"No tendrás nada y serás feliz" |
Por: Dr. Stephen JonesPublicado el: 26/05/2022
En los últimos siglos, se desarrolló el concepto de equilibrio de poder, en el que se decía que los países competidores buscaban el mismo poder. Los historiadores generalmente trataron este concepto como si fuera solo un estado natural, no planificado e inevitable del mundo. Pero esto no es así.
Las naciones buscan mayor poder, no un equilibrio de poder. Fue solo cuando los hombres poderosos obtuvieron poder sobre múltiples naciones que pudieron dividir esas naciones en facciones iguales pero en competencia y luego enfrentar a cada lado contra el otro para controlarlas más fácilmente.
Al estar divididos en dos grupos/alianzas relativamente iguales, los dos grupos podrían usarse para amenazarse entre sí. Se podrían iniciar guerras entre ellos que serían rentables para los traficantes de armas y aumentarían las deudas de ambos bandos con los banqueros. Los banqueros podían determinar el resultado de cada guerra ajustando su financiamiento, porque financiaban ambos lados de la guerra.
Entonces vemos que los banqueros de Nueva York y Londres financiaron la revolución bolchevique en Rusia a principios del siglo XX. Cuando la revolución tuvo éxito en noviembre de 1917, Jacob Schiff (del banco Kuhn and Loeb en Nueva York) se jactó de su papel en esto, como se informó en el New York Times.
La revolución bolchevique dividió el este del oeste, cada lado controlado por intereses bancarios occidentales. Con el tiempo se erigió una “cortina de hierro”, que dividía Europa oriental de Europa occidental y (después de la Segunda Guerra Mundial) Alemania Oriental de Alemania Occidental. La Guerra Fría fue el resultado de este nuevo equilibrio de poder, ya que muchos hablaban de “las dos superpotencias” (Rusia y EE. UU.).
Cuando el comunismo se volvió insostenible en la década de 1980, se decidió que una sola superpotencia podría unir al mundo a través de un nuevo concepto llamado globalismo. Este era su "Nuevo Orden Mundial", basado en la idea de que el mundo estaba listo para un gobierno mundial. La Unión Europea fue diseñada para unir esa región. China se financió convirtiéndola en el centro manufacturero del mundo. China se fortaleció mientras que Occidente se debilitó.
Así como Gran Bretaña fue la superpotencia de los 1800 y Estados Unidos de los 1900, también se le dio a China la promesa de gobernar el próximo siglo (2000). Proporcionaría un modelo totalitario a seguir por el resto del mundo, principalmente a través de la tecnología de vigilancia.
Este plan, sin embargo, fue desbaratado por Donald Trump bajo el lema Make America Great Again. Fue un golpe contra el plan para hacer grande a China en el s. XXI. El plan había sido unir a China y Estados Unidos en una gran unificación de Oriente y Occidente. Se iba a lograr a través de dos administraciones: ocho años de Obama y ocho años de Hillary Clinton.
La administración Trump interrumpió ese plan y los retrasó. La Agenda 21 (es decir, 2021) de repente se revisó convirtiéndola en la Agenda 30.
https://unitynewsnetwork.co.uk/what-is-the-united-nations-agenda-30-and-how-does-it-impact-you/
La Agenda 2030 es el plan de la ONU “para el desarrollo sostenible”. La palabra clave es sostenible, ya que este es el término que eligieron para promover su programa de despoblación con el fin de lograr un nivel de población “sostenible” en el mundo. Ese plan está escrito en las Piedras Guía de Georgia, que piden una reducción de la población mundial a 500 millones de personas. Enumera también su propia versión de los 10 mandamientos, y el primero afirma: “Mantener a la humanidad bajo 500.000.000 en perpetuo equilibrio con la naturaleza”.
https://en.wikipedia.org/wiki/Georgia_Guidestones
El 10º mandamiento de las Piedras Guía de Georgia dice: “No seáis un cáncer en la Tierra. Dejad espacio para la naturaleza. Dejad espacio para la naturaleza”.
Suena noble “dejar espacio para la naturaleza”, pero cuando este plan es implementado por hombres que solo buscan poder, es claro que planean matar a la mayor parte de la humanidad para “dejar espacio para la naturaleza”. ¿Por qué? Porque la humanidad es “un cáncer en la Tierra”. Si se ofrecieran como voluntarios para dar sus propias vidas cancerosas por el bien de la Tierra, podría verse su sinceridad.
Sin embargo, se ven a sí mismos como "élite" que no son como la gente común. Tienen derecho a gobernar la Tierra y derecho a despoblarla a través de guerras, abortos y vacunas. Saben que 8 mil millones de personas no son manejables, por eso quieren reducirlo a 500 millones.
Estas personas hambrientas de poder quieren que demos nuestras vidas por su causa. Por el contrario, Jesús dio su vida por nosotros. Su causa es “Fructificad y multiplicaos y henchid la tierra” (Génesis 1: 28). Si se restauran las Leyes del Reino, la Tierra podía sustentar a cien mil millones de personas. Es solo bajo las leyes babilónicas que hay insostenibilidad y escasez.
La disrupción de Donald Trump interrumpió el gobierno mundial globalista y restableció la cortina de hierro entre Oriente y Occidente. En otras palabras, el mundo ha regresado a otra forma de equilibrio de poder con su estrategia de, divide y vencerás. El globalismo está muerto, junto con su gobierno mundial. No tienen más remedio que volver a la vieja estrategia de los siglos pasados, que es fomentar guerras para debilitar aún más a las naciones y matar a la mayor cantidad de personas posible.
Aquí es donde nos encontramos hoy. Es un momento peligroso. Quizás sea el tiempo específico de “guerras y rumores de guerras” que Jesús profetizó en Marcos 13: 7. Sin embargo, sabemos que Babilonia se está cayendo y el Reino se está levantando. El conflicto y la lucha de poder entre la Babilonia Misteriosa y la Nueva Jerusalén es la causa de estos problemas del “tiempo del fin”. Por las Escrituras sabemos quién gana esta guerra. Estamos en el lado ganador.
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