¿Cuál
es la naturaleza de la bestia a la cual Adán y Eva se sometieron?
¿Qué es lo que Adán y Eva fueron mandados a someter y gobernar,
pero que se convirtieron en esclavos de eso mismo? Un buen lugar para
comenzar a estudiar este asunto es mirar a la criatura que fue el
instrumento de la caída de Eva.
Gén 3:1
LBLA Y la serpiente era más astuta que cualquiera de los animales
del campo que el SEÑOR Dios había hecho….
Gén 3:14
LBLA Y el SEÑOR Dios dijo a la serpiente: Por cuanto has hecho
esto, maldita serás más que todos los animales, y más que todas
las bestias del campo; sobre tu vientre andarás, y polvo comerás
todos los días de tu vida…
La
serpiente se identifica como una bestia, que supera a todas los demás
bestias de dos maneras distintas que se mencionan en estos
versículos. La serpiente era astuta, más que cualquier otra bestia,
y la serpiente fue maldecida más que cualquier otra bestia.
Debemos
tener en cuenta que en este relato tenemos la primera aparición y
aspecto de Satanás, y él aparece como una serpiente. Que la
serpiente y Satán son uno se revela en otros pasajes.
Apo 12:9
LBLA Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se
llama el diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue
arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él.
La
primera aparición de Satanás en la forma de una bestia revela mucho
sobre su carácter. Satanás está totalmente entregado a la
naturaleza de la bestia. Fue creado como un querubín protector,
acabado de hermosura y sabiduría (Ezequiel 28, Isaías 14). Él era
perfecto en su creación hasta el día en que se encontró iniquidad
en él. Se hizo corrompido debido a su gran belleza, y comenzó a
adorar a las criaturas antes que al Creador.
Cuando
Satanás comenzó a adorar a la criatura se entregó a la naturaleza
de la bestia. Su sabiduría, la cual fue declarada como "perfecta"
antes de su transgresión, se distorsionó, y así vemos a la
serpiente descrita como "astuta". La
palabra astuta o astucia habla de una sabiduría caída que ha sido
entregada a la búsqueda del deseo
egoísta, y a no buscar
la voluntad de Dios. No hay mayor característica de la naturaleza de
la bestia que su egoísmo.
Vive para ella misma.
Existe para satisfacer
los apetitos naturales
que se encuentran dentro de su propio ser. Es codiciosa,
lujuriosa, celosa y no
sabe nada de morir a sí mismo con el fin de vivir para la voluntad y
el placer de los otros.
Mientras
Satanás estaba todavía en el Cielo él determinó que ya no iba a
vivir para la voluntad y placer de Dios, pensó en querer ser igual
a Dios y ser capaz de determinar su propio camino, ser auto-dirigido
y buscar su propio cumplimiento. Una
actitud de egoísmo siempre conduce a una serie de otros pecados como
la codicia, los celos, la ambición egoísta, el orgullo, la lucha y
la violencia.
Mucho
se revela acerca de la naturaleza bestia en la maldición que Dios le
habló a la serpiente.
Gén 3:14
LBLA……. sobre tu vientre andarás, y polvo comerás todos los
días de tu vida.
Hay
un gran simbolismo. Las palabras, "Sobre tu vientre andarás"
significa que la naturaleza de la bestia va a vivir para el
cumplimiento de los apetitos naturales. ¿Qué es lo que la
naturaleza de la bestia desea, y cuáles son sus apetitos? La
comida, el sexo, la fama, la riqueza, la facilidad, el placer, bienes
materiales, poder y una serie de otras cosas.
Ninguna
de estas cosas son inherentemente malas, pero se convierten en malas
cuando son lo único a lo cual la creación persigue con hambre y
sed. La voluntad de Dios es que la humanidad buscara primero el
Reino de Dios y Su justicia al tiempo que permite a Dios elegir cómo
y cuándo abastecer las necesidades de la humanidad. Yeshua habló de
esta manera:
Mat
6:31-33 LBLA Por tanto, no os preocupéis, diciendo: "¿Qué
comeremos?" o "¿qué beberemos?" o "¿con qué
nos vestiremos?" (32) Porque los gentiles buscan ansiosamente
todas estas cosas; que vuestro Padre celestial sabe que necesitáis
de todas estas cosas. (33) Pero buscad primero su reino y su
justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Lo
que se expresa en estas palabras es el
contentamiento de los que viven para hacer la voluntad del Padre.
Hacer la voluntad de Dios
es la principal prioridad de su vida, y no se preocupan por las cosas
de este mundo. Ellos no
necesitan casas, tierras, coches y muchos bienes materiales. Ellos no
están preocupados por el cuidado de su cuerpo físico, porque
entienden que el que hizo el cuerpo del hombre ya conoce sus
necesidades y Él sin duda proporcionará conforme a Su gran
sabiduría, amor y poder. Ellos entienden que si se entregan a la
búsqueda del Reino de Dios el Señor se hará cargo de sus
necesidades.
Los
que están sujetos a la serpiente no conocen el contentamiento de
hacer la voluntad del Padre. De la serpiente leemos que fue maldecida
a tener que comer polvo todos los días de su vida. La carne del
hombre fue formado del polvo de la tierra. Estas palabras de
juicio sobre la serpiente simbólicamente hablan de un apetito por
aquello de lo cual se partió para formar la carne, y todos los
pecados de la carne.
Gál
5:19-21 LBLA Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las
cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, (20) idolatría,
hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades,
disensiones, sectarismos, (21) envidias, borracheras, orgías y
cosas semejantes…
La
serpiente fue maldecida a ser gobernada por su vientre y comer de
las cosas de la carne. Cuando un cristiano se entrega a las cosas
mencionadas en la lista anterior, lo cierto es que están
permitiendo que la naturaleza bestia se manifieste en ellos.
Muchos hombres, incluso los que nombran el nombre de Cristo, se rigen
por esta naturaleza.
Flp
3:18-19 LBLA Porque muchos andan como os he dicho muchas veces, y
ahora os lo digo aun llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo,
(19) cuyo fin es perdición, cuyo dios es su apetito y cuya gloria
está en su vergüenza, los cuales piensan sólo en las cosas
terrenales.
Pablo
seguramente tenía la serpiente en mente cuando escribió estas
palabras, porque habla del vientre y una mente puesta en las cosas
terrenales. El vientre es una característica destacada de la
naturaleza de las bestias, y fue singularmente marcada cuando Dios
maldijo a la serpiente. El
énfasis en el vientre de la bestia revela que toda su vida se basa
en la satisfacción de sus apetitos terrenales.
El vientre también se enfatiza cuando se habla de los hombres que se
han dado a sí mismos a ser gobernados por la naturaleza bestia.
La
naturaleza bestia
se puede resumir en una sola palabra, "egoísmo".
La naturaleza divina, en marcado contraste, se puede resumir en la
palabra "desinteresada",
o con la palabra "amor",
porque se nos dice que el amor "no
busca lo suyo" (I
Corintios 13: 5).
La
perfecta sabiduría de Dios no es egoísta y busca el bienestar de
otro. Así vemos en la Escritura que entre la divinidad hay una gran
generosidad. El Padre glorifica al Hijo, el Hijo vive para hacer la
voluntad del Padre, y el Espíritu toma las cosas del Padre y con
ellas glorifica al Hijo (Juan 16). La perfecta sabiduría de Dios es
tal que el Señor envió a Su amado Hijo a morir por la humanidad, y
Yeshua pondría libremente Su vida por sus amigos. Esta sabiduría es
totalmente desinteresada. Esta sabiduría es mansa, apacible y
humilde.
Stg 3:17
LBLA Pero la sabiduría de lo alto es primeramente pura, después
pacífica, amable, condescendiente, llena de misericordia y de buenos
frutos, sin vacilación, sin hipocresía.
La
sabiduría de la naturaleza corrupta de la bestia no es así. Nace en
el egoísmo y no se preocupa por el bienestar de los demás.
Stg
3:15-16 LBLA Esta sabiduría no es la que viene de lo alto, sino que
es terrenal, natural, diabólica. (16) Porque donde hay celos y
ambición personal, allí hay confusión y toda cosa mala.
Quiero
compartir algo aquí que es difícil de transmitir. La razón por la
que es difícil es que los santos han sido tan carnales durante tanto
tiempo que solo pueden con gran dificultad empezar a percibir las
enormes profundidades en las que la Iglesia se ha hundido.
Sé
que la mayoría de los que están leyendo este libro va a pensar que
no se está manifestando la naturaleza de la bestia en ellos de
ninguna manera, y que son verdaderamente desinteresados y en gran
medida están manifestando el Espíritu de Cristo, pero hay que
recordar que la serpiente era la más astuta por sobre todas las
bestias y que el arma principal de Satanás es el engaño. Satanás
puede convencerle de que usted es la imagen de la piedad, cuando en
realidad es mucho menos que eso.
Le
pido que permita realmente al Espíritu buscar en lo más profundo
de su ser a medida que lee lo que sigue. Sin duda sonara radical y
parecerá fuera de lugar en un mundo regido por el maligno. Parecerá
como algo herético a la ramera que quiere permanecer firmemente
asentada en la bestia.
Incluso
puede causar que un poco de miedo empiece a surgir dentro de su ser
a medida que empieza a "considerar el costo" y considerar
las consecuencias de lo que está siendo compartido hoy, pero si
usted no va a retroceder, y si va a permitir que el Espíritu le
transforme de modo que ya no se conforme a un mundo material y
obsesivamente caído, entonces la imagen divina será expresada en y
a través de su ser. Entonces comenzará a manifestar aquello para lo
que Dios creó al hombre. Usted va a aparecer como la misma imagen y
semejanza de Dios. ¿Está Listo?
Leemos
que donde hay celos, ambición egoísta, esclavitud al vientre y a
los apetitos de la carne, estas son sin duda las características de
la naturaleza bestia. La naturaleza animal se caracteriza por el
consumo y porque nunca está satisfecha. Este consumo es evidente en
todas partes en nuestra sociedad, pero realmente no lo vemos. Nos
hemos vuelto tan perdidos en este consumo visible que ya no es
visible para nosotros.
Los
Santos somos llamados a ser conformados a la imagen de Cristo, y
Cristo es llamado "la luz del mundo". Él es totalmente
desinteresado y generoso. Él puso su vida por los mismos que lo
odiaban. Se nos dice que "siendo aún pecadores, Cristo murió
por nosotros", incluso cuando éramos Sus enemigos.
Leemos
en el primer capítulo del Génesis que en el cuarto día fueron
creadas las luces en el firmamento de los cielos, y
vimos cómo los santos corresponden con estas luces. La luz es
desinteresada. La Luz no consume, sino que irradia hacia el exterior.
Va adelante y aporta calidez, vida y energía a todo sobre lo que
brilla. Todos los santos son llamados a ser esos desinteresados,
dando luz, que irradie la vida y el amor de Cristo en un mundo
oscurecido.
Se
me ha ocurrido que así como Dios nos ha dado una representación de
los santos en el cielo, así también nos ha dado una representación
de aquellos que están marcados por la naturaleza bestia. Mucho se ha
hablado en los últimos años acerca de los agujeros negros. Los
agujeros negros se dice que son las áreas de materia súper
densa que son causadas por una estrella que colapsa sobre sí misma.
Estas áreas de materia súper densa comienzan a atraer todas las
cosas hacia sí mismas. Son esos atractores poderosos que ni siquiera
permiten que la luz escape de ellas. Ellos sólo absorben más y
más materia.
Los
científicos no pueden ver realmente los agujeros negros, ya que no
emiten luz. Más bien han determinado que existen observando el
efecto que se produce en la materia alrededor de ellos. Pueden
observar la materia siendo atraída con fuerza a un lugar determinado
y la luz siendo extinguida, mediante la observación de esta
actividad son conscientes de la existencia y la presencia de agujeros
negros.
Estos
agujeros negros tipifican a esos hombres y mujeres que se han dado a
sí mismos a la naturaleza bestia. La humanidad fue creada como las
estrellas para manifestar la luz y la vida del Creador, pero muchos
se han derrumbado hacia atrás sobre sí mismos, habiendo vuelto
hacia adentro y comenzando a buscar cosas por uno mismo.
Muchos,
aun entre los santos, no han podido ser contenedores para expresar la
luz de Cristo y vivir para hacer la voluntad del Padre. Más bien,
quieren las cosas para ellos mismos. Ellos se sienten atraídos por
la materia de este mundo, y ansían ser llenos de codicia, lujuria y
ambición egoísta.
Cuando
éstos comienzan a trabajar para ganar las cosas que sus almas desean
dejan de irradiar la luz de Dios y se vuelven como grandes vacíos
que atraen las cosas materiales a sí mismos. Ellos razonan que es
justo y adecuado que deben tener una parte justa de los bienes del
mundo y empiezan a ejercer una tremenda energía para ganar esas
cosas a su alrededor. Comienzan atraer asuntos a sí mismos. La
Biblia llama a esta actividad "servir
al dinero" y a los
santos se les advirtió que ningún hombre puede servir a Dios y a
las riquezas. Ahora aquí está la parte difícil de lo que yo quiero
transmitir. Casi todos
los santos están tratando de servir a Dios y a las riquezas, aunque
ellos no lo reconocen.
La mayoría de los santos están
marcados por la influencia de la naturaleza de la bestia en sus
vidas, y un gran número
están cabalgando sobre la bestia, y no quieren admitir que lo están
haciendo.
Aunque
todos los santos han sido llamados a dar a luz la luz de Cristo, un
número alarmante de ellos se han vuelto hacia adentro y se han
convertido en consumidores voraces de la materia. Están en peligro
de ser arrojados de vuelta a la Tierra como higos inmaduros, y ser
entregados por entero a la búsqueda de sus apetitos egoístas.
Una
de las razones por las que los santos no reconocen la influencia de
la naturaleza bestia sobre su vida, es por el gran egoísmo y la
codicia que está presente dentro de ellos, y porque que se comparan
entre sí y no con Dios, que es la verdadera medida para la cual
el hombre fue creado.
Por
lo tanto, me gustaría establecer a Cristo como la norma o estándar
y revelar cuál es su actitud sobre el consumo y la práctica de los
apetitos naturales. Al mirar a Cristo veremos claramente lo que
es de la naturaleza animal y lo divino. Inmediatamente después de
que Cristo fue bautizado por Juan en el río Jordán, el Espíritu lo
llevó al desierto, donde ayunó durante cuarenta días.
Otra
forma de decir esto es que Cristo no consumió nada durante cuarenta
días. Después de estos cuarenta días se nos dice que Cristo tuvo
hambre, pero él todavía no comía. Satanás entonces vino a tentar
a Yeshua y la primera tentación fue relacionada con el consumo.
Satanás dijo a Cristo, "Si tienes hambre, convierte estas
piedras en pan”.
Lo
que Satanás sugirió parece muy razonable a la razón del hombre. Si
usted tiene un apetito que clama ser satisfecho, entonces parece
normal satisfacerlo. Después de todo, Dios creó el cuerpo del
hombre que se nutre de los alimentos, e incluso Cristo dijo "la
comida es para el cuerpo", pero vemos aquí una notable
manifestación de la naturaleza divina. Cristo respondió a Satanás
diciendo: “Está escrito: 'El hombre no vive sólo de pan, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios'”.
Lo
que Cristo declaró era que hacer la voluntad del Padre es más
importante que la satisfacción de los deseos naturales del cuerpo.
El Espíritu aún no había liberado a Cristo de su ayuno, y Dios aún
no había manifestado cómo iba a satisfacer las necesidades de su
Hijo por la comida.
Yeshua
estaba tan sometido al Padre que Él no consideraría hacer nada por
Su propia iniciativa para satisfacer su necesidad de alimentos. Él
no estaba preocupado de que su Padre le dejaría morir de hambre. Él
sabía que si Él buscaba la voluntad del Padre por encima de todo,
Él se haría cargo de las necesidades de la vida.
Cristo
se negó a ser conducido por Sus apetitos. Se negó a entregarse a la
insistencia o al impulso de la bestia para consumir, incluso cuando
tuvo hambre. Sometió y gobernó sobre la bestia. Él
azotó Su cuerpo y lo mantuvo bajo sujeción. Se nos dice que después
de que Satanás dejó a Yeshua que los ángeles de Dios llegaron y
ministraron las necesidades de Cristo.
Dios
ya sabía cómo y cuándo Él proveería el sustento de su Hijo, y el
Hijo tenía tal paz y confianza en el amor del Padre, que estaba
dispuesto a esperar, sabiendo que la voluntad del Padre es siempre el
mejor y más alto bien para nosotros.
Veamos
ahora otro acontecimiento en la vida de Yeshua. Durante
todo el período de Su ministerio Yeshua no fue dueño de una casa.
Nunca tuvo un centro de ministerio, y él se limitó a dormir a donde
el Espíritu lo llevó a dormir. A veces dormía en los campos
abiertos. A veces dormía en la popa de un barco en una almohada. A
veces dormía en una cama en la casa de alguien, como en la casa de
Lázaro, Marta y María. Cuando un hombre se acercó a Yeshua y dijo
que deseaba ser Su discípulo, Yeshua respondió de esta manera:
Mat
8:20 LBLA Y Jesús le dijo*: Las zorras tienen madrigueras y las
aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde
recostar la cabeza.
Creo
que es importante que Yeshua contrastó Su camino divino de la vida a
la de las bestias, los zorros y las aves. Bestias que exigen algún
tipo de hogar. Quieren un nido para vivir, o una buena guarida en la
tierra. También lo hacen muchos hombres y mujeres que exigen tales
cosas. Ellos pueden decir a Dios:
"Voy a ser Tu discípulo, siempre que pueda tener mi casa bonita
y mobiliario. Mientras que pueda tener mi buena cama para dormir en
la noche, te seguiré". Pero mira las palabras de Cristo a quien
sería Su discípulo.
Él
dijo que no podía prometer tal cosa, a quien vive para hacer la
voluntad de Dios y se contenta con lo que Dios decide proveer para
él. En efecto Yeshua estaba diciendo a este hombre que tuviera en
cuenta el costo. Si este hombre quería tener un hogar, como las
bestias demandan una casa, entonces no podía ser verdaderamente
discípulo de Cristo, porque Cristo reveló que Su vida se centra en
agradar al Padre, no en auto agradarse.
¿Estoy
empezando a sonar herético? ¿Está comenzando a sentir que el miedo
se levanta dentro de usted, respecto a lo que Dios realmente podría
requerir de usted si tuviera que entregar todo a Él? Usted pueden
pensar, "Dios en realidad no necesita que yo esté dispuesto a
renunciar a todo, y no veo a nadie a mi alrededor hacerlo",
pero, de nuevo, dejemos que Cristo sea la medida de todas las cosas.
Escuche sSs palabras:
Luc
14:33 LBLA Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todas
sus posesiones, no puede ser mi discípulo.
Estas
palabras de Cristo vienen inmediatamente después de hablar sobre
tener en cuenta el costo del discipulado. Con
la imagen de la naturaleza divina llega un gran costo para la carne
y el hombre natural. Es por esto que Cristo dijo que todos los
que quieran seguirlo deben tomar su cruz. La cruz es un instrumento
de muerte, y la bestia debe ser asesinada, aunque la bestia piense
que sólo es lo normal y necesario que hace para tener su propio
nido privado, o cueva.
Podemos
preguntar: "¿Cómo hicieron los apóstoles y la Iglesia
primitiva para comprender este asunto? ¿Ellos también renunciaron a
todo lo que poseían? "Me alegro de que hayas preguntado.
Echemos un vistazo a las Escrituras para ver:
Hch
4:32-35 LBLA La congregación de los que creyeron era de un corazón
y un alma; y ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas
las cosas eran de propiedad común. (33) Con gran poder los
apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y
abundante gracia había sobre todos ellos. (34) No había, pues,
ningún necesitado entre ellos, porque todos los
que poseían tierras o casas las vendían, traían el precio de lo
vendido, (35) y lo depositaban a los pies de los apóstoles, y se
distribuía a cada uno según su necesidad.
Durante
los primeros años después de la ascensión de Cristo, y después de
Pentecostés, una notable obra de la gracia fue vista entre los
santos. Fueron extraordinariamente liberados de la naturaleza bestia.
Ellos manifiestan la vida divina a un grado increíble, y debido a
esto se presentaron como grandes luces en su mundo. De su reputación
leemos:
Hch 5:13
LBLA Pero ninguno de los demás se atrevía a juntarse con ellos;
sin embargo, el pueblo los tenía en gran estima.
Quiero
instar a considerar detenidamente la Escritura de arriba para que
revele tal vez la evidencia más profunda de la capacidad de Dios
para transformar la vida de los hombres que cualquier otro testimonio
o milagro del Nuevo Testamento. Un
gran número de hombres y mujeres que anteriormente habían sido
esclavizados a la naturaleza de la bestia, y que habían vivido como
consumidores,
se transformaron en dadores.
Antes
de la salvación era su naturaleza reunir los bienes materiales para
sí mismos, y después de la salvación era su naturaleza ser libres
de toda propiedad y todos afirman que cualquier cosa propia era de
todos. Note el alcance de las palabras utilizadas "y
ninguno decía ser suyo lo que poseía".
¡Aleluya,
la naturaleza animal que se arrastra sobre su vientre y se come el
polvo de la tierra fue asesinado! No conozco mayor evidencia de la
transformación completa de los santos por el poder del Espíritu que
estas palabras. ¡Eran todos ellos gloriosamente uno mismo! Nadie
dijo que todo lo que poseía era de su propiedad.
Ellos
realmente comenzaron a estimar las necesidades de los demás como más
importantes que sus propias necesidades. Ellos comenzaron a
manifestar el amor por los hermanos, y por eso todos los hombres
reconocieron que eran los discípulos de Cristo. Ellos amaban a Dios
y a los hijos de Dios antes que a los bienes materiales.
Se
puede decir que estos primeros santos estaban tan cautivados con un
amor de Cristo y el deseo de hacer la voluntad del Padre que las
cosas materiales simplemente se volvieron poco importantes para
ellos. Lo que antiguamente habían aferrado con gran tenacidad, y
custodiado con gran celo, ya no era precioso para ellos.
Cuando
el amor de Cristo y de los hermanos entró con tal poder, el amor de
otras cosas murió. Cuando el inmenso deseo de hacer la voluntad del
Padre los agarró, el deseo de hacer la voluntad del hombre fue
repudiado.
La
Iglesia de hoy no manifiesta esta misma actitud desinteresada, estar
contentos con lo que el Padre les daría a ellos, en el momento y en
la forma en que Él eligiera. En cambio la iglesia anda montada en la
bestia como una gran ramera, y tiene muchos antojos de las cosas de
este mundo. Ella anhela ser vestida con ropas finas y ser adornada
con muchas joyas. Los santos se dan a la búsqueda de casas, tierras,
coches, muebles, ropa y alimentos ricos y el placer y el
entretenimiento, y dicen: "Dios quiere que tenga estas cosas y
gaste mis días recogiendo lo que mi corazón desea, y trabajar por
las cosas que perecerán", por la astucia de la bestia han sido
engañados. Considere las palabras del apóstol Pablo:
Flp
4:11-13 LBLA No que hable porque tenga escasez, pues he aprendido a
contentarme cualquiera que sea mi situación. (12) Sé vivir en
pobreza, y sé vivir en prosperidad; en todo y por todo he aprendido
el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener
abundancia como de sufrir necesidad. (13) Todo lo puedo en Cristo
que me fortalece.
1Ti 6:8
LBLA Y si tenemos qué comer y con qué cubrirnos, con eso estaremos
contentos.
Heb 13:5
LBLA Sea vuestro carácter sin avaricia, contentos con lo que
tenéis, porque El mismo ha dicho: NUNCA TE DEJARÉ NI TE
DESAMPARARÉ,
La
marca de la naturaleza divina es la alegría,
y no la codicia.
Pablo dijo: "con Tener sustento y abrigo, con eso estaremos
contentos". Dijo que estaba contento en cualquier circunstancia
en que estuviera. La
conclusión es que los
que llevan la naturaleza divina están satisfechos con lo que la
provisión del Padre elige darles a ellos.
Ellos no viven para satisfacerse a ellos mismos.
Ellos
viven para hacer la voluntad del Padre. Ellos no se dan a la búsqueda
de las cosas del mundo. No tienen deudas por poseer hoy lo que se
les antoja, sin tener el dinero para ello. Ellos se caracterizan
por su generosidad y su entrega desinteresada. Ellos no dicen que
todo lo que poseen es de su propiedad, porque han rendido todas sus
posesiones a Dios.
Debo
añadir algunos comentarios aquí en aras de la claridad, porque yo
sé que algunos podrían malinterpretar mis palabras. No
estoy diciendo que para llevar la naturaleza divina todos los santos
deben abrazar la pobreza y deshacerse de sus casas y tierras. Lo que
estoy diciendo es que deben estar dispuestos a hacerlo si es la
voluntad de Dios para ellos.
Pablo
dijo que él sabía cómo estar contento con la pobreza (medios
humildes), pero también sabía cómo estar contento con la
prosperidad. El meollo de la
cuestión es precisamente lo que se ha declarado en repetidas
ocasiones, los santos deben estar
contentos con lo que Dios Padre elige y pone a su disposición, y a
estar en reposo con su calendario y su provisión. No pueden exigir
su propio camino.
En
este capítulo me estoy centrando sobre todo en las demandas de la
naturaleza de la bestia para tener hogares y tierras, etc., porque a
esto es lo que la mayoría de los santos se han entregado a
perseguir. No hay muchos que vallan en la
dirección opuesta, exigiendo vivir de una manera pobre, tratando a
sus cuerpos estrictamente y negándose a sí mismos a todo placer,
pero esto también es un error.
Col
2:20-23 LBLA Si habéis muerto con Cristo a los principios
elementales del mundo, ¿por qué, como si aún vivierais en el
mundo, os sometéis a preceptos tales como: (21) no manipules, no
gustes, no toques (22) (todos los cuales se refieren a cosas
destinadas a perecer con el uso), según los preceptos y enseñanzas
de los hombres? (23) Tales cosas tienen a la verdad, la apariencia
de sabiduría en una religión humana, en la humillación de sí
mismo y en el trato severo del cuerpo, pero carecen de valor alguno
contra los apetitos de la carne.
Hay
una pequeña minoría de los santos que han errado en el sentido
contrario de la mayoría. Esta minoría estaba en auto-humillación
y en el trato severo del cuerpo. Pablo dice que estas cosas tienen
una "apariencia de sabiduría", ya que parece que no están
sirviéndose a sí mismo sino a Dios. Sin embargo, Pablo revela dónde
está el error en estos santos también. Afirma que estas cosas no
son verdaderamente sabias por su apariencia de sabiduría y se basa
en la religión auto-hecha y la auto-humillación".
Estos
son a quienes Pablo condena por igual que a los que se entregan a la
búsqueda del placer, yerran el blanco porque quieren ser
auto-dirigidos. No se contentan con esperar en Dios y recibir todo lo
que Él tiene para ellos, pero sólo recibirán la pobreza y la
auto-humillación.
Pablo
dijo que estaba contento con la pobreza, pero también con la
prosperidad, con el hambre y con la llenura, con el sufrimiento de la
necesidad y contento cuando había abundancia. Los que son conformes
a la imagen de lo divino se contentan con lo que Dios elige para
ellos.
Sin
duda, la mayoría de los santos yerran el blanco en el lado de la
codicia, y no en la auto-humillación, pero ambas son igualmente
pecaminosas por originarse en uno mismo. Los que llegan a la
madurez de Cristo han crucificado la carne y sus deseos y viven para
hacer la voluntad de Dios.
Ellos
están contentos con lo que Él ofrece y no extenderán su mano para
satisfacer sus apetitos naturales aparte de la voluntad de Dios.
Tampoco van a negarse a recibir lo que Dios proveería para ellos con
el fin de anonadarlos.
El
discipulado
es rendirse a la voluntad
de otro, y en
esta rendición de la voluntad es donde radica el costo del
discipulado. Hay un alto
costo para el discipulado, y por esta razón Yeshua insta a todos los
que quieran seguirlo para que tengan en cuenta el costo. Él no
promete a ningún hombre o mujer casas y tierras, sino que insta a
todos a contentarse con
lo que el Padre elige para ellos.
Esto
es pues, un punto de fricción real. ¿Puede estar contento con lo
que el Padre elige para usted, o usted tiene ciertos requerimientos,
deseos o demandas que no son negociables? ¿Quiere decir a Dios: "Voy
a darle una parte de mi vida, pero yo reservaré otra parte de ella?"
Recuerde, Cristo dijo que ningún hombre puede servir a Dios y a las
riquezas.
Sí,
estas cosas son radicales, y la iglesia primitiva era muy radical, y
brillaron como una luz brillante por una temporada. La bestia sufrió
una herida mortal, pero la herida ha cicatrizado y la Bestia ha
regresado y ha ofrecido a la Iglesia un paseo en su misma espalda.
Apo
13:3-4 LBLA Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su
herida mortal fue sanada. Y la tierra entera se maravilló y seguía
tras la bestia; (4) y adoraron al dragón, porque había dado
autoridad a la bestia; y adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién es
semejante a la bestia, y quién puede luchar contra ella?
Cuando
Cristo fue crucificado y resucitó Satanás recibió un golpe mortal.
La Iglesia primitiva sometió y gobernó la naturaleza de la bestia.
Ellos se establecieron completamente libres de una esclavitud a sus
apetitos naturales. Ellos se transformaron de consumidores a
irradiadores de luz y vida. Conocían la gloriosa libertad de
poseer nada más que a Cristo. Sin embargo, los santos no
pudieron seguir subyugando y gobernando sobre la naturaleza de la
bestia. Comenzaron a adorar al dragón, Satanás, la serpiente, una
vez más. Por su astucia los convenció de que podían ser
discípulos de Cristo al tiempo que permitían a la bestia vivir.
Él los convenció de que la bestia incluso les llevaría a su
objetivo y que podrían vivir en armonía con la naturaleza de la
bestia.
Hay
muchas interpretaciones carnales de lo que habla este pasaje de
Apocalipsis 13. Muchos
maestros de profecía miran a la bestia como algunos gobernantes
políticos que se levantarán y harán guerra contra el cristianismo,
pero permítanme declarar que la bestia ha estado presente durante
toda la duración del cristianismo y que ha hecho la guerra con
muchos santos, y pocos la han superado.
Muchos
son los santos que han sido derrotados a través de gran engaño y
astucia, ya que no han logrado someter y gobernar sobre la naturaleza
de la bestia. Han creído que podían vivir para sí mismos y para
Dios, que podían ofrecer a Dios una parte de sus vidas,
mantenimiento otra parte importante para ellos, para que pudieran
encontrar placer y satisfacción en los ofrecimientos del mundo.
¿Está
dispuesto a permitir que el Espíritu brille una luz sobre su vida,
sobre sus hábitos de gasto y su acumulación de los bienes de este
mundo? ¿Está usted dispuesto a renunciar a todas sus posesiones
como Cristo requirió con el joven rico? ¿Estaría contento con
la comida y el cobijo, ni siquiera exigiendo lo que los animales
tienen, como es su propio nido, su propia guarida?
Cristo
amonesta a todos a contar el costo antes de declarar que le seguirán
donde quiera que Él los lleve. Si desea llevar la imagen de lo
divino, entonces la naturaleza de la bestia se debe descartar de una
vez y ser subyugada.
El
hombre se aferra tenazmente a las cosas de este mundo, a las
posesiones de su propiedad, porque ellos no conocen el amor de Cristo
y de los hermanos el cual debería hacer de las cosas del mundo como
algo sin valor en comparación al Amor de Dios. Si usted no está
completamente cautivado por Cristo, quedará cautivado por cosas
menores. Por otro lado, si su amor de Cristo es puro y sin adulterar,
entonces las cosas de este mundo serán como nada para usted. Usted
no codiciará, o pasara su vida, su tiempo y energía en la búsqueda
de la acumulación de cosas materiales. Cristo vino a poner en
libertad a los hombres, y aquellos a quienes el Hijo los libera son
verdaderamente libres.
(Traducción de Bayron E. Mansilla)
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