12 de junio del 2020
Si no tienes paz es que te has salido del camino.
Deja los razonamientos, las emociones o los deseos que te auto-justifican y echan la culpa a los demás y/o a las circunstancias y sigue la paz.
¡La paz es el árbitro y es la verdad! (Colosenses 3: 15, Y la paz de Dios gobierne [arbitre] en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos).
Lleva pues cautivos tus argumentos carnales y tu orgullosa altivez a la obediencia a Cristo y recuperarás la paz. ¡Deja de alegar y desecha la auto-conmiseración! (2ª Cor. 10: 5).
Es la presencia del Espíritu la que nos da la paz.
Cuando la perdiste es que Él, la Paloma, se retiró. La "Paloma" solo reposa sobre los CORDEROS mansos y humildes (Mat. 3: 16). Sí amigo, si perdiste la paz, tú eres quien está errado, no ese otro a quien le echas la culpa. ¡La Paloma nunca se equivoca!
Así se vuelve al camino:
¡ARREPIÉNTETE, HUMÍLLATE, DEJA DE RAZONAR, OBEDECE el arbitrio de la paz y la Paloma regresará. Luego, ¡síguela!
Gracia y paz en nuestro precioso Señor Jesucristo.
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