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ISAÍAS, Profeta de la Salvación-LIBRO 3-Parte 22: ORÁCULO CONTRA DAMASCO Y SIRIA, 3, Dr. Stephen Jones


les miracles de Jésus-Christ 7/10 - YouTube


11-06-2020


Isaías 17:11 concluye la profecía que se refiere a los asirios "cosechando" a los israelitas como si fueran un campo de grano o un olivo.

11 En el día que las siembres, las cercarás cuidadosamente y por la mañana harás que tu semilla florezca; pero la cosecha será un montón inservible en el día de enfermedad y de dolor incurable.

Los israelitas pueden tratar de proteger o defender lo que producen con una "cerca" (es decir, un muro alrededor de una ciudad), pero "la cosecha será un montón", independientemente de lo que hagan, debido a su falta de arrepentimiento. Tenga en cuenta también que Efraín significa "doble porción de fruto". Efraín recibió la Primogenitura (Derecho de Nacimiento) de su padre, José (1º Crónicas 5: 1-2). Después de que el Mandato de Dominio se separó del Derecho de Nacimiento y se le dio a Judá, solo quedó el Mandato de Fecundidad (Fructificación) en el Derecho de Nacimiento.

Efraín era, por lo tanto, responsable de dar a luz a los hijos de Dios, pero obviamente, no habían logrado hacerlo bajo el Antiguo Pacto. La "cosecha" profetizada por Isaías fue el resultado final de este fracaso en producir el fruto, que Dios requería del poseedor del Derecho de Nacimiento. El titular del Derecho de Nacimiento fue expulsado y parecía (a simple vista) estar irremediablemente perdido.

Sin embargo, todos los profetas estuvieron de acuerdo en que, a pesar de este desastre, el Derecho de Nacimiento no se perdería para siempre, sino que se recuperaría al final. Por lo tanto, los hijos de Dios se manifestarían más tarde en el tiempo señalado, cuando la Fiesta de Tabernáculos se cumpliera históricamente. Pero Tabernáculos no podía cumplirse hasta que la Pascua y Pentecostés se hubieran cumplido por primera vez.


El Derecho de Nacimiento (Primogenitura) retrasado por el juicio

Sabemos por las Escrituras que Jesús cumplió la Fiesta de la Pascua cuando murió en la Cruz ese día y la Fiesta de Pentecostés se cumplió en Hechos 2: 1. El cumplimiento de estas fiestas durante la Primera Venida de Cristo preparó el camino para el cumplimiento del segundo grupo de fiestas en Su Segunda Venida, que culminaría con la Fiesta de Tabernáculos, cuando los hijos de Dios nacerían, para cumplir con la responsabilidad del Mandato de Fecundidad (Fructificación).

El advenimiento del Nuevo Pacto hizo esto posible (e inevitable). El Nuevo Pacto fue establecido por la muerte y resurrección de Cristo en el primer grupo de fiestas, pero solo cuando se cumpla el segundo grupo de fiestas, esto llegará a buen término. Mientras tanto, el cautiverio y el exilio de Efraín como la "oveja perdida de la Casa de Israel" sirvió para posponer la Manifestación de los Hijos de Dios hasta que el tiempo del juicio hubiera terminado (Ver Jeremías 50: 6 y Mateo 10: 6).

A pesar de la cosecha arruinada bajo el Antiguo Pacto, Dios ha preservado para Sí mismo un Rebusco (Remanente), es decir, las "espigas", que permanecen separadas de la cosecha general. Durante esos largos "siete tiempos" de juicio y tribulación, el Mandato de Fecundidad del Derecho de Nacimiento se ha mantenido separado del Mandato del Dominio. En el tiempo de la cosecha arruinada, Dios ha preservado un pequeño Remanente y les ha inculcado la fe del Nuevo Pacto de Abraham (Romanos 4: 20-21). Estas “espigas” y “primicias” están llamadas a tomar la iniciativa para cumplir las promesas de Dios.


Samaria y Damasco

Isaías 17: 11 hace que el lector regrese a Damasco, que, en Isaías 17: 1, se convertiría en "un montón de ruinas". Está claro que tanto Samaria como Damasco iban a sufrir el mismo destino a manos de Asiria, aunque no sabemos si Dios tomaría o no "espigas" de Damasco. Parece que el propósito subyacente de Dios al conectar Samaria y Damasco es mostrar que los israelitas se habían convertido en jacobitas. Estaban cumpliendo la profecía anterior de su antepasado que, como Jacob, se exilió personalmente a Harán. No se convirtió en israelita hasta que regresó a su hogar en Canaán.

En otras palabras, estos jacobitas habían sido despojados de su nombre, porque ya no eran dignos de llevar el testimonio de Israel ("Dios gobierna"). Habiendo rechazado la idea de que el Dios verdadero era soberano sobre ellos, Dios los echó y causó que los hombres olvidaran quiénes eran. Sin embargo, incluso esto fue profetizado en el nombre del otro hijo de José, Manasés, cuyo nombre significa "olvido".

El punto es que cuando Efraín fue desechado (Jeremías 7: 15), no se diferenciaron de ninguna otra nación no israelita en lo que respecta a su situación legal con Dios. Como mostré en mi comentario sobre Oseas, Dios igualó el campo de juego. Bajo el Nuevo Pacto, Dios entonces reuniría a todas las naciones (incluyendo a Efraín) sobre una base igual, a través de la fe en Cristo. Isaías entendió esto, como lo demuestra Isaías 56: 8,

8 Yahweh el Señor, que reúne a los dispersos de Israel, declara: "Sin embargo, reuniré otros, a los que ya están reunidos".

Esta promesa viene dentro del contexto de la promesa de Dios a los extranjeros que buscan a Dios y desean estar bajo Su Pacto (Isaías 56: 6-7).

Por lo tanto, cuando Dios vincula a Samaria-Efraín con Damasco-Siria, la profecía sugiere no solo que ambos están siendo juzgados, sino también que ambas naciones deben ser reunidas con Dios. En ese sentido, Damasco es un representante de todas las naciones que, al final, caminarán a la luz de la Nueva Jerusalén y su Rey (Apocalipsis 21: 23-24). Por lo tanto, Juan nos dice en Apocalipsis 15: 4:

4 ¿Quién no temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Porque solo tú eres santo; porque todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti, porque tus actos justos han sido revelados.

La profecía de Isaías era oscura cuando se trataba de la salvación de Damasco y Siria, pero nosotros mismos conocemos el final de la historia, porque tenemos el beneficio de la revelación de Juan que ha aclarado lo que una vez fue oscuro. Los juicios de Dios, entonces, aunque severos, no son permanentes, sino que están diseñados para lograr la salvación de las naciones profetizadas en La Revelación de Jesucristo a través del apóstol Juan (Apocalipsis 1: 1).


Juicio sobre Damasco

Los últimos tres versículos de Isaías 17 nos traen de vuelta al oráculo contra Damasco después de una breve distracción al hablar sobre Efraín-Israel. Leemos en Isaías 17: 12-13,

12 ¡Ay, el alboroto de muchos pueblos, que rugen como el rugido de los mares, y el estruendo de las naciones que se precipitan como el retumbar de las aguas poderosas! 13 Las naciones retumban como el rumor de muchas aguas, pero Él las reprenderá y huirán lejos, y serán perseguidas como paja en las montañas ante el viento, o como polvo en torbellino ante un vendaval.

Damasco no se nombra específicamente en esta sección final, porque representa a "las naciones" en su conjunto. En otras palabras, la profecía comenzó enfocándose en Damasco, pero al final, se aplicó más ampliamente al conjunto de las naciones.

Estas naciones "rugen como el rugido de los mares". Esta es la metáfora del profeta que indica la rebelión de todas las naciones contra el derecho de Dios a gobernar lo que Él ha creado. Es como el rugido de una turba enojada que trata de sacar a Dios de Su trono. Entonces leemos en Isaías 57: 20 -21,

20 Pero los impíos son como el mar que se agita, porque no puede estar tranquilo y sus aguas arrojan basura y barro. 21 "No hay paz", dice mi Dios, "para los impíos".

También vemos a la Gran Ramera de Babilonia sentada sobre muchas aguas (Apocalipsis 17: 1). Esto se interpreta más adelante en Apocalipsis 17: 15,

15 Y él me dijo: "Las aguas que viste donde se sienta la ramera, son pueblos, multitudes, naciones y lenguas".

La Ramera gobierna a las naciones, incitándolas a rebelarse contra el Heredero del mundo, Jesucristo. Pero al final, cuando Dios despierte los ojos de la gente, se volverán contra la Ramera y jurarán lealtad al verdadero Rey de Reyes.

Isaías 17: 13 dice que Dios "los reprenderá y huirán lejos". Es probable que el profeta se refiriera a la separación del Mar Rojo, ya que leemos en el Salmo 106: 9: "Reprendió al Mar Rojo y se secó".

Jesús también nos dio un ejemplo de esto en Mateo 8: 26, que dice: "Entonces se levantó y reprendió a los vientos y al mar, y se calmó perfectamente".

La única razón por la cual las naciones de hoy todavía arrojan basura y barro es porque Cristo aún no ha considerado apropiado reprender al rugiente mar. Hay un tiempo designado para todo. Cuando sea hora de que Él hable al mar, será por la voz de la autoridad que ningún hombre o nación podrá resistir.

Jesús reprendió al mar cuando Él y Sus discípulos fueron atrapados en la tormenta. La amenaza era real, y los discípulos estaban llenos de miedo. Jesús estaba dormido (Mateo 8: 24), porque no estaba preocupado por la aparente falta de protección de Dios. Esta lección de fe se aplica a todos los que viven en tiempos turbulentos, incluso hasta la actualidad. Necesitamos aprender a descansar en medio de una tormenta. Sin fe, nadie puede descansar. Las naciones se mueven de un lado a otro porque no tienen fe en Cristo. Pero no somos como las naciones.

Isaías 17: 14 concluye:

14 Al atardecer, he aquí, ¡hay terror! Antes de la mañana ya no existen. Tal será la porción de los que nos despojan y la suerte de los que nos saquean.

Los discípulos de Jesús tenían miedo de la tormenta y el mar agitado. Esto profetizó el miedo que tiende a agarrar a la Iglesia cuando los malvados los "despojan" y los "saquean". Pero la promesa de Dios es que "antes de la mañana ya no están". En otras palabras, antes del amanecer, mientras aún está oscuro, será como si dejaran de existir. Así también, cuando Jesús reprendió al mar durante la noche, la tormenta dejó de existir.

Isaías nos consuela, así como Jesús consoló a Sus discípulos reprendiendo el viento y el mar. La lección es que no hay razón para temer. Debemos caminar siempre por fe y nunca con miedo. Deberíamos aprender a descansar en Él y entender que no hay miedo ("terror") en aquellos que han entrado en el reposo de Dios. Saben por experiencia que Dios es soberano y que "hasta los vientos y el mar le obedecen" (Mateo 8: 27).


https://godskingdom.org/blog/2020/06/isaiah-prophet-of-salvation-book-3-part-22

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