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EL FILET MIGNON DE LA PALABRA - Parte 14: LA LEY DEL ESPIGADO O REBUSCO, Dr. Stephen Jones (GKM)

 




Fecha de publicación: 02/12/2024
Tiempo estimado de lectura: 8 - 10 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones

https://godskingdom.org/blog/2024/12/the-filet-mignon-of-the-word-part-14-the-law-of-gleanings/

Moisés dice en Deuteronomio 24: 19:

19 Cuando siegues tu mies en tu campo, y olvides alguna gavilla en el campo, no volverás a recogerla; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda, para que el Señor tu Dios te bendiga en toda obra de tus manos.

Vemos esta Ley puesta en práctica en el libro de Rut, mientras espigaba en el campo de Booz. Rut 2: 15 y 16 dice:

15 Y cuando ella se levantó para espigar, Booz dio esta orden a sus siervos: «Dejadla que espigue también entre las gavillas, y no la afrentéis. 16 Y también apartad para ella deliberadamente algo de grano de los manojos, y dejadlo para que espigue, y no la reprendáis».

Booz fue sumamente generoso con Rut, yendo más allá de lo que exigía la Ley. De hecho, ordenó a sus segadores que fingieran haber olvidado algunas gavillas en el camino. Es un buen ejemplo de amor, que no viola la Ley, sino que excede su justa norma.


La cobertura directa de Dios

Se les daban espigas a los extranjeros, a los huérfanos y a las viudas, que tenían una cosa en común: no tenían ningún pariente que los protegiera. Así que Dios mismo proveyó esa protección, mostrándonos que si los creyentes no tienen “protección” [cobertura] en una iglesia, Dios se convierte en su protección [cobertura]. Él toma su caso cuando claman a Él (Éxodo 22: 23).

Así también, cuando los padres de David lo abandonaron a causa de la amenaza de Saúl, Dios lo cubrió directamente. David escribió en el Salmo 27: 10:

10 Porque mi padre y mi madre me han abandonado, pero el Señor me recogerá.

Cuando David era un proscrito perseguido por el rey Saúl, sus padres tuvieron que renunciar a él para proteger su propia herencia en Belén. Como huérfano espiritual, David recibió protección y entrenamiento especiales de Dios mismo. Fue adoptado en la Casa de Dios y así se convirtió en un “hijo de Dios”, y Dios se convirtió en su protección [cobertura].

Cuando vemos que todos esos “extranjeros, viudas y huérfanos” son adoptados por Dios cuando entran en el Reino y se unen a su pacto, entonces podemos comenzar a entender Isaías 56: 3-8, que habla de extranjeros y eunucos a quienes se les da un nombre mejor que el de hijos e hijas.

La Ley del Espigado es una de las maneras que Dios usa para proveer a aquellos que están bajo su cobertura directa.


Recordando la opresión de Israel en Egipto

Moisés continúa en los versículos 20-22,

20 Cuando sacudas tu olivo, no recorras sus ramas; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. 21 Cuando recojas las uvas de tu viña, no recorras sus ramas; será para el extranjero, para el huérfano y para la viuda. 22 Y acuérdate que fuiste siervo en la tierra de Egipto; por eso yo te mando que hagas esto.

Una vez más, la Ley del Espigado es algo que los israelitas debían valorar, ya que ellos mismos habían sido extranjeros en la tierra de Egipto. El trato que recibieron a manos de los egipcios fue una lección que Dios les dio sobre cómo NO tratar a los extranjeros y, por extensión, también a las viudas y los huérfanos.


Los rincones de tu campo

Moisés ya había establecido la Ley del Espigado con anterioridad, con un detalle extra, como leemos en Levítico 19: 9 y 10,

9 Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás los restos de tu siega. 10 Tampoco rebuscarás tu viña, ni recogerás el fruto caído de tu viña; lo dejarás para el necesitado y para el extranjero. Yo soy el Señor tu Dios.

Esto nos da algunas instrucciones más sobre el espigado o rebusco. Los segadores no sólo debían dejar atrás cualquier gavilla que olvidaran, sino que también debían dejar los rincones de sus campos para que los necesitados los cosecharan. Asimismo, al espigarse la viña, si se les caían algunas uvas, debían dejar los restos en el suelo para los necesitados. Esta ley se repite en Levítico 23: 22, pero sin más detalles.

Los rincones del campo se dedicaban a Dios y su fruto se daba a los pobres, las viudas, los huérfanos y los extranjeros. El principio que sustentaba esta Ley también se refleja en una Ley relacionada con los rincones de la barba del hombre. Levítico 19: 9 habla de los rincones del campo, mientras que el versículo 27 habla de los rincones de la barba (las patillas). Estas leyes se encuentran próximas entre sí por una razón.

La faz de la tierra (como en Génesis 6: 1) era un término hebreo que relacionaba el rostro de una persona con un campo de trigo. Las esquinas de la barba, proféticamente hablando, representan las esquinas de ese campo. La Ley no mandaba que ningún hombre tuviera barba, pues incluso José fue afeitado cuando fue presentado ante el faraón (Génesis 41: 14); pero si se afeitaba, no debía dejarse patillas. Cortarse las patillas era el equivalente profético de cosechar las esquinas del campo y privar a los pobres del sustento que Dios tenía destinado para ellos.

Para entender completamente este concepto, uno debe estudiar la Ley del Nazareato, que prohibían cortarse el cabello o afeitarse la barba hasta el final de su voto (Números 6: 5). Tal voto se hacía para limpiar y purificar a una persona, y se correlacionaba con la devolución de un campo a la naturaleza. A medida que el campo se cubría de maleza y árboles, se convertía en una especie de jungla. Si bien este estado parecía desorganizado y sin sometimiento, también permitía que la tierra se reabasteciera naturalmente con nutrientes para que fuera productiva en el futuro.

Mientras que la Ley del Nazareato describía la faz de la tierra en el sentido de crear un estado parecido a una jungla, la Ley sobre la Barba representa un campo cultivado en cumplimiento del mandato de Génesis 1: 28 de someter la tierra y ponerla bajo el dominio de Jesucristo. Ningún hombre puede cumplir este mandato sin ser obediente a Su voluntad, y Su voluntad se expresa en parte por la Ley del Espigado o Rebusco.

A Dios no le interesan tanto las barbas de los hombres como el significado espiritual de la Ley del Espigado. En mi opinión, ningún hombre debe tener barba, a menos que el Espíritu lo guíe a hacerlo.


Los rincones (recovecos, esquinas) y la Ley del Amor

La Ley nos da la enseñanza básica, pero ¿cómo la entendían los profetas? ¿Cómo se aplica la Ley espiritual y proféticamente? Encontramos la respuesta en Miqueas 7, donde el profeta se lamenta por Israel porque la Ley había sido abolida en favor de los estatutos de Omri. Omri fue uno de los reyes más poderosos en la historia de Israel, y había instituido un nuevo código de leyes para reemplazar las Leyes de Dios. Así que el profeta dice en Miqueas 7: 1 y 2:

1 ¡Ay de mí! Porque soy como los que recogen frutos de verano y los que recogen uvas [olelah, “rebuscadores”]: no hay un racimo de uvas para comer, ni un higo temprano que tanto deseo. 2 Ha desaparecido de la tierra el justo, y entre los hombres no hay persona recta. Todos acechan para derramar sangre; cada uno de ellos se pone en red [cherem, “devoción, devoto”].

Recoger uvas se dice alal y espigar se dice olelah. La palabra también se usa en árabe para denotar un segundo trago para saciar la sed restante que uno podría tener después de su primer trago largo. En las Escrituras encontramos a Balaam usando la misma palabra en Números 22: 29, donde acusó a su asna de insultarlo. La NASB dice: “¡Te has burlado de mí!” En otras palabras, Balaam acusó a su asna de sobrepasar sus límites y comportarse mal.

Por lo tanto, la palabra alal tiene que ver con ir más allá de los límites, y cuando se aplica a las cosechas significa ir más allá del derecho normal de poseer lo que uno ha producido. Es una Ley de amor, expresada en la donación a los pobres, las viudas, los huérfanos y los extranjeros, todos los cuales están bajo la cobertura directa de Dios.

El profeta Miqueas lamenta que Israel hubiera sustituido la Ley de Dios por las Leyes de Omri, traspasando así los límites de la Ley de Dios. Lo expresa en términos de rebuscos. Es probable que Omri hubiera abolido la Ley de Espigado y Rebuscos, lo que dejó a los necesitados sin sustento suficiente. El hombre piadoso ha perecido de la tierra puede significar que ya no había israelitas que siguieran la Ley de Dios; o puede significar que los pobres y necesitados, que son “los piadosos” en este caso, habían muerto de hambre o se habían visto obligados a mudarse a otro país.


Espigaduras (rebuscos) y elegidos

En cierto sentido, somos lo que comemos. Espiritualmente hablando, los elegidos de Dios están representados por las espigaduras que comen. Desde el punto de vista de la profecía, las espigaduras fueron dadas al Remanente elegido, aquellos bajo la protección directa de Dios, representados como viudas, huérfanos y extranjeros.

El ejemplo de Pablo sobre los elegidos en Romanos 11: 2-7 proviene de la historia de Elías. Y Miqueas se lamentaba tanto como Elías lo había hecho antes, cuando se quejó a Dios en 1º Reyes 19: 14:

14 … los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas. Sólo yo he quedado, y buscan mi vida para quitármela.

En otras palabras, los israelitas sin Ley persiguieron y destruyeron a los elegidos de Dios. Miqueas se quejó de que el hombre bueno había desaparecido de la tierra, mientras que Elías se quejó de que él era el único que quedaba que servía al Dios verdadero.

Por supuesto, Dios le dijo a Elías en el versículo 18 que todavía había 7.000 en Israel que eran verdaderos adoradores. Pablo nos dice en Romanos 11: 5-7 que éstos eran el remanente de gracia que también eran llamados “los elegidos”. Mientras que Israel en su conjunto había sido “llamada” por Dios para administrar las bendiciones de Abraham a las naciones del mundo, en realidad sólo el Remanente elegido fue verdaderamente “escogido” y obtuvo esa promesa.


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