(FFI) DEL CAOS AL COSMOS - Parte 3, Dr. Stephen Jones

Fecha: 01/01/2019

Edición No. 366

Cuando la Biblia comenzó a imprimirse a mediados del siglo XV para que los cristianos pudieran leerla por sí mismos, cambió la forma en que pensaban los hombres, y esto cambió el curso de la civilización occidental en sí.

Durante la Edad Media, la Iglesia gobernó suprema. A nadie se le permitió cuestionar su autoridad o su interpretación de las Escrituras, y si escuchaban la voz de Dios, siempre tenían que estar sujetos a veto por parte de los sacerdotes. Por lo tanto, la Ley de Dios siempre estuvo sujeta a las tradiciones de los hombres, como lo estuvo en los días de Jesús con los escribas y los fariseos.

Pero cuando se abrió el "pequeño libro" de Ap. 10:2, la gente lo valoró inmensamente, y pronto se entendió que la Biblia (verdad) estaba por encima de las monarquías, los papas y todas las ramas de la educación, la ciencia y la tecnología. Al descubrir que la ley de la iglesia (o la ley canónica) no había logrado alinearse con la Ley de Dios, los hombres no simplemente condenaron lo que era falso. También buscaron lo que era verdadero. Buscaron un verdadero gobierno que pudiera reducir el pecado y, sin embargo, dar libertad a la gente. Reflexionaron sobre la idea del Mandato de Dominio olvidado por largo tiempo, que Dios le dio al hombre en Génesis 1:26. Thomas Sprat (1635-1713), el primer historiador de la Royal Society of Science, lo llamó "el dominio sobre las cosas". Tal estudio fue conocido como Ciencias Naturales e Historia Natural. Estas eran subdivisiones de la teología, porque involucraban el estudio de la Creación de Dios.

Así que los hombres preguntaron: “¿Cómo nos relacionamos con la naturaleza?”. Si el hombre iba a administrar la Creación de Dios, se preguntaron: “¿Cuál es el ejercicio correcto del dominio?” También observaron Génesis 1:2 y entendieron que los seis días de la Creación fueron diseñados para llevar al cosmos del caos al orden divino. Por lo tanto, el ejercicio adecuado del dominio era completar ese proceso.

Con eso en mente, los hombres comenzaron a estudiar las leyes de la naturaleza para comprender lo que Dios había creado. Creían que porque el hombre fue creado a imagen de Dios, la Creación era comprensible. Su deseo era manejar la naturaleza por la voluntad de Dios y ponerla a trabajar como Dios lo deseaba. Este tipo de pensamiento dio origen a la ciencia, la tecnología y los inventos de todo tipo. El avance de la civilización occidental, con la ciencia y la tecnología, surgió del Libro que se abrió para la gente.

Ciencia contra magia y misticismo

Durante miles de años, los hombres observaron hechos pero no entendieron lo que estaban observando. Lo que no entendieron fue relegado al área de la magia o el mito. Proporcionaron explicaciones místicas.

Cuando las cosas se explicaban en términos de magia, no era necesaria una comprensión real de la naturaleza, ya que esto les satisfacía y les impedía utilizar datos científicos para cambiar su entorno o mejorar la civilización en su conjunto. Ciertamente, su conocimiento hizo poco para establecer la libertad entre la gente.

Aristóteles, el gran filósofo griego, asumió que dos piedras de diferentes pesos caídas desde un acantilado caerían a diferentes velocidades y aterrizarían en diferentes momentos. Nadie pensó en probar esa opinión hasta que Galileo (1564-1642), quien descubrió que las piedras aterrizaban al mismo tiempo, independientemente de sus diferentes pesos.

Las explicaciones mitológicas, místicas y mágicas de la naturaleza en el pasado crearon una mentalidad que cortocircuitaba cualquier búsqueda científica real. La lluvia se explicaba en términos de un dios de la lluvia, y se pensaba que la naturaleza estaba encantada, en lugar de funcionar según unas "leyes de la naturaleza" que podrían descubrirse.

Peor aún, los puntos de vista de los hombres a menudo despreciaban la naturaleza, haciendo que los hombres se internaran para retirarse del mundo. La naturaleza era un obstáculo y por lo tanto su enemigo. Se pensaba que la materia era mala y, por lo tanto, carecía de significado. Se decía que la materia era una ilusión, por lo que parecía evidente por sí misma que no tiene sentido tratar de entender una ilusión. En su lugar buscaron escapar de la materia para encontrar la verdad.

Por lo tanto, los hombres se retiraron interiormente, pensando que esto era espiritual y bueno. Despreciando la naturaleza, no pudieron desarrollar la ciencia como una forma de entender la Creación, a pesar de que muchos países produjeron grandes matemáticos e incluso astrónomos.

El Paraíso

La Biblia establece un lugar físico en la tierra llamado Edén. Era "el Paraíso" y el modelo para el Reino de Dios, la ventana a través de la cual el Cielo entraría en la Tierra. La Tierra debía ser una expresión del Cielo y la voluntad de Dios, pero esto iba a venir a medida que la Tierra avanzara del caos al cosmos.

En otras palabras, el paraíso comenzó como una pieza limitada de bienes raíces. Adán y Eva fueron llamados a aumentar el Reino hasta que llenara toda la Tierra. Si Adán hubiera podido hacerlo, todas las cosas se habrían puesto "bajo sus pies" (Salmo 8:6). Sin embargo, él falló, y por lo tanto este llamamiento fue transferido al "último Adán", Jesucristo (1 Cor. 15:45).

En nuestro estudio actual, vemos que el Paraíso no es un lugar de otro mundo, ni fue una condición psicológica, ni siquiera una condición espiritual como tal. El paisaje del Paraíso es una combinación de espíritu y carne, el Cielo infundido en la Tierra.

La puerta al Paraíso es, por supuesto, Jesucristo (Juan 10:9). Pero el camino al Paraíso define el viaje a través del tiempo a medida que el Reino progresa. El final del viaje se describe en Ap. 21:2 como "la ciudad santa, la nueva Jerusalén", que desciende a la Tierra como una Novia, es decir, para convertirse en "una sola carne" (Gén. 2:24).

Dios vio apropiado separar a Eva de Adán para crear la unidad, y esto se convirtió en el patrón primigenio de la unidad entre el Cielo y la Tierra. Ese es el objetivo de la historia en el Plan divino del Reino.

El plan no es que la humanidad se divorcie de la Tierra sino que seamos criaturas celestiales que estemos casadas con la Tierra. En este matrimonio, nos representan como el Cuerpo de Cristo (el Esposo) y la Novia misma. Esto lo hace un poco confuso, ya que siempre lo es cuando desempeñamos roles dobles, pero es importante entender que usamos más de un sombrero. El Cuerpo de Cristo son aquellos que tienen a Cristo como su cabeza. Estos son los vencedores que están en relación con la Tierra o la iglesia. Pero en eso también estamos dando a luz al Hijo Varón ("Cristo en vosotros"), estamos funcionando como la Novia de Cristo.

En tercer lugar, en el sentido de que también estamos destinados a ser Hijos Manifestados de Dios, somos la descendencia de Cristo y su esposa. Realmente usamos tres sombreros principales, cada uno presentando una forma diferente de ver las cosas. No podemos limitarnos a un solo llamado, ya que somos todos los anteriores de diferentes maneras. Al cambiar de tema, simplemente cambiamos los sombreros y desempeñamos diferentes roles en el escenario de la vida.

El Paraíso es la meta. Son los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra que se mencionaron en Isaías 66:17 y se vieron nuevamente en Ap. 21:1. No creo que esto deba entenderse como un nuevo planeta, sino como un verdadero Nuevo Orden Mundial.

El Paraíso se logrará en pequeña escala en la Primera Resurrección (Ap. 20:5). Aquellos pocos que logren la vida inmortal en ese momento recibirán autoridad para someter a las naciones a Cristo durante la Era de los Tabernáculos. Pero incluso esa Edad terminará en una guerra contra los incrédulos (Ap. 20:7,8).

Luego, la sentencia del Gran Trono Blanco pedirá el arresto de todos los muertos, grandes y pequeños, y no tendrán más remedio que comparecer ante el tribunal para obtener una sentencia. La Ley los someterá a amos (redentores), ya que la Ley exige que deben ser "vendidos" (puestos en sujeción obligatoria). Sus nuevos amos tendrán la responsabilidad de enseñarles justicia, como dice Isaías 26:9:

⁹ ... Porque cuando la tierra experimenta tus juicios, los habitantes del mundo aprenden justicia.

La autoridad y la responsabilidad se dan en igual medida. Aquellos que gobiernan y reinan con Cristo no son meramente siervos para cumplir sus órdenes; son responsables de enseñar a sus siervos la justicia con su ejemplo personal. Si fracasaran en esto, Dios los haría responsables.

En otras palabras, el trabajo de los vencedores es restaurar el Paraíso que se perdió cuando Adán pecó. Quizás una mejor manera de verlo es decir que el pecado de Adán le impidió completar su llamado a someter a la Tierra (Gén. 1:26) y producir el fruto que Dios requirió en el Mandato de la Fructificación (Gén. 1:28).

Como miembros del Cuerpo de Cristo, nuestro llamado es ser la expresión de Cristo en la Tierra y hacer su voluntad hasta que se cumpla el propósito original de Dios para la Creación.

Cumpliendo el llamado de Adán

El llamado de Adán fue en gran parte desconocido o poco comprendido entre la época de los apóstoles y la apertura del "pequeño libro", es decir, las Escrituras. Los reformadores vieron este mandato no solo como una búsqueda mística de la espiritualidad, sino como un llamado a someter a la Tierra en su conjunto. Por lo tanto, sometieron a todos los hombres y todos los gobiernos, seculares y religiosos, a la autoridad de la Palabra de Dios.

Los monarcas y los papas reaccionaron a esto con violencia y fuerza y ​​lograron imponer su voluntad a aquellos que no estaban tan comprometidos con la tarea del Reino, pero la idea no se pudo eliminar por completo. Aun cuando Dios le dio a Israel una revelación progresiva de la verdad durante su viaje de Egipto a la Tierra Prometida, también se volvieron a aprender las mismas lecciones en los 500 años entre 1517-2017, cuando la autoridad completa se transfirió a los santos del Altísimo (Dan. 7:22).

Con Martín Lutero, la verdad acerca de la justificación solo por la fe (la Pascua) fue redescubierta.

Con los Wesleys, la verdad sobre la santificación (Mar Rojo) fue redescubierta.

Con el surgimiento de Finney y otros sanadores, se redescubrió la verdad sobre la curación divina (Mara).

Con el ascenso de David Livingstone, CT Studd, Judson Taylor, Carey, AB Simpson y otros que estuvieron dispuestos a dar su vida para difundir el evangelio, se establecieron los movimientos misioneros (Elim).

El advenimiento de Pentecostés en 1900-1905 restableció la verdad dada en el Monte Sinaí en ese primer Pentecostés cuando la gente escuchó la voz de Dios.

Con el Movimiento de la Lluvia Tardía (1948-1952) llegó el primer sabor real de los frutos del Reino, en paralelo con el regreso de los 12 espías. Este movimiento trajo la revelación principal de la Fiesta de los Tabernáculos, el gobierno divino y la Restauración de Todas las Cosas.

Pero la revelación de la Lluvia Tardía fue rechazada por la mayoría de las iglesias, aunque estuvo acompañada de grandes señales y prodigios. Por lo tanto, el Reino no comenzó en 1948, sino que tuvo que esperar otros 38 años (Deut. 2:14). El año 1986 fue el 120º Jubileo de Adán. Fue el año en que el Jubileo debería haber sido decretado. Sin embargo, nadie sabía, nadie entendía. Pero el Plan Divino ya había hecho provisión para este fracaso. Recibimos un Factor de Ezequías de diez años de extensión, y al descubrir el Calendario del Jubileo de la Creación en 1991, pudimos declarar el Jubileo en 1996, haciéndolo aplicable a 1986, así como lo hizo Isaías en las Escrituras.

Escribí sobre esto en mi libro, Secretos del Tiempo (http://josemariaarmesto.blogspot.com/2015/10/libro-secretos-del-tiempo-traduccion.html)

En 1993 lanzamos la Campaña de Oración del Jubileo, con la batalla de apertura del 21 al 29 de noviembre. Esto resultó ser una campaña de oración de 13 años que terminó el 7 de octubre de 2006 con un decreto en Babylon, NY.

En septiembre de 2007, comenzamos a recibir revelación sobre algo nuevo que estaba naciendo. Al principio, parecía ser un Ministerio de Elías, pero pronto descubrimos que en realidad era un Ministerio de Eliseo. Este Ministerio de Eliseo fue lanzado el 12 de abril de 2009.

Actualmente estamos a mitad de camino, pero estamos a punto de ingresar a la doble porción que separa a Eliseo de Elías.

Si bien esta es una larga historia, el punto es que en los últimos 500 años Dios ha vuelto a sembrar las verdades importantes del Reino en el mismo orden en que las reveló a Israel bajo Moisés.

Los que vivimos en este Fin de la Era debemos ser conscientes de la revelación progresiva del Reino, para que podamos (como Cuerpo de Cristo) cumplir con el llamado adámico original de maneras que son específicas de nuestros llamamientos individuales. Ese llamamiento no es meramente volverse espiritualmente en el interior, sino someter toda la Tierra. Los individuos no solo deben preparar sus corazones para manifestar la gloria de Dios, sino que también deben preocuparse por cosas externas como la Tierra, el gobierno, el sistema judicial, el comercio y la agricultura o la ganadería.

Aquí es donde nuestra visión del mundo hace una diferencia en nuestra capacidad para dominar la Tierra. Si los cristianos desprecian la Creación por alguna razón, buscarán dejarla y escapar en un "arrebatamiento". Las culturas religiosas orientales, creyendo que la materia era una ilusión e irreal (maya), buscaron cerrar la mente y el pensamiento racional, enviando su ser consciente a una dimensión espiritual a través de una puerta que no fuera Jesucristo. Los griegos pensaron que el diablo creó la materia y que era malvada, por lo que también intentaron escapar de ella.

La primera verdad “noble” de Buda fue que el mundo era un lugar de sufrimiento permanente. Este camino requería que los hombres pensaran en el mundo (y su sufrimiento) como una ilusión de la que escapar. La Biblia está de acuerdo en que hay sufrimiento en este mundo, pero trata el sufrimiento como una condición anormal que requiere un remedio, porque "por medio de sus heridas, somos sanados". El sufrimiento, entonces, no es inherente a la Creación. Es el resultado del pecado, que tiene un remedio y finalmente será erradicado. El universo no se dividirá para que la oscuridad y la luz puedan coexistir por la eternidad. No, la enfermedad que aflige a la Creación será curada. El mal será erradicado, y Dios será "todo en todo".

Si bien hay algo de valor en todas estas culturas religiosas, todas difieren de la visión bíblica del Reino. Comienza con la suposición de que un Dios bueno creó todas las cosas y que la materia es inherentemente "buena" (Génesis 1:31). El pecado vino después y, por lo tanto, no es inherente ni permanente. La Tierra, entonces, es redimible, y nuestro llamado es participar en esa obra de redención. Nuestra obra es un subconjunto de la obra de Cristo en la Cruz. Seguimos Su ejemplo al crucificar la carne y el viejo hombre (uno mismo), no para escapar de la Tierra sino para glorificarla, no para destruirla sino para redimirla y restaurarla para que pueda convertirse en lo que Dios quiso desde el principio.

Obstáculos cristianos

Los cristianos no han tenido mucho éxito en el cumplimiento de sus llamamientos, porque la Iglesia ha absorbido mucha filosofía romana y griega, que asumieron que la materia era mala. Después de la muerte de los apóstoles, muchos pensadores cristianos comenzaron a interpretar la historia de la Creación como una elevada alegoría, mediante la cual significaban un mito.

La Biblia es historia, pero es historia con significado que se basa en leyes y principios espirituales. Como tales, todos los tipos y sombras en las Escrituras son alegorías históricas, pero no son mitos, ni son solo formas elocuentes e imaginativas de expresar verdades más profundas. No, la Escritura está construida sobre una base sólida de la historia que tiene un significado más profundo.

Sin embargo, algunos líderes cristianos fueron educados en el pensamiento griego, y en sus intentos de alcanzar a más personas con el evangelio, consideraron necesario apelar a los patrones de pensamiento de la cultura griega.

Así que el énfasis comenzó a construirse sobre una filosofía escapista, ofreciendo la recompensa de retirarse en el Cielo en lugar de heredar la Tierra y producir frutos. Algunos vieron la Creación como una imagen inferior y decadente de un mundo espiritual y, por lo tanto, para ellos era temporal. Por lo tanto, no era parte de nuestra herencia eterna, y esto redujo las mejoras reales. Después de todo, ¿por qué construir cosas que pronto serán destruidas? ¿Por qué recibir una educación cuando pronto saldremos de este lugar? ¿Por qué inventar máquinas que aumenten la producción y den a los hombres tiempo para descansar?

Esto se mantuvo durante la Edad Oscura hasta que la luz de la Palabra comenzó a brillar nuevamente en el mundo. Esta filosofía desequilibrada llevó a la esclavitud, la pobreza y la opresión durante mil años.

La iglesia perdió el respeto por la Creación y le dio un significado inferior para explicar cómo un Dios poderoso podría ser un fracaso. Quizás su visión del tormento eterno fue la causa subyacente de su punto de vista destructivo. Al no creer que Dios podía y que realmente restauraría todo a Sí mismo, se quedaron con la sombría perspectiva de que el diablo heredaría la mayor parte de la Creación y que Dios no tendría más remedio que quemar todo o, si eso fuera imposible, ¡no tenía más remedio que quemarla por la eternidad en la desesperanza!

Los reformadores protestantes recibieron la verdad progresivamente. Ninguno de ellos poseía toda la verdad, pero sentaron las bases de lo que vendría después. La verdad sobre la Reconciliación Universal comenzó a restablecerse alrededor del año 1740, pero se basó en un malentendido de la Ley de Dios. La salvación de todos se basó en gran medida en la idea de que la Ley había sido anulada y, por lo tanto, no habría juicio por el pecado.

Este malentendido sobre el propósito de la Ley de Dios los hizo sin Ley, y pronto los universalistas enseñaron que todos los caminos religiosos conducían al Cielo. El Movimiento de la Lluvia Tardía lo puso de nuevo sobre una base bíblica y lo vio en términos de los días festivos, en particular la Fiesta de Tabernáculos. Sin embargo, ni siquiera ellos hicieron un estudio serio de la Ley Bíblica.

Por esa razón, creo, Dios me llamó a exponer la enseñanza de la Restauración de Todas las Cosas que no era sin Ley, pero demostrando que está restaurando las cosas por medio del juicio divino, no eliminando el juicio. En mi opinión parcial, esta enseñanza revierte el antiguo problema de la mentalidad sin Ley que llevó a Israel al cautiverio y que más tarde destruyó Jerusalén. Los profetas en el Antiguo Testamento clamaron contra la anarquía en Israel y Judá, y el Nuevo Testamento estuvo de acuerdo con esta evaluación. ¿Cuánto más deberíamos hablar en contra de la anarquía (mentalidad sin Ley) hoy, cuando estamos al borde de la Era de los Tabernáculos, donde la Ley de Dios se establecerá como la Ley de la Tierra?

Filosofía secularista

La mayoría de los reformadores protestantes vieron que el Mandato del Dominio era someter a la Tierra, y creían que para hacer esto uno debe entender la naturaleza y las leyes de la naturaleza. Esto hizo que no solo desarrollaran un estudio de las ciencias naturales sino también las ciencias políticas. Ambas ciencias eran subconjuntos de la teología. Por lo tanto, Harvard y Yale fueron universidades teológicas en sus inicios y solo más tarde adoptaron las ideas del darwinismo ateo y el socialismo secular.

Estas filosofías materialistas sembraron las semillas del caos de las cuales los reformadores procuraron liberar al mundo. Abandonaron la sabiduría de Dios y basaron su ciencia en la racionalidad limitada de la sabiduría de los hombres. Ahora estamos viendo el fruto maduro de semejante tontería. JRR Tolkein lo llamó la tierra de Moria, usando la palabra griega de Pablo para "necedad".

El socialismo es una tontería, como lo es la teoría de que todas las cosas evolucionaron del limo y que el hombre es solo un animal que ha evolucionado más que los monos. La motivación en la ciencia secular ha evolucionado hacia la búsqueda de un camino alternativo hacia la inmortalidad. Rechazando el camino bíblico, ven la cruz de Cristo como una tontería, mientras que nosotros vemos la sabiduría del mundo como una tontería.

https://gods-kingdom-ministries.net/teachings/ffi-newsletter/ffi-2019/01-01-2019-from-chaos-to-cosmos-part-3/