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NO TEMAS, DIOS PUEDE SATISFACERTE POR COMPLETO / HÁBLALE CON FRANQUEZA (Sorbos Místicos), François Fenélon





LA VIDA DIARIA

Haz una cosa: sigue tu instinto más interno hacia lo que es bueno. Antes era normal para ti seguir el mal. Ahora sigue a lo que es bueno. 

¿Qué estás arriesgando al servir a Dios? Desde tu conversión, tu vida en rasgos generales seguirá su curso igual que antes. Tendrás el mismo trabajo y las mismas tribulaciones diarias. Pero tendrás el consuelo añadido de amar a Aquel que es del todo digno de tu amor. Tu obra y sufrimiento por Él no le pasará desadvertido. Él te recompensará al ciento por uno, incluso en esta vida, por medio de la paz que llenará tu corazón. No sólo eso, ¡sino que vivirás con Él eternamente! No importa lo que tengas que soportar como cristiano, nunca has de perder esa profunda paz interior. ¿Puede el mundo darte tanto? Sabes tan bien como yo que incluso las personas que lo tienen todo aún no están satisfechas

¿De qué tienes miedo? Todo cuanto posees te abandonará de forma paulatina. Tus posesiones no pueden llenar tu espíritu. ¿No estás cansado del vacío de tus posesiones? ¿No te dicen en secreto que no son suficientes? En resumen, ¡sabes que tus posesiones no tienen valor alguno ni siquiera cuando te deslumbren! 

¿Qué temes? ¿Encontrar a un Dios demasiado bueno para amar? ¿Crees que te llegará a enamorar tanto que ya no querrás las posesiones terrenales y las cosas de este mundo? ¿Tienes miedo de volverte tan humilde, tan puro, y tan agradecido a tu Padre celestial? ¡No temas a otra cosa más que a este temor infundado! Es la sabiduría del mundo la que duda entre tú y Dios, entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo agradecido y lo ingrato, entre la vida y la muerte! ¿De verdad crees que Dios no te puede satisfacer por completo? Desconfía de ti mismo y de las opiniones de todos los demás. Fuiste hecho para amar a Dios y ser amado por Él. Nunca desconfíes de Él. Él es el Único bueno. En Su misericordia Él te llena de insatisfacción con todo para que te vuelvas sólo a Él.



CONDICIONES

No me sorprendo de que estés disgustado con todo lo que desagrada a Dios en tu vida. Este sentimiento es lo que sale de forma natural de tu corazón transformado. Te gustaría tener una vida más tranquila que te permitiera atender a tus nuevos intereses al tiempo que evitas lo pasado. Esta no es la voluntad de Dios. Él quiere permitir que lo que solía interesarte se haga tedioso; así pues, deja que esto ocurra como una especie de pago por tus ofensas pasadas. Dios te sacará de tu situación pasada cuando a Él le parezca adecuado. Lo hará a su propio tiempo. Mientras, ven ante Dios con regularidad. ¡Recuerda que transportas el don de Dios en una vasija de barro! Fortalece tu vida interior mediante la lectura, la oración, y desconfiando de tu vieja manera de vivir.

Aunque has vivido apartado de Él, no necesitas tener miedo de venir a Él como un niño. Dile lo débil y miserable que eres, dile lo que necesitas y lo que te preocupa. Puedes incluso decirle que a veces no te hace mucha gracia servirle. No podrías hablarle con demasiada franqueza o confianza. A Él le gustan las personas sencillas y habla con ellas a menudo. Echa a un lado todas tus ideas de grandeza y tan sólo sé honesto con Él. Escucha lo que te dice con un corazón abierto.

Haz oídos sordos al mundo y a tus pasiones desbocadas. Encontrarás cierta ayuda en los libros que has leído. Lo que has leído es cierto y te ayudará a establecer un buen cimiento para tu fe. Tan sólo no pongas demasiada confianza en los libros, y aprende a ponerlos a un lado cuando Dios guíe así. Tu mente es algo bueno, pero aprende a desconfiar de ella y harás un mejor uso de ella. Hazte como un niño. Haz con un corazón dirigido hacia Dios hasta la cosa más simple.

Aprende a ser un buen amigo. Estate dispuesto a ayudar. Intenta mantener a toda costa un equilibrio en todas las cosas que hagas. Hay cierto equilibrio natural que debiera marcar tu vida como cristiano.

Rudeza, preocupación, y severidad no deberían ser tu sello. Más bien, aprende a vivir por amor. Tu Señor dentro de ti dirigirá tus acciones con facilidad y sencillez. También te alertará del peligro en ciernes. Naturalmente que sufrirás problemas, enfermedad, y desánimo como les pasa a los demás, pero tu actitud y los argumentos que uses para soportar estas dificultades, serán muy diferentes de los que no conocen a Dios. Puedes ver a Dios en todas las cosas, pero nunca tan claramente como cuando sufres.

Vive como has sido y tan sólo haz cambios para evitar el error. Apégate a lo que es correcto para que nadie te arrastre de nuevo al pecado. Lo pasarás mejor cuando las personas sepan que no puedes ser conmovido de tu compromiso hacia Dios. Si te abres al mal camino, es probable que empieces a andar por él.

No confíes en tu propia fuerza, sino confía en tu Señor quien te amó desde la eternidad, antes de que le amaras.



(Por gentileza de E. Josué Zambrano)

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