Estar listo
07 de agosto 2014
Jesús dice en Lucas 12:33, 34,
33 Vended lo que poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro inagotable en el cielo, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. 34 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará tu corazón también.
"El Tesoro", en este caso se refiere a la riqueza que tenemos almacenada. Hoy, por supuesto, la mayoría de la gente almacena el dinero en una cuenta bancaria, aunque otros almacenan alimentos, oro, plata, u otros artículos que pueden ser útiles en el futuro. Es claro que Jesús quería que nuestras prioridades estuvieran en orden, al ver que la verdadera riqueza no es lo que almacenamos para un tiempo futuro en la tierra, sino lo que almacenamos en la cuenta bancaria del cielo.
La pregunta realmente es, "¿Dónde está tu corazón?"
A lo largo de la discusión de Jesús no podemos olvidar el contexto en el que se les dio estas enseñanzas. Anteriormente, en Lucas 12 Jesús se refería a la inminente destrucción de Jerusalén. Él volvería a este tema en el siguiente capítulo también. Cuando Jerusalén fue destruida, casi cuarenta años más tarde, la riqueza de los hombres sería inútil en el dolor del desastre. Sólo los que tuvieran verdadera fe podrían sobrevivir.
En Lucas 21 Jesús hablará con mayor claridad acerca de la inminente destrucción de Jerusalén. Allí avisa a sus discípulos "...y los que estén en medio de la ciudad, aléjense; y los que estén en los campos, no entren en ella" ( Lucas 21:21 ). Sabemos por la historia que los cristianos en Jerusalén oyeron y obedecieron estas instrucciones, por lo que no fueron asesinados o esclavizados cuando el ejército romano tomó la ciudad en el año 70 dC.
La fe viene por el oír ( Romanos 10:17 ). Por lo tanto, todos los que se quedaron en Jerusalén durante este asedio fueron los que se negaron a escuchar. Los que tenían fe abandonaron la ciudad, porque habían oído y obedecieron. La importancia de la fe en ese día es clara, porque suponía la diferencia entre la vida y la muerte.
Las instrucciones de Jesús en Lucas 12 fueron diseñadas para mostrar la solución al problema en su día y dio la solución para los tiempos difíciles por delante. La solución consistía en empezar a vivir una vida de fe ahora, caminando por el Espíritu, escuchando y obedeciendo Su voz, y la construcción de un tesoro de fe en la tierra y tesoros en el cielo también.
Dios nunca da alerta sobre un problema sin que también muestre la solución correspondiente. Cuando la historia llega a los "días de retribución" ( Lucas 21:22 ), los que tienen fe para escuchar y obedecer las instrucciones de Dios se preparan adecuadamente, con o sin tesoros terrenales.
El almacenamiento de los tesoros terrenales o disposiciones para el futuro no son malos en sí mismos, porque Dios instruyó a José para almacenar el grano durante siete años contra el hambre que vendría después. En ese caso, el almacenamiento fue la solución de Dios, y José actuó por la fe después de escuchar la palabra del Señor. Por otra parte, Dios aparentemente no advirtió Jacob en la tierra de Canaán, porque Él había destinado a Jacob para comprar grano a José, a fin de reunirlos. La fe de Jacob le llevó en una dirección diferente de la fe de José, pero ambos obedecieron a Dios y ambos fueron recompensados en consecuencia.
En Lucas 12, sin embargo, parece que las instrucciones de Jesús en la fe fueron diseñadas para preparar al pueblo para la destrucción de Jerusalén. Sus palabras fueron escritas, por primera vez por Mateo y luego más tarde por Lucas. El evangelio de Mateo fue más importante en este sentido, ya que era el utilizado en la iglesia de Jerusalén. De este modo, el relato de Mateo entra en gran detalle en lo que respecta a las advertencias de la destrucción de la ciudad de Jesús. Y cuando llegó el momento, se escaron a Pella, como demuestra la historia.
También encontramos que la familia de Betania vendieron sus casas y le dieron el dinero a los apóstoles para el apoyo de la iglesia. Ellos fueron exiliados de Judea durante la persecución. Si no lo hubieran hecho, sus casas habrían sido confiscadas o quemadas hasta los cimientos, y la riqueza se habría perdido.
Así que también era un tesoro en esos días. Por lo general, el tesoro estaba escondido o enterrado en el suelo en la propiedad de uno. Ellos no tenían bancos en esos días. Era engorroso e incluso peligroso mover el tesoro de un lugar a otro. En caso de emergencia, tal tesoro probablemente se perdería. En ese contexto, era mejor usarlo hoy que perder lo mañana.
Hoy en día vivimos en un mundo diferente, pero aún las instrucciones de Jesús siguen siendo válidas. Todavía nos esforzamos por vivir una vida de fe sin miedo al futuro. Vivimos en un tiempo paralelo al de los discípulos en Judea, a la espera de la destrucción final de Jerusalén, como fue profetizado en Jeremías 19:11. Más que eso, vivimos al final de una era y estamos mirando hacia el derrocamiento de Misterio Babilonia. No sabemos qué tipo de trastornos pueden afectar a personas de todo el mundo, pero si nuestro corazón está en el lugar correcto, vamos a aprender los principios de la fe y no poner nuestra fe en la tierra "tesoros".
Los preparativos terrestres probablemente tendrán valor sólo si uno es llevado por el Espíritu. Pero si estas preparaciones se hacen sin espíritu de fe y con un espíritu de temor, serán de poco valor cuando realmente importa. Los bienes de la tierra están sujetos a los ladrones y las polillas. El dinero puede ser robado por los ladrones o comido por la polilla de la "inflación" que devalúa las monedas.
Vestidos en Preparación
Jesús sigue sus instrucciones en Lucas 12:35, 36, diciendo:
35 Estar ceñidos en preparación, y mantener encendidas vuestras lámparas. 36 y ser como hombres que aguardan a su señor cuando regrese de las bodas, para que puedan abrirle inmediatamente la puerta cuando llegue y llame.
Jesús se estaba refiriendo al momento DESPUÉS de la fiesta de bodas. James Freeman escribe: "La duración habitual de una fiesta de bodas era una semana" (Los Nuevos Usos y Costumbres de la Biblia, p 58). Esto lo vemos en Génesis 29:28 en la historia del matrimonio de Jacob y de nuevo en la historia de Sansón ( Jueces 14:12 ).
Normalmente, un banquete de boda se celebraba en la casa del novio, patrocinado por su padre. Sin embargo, esto a menudo se invierte (como en el caso de Sansón) cuando había cierta distancia entre los dos hogares. Según John D. Davis en Un Diccionario de la Biblia, p. 477,
"Un banquete era servido en la casa del novio o de sus padres (Mat 12:1-10;... Juan 2: 1, 9); pero si vivía a una gran distancia de la fiesta se extendía a la casa de los padres de la novia (Mat. xxv. 1), ya sea a su costa o la del novio... "
También era costumbre de los padres más ricos del novio dar prendas especiales para los invitados a la boda. Davis nos dice de nuevo en la página 477,
"El muy rico prolongaba la fiesta varios días, y suministraba prendas a cada huésped, para ser usadas sólo durante el tiempo".
Al final de la fiesta de bodas, el novio reclamaba su novia. Suponiendo que la fiesta había tenido lugar en la casa de la novia, luego tomaba a la novia de su casa, a donde su propia casa les esperaba.
Jesús contó muchas parábolas proféticas acerca de la fiesta de bodas. En Mateo 22: 1-10 la fiesta se dijo que se celebraría en la casa del novio. En Mateo 25: 1-13 , sin embargo, el versículo 10 imagina al novio llegando a casa de la novia, donde se había preparado el banquete de bodas.
En Mateo 22:12, el problema era que las cinco vírgenes insensatas no estaban preparadas y no tenían suficiente aceite para sus lámparas. Pero en Mateo 25 el problema era que algunos no tenían ropa de boda, ya que a ninguno le había sido proporcionada por el padre del novio, como era costumbre. En el primer caso las vírgenes necesitan luz. En el segundo caso, las personas necesitan una invitación del padre del novio, que luego suministrará a los invitados las prendas adecuadas.
Hay lecciones que aprender de todos estos detalles, pero se resumen brevemente en Lucas 12:35, "Estén ceñidos en preparación, y mantengan sus lámparas encendidas". En cualquier caso, la fe es la respuesta. En primer lugar, está la fe que justifica, que nos pone en la lista de invitados para la boda. En segundo lugar, está la vida de fe, por la cual el Espíritu Santo nos prepara a la luz de Su Palabra. Ambas son necesarias para asistir a la boda.
Podemos ver cómo esto se corresponde con la historia de Israel en el desierto. Toda la iglesia en el desierto fue justificada por la fe cuando salieron de Egipto, después de haber aplicado la sangre del Cordero a sus jambas y dinteles ( Éxodo 12: 7 ). Pero una vez que estaban en el desierto, había dos tipos de personas, la iglesia y los vencedores, "vírgenes" necias y "vírgenes sabias". Los vencedores (Caleb y Josué) vivieron la vida de fe, porque habían oído la voz de Dios y obedecieron. El resto, sin embargo, no estaban preparados, ni guardaron sus lámparas llenas de aceite. Estos murieron en el desierto, sin haber recibido las promesas, y no heredarían el reino. Al igual que las vírgenes necias, que se perdieron la fiesta de bodas. Esto no quiere decir que van a perder su salvación, pero sí muestra una clara distinción entre la iglesia y los vencedores. Como mostré en mi libro, El Propósito de Resurrección, hay dos resurrecciones retratadas en Apocalipsis 20 La primera es sólo para los vencedores, mientras que la segunda incluye a todos los demás, tanto creyentes como no creyentes ( Juan 05:28, 29 ). Lucas también habla de esto más tarde en su capítulo 12, como veremos.
Así Lucas 12:36 se refiere al momento en que el novio regresa a su casa con su novia. Esto no es una alusión a la boda en sí. La boda ya había tenido lugar en la casa de la novia. En su lugar, los miembros de su hogar debían estar vigilantes para el momento de Su regreso de la fiesta de bodas. Estos son los creyentes que no sabían exactamente cuando el novio regresaría (y se perdieron la boda). En el versículo 39 el tema cambia del novio al ladrón. Los dos ejemplos son muy diferentes, pero tienen una llegada inesperada o desconocida común durante la noche. Esa es la lección o advertencia que Jesús estaba presentando a la gente.
Lucas 12:37 dice,
37 Bienaventurados aquellos siervos a quienes el Señor encuentre en estado de alerta cuando venga; de cierto os digo, que se ceñirá para servirles, y los sentará a la mesa, y vendrá y les servirá. 38 Ya sea que venga en la segunda vigilia, o aun en la tercera, si los encuentra así, bienaventurados son aquellos siervos.
El banquete de la boda de siete días está profetizado en los siete días de la fiesta de los Tabernáculos. Aquí los hijos de Dios, quienes fueron engendrados (concebidos) a través de la fiesta de la Pascua, serán llevados hasta el nacimiento (alumbramiento o parto -harpazo o arrebatamiento) en el primer día de los Tabernáculos. El banquete de la boda es la celebración de la unidad con Cristo, que al parecer vendrá en medio de la fiesta de Tabernáculos ( Juan 07:14 ). La presentación de los hijos de Dios, entonces se produce, por ley, a los ocho días (8º día al final de la Fiesta de Tabernáculos) ( Éxodo 22:29 , 30 ), después de lo cual, el Esposo (ambos, cabeza y cuerpo unidos) volverá a la iglesia (que no entró en las bodas) en la tierra, la cual es su hogar.
Tenga en cuenta que no se trata de invitaciones a la fiesta de bodas, sino estar listos después de su regreso de la boda. En ese momento, Cristo y Su Novia, siendo "un cuerpo" y "una sola carne", "les servirán" a quienes han esperado Su venida. Estos son los siervos benditos. Lucas 12:39 , 40 concluye,
39 Podéis estar seguros de que si el dueño de la casa hubiera sabido a qué hora iba a venir el ladrón, no hubiera permitido que entrara en su casa.
Luc 12:40 Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis.
Luc 12:40 Vosotros también estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no esperéis.
Las diferentes parábolas de boda presentan lecciones diferentes. En Lucas 12, la atención se centra en la confección de la "preparación", que es la fe, o una vida de fe. Las lámparas tienen que ver con la luz de la Palabra, que se encenderá en todo momento cuando somos guiados por el Espíritu.
Esta es la sexagésima séptima parte de una serie titulada "Estudios en el libro de Lucas." Para ver todas las piezas, haga clic en el enlace de abajo.
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Etiquetas: Enseñanza Series
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