EDICIÓN 395JUNIO 2021
Cuando los israelitas se negaron a entrar en la Tierra Prometida, temiendo a los gigantes a los que se enfrentarían, Dios amenazó con desheredarlos y comenzar de nuevo con Moisés y su familia, como había hecho con Abraham.
Entonces Moisés intercedió, recordándole a Dios lo que los vecinos dirían en sus chismes. Núm. 14: 13-16,
13 Pero Moisés dijo al Señor: “Entonces los egipcios se enterarán… 14 y lo dirán a los habitantes de esta tierra… 15 Ahora bien, si matas a este pueblo como un solo hombre, entonces las naciones que han oído de tu fama dirán: 16 'Porque el Señor no podía llevar a este pueblo a la tierra que les había prometido por juramento, por eso los degolló en el desierto'”.
Moisés presionó aquí el "botón caliente" de Dios. Cuando Dios hace un juramento de hacer algo, se calienta mucho cuando los hombres dudan de su capacidad para cumplir su Palabra. La reputación de Dios está en juego aquí. Entonces, cuando Moisés dijo que los egipcios difundirían la noticia de que Dios no podía llevar a Israel a la tierra que había prometido, respondió en Núm. 14: 21,
21 … como vivo yo, que toda la tierra se llenará de la gloria de Dios.
“Como vivo yo” es la terminología legal, donde Dios hace un juramento en la Corte. Jura por su propio nombre y por su propia vida, porque ningún otro nombre o vida es más grande que la suya. No admitió la derrota en el cumplimiento de su juramento a Abraham, Isaac y Jacob. En cambio, ¡aumentó el alcance de su juramento hasta incluir a toda la Tierra!
Al mismo tiempo, nos mostró lo que realmente significaba entrar a la Tierra Prometida en la Fiesta de Tabernáculos. Significaba que la gloria de Dios se vería en la gente. Más que eso, este incidente sacó a relucir la revelación de la verdadera intención de Dios al dar esta promesa a Israel. Moisés incitó a Dios a revelar que la entrada de Israel a la Tierra Prometida era solo el comienzo de su plan para llenar de gloria toda la Tierra.
Los profetas y apóstoles dieron más revelaciones sobre la manera en que se cumpliría este juramento. Pero los hombres continuaron difundiendo el rumor de que Dios no podría hacer eso debido a la incredulidad del hombre.
Sin embargo, la revelación de este incidente con Moisés es una fuerte declaración de que la incredulidad del hombre no puede evitar que Dios cumpla sus juramentos. El "libre albedrío" del hombre no es rival para la voluntad de Dios (que es verdaderamente libre y sin restricciones). Dios podría en cualquier momento revelarse al mundo, abrir los ojos de todo hombre y ponerlos de rodillas, simplemente mostrándoles su gloria.
Revelación de Isaías
Dios hizo eso en Isaías 6: 1, donde el profeta testifica: "Vi al Señor sentado en un trono, sublime y exaltado". Uno de los serafines gritó, diciendo: "Santo, santo, santo, el Señor de los ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria".
La respuesta del profeta se ve en el versículo 5,
5 Entonces dije: “¡Ay de mí, porque estoy arruinado, porque soy hombre de labios inmundos, y vivo en medio de un pueblo de labios inmundos; porque mis ojos han visto al Rey, el Señor de los ejércitos”.
¿No será como ésta la respuesta de todo hombre levantado en el Gran Trono Blanco? ¿No se doblarán todas las rodillas cuando vean su gloria? ¿No jurará toda lengua lealtad a Cristo (Isaías 45: 23)? El apóstol interpreta esto en el sentido de que toda lengua profesará que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios el Padre (Fil. 2: 11).
La palabra griega que usa es exomologesetai, que generalmente se traduce como "confesar", pero que en realidad significa "profesar". Es el equivalente de la palabra de Isaías, shabah, "jurar lealtad". El significado de esta palabra se establece en un contexto diferente en 2º Crón. 36: 13, que habla del rey Sedequías, que había jurado lealtad a Nabucodonosor pero que luego había roto su palabra.
13 También se rebeló contra el rey Nabucodonosor, quien le había hecho jurar lealtad [shabah] por Dios. Pero endureció su cuello y endureció su corazón para no volverse al Señor Dios de Israel.
El significado de shabah es claro. Sedequías había hecho un juramento de lealtad, como siempre lo exigían los conquistadores. De la misma manera, Isaías nos dice que toda lengua jurará lealtad a Dios, y Pablo lo interpreta con una palabra griega que significa que toda lengua profesará a Cristo como Señor.
Pablo también dice en 1ª Cor. 12: 3,
3 Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios dice: "Maldito es Jesús"; y nadie puede decir: "Jesús es el Señor" si no es por el Espíritu Santo.
Podemos ver, entonces, que cuando toda lengua profesa a Cristo como Señor, es a través del Espíritu Santo y es verdaderamente para la gloria de Dios, como nos dice el apóstol en Fil. 2: 11.
Esta profesión universal en el Gran Trono Blanco es algo que Dios provoca para cumplir su juramento del Nuevo Pacto. No se basa en los juramentos del Antiguo Pacto del hombre, ni en "la voluntad del hombre" (Juan 1: 13). La voluntad del hombre, al final, no puede resistir la voluntad de Dios.
No es que el hombre no tenga voluntad. El hombre ciertamente tiene voluntad. En esta era, la voluntad del hombre parece anular la voluntad de Dios. Pero al final, en el gran juicio del Trono Blanco, la voluntad del hombre sucumbirá a la voluntad de Dios, y toda rodilla se doblará ante Él y le jurará lealtad.
Entonces comenzará la Era del Juicio, donde esos nuevos creyentes llenos del Espíritu aprenderán justicia instruidos por aquellos que son llamados a reinar con Cristo. Los justos entrenarán a los nuevos creyentes en los caminos de Dios hasta que el Jubileo de la Creación libere toda la Creación (Rom. 8: 21).
El camino a la salvación
Aunque Dios ha jurado salvar al mundo y llenar la Tierra con su gloria, ningún hombre será salvo hasta que profese a Cristo. Dios no tiene la intención de darle a ningún hombre su herencia en el Reino hasta que haya jurado lealtad a Cristo.
Esto a menudo se malinterpreta cuando los hombres escuchan que Dios salvará a todos los hombres. Ellos asumen inmediatamente que estamos diciendo que Dios salvará a los hombres a pesar de su incredulidad. Pero la Escritura deja en claro que los incrédulos serán juzgados por la "ley de fuego" de Dios (Deut. 33: 2 KJV).
El camino a la salvación es muy claro, "porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo" ( Rom. 10: 13). La Ley misma establece el camino de la salvación a través de los días festivos. Cumplimos la fiesta de la Pascua cuando profesamos a Cristo como Señor. Cumplimos la fiesta de Pentecostés cuando somos llenos del Espíritu y comenzamos a crecer hacia la madurez espiritual al ser guiados por el Espíritu. Finalmente, cumplimos la Fiesta de Tabernáculos al ser transformados a su semejanza por pasar de la mortalidad a la inmortalidad y de la corrupción a la incorrupción.
Estos son los tres pasos hacia la salvación: Justificación, Santificación y Glorificación. Cada paso salva una parte diferente de nosotros. La justificación nos salva en nuestro interior, es decir, en nuestro Lugar Santísimo, en nuestro espíritu. La santificación nos salva en nuestro Lugar Santo, nuestra alma. La glorificación salva nuestros cuerpos, el atrio exterior, donde es visible para todos.
Desafortunadamente, a muchos creyentes no se les han enseñado estos tres pasos. Muchos piensan que la salvación es un solo paso donde los hombres profesan a Cristo, sin saber que esto cumple con la fiesta de la Pascua pero no con Pentecostés o Tabernáculos.
Otros ven la salvación como un proceso de dos pasos: Pascua y Pentecostés. Creen en "una segunda obra de gracia", que es inherente a "la fiesta de las semanas" (Éxodo 34: 22). Se celebraba siete semanas más tarde en el 50º día (inclusive) desde la Ofrenda de la Gavilla Mecida (Lev. 23: 16). Por lo tanto, más tarde se le conoció con el nombre griego Pentecostés, que significa “el 50º día”.
Así como los creyentes del nivel de la Pascua tienden a pensar que la justificación es el final de la historia, también los creyentes del nivel pentecostal tienden a pensar que ser llenos del Espíritu es el final del plan. Ambos parecen saber poco o nada acerca de la Fiesta de Tabernáculos. Por lo tanto, la tercera fiesta ha sido reemplazada con todo tipo de enseñanzas extrañas sobre la manera en que debemos recibir nuestra herencia.
La promesa de Tabernáculos
La tercera gran fiesta es Tabernáculos, donde llegamos a la madurez espiritual completa y somos transformados a su semejanza. Es la finalización del plan de salvación de tres pasos, tanto a nivel personal como corporativo para el Cuerpo.
Esta fiesta tiene pasos importantes que la preceden. Como ya hemos visto, la Pascua y Pentecostés son pasos necesarios que conducen a Tabernáculos. Para experimentar la gloria de Tabernáculos, se requiere ser justificado a través de la Pascua y ser lleno del Espíritu a través de Pentecostés. Nadie puede pasar por alto esos pasos importantes.
Sin embargo, Tabernáculos también es precedida más inmediatamente por el toque de Trompetas y el Día de la Expiación. En conjunto, estos tres pasos forman un grupo de eventos proféticos que incluyen la resurrección de los muertos, la Segunda Venida de Cristo y la Manifestación de los Hijos de Dios.
El plan divino tiene una falsificación que se ha enseñado en los últimos 170 años, conocida principalmente como el "rapto". Fue desarrollado por aquellos que sabían poco sobre los días festivos y casi nada sobre la Fiesta de Tabernáculos. Sabían bastante sobre la Primera Venida de Cristo y cómo cumplió la Pascua al morir en la cruz. Pero no conocían las Leyes de la Segunda Venida, ni consideraron cómo Trompetas, Expiación y Tabernáculos profetizaban la Segunda Venida de Cristo.
Esto fue muy desafortunado, porque todo un sistema doctrinal se construyó sobre la base de la ignorancia. Eso, junto con una mentalidad del Antiguo Pacto, ha traído una gran ceguera a la Iglesia y ha hecho que los hombres apoyen el reino falso cuya capital es la Jerusalén terrenal.
Fiesta de las Trompetas
Pablo nos dice en 1 Tes. 4:15 , 16 ,
15 … Nosotros, los que vivimos y permanecemos hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. 16 Porque el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo se levantarán PRIMERO.
Los santos vivos no pueden preceder a los que han muerto en generaciones pasadas. Por lo tanto, los muertos deben resucitar antes de que los santos vivos sean transformados a su semejanza. Esto ocurre al toque de la trompeta. 1ª Cor. 15: 52 dice que será "la última trompeta, porque la trompeta sonará, y los muertos resucitarán imperecederos".
¿Cuál es la última trompeta? Al comienzo de cada mes, en la luna nueva (primera luna creciente), solían tocar la trompeta para señalar el comienzo del nuevo mes. El séptimo mes, cuando se celebraban las Fiestas de Otoño, comenzaba con la séptima trompeta: la Fiesta de las Trompetas. Este es el día en el plan divino que profetiza la resurrección de los muertos.
La secuencia de los eventos del Tiempo del Fin se ve en la historia de Israel en el desierto. En Núm.. 10: 2-4 está profetizado que cuando se tocaba una sola trompeta era para convocar a "los jefes de las divisiones de Israel". El tocar ambas trompetas profetizaba la convocatoria de toda la Congregación o Iglesia (vs. 3).
Así es con la Primera Resurrección en Apocalipsis 20: 6. Solo unos pocos resucitan, mientras que "los demás muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años". Entonces, cuando Pablo habló de la trompeta (en singular) que se tocará, profetizó de la Resurrección de los Vencedores, no de la Iglesia en su conjunto. Es la Resurrección de los Vencedores solamente, porque esto está profetizado en la Ley con respecto al propósito de las trompetas. El resto de los muertos, incluida la mayor parte de la Iglesia, resucitarán juntos al final de los mil años. Jesús profetizó acerca de esa Resurrección General en Juan 5: 28-29,
28 No te maravilles de esto; porque viene una hora, en la cual todos los que están en los sepulcros oirán su voz [¿sonido de trompetas?] 29 y saldrán; los que hicieron las buenas obras [creyentes] a una resurrección de vida, los que cometieron las malas obras [los incrédulos] a una resurrección de juicio.
Esta es la Resurrección General e incluye tanto a creyentes como incrédulos. Obviamente no es la Primera Resurrección de Apocalipsis 20: 6. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que la Primera Resurrección al sonido de una sola trompeta levantará a los cabezas, o líderes, a quienes llamamos los Vencedores. Estos son los llamados a "ser sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él por mil años".
Esto fue profetizado en la Iglesia en el Desierto (Hechos 7: 38 KJV), donde Israel era la Iglesia, y los líderes —príncipes de las tribus— representaban a los Vencedores.
Al comprender la Ley de las Trompetas, podemos enmarcar mejor nuestra escatología y comprender el orden de los eventos que rodearán la Segunda Venida de Cristo.
El Día de la Expiación
Poco después de que Moisés fabricó las dos trompetas de plata en Núm. 10, los doce espías dieron su informe en Núm. 13. Mediante el estudio de la cronología, hemos aprendido que este fue el 10º día del 7º mes en el inicio del año 2450 (que data desde Adán).
Fue el 50º jubileo desde Adán, un Jubileo de Jubileos. Era el día que Dios había preparado para que los hijos de Abraham fueran liberados y regresaran a su herencia (Levítico 25: 10). Habían estado esclavizados en Egipto durante mucho tiempo, pero este era el momento señalado para su regreso a la Tierra Prometida.
Sin embargo, como sabemos, no tenían suficiente fe para entrar en la Tierra Prometida en ese momento, por lo que la promesa se retrasó. En lugar de celebrar un Jubileo con regocijo, convirtieron el día en un día de duelo y ayuno, que llegó a conocerse como el Día de la Expiación. Fue diseñado para hacerlos arrepentirse de su falta de fe y crecer espiritualmente para alcanzar la fe de Caleb y Josué, los vencedores de ese tiempo.
En el momento de la Segunda Venida de Cristo, este será nuevamente el día en que la Iglesia se dé cuenta de que necesita arrepentirse de su falta de fe. Habiendo sido enseñado que el Rapto ocurrirá sólo una fracción de segundo después de la resurrección, la mayoría de los creyentes se alarmarán cuando vean a los muertos resucitados sin que ocurra un “rapto” al mismo tiempo.
Pensarán que se perdieron el Rapto y deben pasar por la >Tribulación bajo el gobierno del Anticristo, y que todos serán martirizados. Aquellos que conocen la profecía tendrán que consolarlos con la verdad.
La Fiesta de Tabernáculos
Cinco días después del Día de la Expiación, los Vencedores que vivan en ese día serán “tranformados”, como lo expresó Pablo en 1ª Cor. 15: 52. Aquí es cuando los Hijos de Dios realmente nacerán, habiendo sido engendrados a través de la Pascua y llevados a la madurez a través de Pentecostés.
El nacimiento, sin embargo, no es el final del asunto, porque la Ley también ordena que los Hijos se presenten a Dios en el templo en el Octavo Día. Luego también son circuncidados. Éxodo 22: 29-30 dice:
29 No demorarás la ofrenda de tu cosecha y tu vendimia. Me darás el primogénito de tus hijos. 30 Lo mismo harás con tus bueyes y tus ovejas. Estará con su madre siete días; al octavo día me lo darás.
Cuando nacen los Primogénitos de Dios, la Ley dice que deben permanecer con su madre siete días. Ningún hijo de Dios puede ser presentado a Dios hasta el Octavo Día. Por eso la Fiesta de Tabernáculos dura ocho días. Abarca desde el nacimiento hasta la presentación de los Hijos.
La Ley del Sacerdocio
Apocalipsis 20: 6 dice que los resucitados en la Primera Resurrección "serán sacerdotes de Dios y de Cristo". Lo mismo ocurrirá con los Vencedores vivos. Uno no tiene que ser levantado de entre los muertos para ser sacerdote de Dios. Dios está levantando un nuevo sacerdocio para la Era Venidera. Cuando estén unidos a su Cabeza, el gran Sumo Sacerdote, formarán un Cuerpo completo que está calificado para ser un sacerdote para Dios.
Bajo el sacerdocio del Antiguo Pacto de Aarón y sus hijos, eran descalificados si tenían deformidades físicas (Núm. 21: 17-21). Bajo el sacerdocio del Nuevo Pacto, son descalificados por deformidades espirituales.
La deformidad más importante, por supuesto, es funcionar sin la cabeza. Un sacerdote sin cabeza siempre está descalificado. A nivel personal, somos descalificados si Cristo no es nuestra Cabeza. En un nivel profético, el Cuerpo de Cristo debe tener su Cabeza para poder ministrar en la Era Venidera.
En este nivel, Cristo la Cabeza debe venir para que el Cuerpo esté completo y calificado para ministrar a la gente. Por eso es que Cristo debe volver. La Ley dice que el cuerpo de un sacerdote debe estar completo.
Sin embargo, el cuerpo debe estar preparado para la Cabeza. Cristo no vendrá hasta entonces. Por lo tanto, la secuencia de eventos es primero que la parte "muerta" del Cuerpo debe resucitar en la Fiesta de las Trompetas. Entonces los Vencedores vivientes deberán ser "transformados" a su semejanza, para que los dos grupos puedan unirse como uno solo. Solo entonces la Cabeza podrá descender sobre todo el cuerpo, creando un sacerdote calificado.
A Mitad de Tabernáculos
Cristo la Cabeza debe venir sobre el Cuerpo en algún lugar entre el Primer y el Octavo día de Tabernáculos, entre el nacimiento y la presentación de los Hijos de Dios. Por esta razón, vemos que cuando Jesús celebró la Fiesta de Tabernáculos como dice Juan 7: 2, fue “en secreto” (Juan 7: 10) antes de revelarse a la mitad de la Fiesta. Juan 7: 14 dice:
14 Pero cuando ya era la mitad de la fiesta, Jesús subió al templo y comenzó a enseñar.
También fue entonces cuando cumplió la profecía en Mal. 3: 1, "Y el Señor a quien buscáis vendrá de repente a su templo". Fue a la mitad de la Fiesta de Tabernáculos. Creo que esto profetizó de la Segunda Venida de Cristo. Aunque no sabemos el año, conocemos la fiesta que Él debe cumplir, y sabemos el día preciso dentro de esa fiesta en el único ejemplo del Nuevo Testamento donde Jesús celebró la Fiesta de Tabernáculos.
El Último Gran Día de la Fiesta
Juan 7: 37-39 dice:
37 En el último día, el gran día de la fiesta, Jesús se puso de pie y gritó, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a Mí y beba. 38 El que cree en Mí, como dice la Escritura [Isaías 12: 2-3]: 'De su interior correrán ríos de agua viva'”. 39 Pero esto habló por el Espíritu, a quien recibirían los que creyeran en Él; porque aún no se había dado el Espíritu, porque Jesús aún no había sido glorificado.
Esta Palabra se cumplió parcialmente en el día de Pentecostés en Hechos 2, pero Jesús realmente pronunció la Palabra en el Último Gran Día de la Fiesta de Tabernáculos. Esto aún está por llegar.
Cuando el Cuerpo esté completo, entonces será presentado a Dios en el Octavo Día de Tabernáculos. Entonces, este nuevo sacerdocio se manifestará a la gente de la Tierra. Ésta es la Manifestación o Desvelamiento de los Hijos de Dios, que la Creación espera ansiosamente (Rom. 8: 19).
Será comparable a la presentación de Aarón y sus hijos a los israelitas en el Octavo Día en Lev. 9: 1. En ese día se manifestó la gloria del Señor (Lev. 9: 24). Entonces el fuego de Dios, su gloria, consumió la ofrenda.
https://godskingdom.org/studies/ffi-newsletter/2021/the-second-coming-of-christ
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