereses ni multas llamando al banco o a la compañía hipotecaria. (Las políticas bancarias pueden ser diferentes, por lo que deberá solicitar información específica). Al llamar a las compañías de servicios públicos, es posible que no tenga que pagar las facturas de electricidad o gas durante los próximos meses al menos. El gobierno reembolsará a las compañías eléctricas por sus pérdidas, y no se les permite cortar su electricidad o gas.

Este plan de financiamiento del gobierno comenzó el 18 de marzo de 2020. Esa fue una fecha de observación para nosotros desde 1986, cuando se reveló en un sueño que: "Este es el comienzo de mucho dinero". Esa palabra apareció el 18 de marzo en varios años y en diferentes contextos, pero en 2020 resultó ser el día en que el gobierno decidió gastar "mucho dinero" para ayudar a las personas durante el cierre.

La profecía vista de antemano nos da la confianza de que Dios no ha perdido el control de la situación. Puede haber pánico en la Tierra, pero no hay pánico en el Cielo. Tampoco debe haber pánico en aquellos cuya "ciudadanía está en el cielo" (Filipenses 3: 20).



Conferencia de Pascua en Knoxville, TN

Había sido programada para el 10 y 12 de abril, ha sido cancelada debido al cierre. El gobernador de Tennessee está prohibiendo grandes reuniones, por lo que debemos cumplir con sus órdenes. Espero hacer una transmisión en vivo en línea ese fin de semana, así que manténgase al día con mis weblogs, donde daré detalles a medida que se desarrollen.

No creo que este bloqueo dure más de unas pocas semanas, porque no es posible cerrar toda la economía más allá de ese tiempo. Creo que el gobierno usará este tiempo para nacionalizar la Reserva Federal y para reestructurar todo el sistema del Banco Central y ponerlo en una nueva base. Trump proclamó una emergencia nacional, que le otorga un poder casi ilimitado para hacer cosas que normalmente no le están permitidas por la Constitución. Mientras que algunos piensan que usará esto para establecer Misterio Babilonia, creo, según tengo entendido la profecía, que lo usará para derrocar Misterio Babilonia.

Daniel 7: 21-22 dice que el Imperio de la Bestia Final perseguiría a los santos hasta que los santos poseyeran el Reino. No vendrán más Bestias. Su tiempo ha terminado. Ahora es el momento para que los santos tengan la autoridad que les faltaba durante su tiempo de cautiverio. ¡Eso significa ustedes!

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