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SORBOS DE VIDA - BIOGRAFÍA DE WATCHMAN NEE (Dieron Testimonio de él - Parte 1), W. Lee

 





DIERON TESTIMONIO DE ÉL

Este capítulo contiene los testimonios de cinco personas que conocieron personalmente a Watchman Nee. Lo que escribieron acerca de él expresa el conocimiento personal y las experiencias directas que tuvieron en el transcurso de muchos años.

1. SU CUÑADO

El primer testimonio fue dado por su cuñado, Samuel I. L. Chang, quien era anciano de la iglesia en Los Ángeles.

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Mi relación con Watchman Nee

La abuela de Watchman Nee y la mía fueron compañeras de clase, y la amistad de ella inició la relación entre ambas familias. Los padres de Watchman Nee y los míos también estudiaron juntos, así como nuestras hermanas y, más adelante, él y yo. Nuestra relación no se limitaba a la amistad que tienen las personas del mundo, ya que llegó a ser una relación entre dos hermanos en Cristo. Nuestra relación perduró muchos años. 

Después de compartir con Watchman Nee en 1927, pude ver claramente que yo era salvo. En 1934 él se casó con mi hermana, pero nuestra relación siguió basándose en nuestra comunión con Cristo, y no en lazos familiares.

Al hablar con Watchman Nee,
comprendí que yo era salvo

Mi relación con Watchman Nee tomó carácter espiritual cuando tuve la certeza de ser salvo. El me ministró a Cristo en el Espíritu, y me condujo a un deleite vivo y verdadero de la seguridad de la salvación. Me preguntó simplemente: “¿Eres salvo?" Le contesté: “No lo sé”. Me preguntó: “¿Por qué no eres salvo?” Respondí: “No lo sé”. Entonces me preguntó: “¿Crees en Juan 3: 16?” Y lo citó: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito”. El preguntó: “¿Crees eso?” Le dije: “Sí, lo creo”. Añadió: “¿Crees que todo aquel que cree en Él no perecerá, sino que tiene vida eterna?” Dije: “Sí, también creo eso”. Me preguntó de nuevo: “¿Eres salvo?” Le dije: “No sé”. Entonces él dijo: “Si Dios lo dice y tú no lo crees, ¡le haces mentiroso!” Estas palabras quitaron el velo de mi corazón y despertaron mi espíritu. Inmediatamente sentí la unción dentro de mí y creí verdaderamente que era salvo.

Watchman Nee me ministraba

En muchas ocasiones, cuando yo tenía problemas, acudía a Watchman Nee para pedirle ayuda. No me reprendió ni una sola vez; sólo me preguntaba qué había aprendido del Señor. Eso me ayudó a entender que todo sucedía porque Dios lo permitía y que todo ayudaba para mi bien, puesto que me conformaba a la imagen de Su Hijo (Rom. 8: 28-29).

En una ocasión, mi esposa fue internada en el hospital para ser operada. Después de la operación, el enemigo la atacó con acusaciones, por lo que ella pensó que moriría. Watchman Nee se enteró de eso y fue a visitarla con mi hermana. Se dio cuenta de que ella estaba bajo la acusación del enemigo y la ministró basándose en Apocalipsis 12: 11 “Y ellos le han vencido por causa de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y despreciaron la vida de su alma hasta la muerte”

Luego, él me llamó por teléfono y me pidió perdón por no haberme ayudado manteniéndome en la comunión del Señor, lo cual había dado pie al enemigo para atacar a mi esposa. El entendía perfectamente que la guerra espiritual no afectaba solamente a mi esposa, sino que requería mi ayuda y la de la iglesia. Esta es la razón por la cual me pidió perdón. El estaba consciente de que yo necesitaba a la iglesia para combatir contra el enemigo y admitió que había descuidado su unidad conmigo. No obstante, le dije que no era su culpa; la raíz del problema era mi falta de consagración y mi amor al mundo. Esto era lo que había dado pie al enemigo. 

Inmediatamente me arrepentí delante del Señor, y tan pronto como lo hice, el enemigo abandonó a mi esposa, y el Señor le dio paz

Al día siguiente, la madre de Watchman Nee vino de madrugada para orar con ella, y mi esposa pudo cantar alabanzas al Señor y disfrutar de su dulce unción. Este caso muestra que Watchman Nee conocía los caminos de Dios. Por su discernimiento espiritual, nuestra familia recibió ayuda, y volvimos a tener una completa unión con Cristo en nuestro diario vivir.


Mi impresión sobre Watchman Nee

Watchman Nee era una persona llena del Señor y vivía en la presencia de Él. Su manera de ser, su carácter y su comportamiento fueron transformados en el transcurso de los años bajo la mano perfeccionadora de la señorita Margarita Barber. 

El podía escuchar sin interrupción las palabras o sugerencias de otros. Era un hombre cuyo interior había sido tocado por el Señor, y había tenido muchas experiencias de ser quebrantado por el Señor. De no ser así, un hombre de su calibre difícilmente habría mantenido una relación con un joven tan insensato como yo. 

Más adelante, cuando serví en la obra con él, observé que él podía escuchar a toda clase de personas sin dar la impresión de ser superior. Fue transformado a tal grado que podía ser edificado con cualquier persona y en cualquier condición en que ésta se encontrase, sin ser turbado por las faltas ni las debilidades de ella.

Al observar la manera de laborar de Watchman Nee, noté que nunca intentó imponer su autoridad. El sencillamente daba ejemplo

Madrugaba y tenía un horario fijo. Nunca tomaba nada a la ligera ni era descuidado. Tampoco era perezoso. Nunca se tenía por jefe, ni pedía a otros que hicieran algo que él mismo no hubiera hecho. Trabajaba con sus propias manos, enseñando a los demás a laborar juntos con afecto, amor, paciencia y cooperación.

En la actualidad, algunos cristianos lo critican por lo que él ministraba acerca de la iglesia. No obstante, puedo testificar que su ministerio acerca de la iglesia no era una doctrina ni una teoría ni un plan idealizado. No sólo enseñó lo que Dios le reveló acerca de la iglesia, sino que también puso en práctica esa revelación. 

Aunque la práctica de la iglesia, tal como Dios se la reveló, no se extendió en gran escala durante su vida, ahora se ha demostrado ampliamente su validez. Hoy millares de creyentes pueden testificar que viven en la realidad de la vida de iglesia.

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2. UN COMPAÑERO DE ESTUDIO

Weigh Kwang-his, quien falleció en 1988, estudió en el mismo curso con Watchman Nee. Adjuntamos el testimonio que él escribió en 1973:

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Durante varios años Watchman Nee y yo estudiamos juntos en el colegio Trinidad, el cual fue fundado por la Iglesia Anglicana en la ciudad de Fuchow. 

Éramos buenos amigos y a menudo estudiábamos y jugábamos juntos. Durante la primaria y la secundaria ambos éramos cristianos de nombre solamente. Sabíamos algo de la Biblia, y observábamos las normas cristianas del bautismo, la santa comunión, íbamos a la iglesia, leíamos la Biblia y orábamos. Sin embargo, nunca habíamos aceptado en nuestros corazones al Cristo que fue crucificado por nuestros pecados y que resucitó el tercer día, y no lo conocíamos como nuestro Salvador personal. Ambos amábamos el mundo e íbamos en pos de sus vanidades.

Watchman Nee deseaba llegar lejos en el campo de la literatura china. Con frecuencia escribía artículos en los periódicos, y con el dinero que le pagaban por eso compraba billetes de lotería. También le gustaba ir al cine. Yo prefería los deportes y anhelaba la fama y los elogios de los hombres.

Durante nuestro primer año en la universidad, su vida cambió repentinamente. Llegó a ser un cristiano ferviente y dejó de buscar lo mundano. Continuamente daba testimonio a sus compañeros de clase, instándoles a creer en el Señor Jesús. Muchos compañeros de clase creyeron en el Señor y empezaron voluntariamente a orar en la capilla de la universidad, aun en los días de semana. 

El estudiaba frecuentemente la Biblia en clase, pero esto no afectaba sus estudios, ya que solía obtener las mejores calificaciones en todas las materias

Las vidas de muchos estudiantes fueron cambiadas cuando aceptaron al Señor, y el director del dormitorio reconoció que algunos estudiantes indisciplinados que antes quebrantaban las reglas del plantel, recibieron al Señor y experimentaron un gran cambio en sus vidas. Como resultado, él se dio cuenta de que la disciplina mejoró en la universidad.

Fui salvo por medio de Watchman Nee

Watchman Nee me invitó a asistir a algunas reuniones en las que se predicaba el evangelio, pero no quise ir. Mi corazón anhelaba la fama en el mundo de los deportes. No obstante, un día él vino a mi habitación y me predicó el evangelio a mí solo, instándome a aceptar al Señor Jesús como mi Salvador. Aunque intenté argumentar con él acerca de algunos problemas religiosos, él no discutió conmigo, sino que me hizo varias preguntas: “¿Has pecado? ¿Sabes si tus pecados fueron perdonados? ¿Sabes si eres salvo?” 

En aquel tiempo no entendía por qué sentía tristeza en mi corazón. Más tarde me di cuenta de que eso era la contrición producida por el Espíritu Santo. Watchman Nee me predicó el evangelio, explicándome que Dios me amaba y que dio a su hijo unigénito por mí, y que si creía sinceramente en Él, no perecería sino que tendría vida eterna. 

Cuando me preguntó si deseaba creer en Cristo, le dije que sí. Nos arrodillamos y oramos; él oró primero, y luego yo. Le pedí al Señor que perdonara mis pecados y le agradecí por su amor y por haberme salvado. Cuando me puse de pie, mi corazón estaba lleno de gozo y paz. Experimenté un gran cambio en mi vida y se produjeron en mi vida frutos de arrepentimiento. Mi nombre estaba en su lista de oración, y el Señor contestó su oración. ¡Alabado sea el Señor!


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