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DIOS CONTROLA LA INTENSIDAD DE TU PRUEBA / RENUNCIA A TU NATURALEZA CRÍTICA DE TI Y DE OTROS (Sorbos Místicos), François Fenélon




ESPERANZA Y TEMOR

Nada es más difícil de tratar como la tensión entre la esperanza y el temor. Ser demasiado sensible te hace caer en la tentación de creer que tus tribulaciones son mayores que tus fuerzas. No conoces la fortaleza de tu propio corazón, ni hasta qué punto te probará Dios. Dios lo ve todo ... la secreta intimidad de tu corazón y hasta dónde debe tratar contigo. Aprende a dejarle a Él esta porción.

Lo que tú crees que es imposible puede que sólo sea blandura y cobardía. Lo que crees que es sobrecogedor puede que sólo sobrecoja a tu orgullo y amor propio ... que poco soporta ser exprimido.

No tengas miedo de sentarte en silencio en la presencia de Dios. Pero no pienses que esto te hace madurar espiritualmente. No puedes hacer uso de la presencia de Dios para escapar del trato con tus debilidades. Y no permitas que tus devociones descuiden tus obligaciones

Sé sincero, humilde, y coopera con los que tienen autoridad. Abre tu corazón al amor de Dios y recibe su fuerza. Siempre que pongas todo tu corazón y espíritu sobre Él, te aferres a su voluntad, y no descuides tus tareas, no serás engañado. Sigue a Dios.



PACIENCIA

Todo lo que se asemeje al orgullo o a un espíritu que pone a otros en ridículo revela a una persona que está llena de sí misma. Esta clase de persona no ve sus propios defectos sino que se agrada cuando ve que otros lo pasan mal. Aquí está la peor cara de tu naturaleza propia: se hiere fácilmente, está llena de desprecio, es altiva, celosa, incapaz de perdonar, y poco compasiva.

Tú y yo no somos perfectos. Debes ser paciente con tus defectos y con los defectos de otros. Sé práctico con tus expectativas. Nadie se hace perfecto en un día. Aún las personas más perfectas tienen muchas imperfecciones... ¡esto quiere decir que tú también! Si eres impaciente con las faltas de otros sólo demuestras lo imperfecto que eres.

¡Tus defectos y mis defectos hacen que sea difícil que seamos buenos amigos! Pero sólo podemos cumplir la Ley de Cristo soportándonos entre nosotros. Por otro lado, no excuses tus defectos o los defectos de otros. Deja que tu amor, paciencia y buena voluntad, (capaces de pasar por alto los arrebatos temperamentales) fluyan entre tú y todos aquellos con los que te asocias.

No picotees en los defectos ajenos. A nadie le gusta eso y sólo se consigue apartar más a las personas de lo que es bueno. Incluso puedes hacer que alguien se dé media vuelta después de dar sus primeros pasos inestables hacia Dios. Renuncia a tu naturaleza crítica y permanece en contacto con Cristo dentro de ti. Anímate a ti mismo y a los que están a tu alrededor a renunciar al orgullo y al egoísmo.

Vive una vida sencilla ante Dios. Acepta lo que Dios permite en tu vida. Su misericordia es lo que ha permitido que esos acontecimientos tomen lugar. No te dejes irritar interiormente por los pequeños problemas y tribulaciones que se cruzan en tu vida. Resístelos como lo harías con un dolor de cabeza sin empeorarlos. Mientras tanto, sigue con tu oración interior como de costumbre.

Cuando las cosas sean difíciles en tu vida, la oración será más difícil, el amor será menos tierno, y la presencia de Dios se sentirá menos. Sólo aprende a ser fiel durante estos tiempos de prueba ... eso es todo lo que Dios pide. Mayor es la fuerza que arrastra un bote contra corriente un cuarto de nudo que todo un nudo con el viento en popa. Trata las quejas de tu naturaleza propia como ciertas personas tratan sus apetitos caprichosos. No las escuches y actúa como si no las sintieras.



(Por gentileza de E. Josué Zambrano Tapias)

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