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LA EPÍSTOLA DE JUDAS, Final (Los gnósticos son burladores y anímicos), Dr. Stephen Jones




4 de abril de 2019



En Judas 17-19, el autor se dirige directamente a sus lectores para advertirlos y exhortarlos a seguir la verdad y rechazar las enseñanzas gnósticas.

17 Pero ustedes, hermanos, deben recordar las palabras que fueron pronunciadas de antemano por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo, 18 los cuales os decían: "Al fin de los tiempos habrá burladores, que seguirán sus propios deseos impíos". 19 Estos son los que causan divisiones, individuos mundanos, desprovistos del Espíritu.

Judas pudo haberse referido al apóstol Pedro, que escribió en 2 Pedro 3:1-3,

1 Esta es ahora, amados, la segunda carta que os escribo, en las cuales con lo que os recuerdo, estimulo vuestra mente sincera, 2 para que recordéis las palabras pronunciadas de antemano por los santos profetas y el mandamiento del Señor y Salvador hablado por vuestros apóstoles. 3 Sabed esto primero que todo, que en los últimos días los burladores vendrán con sus burlas, siguiendo sus propios deseos.


Los burladores
Pedro y Judas fueron los únicos autores del Nuevo Testamento que usaron el término griego empaiktes, "burladores". Esta palabra también se usó una vez en la versión de la Septuaginta en Isaías 3:4,5,

4 Y haré de los jóvenes sus príncipes, y los burladores [empaiktes] tendrán dominio sobre ellos. 5 Y el pueblo caerá, hombre sobre hombre, y cada hombre sobre su prójimo; el joven se alzará sobre el anciano, y el indigno contra el honorable.

Aquí aprendemos que los rabinos usaron empaiktes como el equivalente de la palabra hebrea ta'aluwl, que representa a un joven a punto de lanzar una rabieta para salirse con la suya (es decir, un tirano). El profeta nos dice que el juicio de Dios sobre Israel por su falta de Ley es que Él pondrá a tales tiranos infantiles en posiciones de autoridad sobre ellos. No serán gobernados por aquellos que tienen madurez espiritual y amor, sino por aquellos que exigen que otros les sirvan a ellos y les den todo lo que sus corazones caprichosos desean (o "sus propios deseos impíos").

Es interesante que el uso de Isaías del término t'aluwl (o empaiktes) sugiere que él mismo se estaba involucrando en algún nivel de burla, o al menos en cierta ironía, al decirles que sus líderes actuarían como pequeños tiranos infantiles. Cuando tales niños hacen berrinches, son muy serios en lo que respecta a salirse con la suya. No están "burlándose" de nadie.

Quizás este es el profeta al que se refería Pedro cuando escribió sobre "las palabras pronunciadas de antemano por los santos profetas". Judas omite cualquier referencia a los profetas, pero apela a los apóstoles (es decir, a Pedro).

El mismo Judas se burla de los burladores en Judas 19, ya que los gnósticos se consideraban muy espirituales, pero Judas dice que están "desprovistos del Espíritu". Los gnósticos sin Ley no siguieron "la ley de Dios" sino "la ley del pecado" (Romanos 7:25; 8: 2). Pensándose a sí mismos como superiores a las Leyes de Dios, habían desechado la moderación y habían santificado el libertinaje.


Los gnósticos son anímicos.
Cuando Judas los llama "mundanos" en Judas 19, la palabra griega es psychikos, "anímicos". Es la palabra que usa Pablo en 1 Corintios 2:14, que describe al "hombre natural", en contraste con el "que es espiritual" (1 Corintios 2:15). Cuando los hombres siguen los deseos del alma, actúan de acuerdo con su naturaleza adánica, porque Adán fue hecho un alma viviente (1 Corintios 15:45). Tales personas se identifican con el "hombre" interior que recibieron de sus padres terrenales.

Sin embargo, aquellos que han sido engendrados por Dios han transferido su identidad del alma al espíritu, que es el "nuevo hombre" o el nuevo YO. Estos ya no son hijos de Adán, sino hijos de Dios, y por eso son guiados por su espíritu, que a su vez está saturado por el Espíritu Santo.

Judas nos dice que los gnósticos eran psychikos, "anímicos", porque no habían sido engendrados por el Espíritu Santo. Su reclamo de espiritualidad era simplemente un intento de hacer que el alma fuera espiritual. Pero el alma ya estaba condenada a muerte en el momento en que Adán pecó, y nunca será una heredera del Reino. Pablo dice que "la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni lo perecedero hereda lo imperecedero" (1 Corintios 15:50).


Los verdaderos creyentes son espirituales
Judas continúa en Judas 20 y 21,

20 Pero vosotros, amados, edificaos sobre vuestra santísima fe; orando en el Espíritu Santo; 21 manteneos en el amor de Dios, esperando ansiosamente la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para la vida eterna.

Judas exhorta a los verdaderos creyentes a continuar construyéndose y creciendo espiritualmente. Esa semilla sagrada que ha sido engendrada por Dios es todavía un embrión que debe crecer y madurar hasta que pueda nacer plenamente como un hijo manifiesto de Dios, visible para el mundo. Cuando Judas habla de "vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo", usa la metáfora del templo. La fe más santa es el nivel de fe que corresponde al Lugar Santísimo en el templo, donde el Espíritu Santo reside entre los querubines.

La mayoría de las oraciones se hacían en el altar del incienso en el Lugar Santo cuando el sacerdote se acercaba al velo. Era allí donde Zacarías estaba orando mientras ofrecía incienso cuando Gabriel se le apareció (Lucas 1:11) y profetizó que tendría un hijo y que deberían llamarlo Juan. Sin embargo, una vez al año, el sumo sacerdote entraba en el Lugar Santísimo, donde se encontraba cara a cara con Dios. Actualmente somos como Juan cuando ministramos a Dios en el Lugar Santo, construyendo nuestra fe para prepararnos para el día que lo veamos cara a cara.

Mientras tanto, dice Judas, los fieles deben mantenerse en el amor de Dios. En otras palabras, deben descansar en la seguridad de que permanecen en el amor de Dios por ellos, (Traductor: arraigados y cimentados en amor, Ef. 3:17) porque ese amor es la base de la comunión con Él. La construcción de la propia fe no puede separarse del aumento del amor por Dios, porque "amamos porque Él nos amó primero" (1 Juan 4:19). Nuestro amor responde a Su amor y nos hace acercarnos más a Él en el Lugar Santísimo, mientras que esperamos ansiosamente Su venida y Su presencia (parousía).

El objetivo es la "vida eterna" (zoein aionian). La meta no es simplemente la calidad de vida que viene con la inmortalidad, sino específicamente recibir esta vida inmortal en la Primera Resurrección (Apocalipsis 20:5,6). Los que reciben vida en la Primera Resurrección son los vencedores que reinarán con Cristo durante "La Era"; es decir, la Era Mesiánica.

Judas llama a esto "la misericordia de nuestro Señor Jesucristo", sustituyendo la palabra misericordia por la recompensa dada a los verdaderos creyentes. Debido a que estos verdaderos creyentes son los destinatarios de tal misericordia, Judas 22 y 23 los amonesta, diciendo:

22 Y tened piedad de algunos que tienen dudas; 23 Salvad a los demás, arrebatándolos del fuego; y de algunos tened piedad con temor, odiando incluso la ropa contaminada por su carne.

La misericordia es una opción legal garantizada a todas las víctimas de injusticia. La llamamos Ley de los Derechos de las Víctimas, porque a la víctima de la injusticia se le otorga el derecho de recibir justicia o misericordia según su criterio. Judas exhorta a los creyentes a tener piedad de "algunos que tienen dudas" (el Nuevo Testamento Numérico de Panin).

¿Por qué nos diría Judas que tuviéramos piedad de los que dudan? ¿Estaban los objetos de tal misericordia en un estado de duda? The Emphatic Diaglott traduce, "discriminan" o "hacen una diferencia". Me parece que Judas quería decir que las víctimas de la injusticia tenían el poder de discernir la situación y de discriminar en la aplicación de la justicia y la misericordia. La "duda", entonces, no se debía a la falta de fe, sino a la incertidumbre de cómo aplicar la justicia y la misericordia. Por lo tanto, "algunos" deben recibir misericordia, lo que implica que otros pueden no merecerla.

Esto se contrasta con otros que deberían ser salvos, "arrebatándolos del fuego" de la justicia (es decir, la "ley de fuego" en Deuteronomio 33:2 KJV). En otras palabras, algunos deben ser salvados (liberados) del fuego de la justicia. Aún a otros se les debe otorgar misericordia con temor. El término temor tiene un amplio rango de significado, desde terror absoluto hasta respeto sano. En este caso, Judas define el término diciendo: "odiando incluso la ropa contaminada por su carne". El mensaje general es que uno debe odiar el pecado sin odiar al pecador. Judas pudo haber obtenido su metáfora de Zacarías 3:2, donde el Señor le dice a Satanás: ¿No es este un tizón arrebatado del incendio?” Dios estaba hablando de Josué, el sumo sacerdote, vestido con ropas sucias y que necesitaba ropas nueva para ministrar a Dios adecuadamente. En ese caso, Josué recibió misericordia a pesar de sus ropas sucias (es decir, sus injusticias). Así también, debemos odiar "la vestimenta contaminada por su carne", pero no a la persona que necesita vestimentas blancas y limpias, que son "las acciones justas de los santos" (Apocalipsis 19:8).


La doxología
Judas concluye su carta en Judas 24,25,

24 Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída y para presentaros sin mancha en presencia de su gloria con gran alegría, 25 al único Dios nuestro Salvador, por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea gloria, majestad, dominio y autoridad, antes de todo tiempo, y ahora y por todos los siglos. Amén.

Judas no quiere que los creyentes tropiecen, ya sea a través de la enseñanza gnóstica o por medio del pecado y las “lujurias impías”. Cuando estamos ante la presencia de Dios, debemos vestirnos con el fino lino que es la justicia, en lugar de la inmundicia del alma, prendas de la carne.

La doxología de Judas es similar a la expresión de alabanza de toda la Creación en Apocalipsis 5:12,

12 diciendo a gran voz: "Digno es el Cordero que fue sacrificado para recibir poder y riquezas y sabiduría y poder y honor y gloria y bendición".

La declaración final de Judas, "antes de todo tiempo y ahora y por todos los siglos", se traduce mejor como "antes de todas las edades y ahora y para todas las edades" (Dr. Bullinger). Incluso el margen NASB nos informa que "para siempre" (pantas tous aionas) debe traducirse "para todas las edades".

Amén significa "así sea". La palabra se usa a menudo como el acuerdo de un testigo doble.



FIN

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