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ÉL LO SABE TODO, Tim Challies

 



No me sorprendería saber que soy la única persona en el mundo que lee las ediciones antiguas del Ann Arbor Baptist, un periódico cristiano de finales del siglo diecinueve. Pero esos periódicos eran como los blogs de su época, y en sus páginas encuentro artículos y poemas muy interesantes. Uno que descubrí hace poco (aunque también lo he visto en otras obras, a veces adaptado como un himno) es el poema I Know Not What Shall Befall Me [No sé lo que me sucederá] de Mary Brainard, un poema sobre la confianza en el carácter de Dios y su providencia. Merece la pena leerlo; y en voz alta, por supuesto, ya que los poemas están hechos para ser leídos así:


"No sé lo que me sucederá,

Dios tiende una niebla sobre mis ojos,

Y a cada paso en mi camino

Hace surgir nuevas escenas,

Y cada alegría que me envía

Viene como una dulce sorpresa.


No puedo ver los pasos que daré

Mientras atravieso otro año,

Pero el pasado aún está al cuidado de Dios,

El futuro, su misericordia aclarará,

Y lo que parece oscuro a la distancia

Puede iluminarse a medida que me acerco.


Pues tal vez el tan temido futuro

Sea menos amargo de lo que pienso.

El Señor puede endulzar las aguas

Antes de que me incline a beberlas;

¡Oh, sí! Mara debe ser Mara,

Él estará junto a la orilla.


Puede ser que Él tenga preparado

Cuando llegue en mi caminar,

Algún regalo de valor tan extraño,

Alguna alegría tan extrañamente dulce,

Que mis labios solo temblarán

Agradeciendo lo que no pueden expresar.


¡Oh, reposada y dichosa ignorancia!

Es bendito no saber:

Me mantiene calmo en esos brazos

Que no me dejarán ir,

Y acalla mi alma para que descanse

En el seno que tanto me amó.


Así que sigo, sin saber,

Tampoco quisiera saber más

Prefiero caminar con Dios en la oscuridad

Que ir sola en la luz;

Prefiero caminar con Él por la fe

Que caminar sola por vista.


Mi corazón se encoge ante las pruebas

Que el futuro traerá

Sin embargo, nunca he sufrido una pena

Que mi querido Señor no haya escogido;

Así que devuelvo las lágrimas

Susurrando estas palabras: “¡Él lo sabe todo!”


Tim Challies

(Gentileza de Esdras Josué Zambrano Tapias)

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