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EL EJEMPLO DE ISRAEL DE NO ESCUCHAR SU VOZ ES UNA ADVERTENCIA (No todos los creyentes heredarán la Primera Resurrección), Dr. Stephen Jones





Extracto del Estudio de Hebreos, Cap. 3:


En el resto de Hebreos 3 (y también en todo el capítulo cuarto) se nos da el ejemplo de Israel en el desierto y cómo la mayoría de ellos se negaron a escuchar su voz y aprender las lecciones de Pentecostés (Sinaí). Como resultado, a la mayoría de ellos se les negó la entrada a la Tierra Prometida, mostrando de manera alegórica cómo la mayoría de la Iglesia se niega a escuchar su voz, a someterse a la Ley Divina y esforzarse por alcanzar la filiación mediante las lecciones de la Fiesta de Tabernáculos.

En otras palabras, Israel no heredó la filiación, porque aunque tuvieron la fe para abandonar Egipto, no perseveraron hasta el final. Se negaron a escuchar Su voz en Sinaí (Ex. 20:18-21). Se negaron a tener la Ley escrita en sus corazones por medio de la voz de Dios. Entonces, como alternativa, Dios les dio la Ley en tablas externas de piedra. Para interiorizar la Ley, tendrían que esperar la venida del Espíritu Santo en Hechos 2.

Debido a que en Éxodo 20 no tenían la fe para poder experimentar Pentecostés, el cumplimiento de Pentecostés tendría que esperar 1.480 años. Además, al negarse a escuchar a Dios, los israelitas no tuvieron oportunidad de aprender las lecciones de Pentecostés, que habrían construido su fe para entrar en la Tierra Prometida. Entonces, cuando los 12 espías dieron su informe, no tenían la fe que necesitaban (Números 14:1).

El autor de Hebreos aplica esta misma lección a la Iglesia en el primer siglo, y por extensión a todos nosotros en el tiempo presente. Lo que le sucedió a "la iglesia en el desierto" (Hechos 7:38) también ha establecido el patrón para la Iglesia bajo Pentecostés en los últimos 2,000 años. No somos diferentes. Muchos se niegan a Pentecostés por completo, e incluso muchos que dicen ser pentecostales saben poco acerca de escuchar la voz de Dios o de tener la Ley escrita en sus corazones.

De hecho, la Iglesia de Laodicea de hoy se ha llenado tanto del mensaje de Prosperidad, que rechazan cualquier sugerencia de que el Bautismo de Fuego pudiera ser necesario para tratar con sus corazones leudados. Las mega iglesias piensan que son ricas y, sin embargo, son pobres para los estándares de Dios (Ap. 3:18). Piensan que tienen ojos para ver, pero aún necesitan colirio. Los ministros se visten con trajes o túnicas caros, y no saben que a los ojos de Dios, están desnudos. Y así, la Palabra del Señor a David sobre la condición de Israel, también es aplicable a la Iglesia del Nuevo Testamento, porque leemos en Heb. 3:7-11,

7 Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: SI OÍS HOY SU VOZ, 8 NO ENDUREZCÁIS VUESTROS CORAZONES, COMO EN LA PROVOCACIÓN, COMO EN EL DÍA DE LA PRUEBA EN EL DESIERTO, 9 DONDE VUESTROS PADRES ME TENTARON AL PONERME A PRUEBA, Y VIERON MIS OBRAS POR CUARENTA AÑOS. 10 POR LO CUAL ME DISGUSTÉ CON AQUELLA GENERACIÓN, Y DIJE: "SIEMPRE SE DESVÍAN EN SU CORAZÓN, Y NO HAN CONOCIDO MIS CAMINOS"; 11 COMO JURÉ EN MI IRA: "NO ENTRARÁN EN MI REPOSO".

Entrar al reposo de Dios es equivalente a entrar en la Tierra Prometida. Es el reposo de Dios, porque si hubieran entrado cuando tuvieron la primera oportunidad, habrían entrado en el momento del 50° jubileo de Adán. Hay tres “reposos” en la Biblia, representados por los tres sábados: el día de reposo, el año de reposo y el año de jubileo. El tercero es el reposo de Dios. Si Israel hubiera entrado en la Tierra Prometida en ese año jubilar, ellos habrían entrado en el reposo de Dios. Pero, en cambio, Dios les hizo pasar 40 años en el desierto, y cuando finalmente entraron en la Tierra, ya no fue en un año jubilar. Así, no entraron en el reposo de Dios. En cambio, su calendario reflejaba los años del sábado alternativos y los Jubileos que no se alineaban con el calendario del Jubileo de la Creación de Dios.

Todo esto fue una gran alegoría, por supuesto. Hay muchas lecciones que aprender en esto. La cita anterior es del Salmo 95:7-11, donde David se refiere al hecho de que Israel se había negado a escuchar la voz de Dios en Éxodo 20:18-21. El libro de Hebreos cita esto para advertirnos, ya que el problema no se limitó a los israelitas bajo Moisés. La Era Pentecostal se ha caracterizado por la misma falta de voluntad en la Iglesia de escuchar su voz o de tener su Ley escrita en el corazón. Por lo tanto, de la misma manera, Dios no permitirá que muchos en la Iglesia entren en Su reposo. En otras palabras, no todos los creyentes heredarán la Primera Resurrección. No todos se mudarán de la servidumbre a la Filiación. La mayoría tendrá que esperar el Gran Trono Blanco, donde se les otorgarán las recompensas apropiadas para cada uno, junto con los juicios temporales que se decreten (Lucas 12:47,48; 1 Corintios 3:15).

Esta es la principal advertencia de Hebreos 3. Leemos entonces en los versículos 12 y 13,

12 Tened cuidado, hermanos, no sea que en alguno de vosotros haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo. 13 Antes exhortaos los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice: Hoy; no sea que alguno de vosotros sea endurecido por el engaño del pecado.

En otras palabras, es muy posible que un creyente cristiano pueda seguir el mismo ejemplo de incredulidad que los israelitas sostuvieron bajo Moisés. Esto no significa que perderán su salvación, como tampoco lo hicieron los israelitas que no perdieron su salvación bajo Moisés. Eran todos creyentes. Todos fueron justificados por la fe en la sangre del Cordero. Todos esos israelitas habían sido justificados por la fe (la Pascua). El problema fue que rechazaron la experiencia secundaria de Pentecostés, con la que su fe habría crecido hasta el nivel en que pudieran experimentar Tabernáculos.

Así es hoy con la Iglesia. Desafortunadamente, algunos teólogos arminianos han argumentado que los cristianos pueden perder su salvación. Basan su visión en estos versículos y otros como éstos, especialmente en el libro de Hebreos. No entienden que “perseverar hasta el final” es una referencia a que Israel llegó a la Tierra Prometida. Piensan que la historia de Israel es una historia sobre personas que pierden su salvación, cuando en realidad se trata de perder la posición de Hijo. Uno puede perder la filiación sin perder su posición como siervo. Y, en última instancia, es solo una pérdida temporal en la Edad Milenial venidera. Ciertamente obtendrán su recompensa en el Gran Trono Blanco, aunque puede ir acompañada de un cierto nivel de "fuego", como lo llama Pablo (1 Cor. 3:15).



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