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Estudio de EFESIOS - Parte 20 - LA VIDA RESUCITADA NORMAL (Alegría, musicalidad y acción de gracias), Dr. Stephen Jones

 




Después de que Pablo equipara la verdad con la luz, que expone los secretos y repele las tinieblas, el siguiente paso en su lógica se da en Efesios 5: 14,


14 Por eso dice: Despierta, tú que duermes; y levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo”.


Aquí el apóstol se refiere a Isaías 60: 1,


1 Levántate, resplandece; porque ha llegado tu luz, y la gloria del Señor ha nacido sobre ti.


Pablo nos dice que Dios estaba ordenando al “durmiente” que se levantara. Dormir era un eufemismo común para la muerte (1ª Corintios 11: 30; 15: 20, 51). Por lo tanto, “levántate, resplandece” es un mandato de resucitar de entre los muertos. El sepulcro (sheol) también era representado como “la tierra de las tinieblas” (Job 10: 21). Así que Pablo interpreta “ha venido tu luz” en el sentido de “Cristo te alumbrará”, lo que implica la resurrección.


Hay dos capas de significado en esto. La resurrección puede significar salir de una tumba, o puede significar ser iluminado por la Palabra de Verdad. Esta última es la forma en que Pablo aplica la idea en el versículo 14. Si alguno de los efesios había estado caminando en la oscuridad, debía “levantarse, resplandecer”, es decir, “andar en la luz, como Él mismo está en la luz” (1ª Juan 1: 7). En otras palabras, vivan el tipo de vida como si fueran seres resucitados, como lo simboliza su bautismo (Romanos 6: 4, 8, 9).


El camino de vida de un creyente debe ser uno en el que el viejo yo haya muerto y, en su lugar, el nuevo yo haya resucitado para caminar en la luz y la gloria del Señor. Por supuesto, hay más por venir en “la redención de nuestro cuerpo” (Romanos 8: 23), pero hoy debemos andar como es digno de este llamado santo (Efesios 4: 1). Debemos considerar que nuestro viejo yo está muerto, por haber transferido nuestra identidad al nuevo yo.



Dos puntos de vista de la sabiduría


Efesios 5: 15-17 dice:


15 Por tanto, tened cuidado con cómo andáis, no como necios sino como sabios, 16 aprovechando bien vuestro tiempo, porque los días son malos. 17 Así que no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor.


La sabiduría divina es conocer, entender y seguir su voluntad (thelema). Pablo dice en Romanos 2: 18,


18 y conocer su voluntad [thelema] y aprobar las cosas que son esenciales, siendo instruidos por la ley.


Por su voluntad, todas las cosas fueron creadas a través de la sabiduría de Dios. Cada vez que Dios habla, debemos tratarlo como una Ley, en el sentido de que su Palabra requiere obediencia. Por lo tanto, toda la Palabra de Dios es una Ley, no solo la Torá misma, sino también los Profetas, los Salmos y los escritos del Nuevo Testamento.


El mundo de los incrédulos es el reino de la muerte, la oscuridad y la locura, dice Pablo. Se caracteriza por su falta de comprensión de “cuál es la voluntad del Señor”. Pero los creyentes son diferentes, porque han sido instruidos en la sabiduría divina por la Palabra de Dios, escrita y hablada, que los ha iluminado y levantado de entre los muertos, incluso antes de la resurrección.


Pablo contrasta la sabiduría con la necedad sin exponer sobre ello. Para una mayor explicación de este contraste, debemos estudiar 1ª Corintios 1: 18-27, donde Pablo habla de los puntos de vista opuestos sobre la sabiduría y la insensatez. La sabiduría de Dios es locura para el mundo, mientras que Dios mismo ve la sabiduría del mundo como locura. Todo depende del punto de vista de cada uno.



Dos formas de emborracharse


Efesios 5: 18-20 dice:


18 Y no os embriaguéis con vino, porque eso es disolución [asotia, “disipación, abandono,”], sino sed llenos del Espíritu, 19 hablando entre vosotros con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando en vuestro corazón al Señor; 20 dando siempre gracias por todo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo a Dios, el Padre.


La palabra disolución no es una palabra común en castellano. La palabra griega asotia se refiere propiamente a alguien que ha sido abandonado, como si estuviera demasiado lejos para ser salvado, alguien que está "sin esperanza". En este caso, Pablo usa el término para describir a un alcohólico que bebe constantemente como forma de vida. Él contrasta esa vida con la de un creyente que está “lleno del Espíritu”, conduciendo su vida con alegría, música y acción de gracias. Pablo trata esto como la vida resucitada normal.


https://godskingdom.org/blog/2022/10/ephesians-part-20-the-normal-risen-life

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