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Autor: Dr. Stephen E. Jones
https://godskingdom.org/blog/2025/05/zechariah-prophet-of-gods-remembrance-part-14/
En Zacarías 5, se le mostró al profeta un gran rollo que volaba por los aires. Sus dimensiones eran de 20 x 10 codos. Aunque es demasiado ancho, parece un misil balístico que lleva un mensaje profético (una maldición) envuelto en él. Quizás el mensaje escrito sea tan largo que, en conjunto, parece desproporcionado.
Zacarías 5: 1-4 dice:
1 Volví a alzar la vista y miré, y he aquí un rollo que volaba. 2 Me preguntó: «¿Qué ves?». Respondí: «Veo un rollo que vuela; su longitud es de veinte codos y su anchura de diez codos». 3 Me dijo: «Esta es la maldición que se extiende sobre la faz de toda la tierra; todo el que robe será expurgado según lo escrito en un lado, y todo el que jure en [en falso] será expurgado según lo escrito en el otro. 4 Lo haré salir —declara el Señor de los ejércitos— y entrará en la casa del que jure en falso por mi nombre, y pasará la noche dentro de esa casa y la consumirá con su madera y sus piedras».
El proyectil parece ser el medio por el cual la maldición de Dios se lanza sobre «toda la tierra». La escritura misma se describe en términos de la violación de dos mandamientos específicos: el Tercero y el Octavo. Estos se exponen en Deuteronomio 5: 11 y 19.
11 No tomarás en vano el nombre del Señor tu Dios; porque el Señor no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano [profanamente].
19 No hurtarás.
Violando el Tercer Mandamiento
El Tercer Mandamiento prohíbe la invocación del nombre de Dios para un propósito deshonesto o ilegal que sea contrario u hostil a Dios y su voluntad.
Todos los juramentos en un tribunal bíblico invocan el nombre de Dios como testigo de la veracidad de algún testimonio. Esto significa que todo testimonio ante Dios, bajo juramento, debe ser la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad: «Que Dios me ayude». Por el contrario, si alguien diera un testimonio engañoso, incompleto o falso, podría ser procesado por blasfemia por decir, en esencia, que «Dios da testimonio de mi mentira».
Israel y Judá fueron llamadas a dar testimonio de la naturaleza de Dios, expresada en su Ley. Sin embargo, no lo hicieron, y por esta razón Dios los exilió a tierras extranjeras.
Isaías 52: 5 dice:
5 … De nuevo declara el SEÑOR: «Los que gobiernan sobre ellos aúllan, y mi nombre es blasfemado continuamente todo el día».
Pablo cita esto más adelante en Romanos 2: 23, 24, diciendo:
23 Tú que te jactas de la ley, quebrantándola, ¿deshonras a Dios? 24 «Porque el nombre de Dios es blasfemado entre los gentiles por causa de vosotros», tal como está escrito.
Los judíos despreciaban a otras naciones debido a su idolatría e ideas blasfemas sobre la naturaleza de Dios, pero se suponía que debían mostrar a todas las naciones la verdadera naturaleza de Dios y dar ejemplo de justicia entre ellas. Fracasaron, por lo que Pablo no se limita a condenar a las naciones por blasfemia, sino que culpa a quienes afirman conocer la ley, pero blasfeman contra Dios quebrantándola.
Después de todo, Dios no se apareció a otras naciones con la revelación de su Ley. Delegó la responsabilidad de enseñar con el ejemplo la Ley a Israel y, especialmente, a Judá, en cuyo territorio se encontraban el templo y sus sacerdotes.
Hoy estamos a punto de ver el rollo volador profetizado por Zacarías. La primera razón (declarada) de este juicio divino es su violación del Tercer Mandamiento. Por lo tanto, no sorprende que veamos al Estado Judío cometer genocidio y hacer todo lo posible por maldecir a todos los no judíos, cuando, si realmente fueran hijos de Abraham, serían una bendición para todas las naciones.
Pablo escribe en 1ª Tesalonicenses 2: 14-16,
14 Pues vosotros, hermanos, os hicisteis imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, pues también sufrieron los mismos sufrimientos a manos de sus propios compatriotas, tal como ellos sufrieron a manos de los judíos, 15 quienes mataron al Señor Jesús y a los profetas, y nos expulsaron. No agradan a Dios, sino que son hostiles a todos los hombres, 16 impidiéndonos hablar a los gentiles para que se salven, con el resultado de que siempre colman la medida de sus pecados. Pero la ira ha caído sobre ellos hasta el extremo.
Esta representación impía de la naturaleza de Dios lleva a las naciones a creer que el Dios de la Biblia es un Dios sanguinario que odia y maldice a todos los no judíos. Esta es la primera de las dos razones principales por las que el rollo volador pronto volará hacia Jerusalén para destruirla por completo, de modo que jamás será reconstruida (Jeremías 19: 10, 11).
El Octavo Mandamiento prohíbe el robo. El sionismo se basa en el robo. Al principio, los sionistas emigraron a Palestina y adquirieron propiedades legalmente. Pero una vez que asumieron la condición de Estado el 14 de mayo de 1948, comenzaron a robar las tierras que los palestinos se negaban a vender. Instigaron guerras para apropiarse de grandes extensiones de tierra mediante la conquista. Muchos fueron expulsados temporalmente de sus hogares y aldeas y enviados a Gaza, donde sufrieron una opresión cada vez mayor en este campo de prisioneros al aire libre.
El último proyecto actual es robar la tierra de Gaza, hacerla inhabitable para estos refugiados y matarlos de hambre hasta que acepten irse para siempre. De esta manera, junto con los sionistas cristianos, le dicen al mundo que esta es la voluntad de Dios y que se ajusta a su naturaleza. Tales afirmaciones son blasfemas, ya que afirman que Dios consiente el robo. Estas personas conocen poco sobre la naturaleza de Dios, influenciadas por esos transgresores que son "hostiles a todos los hombres".
El rollo volador de Zacarías es un mensaje divino, una advertencia y una maldición para el propio Estado de Israel. De este modo, Dios se justifica por enviar este mensaje, impulsado por un misil balístico (probablemente nuclear), para cumplir Jeremías 19: 10, 11 e Isaías 29: 1-6.
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