LIBRO DE RUT, Parte 6: Purificando a Rut
11 de mayo de 2019
La
Ley de Nacimientos Ilegítimos de Deuteronomio
23:2,3
no estaba destinada a ser una prohibición permanente de que los
moabitas entraran en el kahal
(asamblea,
iglesia). Del mismo modo, el significado de "nacimiento
ilegítimo" se define en cierta medida por los ejemplos
bíblicos.
Un
ejemplo importante se ve en la historia de David, quien fue la décima
generación de Judá, cuyo incesto con su nuera produjo a Fares
(Génesis
38:29).
El
pecado de Judá demoró la llegada del rey por diez generaciones.
1. Fares
(nacimiento ilegítimo)
2. Esrom
3. Aram
4. Aminadab
5. Naasón
6. Salma / Salmón
7. Booz (que se casó con Rut)
8. Obed
9. Jesé
10. David (Rey)
2. Esrom
3. Aram
4. Aminadab
5. Naasón
6. Salma / Salmón
7. Booz (que se casó con Rut)
8. Obed
9. Jesé
10. David (Rey)
Booz fue la
séptima generación de Fares, y aunque no se quedó corto de ninguna
otra manera, todavía estaba afectado por el pecado de su antepasado.
Tres generaciones más tendrían que pasar antes de que el rey
pudiera surgir en Israel sin el estorbo legal.
Igual puede
decirse de la misma Rut, que estaba afectada por su propio
antepasado, Moab, que nació de un nacimiento ilegítimo (incesto).
La diferencia es que Lot vivió tres generaciones antes de Judá y,
por lo tanto, la Ley de diez generaciones terminó con Rut.
Lot
era contemporáneo de Abraham, y aunque era el sobrino de Abraham y,
por lo tanto, de la siguiente generación, el mismo Isaac no nació
hasta que Abraham tenía cien años. Las generaciones de Abraham son
Isaac, Jacob y Judá, quien incurrió en la maldición del nacimiento
ilegítimo de esa tribu gobernante. Por lo tanto, se consideraron 13
generaciones desde Abraham hasta David, o 14 generaciones, contando inclusivamente (Mateo
1:17),
y parece que aproximadamente el mismo número de generaciones también
habían pasado desde los días de Lot.
La
generación de Rut, siendo la séptima de Fares, probablemente era
también la décima del hijo ilegítimo de Lot, Moab. Es posible,
entonces, que las limitaciones de la Ley de Nacimientos Ilegítimos
hubiera terminado con la propia Rut, y que la línea real no
incurriera en más obstáculos cuando Booz se casó con ella.
15
En
cuanto a la asamblea, habrá un estatuto para vosotros y para el
extranjero que vive con vosotros, un estatuto perpetuo por todas
vuestras generaciones; tal como vosotros sois, así será el
extranjero delante de Yahweh. 16 Debe haber una ley y una ordenanza
para usted y para el extranjero que vive con usted.
La Ley,
entonces, se aplicaba por igual a los israelitas y a los
"extranjeros". El mismo juicio de la Ley sobre Judá por su
pecado de incesto, se aplicaba por igual a los moabitas desde los
días de Lot. El hecho de que la Ley no haya sido revelada o escrita
hasta más tarde (Moisés) no significa que no haya estado vigente
antes. La Ley expresa la naturaleza de Dios y refleja Su norma de
justicia, y esta es constante e intemporal.
Los
judíos más tarde discriminaron a los extranjeros (no judíos),
haciéndolos desiguales, violando así la Ley de Dios y ofendiendo Su
propia naturaleza. Construyeron una "pared divisoria" en el
atrio del templo, que prohibía a los judíos conversos y las mujeres
acercarse a Dios. Este muro fue abolido por Cristo y Sus enseñanzas
(Efesios
2:14,15)
para crear “un
nuevo hombre”,
una nación de todos los grupos étnicos, que se unificó en Cristo.
El
judaísmo también discriminó a otras etnias al establecer la Ley
Principal para los judíos y las "Leyes Noájidas (Traductor:
Las 7 Leyes Orales de Noé vinculantes para toda la humanidad)"
para los no judíos. Para el judaísmo la idea era que las Leyes de
Noájidas en Génesis
9:6,7
eran las únicas leyes que los "gentiles" tenían que saber
y obedecer. Los escritores rabínicos consideraban que los no judíos
estaban a nivel del ganado, que era incapaz de la moral y la verdad,
incluso hasta el punto en que su testimonio ante el tribunal no era
válido. Tales tradiciones religiosas siguen siendo una abominación
para Dios hasta el día de hoy, ya que la Ley de Dios que prohíbe
tales actitudes aún se mantiene.
Así que
vemos que la Ley de Nacimientos Ilegítimos se aplicaba por igual a
los descendientes de Judá y de Lot. Para Judá, terminó con el rey
David, y para Lot, terminó con Rut.
Por
supuesto, bajo el Nuevo Pacto, a quien sea engendrado por el Espíritu
se le da una nueva identidad conocida como el hombre de la nueva
creación. Cuando cambiamos nuestra identidad a este "nuevo yo"
(NASB), ya no estamos implicados en la maldición que se transmite de
varias maneras al hombre carnal adámico (o nuestra identidad como
israelitas carnales o judaítas). Tenemos la oportunidad de ser
liberados de todas esas maldiciones, incluso al punto de ser
liberados de la maldición de la mortalidad impuesta a Adán.
Los
que conservan la identidad de su carne deben lidiar con las
maldiciones que sus ancestros trajeron a su linaje.
En última instancia, no hay liberación para estas maldiciones,
porque la carne seguramente morirá, como lo dice el juicio de Dios
(Génesis
2:17).
La serpiente todavía tienta a los hombres a dudar de este veredicto
divino (Génesis
3:1,4,5),
pero el juicio sobre toda carne no puede ser dejado de lado. El
camino hacia la inmortalidad no es preservar la carne, sino cambiar
la identidad de uno y convertirse en un hombre nuevo, engendrado por
otro Padre, Quien es inmortal e incorruptible.
Así
también encontramos a Rut haciendo esto en su declaración de fe en
Rut
1:16.
Ella no podría haber conocido la mecánica de la Filiación como la
conocemos hoy, ya que no tenía la comprensión del apóstol Pablo,
pero decidió seguir al Dios de Noemí, quien luego se manifestaría
como Jesucristo. Su
fe era la evidencia de que nuestro Dios soberano había hecho una
obra en ella por medio de Su Espíritu.
Ella era una evidencia de que Dios ya había comenzado a cumplir el
juramento de Su Nuevo Pacto (Deuteronomio
29:12,13,14,15).
Los versículos finales nos muestran que el alcance de este juramento
incluía a Rut, la moabita:
14
Ahora
no solo con vosotros [israelitas
y extranjeros en las llanuras de Moab]
estoy
haciendo este pacto y este juramento, 15 sino con los que están aquí
con nosotros hoy en presencia de Yahweh nuestro Dios y con los que no
están con nosotros aquí hoy.
Tags: Teaching Series
Category: Teachings
Blog Author: Dr. Stephen Jones
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