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PUREZA - SUBIR MÁS ALTO, Oswald Chambers




La pureza no es inocencia, es mucho más. Es el resultado de una continua armonía espiritual con Dios. Nosotros debemos crecer en pureza. Nuestra vida con Dios puede encontrarse bien y la pureza interior seguir inmaculada y, con todo, nuestra vida exterior podría estar sucia y manchada. Dios no nos protege de esta posibilidad, porque así comprendemos que es necesario mantener nuestra visión espiritual mediante la pureza personal. Si la parte externa de nuestra vida espiritual con Dios se ha deteriorado en lo más mínimo, debemos dejar a un lado todo lo demás hasta corregirla. Recuerda que la visión espiritual depende de nuestro carácter porque son los de limpio corazón quienes verán a Dios.

Dios nos purifica por Su gracia soberana, pero hay algo que debemos vigilar cuidadosamente: Esta vida corporal mediante la cual entramos en contacto con otras personas y con otros puntos de vista tiene la inclinación a mancharse. No sólo debemos mantener bien con Dios nuestro "santuario interior", sino que también debemos llevar los "atrios exteriores" a una perfecta armonía con la pureza que Dios nos otorga por Su gracia. Cuando el atrio exterior se mancha, nuestro entendimiento y visión espirituales se empañan inmediatamente. Querer mantener la intimidad personal con el Señor Jesucristo implica negarnos a hacer e incluso a pensar ciertas cosas, algunas de las cuales son lícitas, pero no las tocaremos.

Una ayuda práctica para que mantengas la pureza personal en tus relaciones con otras personas consiste en comenzar a verlas como Dios las ve. Entonces te dices a ti mismo: Ese hombre, o esa mujer, ¡perfecto en Cristo Jesús! Ese amigo, o ese pariente, ¡perfecto en Cristo Jesús!



... Sube acá y yo te mostraré las cosas...", Apocalipsis 4:1

El estado de ánimo elevado proviene de unos hábitos elevados de carácter. Si en el nivel exterior de tu vida vives a la altura de más elevado y lo mejor que conoces, Dios te dirá continuamente: "amigo, sube aun más alto". Con respecto a las tentaciones también hay norma que es continua y que da voces para que vayas más arriba. Pero cuando lo haces, te enfrentas a otras tentaciones diferentes y otros problemas del carácter. Tanto Dios como Satanás emplean la estrategia del ascenso, sólo que Satanás la usa para la tentación y su efecto es muy diferente. Cuando el diablo te pone en un lugar elevado, te lleva a que fijes tu concepto de la santidad más allá de lo que la carne y sangre jamás van a poder alcanzar. La vida se convierte en una actuación acrobática espiritual. Tú te encuentras en un pináculo, te aferras a él, apenas manteniendo el equilibrio y no te atreves a moverte. Pero cuando Dios te lleve por su gracia a los lugares celestiales, descubres un extenso altiplano donde te mueves con facilidad.

Compara tu vida espiritual de esta semana con la misma semana del año pasado y podrás reconocer cómo Dios te ha llamado a un nivel más alto. Él nos ha llevado a todos a ver desde un punto de vista más elevado. Nunca permitas  una verdad que tú no vas a comenzar a vivir al instante cuando Dios te la muestra. Esfuérzate siempre por aplicarla y mantente en Su luz.

Tu crecimiento en la gracia no se mide por el hecho de que no hayas retrocedido, sino porque percibes dónde te encuentras en el nivel espiritual. Y has escuchado que Dios dice: "Sube más alto", pero no te lo dice a ti personalmente, sino a la percepción que tienes de tu carácter.


"¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer?", Génesis 18:17. Dios tiene que ocultarnos lo que hace hasta que, debido al desarrollo de nuestro carácter, llegamos al lugar donde lo puede revelar a nosotros.


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