El Señor, al que ama, disciplina.
Hebreos 12:6
¡Cuán triviales son nuestras quejas! Nuestro Señor empieza a llevarnos al lugar donde podemos tener comunión con Él, solamente para escuchar que nos quejamos y gemimos: "¡Oh, Señor, déjame ser como los demás!" Jesús nos está pidiendo que tomemos uno de los extremos del yugo para que podamos halar juntos. Por eso nos dice: "Mi yugo es fácil y ligera mi carga", Mateo 11:30. ¿Estás identificado con el Señor Jesús en esta forma? Si es así, darás gracias a Dios cuando sientas la presión de Su mano sobre ti.
Multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
Isaías 40:29
Dios viene a nosotros y nos saca de nuestro emocionalismo y, entonces, nuestra queja se convierte en un himno de alabanza. La única manera de conocer la fuerza de Dios es tomando el yugo de Jesús sobre nosotros y aprendiendo de Él.
El gozo del Señor es vuestra fuerza
Nehemías 8:10
¿De dónde obtienen su gozo los santos? Si no conociéramos bien a algunos cristianos, pensaríamos que no tienen ninguna carga que sobrellevar. Pero debemos descorrer el velo de nuestros ojos. El hecho de que la paz, la luz y el gozo de Dios estén en ellos, demuestra que también tienen una carga. La carga que Dios pone sobre nosotros exprime las uvas de nuestra vida y produce el vino, pero la mayoría de nosotros únicamente ve la carga.
Ningún poder en la Tierra ni en el infierno puede vencer al Espíritu de Dios que habita en nuestro espíritu; es una invencibilidad interior. Si hay una constante queja en ti, échala fuera sin piedad. Es un verdadero crimen ser débil en las fuerzas de Dios.
"Con todo esto, los lugares altos no desaparecieron de Israel,
aunque el corazón de Asa fue perfecto en todos sus días".
2 Crónicas 15:17
Asa no fue completamente obediente en las áreas externas o visibles de su vida. Obedeció en las que consideraba más importantes, pero no fue recto del todo. Cuídate de pensar: "Oh, ese defecto en mi vida no es muy importante". El hecho de que a ti no te importe mucho no significa que a Dios no le importe bastante. Un hijo de Dios no debe considerar nada como trivial. ¿Cuánto tiempo más vamos a impedir que Dios trate de enseñarnos al menos una cosa? Pero Él lo sigue intentando y nunca pierde la paciencia. Tú dices: "Yo sé que estoy bien con Dios", pero aún permanecen los lugares altos en tu vida. Todavía queda un área de desobediencia. ¿Afirmas que tu corazón está bien con Dios y, sin embargo, hay algo en tu vida sobre lo cual Él te ha hecho dudar? Siempre que exista una duda, abandona de inmediato el asunto en cuestión, sin importar lo que sea. Nada en nuestra vida es apenas un detalle insignificante para Dios.
¿Hay algunas áreas relacionadas con tu vida física o intelectual a las cuales no les has prestado ninguna atención? Si este es tu caso, tal vez pienses que te encuentras bien en las áreas importantes, pero eres negligente. Te has descarriado en cuanto a tu concentración. Así como tu corazón no necesita tomarse un descanso y dejar de palpitar, tampoco tú necesitas unas vacaciones en tu concentración espiritual. No te puedes tomar unas vacaciones morales y seguir siendo íntegro y tampoco puedes tener vacaciones espirituales y continuar siendo espiritual. Dios quiere que seas completamente Suyo, lo cual implica que tienes que estar alerta para mantenerte en forma para Él. Esto requiere muchísimo tiempo. Sin embargo, algunos de nosotros esperamos levantarnos por encima de todos nuestros problemas y escalar las numerosas pendientes en tan sólo dos minutos.
(Por gentileza de E. Josué Zambrano)
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