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LIBRO DE RUT, Parte 18: Preservando el nombre de Jesús, Dr. Stephen Jones




21 de junio de 2019


Después de que Booz descubrió a Rut acostada a sus pies, ella le dijo que deseaba que se casara con ella para cumplir con el requisito legal establecido en Deuteronomio 25:5-10. Booz la elogió por esto, pero le informó que la Ley daba a un pariente más cercano que él el derecho a casarse con ella. Solo si él la rechazaba, este derecho de redención se volvería hacia el propio Booz.

Rut 3:13,14 entonces dice:

13 Quédate esta noche, y cuando llegue la mañana, si él te redime, bien, deja que te redima. Pero si él no desea redimirte, entonces yo te redimiré, vive Yahweh. Acuéstate hasta la mañana. 14 Así que ella se acostó a sus pies hasta la mañana y se levantó antes de que uno pudiera reconocer a otro; y el dijo: "Que no se sepa que mujer llegó a la era".

Antes de continuar, ha llegado el momento de que examinemos la Ley en la que se basa esta historia.


La Ley de la Filiación

5 Cuando los hermanos viven juntos y uno de ellos muere y no tiene un hijo, la esposa del difunto no se casará fuera de la familia con un hombre extraño. El hermano de su marido entrará a ella y la tomará para sí mismo como a una esposa y le hará el deber del hermano de un marido. 6 Y será que el primogénito que ella tenga asumirá el nombre de su hermano muerto, para que su nombre no sea borrado de Israel.

El esposo de Rut había muerto sin hijos, pero quizás lo más importante, el esposo de Noemí, Elimelec, había perdido a sus dos hijos, dejando la propiedad familiar sin un heredero. Sin un heredero, la propiedad habría pasado al pariente más cercano, el que tuviera el derecho a la redención. Entonces, si el pariente redentor era egoísta y codiciaba la propiedad para él, tal vez no quisiera criar a un hijo que heredara la propiedad de su hermano; porque de esa manera podría reclamarla para sí mismo cuando la viuda muriera.

La palabra hebrea ben ("hijo") significa literalmente "constructor del apellido". Esta es tanto una Ley de Herencia como una Ley de Matrimonio y Filiación. Como tal, esta Ley se aplica proféticamente a la manera en que nosotros, como creyentes, podemos asegurar nuestra herencia en el Reino de Dios. Recuerda que la ley es espiritual (Romanos 7:14).

Verá, Jesús murió sin hijos, y Hebreos 2:11,12 dice acerca de Él:

11 Porque tanto el que santifica como los que son santificados, son todos de un solo Padre; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos, 12 diciendo [en el Salmo 22:22]: “Anunciaré tu nombre a Mis hermanos; en medio de la congregación cantaré tu alabanza".

Como creyentes, somos los hermanos menores de Jesús. Debido a que murió sin hijos, estamos llamados a levantar un hijo para edificar el nombre de su familia, para que no pierda su herencia en la Tierra. En la imagen general, Jesús es nuestro pariente redentor que murió para comprarnos de la esclavitud del pecado, pero en la imagen más pequeña también somos sus redentores de parentesco para edificar el nombre de su familia. Esto se hace en tres pasos principales, que las tres fiestas nos enseñan:

La Pascua engendra a este hijo en nosotros; Pentecostés lo madura hasta el punto de nacer; los Tabernáculos llevan a este hijo a un nacimiento pleno (Traductor: Según nuestro conocimiento y experiencia ese proceso es así: Pascua engendra a ese hijo en nosotros; Pentecostés gesta hasta el punto de nacimiento a ese hijo; Tabernáculos hace nacer y crecer a ese hijo hasta la plena madurez). Los síntomas de este embarazo espiritual comienzan con la fe, progresan hacia la obediencia y terminan con el acuerdo (unión de las voluntades). El nacimiento del hijo en Tabernáculos es seguido por la presentación del hijo en el Octavo Día, de acuerdo con la Ley de Éxodo 22:29,30.

Por supuesto, todos los vencedores han tenido que seguir este patrón a lo largo de la historia. Sin embargo, su nacimiento y presentación se han pospuesto hasta el final de la Edad para que todos puedan formar un solo cuerpo, un Hijo colectivo, que está formado por todos los hijos de Dios. Este es el evento principal y el propósito de la Fiesta de Tabernáculos cuando se cumpla históricamente, así como la Pascua se cumplió anteriormente en la crucifixión de Cristo y Pentecostés en Hechos 2.

Este hijo se presenta en el Octavo Día de Tabernáculos y luego se manifiesta al mundo, un evento que Pablo mencionó en Romanos 8:19:

19 Porque el anhelo profundo de la creación es aguardar ardientemente la revelación [apokolupsis, "develación, revelación, manifestación"] de los hijos de Dios.

Toda la Creación está interesada en esta manifestación, ya que también (en conjunto) se beneficiará del ministerio de los Hijos de Dios. Así como Jesús fue el precursor de los vencedores, los vencedores son los precursores de la Iglesia, y la Iglesia es "los primeros frutos de Sus criaturas" (Santiago 1:18). La Ofrenda de los Primeros Frutos santificaba la cosecha, de modo que cuando esos primeros frutos se presentaban a Dios, esto indicaba el comienzo de una gran cosecha.

En un nivel profético a largo plazo, la cosecha final de la Creación, entonces, comienza apropiadamente cuando el Octavo Día de Tabernáculos se cumple históricamente. Este es el "ardiente anhelo de la creación". Brindar este Hijo Colectivo, teniendo tanto una Cabeza (Jesús) como un Cuerpo (vencedores), es el medio por el cual Cristo heredará la Tierra, ya que este Hijo edificará Su nombre.

Los vencedores son aquellos que están dispuestos a seguir todo el patrón de los días de fiesta, de la fe, la obediencia y el acuerdo para dar a luz a los Hijos de Dios, y éstos son los mansos que heredarán la Tierra (Mateo 5:5 KJV). La Ley de Dios los reconoce como los hijos de Jesucristo, que es nuestro hermano mayor, "el primogénito de toda la creación" (Colosenses 1:15). Como tales, a los hijos de Dios se les da el nombre de su hermano mayor que murió sin hijos, para que Él no pierda su nombre y no sea borrado de Israel (Deuteronomio 25:6).

Desafortunadamente, muchos hoy no saben nada acerca de este Plan Divino. Los incrédulos se preocupan por sus propios asuntos y aún no son elegibles por Ley para ser hijos de Dios. Pero incluso los creyentes a menudo ignoran la Ley. Aunque la mayoría de ellos desean ser hijos de Dios, no entienden la Ley de la Filiación. La mayoría tiene cierta comprensión de la Pascua, y algunos de Pentecostés, pero muy pocos saben algo acerca de Tabernáculos. Por lo tanto, algunos están contentos en su fe en Cristo como Salvador y otros están contentos en su obediencia y lo conocen como Señor, pero pocos han captado la visión de ir más allá de Pentecostés para ponerse de acuerdo con Él, cosa que se requiere para cumplir la Fiesta de Tabernáculos como vencedores


Objeciones a la Filiación
La Ley de la Filiación continúa en Deuteronomio 25:7,

7 Pero si el hombre no quiere tomar a su cuñada, entonces su cuñada irá a la puerta, a los ancianos, y dirá: "Mi cuñado se niega a establecer un nombre para su hermano en Israel; no quiere cumplir para conmigo su deber de cuñado".

La Ley no especifica ninguna razón particular por la cual el hermano se negaría a "cumplir con el deber". Cualquiera que sea su razón, está claro que es su "deber" y no simplemente su "derecho". Booz le dijo a Rut que tenía que remitirse a su pariente más cercano, que tenía el derecho primario de tomarla como su esposa. Era su deber, pero también tenía el derecho de rechazarlo. El castigo por rechazar este deber era esencialmente una maldición, como leemos en Deuteronomio 25:8,9,10,

8 Entonces los ancianos de su ciudad lo convocarán y le hablarán. Y si él persiste y dice: “No deseo tomarla”, 9 entonces la esposa de su hermano acudirá a él a la vista de los ancianos, le quitará la sandalia del pie y le escupirá en la cara; y ella declarará: "Así se hará al hombre que no edifica la casa de su hermano". 10 Y en Israel se llamará su nombre: "La casa de la sandalia quitada".

Escupir en la cara de uno significaba vergüenza, pero no provocaba la excomunión, la cual lo haría ser aislado de la gente (ejemplo: Levítico 17:4). En otras palabras, uno no perdía su herencia por negarse a cumplir con su deber. No obstante, quedaba impuro durante siete días y tenía que someterse al proceso de purificación. Así que leemos en Números 12:14,15,

14 Pero Yahweh le dijo a Moisés: "Si su padre hubiera escupido en su cara, ¿no soportaría su vergüenza durante siete días? Dejad que quede recluida durante siete días fuera del campamento, y luego se la vuelva a recibir”. 15 Así que Miriam estuvo encerrada fuera del campamento durante siete días y la gente no siguió adelante hasta que recibió nuevamente a Miriam.

Cuando un hombre o una mujer está encerrado por siete días fuera del campamento, no se le permite ingresar al campamento (congregación) durante su tiempo de purificación. En otras palabras, causa un retraso en la historia de la Iglesia. Aquellos que se niegan a buscar la filiación se retrasarán por "siete días". Es decir, tendrán que esperar hasta que pasen 7.000 años antes de poder obtener su estatus en el Reino. Hablando proféticamente, este es el momento de la Resurrección General de los muertos que se describe en Apocalipsis 20:12.

La conclusión es que aquellos que no cumplan con la Ley de Filiación se verán obstaculizados en su "caminar" con Dios, habiendo perdido una sandalia. Se perderán la Primera Resurrección (Apocalipsis 20:4,5,6), que llega al final del sexto día, pero al final del séptimo día serán reincorporados. Entonces recibirán la inmortalidad ("vida"), en el mismo momento que los incrédulos son resucitados, como dijo Jesús en Juan 5:28,29.

Para más estudios sobre la diferencia entre estas dos resurrecciones, vea mi libro, El Propósito de la Resurrección.

Aquellos que tienen un punto de vista griego en su comprensión de las Escrituras pueden encontrarlo difícil de entender, pero cuando interpretamos las Escrituras de acuerdo con el punto de vista hebreo a través de la Ley Divina, podemos recibir una mayor revelación de la profecía.


Perdiendo la sandalia
No perdamos nuestra sandalia. Pablo interpreta la sandalia en Efesios 6:15,

15 y habiendo calzado vuestros pies con el apresto (las sandalias) del evangelio de la paz.

Quitarle la sandalia significa proféticamente que un hombre está obstaculizado en el área del "evangelio de la paz". ¿Qué es ese evangelio? La paz es el shalom, que se relaciona directamente con la revelación de las ofrendas de paz (Levítico 2). Las ofrendas por el pecado requerían sacrificios de sangre, mientras que las ofrendas por la paz eran de grano. Las ofrendas por el pecado representaban nuestra justificación del pecado a través de la sangre de Cristo. Las ofrendas de paz representaban la reconciliación de los enemigos de Dios, haciendo la paz entre ellos y restableciendo la amistad. El evangelio de la paz, entonces, trata de reconciliar al mundo. Los que se han puesto sus zapatos espirituales (sandalias) son aquellos que están preparando sus corazones a través del estudio de la Palabra para cumplir con su llamado que se define en 2 Corintios 5:18,19.

18 Ahora, todas estas cosas son de Dios, quien nos concilió consigo mismo por medio de Cristo y nos dio el ministerio de reconciliación, 19 a saber, que Dios estaba en Cristo conciliando al mundo consigo mismo, sin contar sus transgresiones contra ellos, y Él ha encomendado nosotros la palabra de reconciliación.

En otras palabras, el evangelio de la paz es "la palabra de reconciliación". Los que conservan sus sandalias espirituales son los que han sido encargados de predicar y enseñar este evangelio al resto del mundo. ¿Qué es ese evangelio? Es la gran verdad que Dios estaba en Cristo, reconciliando al mundo consigo mismo, sin contar sus transgresiones contra ellos.

Es la verdad de la Restauración de Todas las Cosas. Dios nos ha conciliado a todos Consigo mismo, aun cuando todavía son enemigos de Cristo desde su propio punto de vista (Romanos 5:10). La Cruz compró al mundo entero, lo sepan o no. La Creación entera se beneficiará de esto, dice Pablo, y por eso esperan ansiosamente la Manifestación de los Hijos de Dios, cuyo mensaje son las buenas nuevas del evangelio de la paz.

Por lo tanto, la Ley de la Filiación no se trata simplemente de convertirse en Hijos de Dios; es también sobre el mensaje que traen al resto del mundo. Los Hijos de Dios son primicias, cuya presentación dará lugar a una gran cosecha, hasta que el mundo entero sea "liberado de su esclavitud a corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios" (Romanos 8:21).


Category: Teachings
Blog Author: Dr. Stephen Jones

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