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Tipos de Cristo - Parte 8: BENJAMÍN, Dr. Stephen Jones (GKM)

 


Fecha de publicación: 09/04/2025
Tiempo estimado de lectura: 4 - 5 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones
https://godskingdom.org/blog/2025/09/types-of-christ-part-8-benjamin/


Cuando José recibió su nombre al nacer, este contenía una profecía de que su madre Raquel tendría otro hijo. Génesis 30: 24 (KJV) dice:

24 Y llamó su nombre José, y dijo: Añádame el Señor otro hijo.

Su nombre deriva de la raíz יָסַף (yasaf), un verbo que significa "añadir, aumentar, repetir". Tras un largo tiempo sin tener hijos, Dios la bendijo con un hijo. José fue el comienzo, pero ella esperaba más bendiciones. Esta bendición adicional prosperó a Egipto, convirtiéndolo en el granero de toda la región durante la hambruna (Génesis 41: 57). Gracias a esto, la familia de José también fue bendecida, especialmente cuando se mudaron a la tierra de Gosén en Egipto.

Cuando nació Benjamín, aumentó la familia, elevando el número total de hijos a doce. Doce es el número del gobierno divino. Mientras que José añadió fecundidad a la familia (como lo demuestra Efraín), Benjamín indica un crecimiento. Benjamín no sólo era un símbolo de Cristo, sino también un símbolo del Cuerpo de Cristo.

Dos nombres

Cuando nació Benjamín, su madre murió al dar a luz en Efrata («lugar fructífero»). Las ricas tierras de cultivo de la zona la convirtieron en una Casa del Pan (es decir, «Belén»). Génesis 35: 1819 dice:

18 Aconteció que cuando su alma partía (pues murió), le puso por nombre Benoni, pero su padre le puso por nombre Benjamín. 19 Murió, pues, Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, es decir, Belén.

Benoni significa "hijo de mi dolor", lo que refleja el difícil parto de Raquel y su muerte al dar a luz. Benjamín significa "hijo de mi diestra". Como figura de Cristo, esto presenta sus dos venidas: primero, como "varón de dolores, experimentado en quebranto" (Isaías 53: 3), y segundo, su ascensión a la diestra del Padre (Lucas 22: 69).

El Cuerpo de Cristo

Al comparar a Benjamín con su hermano José, vemos que José era un tipo de Cristo, y Benjamín era un tipo añadido como hermano menor de José, pues «no se avergüenza de llamarlos hermanos» (Hebreos 2: 11). Por lo tanto, Benjamín representa el aumento de la fecundidad de Cristo. Esta es el Cuerpo de Cristo que se está formando y perfeccionando por la obra del Espíritu Santo.

Así también nos dice Pablo en Gálatas 4: 19,

19 Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,

Estamos dando a luz a un hijo espiritual, que es «Cristo en vosotros» (Colosenses 1: 27). Ese embrión fue engendrado por el Espíritu, según el modelo de la concepción de Jesús (Mateo 1: 18). Este es el «nuevo hombre», es decir, una «nueva criatura» (2ª Corintios 5: 20). Este es también su verdadero yo, si ha sido engendrado por el Espíritu, pues ya no es hijo de tus padres terrenales.

Por esta razón, Juan dice: «Tenéis la unción del Santo» (1ª Juan 2: 20). Los ungidos son mesías, o cristos, conectados con la Cabeza, Jesucristo. El término cristiano significa «perteneciente a Cristo». El término se aplicó por primera vez a los creyentes de Antioquía (Hechos 11: 26). Si bien lo usaban con desdén, en el sentido de «pequeños cristos», los creyentes vieron la verdad en ello y, por lo tanto, adoptaron ese nombre. Sin embargo, el término no se aplica a los miembros de la iglesia, sino a aquellos que han sido engendrados por el Espíritu.

Dos fases en la vida

Benjamín representa a aquellos creyentes cuya identidad ha sido transferida del viejo hombre al nuevo. El viejo hombre, descendiente de Adán, era un alma viviente y, por lo tanto, anímico (psukikos). El nuevo hombre, junto con Jesús mismo, es un espíritu vivificante (1ª Corintios 15: 45).

Los dos nombres se aplican tanto a nosotros como a Jesús mismo. Todos nacemos naturalmente como almas engendradas por nuestros padres terrenales, quienes nos transmitieron la mortalidad y la muerte. Estos son Benoni, «hijo de mi dolor», una referencia a Eva, que dio a luz con «dolor» (Génesis 3: 16, KJV). La palabra hebrea issabon significa «dolor, labor, dificultad, tristeza». Quizás Raquel tenía en mente a Eva cuando sufrió un parto difícil y murió al dar a luz a su hijo Benoni.

Cuando nuestro viejo hombre (alma) muere, el nuevo hombre permanece inmortal y continúa consciente, porque hemos transferido nuestra identidad a ese nuevo hombre por la fe. Este nuevo hombre es nuestro Benjamín, pues estamos sentados con Cristo a la diestra del Padre (Efesios 2: 6).

Vemos, entonces, que todo verdadero creyente pasa por dos fases de existencia. En la fase 1, somos almas mortales conectadas con Adán, quien fue condenado a muerte. Esta mortalidad se transmitió a todos los que nacieron después (Romanos 5: 12). En la fase 2, somos engendrados de lo alto como nuevas criaturas, espíritus inmortales engendrados por «el postrer Adán», es decir, Jesucristo (1ª Corintios 15: 45).

Éstos son los Hijos de Dios, los hijos de su diestra, los Benjamín-es.


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