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LA OBRA DE LA CASA DE JOSÉ - Parte VII (Tercera Copa-Juicio Justo), Dr. Stephen Jones

 




La tercera copa de vino se derramó en Apocalipsis 16: 4-7,


4 Entonces el tercer ángel derramó su copa en los ríos y manantiales de aguas; y se convirtieron en sangre. 5 Y oí al ángel de las aguas que decía: “Justo eres Tú, el que eres y el que fuiste, oh Santo, porque juzgaste estas cosas; 6 porque derramaron sangre de santos y profetas; y les has dado a beber sangre. Ellos lo merecen". 7 Y oí que el altar decía: "Sí, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos".


Esta copa viene con una interpretación del "ángel de las aguas" y del "altar". El ángel es el responsable de llevar a las naciones al arrepentimiento para que puedan ser salvas. Durante los tiempos de los gentiles, las naciones estaban dominadas por Sistemas Bestias, y en la fase final por la Gran Ramera, el Misterio Babilonia. Apocalipsis 17: 15 dice:


15 Y me dijo: "Las aguas que has visto donde se sienta la ramera, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas".


Estas son las mismas naciones que, cuando finalmente sean liberadas, alabarán a Cristo, como leemos en Apocalipsis 5:13,


13 Y todo lo creado que hay en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra y en el mar, y todas las cosas en ellos, oí decir: “Al que se sienta en el trono, y al Cordero, sea bendición y honra y gloria e imperio por los siglos de los siglos.


Más tarde, en Apocalipsis 15: 3-4 se nos da el texto del cántico de Moisés, que profetiza acerca de la salvación de las naciones,


3 Y cantaron el cántico de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: "Grandes y maravillosas son tus obras, oh Señor Dios Todopoderoso; ¡Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones! 4 ¿Quién no temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? Porque solo tú eres santo; porque todas las naciones vendrán y adorarán delante de ti, porque tus justos actos han sido revelados".


Esto se refleja nuevamente en el Salmo 67: 4,


2 Para que sea conocido en la tierra tu camino, entre todas las naciones tu salvación. 3 Te alaben los pueblos, oh Dios; que todos los pueblos te alaben. 4 Alégrense y canten de júbilo las naciones; porque juzgarás a los pueblos con rectitud y guiarás a las naciones de la tierra.


Llegará el momento en que las naciones cantarán el cántico de Moisés y el cántico del Cordero en armonía. Una vez que se revele el plan completo de Dios, todos lo entenderán y se maravillarán de él. En ese momento, se dirá: "¿Quién no se inclinaría ante Él y glorificaría Su nombre?" Cualquier otra cosa no tendría sentido, porque es evidente por sí mismo.



El Testigo del Altar


El altar dio testimonio después del Ángel de las Aguas. A uno le puede parecer extraño que un altar tenga el poder de hablar, pero esta es probablemente una referencia al llamado que hacen las almas debajo del altar en Apocalipsis 6: 9-11. Estas almas son mártires por el testimonio de Cristo y son tratadas como corderos de sacrificio. En el sistema de sacrificios, la sangre del animal debía ser derramada sobre el suelo debajo del altar de bronce en el atrio exterior (Levítico 17: 11, 12, 13).


Eso profetizaba principalmente del sacrificio de Cristo en la cruz, donde su sangre fue derramada para la remisión de los pecados. Sin embargo, la profecía también se aplicaba a los mártires, quienes, como miembros del Cuerpo de Cristo, vieron su sangre derramada también debajo del altar. Estos se llaman "almas" porque Levítico 17: 11 dice literalmente, "el alma de la carne está en la sangre". La palabra hebrea es nephesh ("alma"), no chay ("vida"). Tanto la KJV como la NASB traducen nephesh como "vida" en Levítico 17: 11, pero traducen Apocalipsis 6: 9 correctamente como "almas" debajo del altar.


Esta es también la razón por la que Isaías 53: 12 KJV dice de Cristo: "Derramó su alma hasta la muerte". Cuando la sangre de Jesús fue derramada en la cruz, Él derramó su alma, porque el alma está en la sangre.


El testimonio del altar muestra que la tercera copa trata de corregir los errores de los hombres malvados que han matado a los justos a causa de su testimonio. Los mártires dieron testimonio de que Jesucristo es el legítimo Rey de las naciones. Los gobernantes impíos durante los tiempos de los gentiles se ofendieron por esto, llamando a su testimonio traición. Sin embargo, a estos gobernantes impíos se les dio autoridad para gobernar, no para agradarse a sí mismos, sino para gobernar como mayordomos de Aquel que les dio tal autoridad. Todos los días deberían haberse preguntado: "¿Qué haría Jesús?"


Las naciones en su conjunto también han sufrido por la injusticia de las leyes de los hombres. Los gobernantes impíos pensaban que se les permitía gobernar según su propia voluntad, por lo que el juicio era inevitable en algún momento. El Ángel de las Aguas actúa como el guardián de las naciones, al igual que el pariente redentor de una familia era responsable de salvaguardar a los de su familia y de representarlos en la corte (como abogado de la familia) cuando fuera necesario.


[NOTA DEL TRADUCTOR: El siguiente párrafo: “Unfortunately, the KJV renders the term “revenger of blood” (Numbers 35:24 KJV). The NASB renders it “blood avenger.” The Hebrew word ga’al means a redeemer, not a “revenger” or an “avenger.” In fact, the word is translated “redeem” 50 times and 18 times as “redeemer” in the KJV. It is translated “revenger” just 7 times and “avenger” another 6 times; me resultó intraducible pues todos los traductores traducen los términos REVENGER y AVENGER exactamente igual. Lo que sigue es una traducción en la que hemos usado la palabra “vengador” para revenger y “reparador” para avenger:]


Desgraciadamente, la KJV traduce el término vengador de la sangre” (Números 35: 24 KJV). La NASB lo traduce en "reparador de la sangre". La palabra hebrea ga'al significa redentor, no "vengador" o "reparador". De hecho, la palabra se traduce "redimir" 50 veces y 18 veces como "redentor" en la KJV. Se traduce "vengador" solo 7 veces y "reparador" otras 6 veces.

https://www.blueletterbible.org/lexicon/h1350/kjv/wlc/0-1/


La palabra hebrea dam se traduce como "sangre", que puede significar varias cosas. En este caso se refiere a un pariente, uno que es de una línea de sangre en particular.


El Ángel de las Aguas no es ni vengador ni reparador en el sentido moderno. No toma la Ley en sus propias manos, sino que simplemente ejecuta la sentencia del Juez justo. Él es responsable de buscar justicia para aquellos que han sido martirizados injustamente, para que se puedan corregir los errores. Números 35: 24-25 deja en claro que el "reparador de sangre" (es decir, el Pariente-redentor), era asignado para ejecutar la sentencia de "la congregación" (asamblea de jurados) y no tenía el derecho de tomar la Ley en sus propias manos.


24 entonces la congregación juzgará entre el homicida y el reparador de la sangre según estas ordenanzas. 25 La congregación [eda, “jurado”] librará al homicida de la mano del reparador de la sangre, y la congregación lo devolverá a su ciudad de refugio a la que huyó …


La diferencia entre un pariente redentor y un reparador de la sangre es que uno es responsable de ejecutar la sentencia del Juez, mientras que el otro es juez y verdugo.



Juicio justo


Apocalipsis 16: 7 dice que los juicios de Dios son justos. No apoyan la injusticia, como vemos a menudo en los juicios de los hombres. La justicia de Dios se basa en el principio de que el juicio siempre se ajusta al crimen. En este caso, debido a que los impíos "derramaron la sangre de los santos y profetas" (Apocalipsis 16: 6), a su vez se les dio "sangre para beber". En otras palabras, los impíos habían bebido la sangre de los inocentes, sedientos de sangre, por así decirlo; así que a su vez se les dio a beber sangre.


La justicia en proporción directa al crimen (pecado) es la base de la Ley en Éxodo 21: 23-25,


23 Pero si hay más daño, entonces fijarás como castigo vida por vida, 24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25 quemadura por quemadura, herida por herida, magulladura por magulladura.


La mayoría de los casos pueden resolverse extrajudicialmente con alguna forma de compensación monetaria por tales lesiones. Pero si no pudieran ponerse de acuerdo sobre el monto de la indemnización, como último recurso la Ley impondría el principio del “ojo por ojo”, para que nadie pudiera argumentar que la sentencia era desigual o injusta.


El Ángel de las Aguas debía imponer la justicia de sangre por sangre, a menos que, por supuesto, los asesinos se arrepintieran y cubrieran el pecado con la sangre de Jesús. En tales casos, cada mártir tendría derecho a perdonar al juez que lo había condenado a muerte, porque solo la víctima de la injusticia tiene derecho a extender gracia y perdón al que pecó contra él.


El problema, por supuesto, es que hombres y mujeres han sido martirizados desde que Caín mató a Abel. Muchas generaciones han visto tales injusticias. Por eso las almas debajo del altar se quejaron de que aún no habían recibido la justicia que les correspondía. La justicia para los mártires se había aplazado hasta el Tiempo del Fin.


Los jueces impíos que condenaban a muerte a los justos por lo general vivían y morían sin pagar la pena por sus caminos injustos. Como individuos, por supuesto, serán juzgados en el Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20: 12). Sin embargo, el Ángel de las Aguas fue llamado para traer juicio a las naciones, no a los individuos. Este juicio fue aplazado hasta el momento en que su autoridad llegó a su fin. A las Naciones Bestias se les había dado “siete tiempos” para gobernar (Levítico 26: 18), comenzando con la transferencia de autoridad del rey de Judá al rey de Babilonia (Jeremías 27: 6).


El juicio de las naciones se describe en Daniel 2: 35 como una piedra que golpea la imagen en sus pies y dedos. Se dice que esto juzga a todos los imperios anteriores (oro, plata, bronce, hierro y arcilla). Cada imperio del pasado fue juzgado por el siguiente imperio que llegaba al poder, pero se dice que hay un juicio general sobre los imperios, como si fueran una sola unidad. Por lo tanto, la imagen en su conjunto no se derrumbó hasta el momento del fin, cuando la piedra golpeó sus pies.


En tal caso, el imperio final se convertiría en el punto focal del juicio divino. El Mandato del Cielo se le dio primero a Nabucodonosor de Babilonia, pero pasó a los persas, luego a los griegos, luego a los romanos, luego al "cuerno pequeño" del Vaticano, y finalmente a la combinación de hierro y arcilla (pies y dedos de los pies). Es esta forma final la que sería responsable de todos los pecados de los imperios pasados que se negaron a gobernar como mayordomos del trono de Cristo.


La forma final de Babilonia será juzgada como representante de todo el Sistema desde el principio de los tiempos. Esto se ve en Apocalipsis 18: 24,


24 Y en ella se halló la sangre de los profetas y de los santos y de todos los que han sido muertos en la tierra


Esto reafirma lo que leemos en Apocalipsis 16: 6, "porque derramaron la sangre de santos y profetas".


La pregunta es la siguiente: ¿qué entidad nacional será responsable de los martirios que se han producido desde que Caín mató a Abel?


https://godskingdom.org/blog/2021/06/the-work-of-the-house-of-joseph-part-7

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