Oct 17, 2018
Regresamos a casa anoche después de haber salido por una semana completa. Todavía estoy evaluando los resultados de este viaje al Este. Escuché muy pocas noticias durante el viaje, y no me conecté en absoluto. Intenté escuchar algunas noticias en la carretera por la radio.
Ahora que el huracán Michael (Miguel) vino y se fue, dejando bastante devastación a su paso, podemos mirar hacia atrás y ver cómo jugó esto en la gran imagen profética. Por supuesto, tenga en cuenta que la devastación real sobre el terreno, que ha afectado la vida de muchos, es realmente un tema aparte.
Muchos deben ahora lidiar con la pérdida de vidas y bienes, y ciertamente debemos orar por ellos y ayudarlos de cualquier manera posible. Pero reportar tales eventos es responsabilidad de los medios de comunicación. Mi responsabilidad es informar las cosas desde una perspectiva diferente, dando sentido a los eventos terrenales desde una comprensión profética.
No debe entenderse que el huracán Michael significa que el Arcángel Miguel devastó a las personas afectadas por el huracán. Debemos verlo como evidencia de una gran batalla en el Cielo entre Miguel y "el gran dragón ... a quien se llama el diablo y Satanás" (Apocalipsis 12:9). En este caso, parece que Pan estaba siendo señalado específicamente. Por este motivo, la ciudad de Pan-amá se vio afectada.
Pan es Azazel en Levítico 16:8,10, a menudo traducido como "chivo expiatorio". El Libro de Enoc muestra a Azazel como el líder de los llamados "hijos de Dios" en Génesis 6:4, a los que se hace referencia en Judas 6 como “no conservaron su señorío original, sino que abandonaron su morada legítima". Azazel era representado como mitad hombre, mitad cabra, un fauno híbrido destinado a representar dos naturalezas (física y espiritual). Los griegos lo llamaron Pan, y su hogar estaba en la Gruta de Pan en Cesarea de Filipos (la antigua ciudad de Dan).
En el Día de la Expiación cada año, un cabro era entregado a Yahvé y el otro a Azazel (Levítico 16:8,10). El primero era sacrificado, y su sangre se esparcía sobre el propiciatorio. El segundo era enviado al desierto "para Azazel", en un ritual cuyo significado probablemente era desconocido hasta que Jesús cumplió el Día de la Expiación.
Creo que Jesús fue bautizado en el momento en que el sumo sacerdote estaba matando al primer chivo en el templo de Jerusalén. Luego, cuando el sacerdote enviaba al segundo chivo "al desierto por mano de un hombre que está preparado" para ello (Levítico 16:21), Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu Santo (Mateo 4:1; Lucas 4:1,2). Fue enviado para ser "tentado por el diablo". Vemos, entonces, que Jesús fue enviado al desierto "para Azazel".
El propósito era para ser "tentado", no para que fuera propiedad del diablo. Si Jesús hubiera fallado la prueba, y hubiera pecado, entonces al diablo se le habría dado autoridad sobre Él. Pero el diablo no halló nada en Él por lo que pudiera ser acusado. El llamado del diablo es acusar a los hermanos (Apocalipsis 12:10), porque la palabra diablo significa "acusador". El término Satanás significa "adversario", que revela su llamamiento como Fiscal o Adversario nuestro en la Corte Divina.
Pero sin pecado, el Adversario no tiene un caso legal contra un hombre y, por lo tanto, no puede obtener autoridad sobre él.
En la profecía de Apocalipsis 12 , Miguel derroca al diablo y lo arroja a la Tierra, donde los vencedores también lo derrotan (Apocalipsis 12:11). Entonces, en el último año hemos notado un patrón inusual en el ministerio de liberación: ¡Los príncipes espirituales y los archipríncipes que hemos enviado a los pies de Jesús para ser juzgados, han sido expulsados del Cielo y enviados de regreso a la Tierra para permitirnos vencerlos y luego juzgarlos! Después de muchos meses, finalmente conectamos este fenómeno con Apocalipsis 12:10,11 y nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo. Este entendimiento puso a Revelación 12 en nuestro radar, por lo que cuando el huracán Michael tocó tierra desde el Golfo de México la semana pasada, fue visto como una continuación del tema de Revelación 12.
De hecho, todo este tema realmente se originó con el nacimiento de Júpiter en Virgo que se produjo el 23 de septiembre de 2017 a raíz del huracán María (María) que golpeó Puerto Rico tres días antes.
Uno no puede culpar a la verdadera María (la que concibió a Jesús siendo virgen) por este huracán, más de lo que uno puede culpar al Arcángel Miguel por el Huracán Michael de la semana pasada. Tampoco se puede culpar a María o Miguel por hacer un mal uso de ellos. María misma se rindió a Jesús (Juan 2:5: "Haced todo lo que El os diga"), mientras que muchos hoy en día oran a María, con la esperanza de que Jesús le haga caso a Su madre.
Muchos ocultistas también claman a Michael, como si Michael cumpliera sus órdenes como el genio de una botella. Los gnósticos también claman a Juan como su santo patrón, cuando en realidad, Juan escribió contra el gnosticismo. Al clamar a Juan, ellos esperan controlar su mensaje y cegar a la gente al mensaje real de Juan.
Tal mal uso de los santos bíblicos (y sus mensajes) conduce finalmente al conflicto espiritual. En el presente caso, Michael ha declarado la guerra a quienes falsamente reclaman autoridad sobre él. Pan, por ejemplo, es el Azazel bíblico que presenta un mensaje falso de la Fiesta de los Tabernáculos. Esencialmente, él compite con los vencedores por el título de "hijo(s) de Dios". Pero no pudo usurpar la autoridad sobre el Hijo de Dios, y durante el tiempo de la Iglesia en el Desierto, nuevamente no logra ganar autoridad sobre los vencedores que son los "hijos de Dios".
Por otro lado, el patrón bajo Moisés muestra que la Iglesia en el Desierto como un todo virtualmente falla en todas las pruebas. Jesús tuvo éxito donde Israel falló, pero Caleb y Josué (tipos de los vencedores) son parte de la historia de éxito. Así también desde el día de Pentecostés, la Iglesia Pentecostal en el Desierto ha fracasado, pero los vencedores entre ellos han seguido los pasos de Caleb y Josué.
En el último año hemos llegado al punto en el que vemos que se cumple Apocalipsis 12. El evento celestial del 23 de septiembre de 2017 parece haber comenzado este patrón profético y ha continuado hasta el día de hoy. Es difícil saber cuánto tiempo continuará esta fase profética, pero el huracán Michael fue una señal profética significativa.
Categoría: Discernimiento profético.
Autor del blog: Dr. Stephen Jones
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