La
Biblia comienza con el relato de la obra de Dios de volver a crear un
mundo que se ha convertido en objeto de juicio, un mundo cubierto de
oscuridad, sin orden y vacío. Una caída ya se había producido,
una tercera parte de los ángeles siguió a Satanás en la rebelión
y fueron echados del cielo a la tierra. Los que una vez estuvieron en
la presencia de Aquel que es la Luz han sido sellados en la
oscuridad.
Ya
que ellos han rechazado la Luz, han cosechado las consecuencias de
su elección. A pesar de que Egipto sufrió una vez la sentencia de
la oscuridad, una oscuridad tan profunda que se podía sentir, y
nadie se atrevía a moverse durante los tres días que duró, si lo
hicieron los ángeles que abandonaron su primer estado a un momento
en que la oscuridad es ahora su parte.
Llegó
el día, sin embargo, cuando Dios comenzó a trabajar para volver a
crear la Tierra destrozada que había caído bajo la maldición de la
oscuridad. En el lapso de seis días Dios remodeló por completo la
Tierra desde un vacío caótico y sin forma en algo que Él declaró
era "bueno."
Lo
que ocurrió en cada día representa una gran verdad espiritual que
se relaciona con el mismo proceso que el hombre debe pasar con el fin
convertirse en un hombre espiritual completamente a la imagen de
Dios. En el
sexto día se nos dice que Dios creó al hombre.
Gén
1:26-27 LBLA Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del
mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la
tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra. (27)
Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó;
varón y hembra los creó.
Hay
una falsa comprensión de muchos respecto a que Adán dio a luz la
imagen de Dios, y que antes de la caída en el Jardín era perfecto.
Muchos asumen que Cristo vino a restaurar al hombre a la condición
que Adán conoció antes de su caída. La verdad, sin embargo, es que
Adán no era un hombre perfecto. Él tenía el potencial para llevar
la imagen de Dios y ser formado totalmente de acuerdo con la
semejanza de Dios, pero Adán nunca alcanzó a esto. El apóstol
Pablo nos da una mayor comprensión de este hecho.
1Co
15:45-49 LBLA Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adán,
FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida.
(46) Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural;
luego el espiritual. (47) El primer hombre es de la tierra,
terrenal; el segundo hombre es del cielo. (48) Como es el terrenal,
así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así
son también los que son celestiales. (49) Y tal como hemos traído
la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Adán
no era más que un alma
viviente, Dios nos
dice que Él es Espíritu, y los que le adoran deben hacerlo en
espíritu
y en verdad. El
primer hombre que llevó la imagen perfecta de Dios no fue Adán,
sino que es Cristo Yeshua. Él declaró esta verdad con las palabras:
Jua 14:9
LBLA Jesús le dijo*: ¿Tanto tiempo he estado con vosotros, y
todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al
Padre; ¿cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"?
El
primer Adán no podía decir: "El que me ha visto, ha visto al
Padre". Los
patriarcas no podían decir: "El que me ha visto, ha visto al
Padre". Ninguno ha sido capaz de hacer esta declaración, solo
Yeshua. Yeshua
fue el primer hombre que cumplió las palabras proféticas de Génesis
capítulo 1, "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza". Fue el primer hombre que verdaderamente
declaró que verlo a el era ver al Padre. En Génesis entonces vemos
el comienzo del plan de Dios, la semilla que se planta en el suelo,
pero falta mucho más tiempo antes de que veamos la semilla saliendo
para producir lo que Dios declaró que era su intención.
Yeshua se refiere a sí mismo como "el Hijo del Hombre".
Más que cualquier otro título, esto es lo que Él declara de Sí
mismo. Aunque
era hombre, Él fue el primero de un nuevo orden de hombre, porque él
fue el primero en tener el Espíritu Santo morando en Él.
Para sus discípulos Él declaró:
Jua
14:16-17 LBLA Y yo rogaré al Padre, y El os dará otro Consolador
para que esté con vosotros para siempre; (17) es decir, el
Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni le
ve ni le conoce, pero vosotros sí le conocéis porque mora con
vosotros y estará en vosotros.
Muchos
hombres habían conocido que la morada del Espíritu estaba CON
ellos, e incluso los discípulos habían sido capaces de curar a los
enfermos y echar fuera demonios por el poder del Espíritu que moraba
CON ellos. Pero una relación mucho más completa sería
experimentada en Pentecostés, cuando el Espíritu estaría EN ellos.
En
este pasaje en el evangelio de Juan vemos que iba a haber un cambio
en la forma en que el hombre y el Espíritu habitarían juntos.
Habiendo
establecido entonces que Yeshua el Mesías fue el primer hombre en
cumplir las palabras de Génesis capítulo uno respecto del hombre,
siendo el primero en llevar verdaderamente la imagen y semejanza de
Dios, podemos entender que Dios
planeó desde el principio los tiempos y las etapas que el hombre
debería pasar para llegar al lugar donde entrar en el deseo de Dios
para el hombre.
Los
seis días de la Creación revelan mucho del plan de Dios para
llevarnos hasta el último día cuando el hombre (Verdadero Hombre
-el segundo Adán) sería revelado.
Cuando el libro del Génesis se abre nos encontramos con que la
Tierra ya ha caído en la ruina. Se ha experimentado un juicio que se
ha traducido en el caos, falta de forma y oscuridad. Así que
rápidamente viene la transición que muchos se la pierden.
Gén
1:1-2 LBLA En el principio creó Dios los cielos y la tierra. (2)
Y la tierra estaba sin orden y vacía, y las tinieblas cubrían la
superficie del abismo…
[Para
un tratamiento más completo de la interpretación correcta de las
palabras de estos dos versos, y una exposición más profunda de la
sentencia de la Tierra que se habla aquí, ver el libro "Plan de
las Edades de Dios"].
Las
palabras descritas dicen que Dios creó los cielos y la Tierra,
cuando leemos que la Tierra se volvió desordenada y vacía. Esta
descripción de la Tierra corresponde al primer Adán, porque ya
hemos leído las palabras de Pablo donde declaró "El primer
Adán era de la tierra, terrenal", lo que demuestra que el
primer Adán está estrechamente relacionado con la Tierra.
También
leemos en Génesis capítulo uno donde Dios formó al hombre del
polvo de la Tierra. Así
que la Tierra y sus etapas son una imagen del hombre y sus etapas de
como Dios le lleva al lugar en el que lo llevará plenamente a la
imagen de Dios.
Así
como las palabras de Génesis 1: 1-2 progresan rápidamente de la
Tierra que se está creando, a la Tierra que se volvió desordenada,
vacía y cubierta en la oscuridad, también lo hacen las palabras
acerca de la creación del hombre, porque casi inmediatamente después
leemos de la caída del hombre y de la sentencia que se devenga a él.
Así
como la Tierra se volvió desordenada y vacía, tampoco el hombre
pudo alcanzar la forma de Dios y Su vida se volvió una tierra vacía.
Así como la Tierra fue sellada en la oscuridad, también la
oscuridad descendió sobre el hombre.
Efe 5:8
LBLA porque antes erais tinieblas…
Mat 4:16 LBLA EL PUEBLO ASENTADO EN TINIEBLAS VIO UNA GRAN LUZ, Y A LOS QUE VIVÍAN EN REGIÓN Y SOMBRA DE MUERTE, UNA LUZ LES RESPLANDECIÓ.
El
evangelio de Mateo repite las palabras del profeta Isaías. Estas
palabras no estaban declarando que la tierra de Israel era oscura a
diferencia de cualquiera de las otras naciones. En lo natural tenía
tanta la luz como cualquier otra tierra, y más que la mayoría, ya
que se encuentra cerca del ecuador terrestre.
A
lo que Isaías y Mateo se referían era a la condición oscurecida
del hombre, que es la porción de todos los que han nacido de Adán.
La oscuridad es una
oscuridad de muerte
como revela Mateo. Dios habló a Adán y le dijo que el día que
comiera del árbol prohibido seguramente moriría.
Es
una oscuridad espiritual que ha sido la suerte de todos los hombres,
pero el hombre fue creado para ser un templo lleno de la luz del
Espíritu de Dios, pero hasta el Mesías tal hombre no había sido
visto. Entonces, ¿qué debe suceder para que Dios forme en la Tierra
al hombre de nuevo a la manera de Dios y formar al hombre del cual
Él pueda declarar que es bueno? El
primer evento es eliminar la oscuridad, lo que vemos que ocurre a la
tierra en Génesis capítulo uno.
Gén
1:3-5 LBLA Entonces dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz. (4) Y vio
Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.
(5) Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche. Y
fue la tarde y fue la mañana: un día.
Si
el hombre quiere tomar la forma en la que Dios pueda declarar: ¡ES
BUENO! , entonces él también debe seguir el mismo patrón. Él debe
recibir la luz, y la maldición de la oscuridad debe ser eliminada.
Un paralelo se ve aquí entre el Antiguo y el Nuevo Testamento,
porque en
el Antiguo Testamento habla de la luz
que entra en la Tierra,
mientras que el Nuevo Testamento habla de luz
que entra en el hombre.
Jua 1:4-5
LBLA En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. (5)
Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la
comprendieron.
Jua 8:12
LBLA Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo;
el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de
la vida.
Jua 9:5
LBLA Mientras estoy en el mundo, yo soy la luz del mundo.
Jua 12:36
LBLA Mientras tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos
de la luz. Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
Observe
ahora una gran tragedia de la cristiandad moderna. Muchos son los que
se han convertido en testigos de la luz. Estaban caminando en la
oscuridad y vieron la luz de Cristo. Muchos están contentos de
permanecer en este lugar y se limitan a dar testimonio de la luz que
han presenciado en la persona del Hijo de Dios.
Sin
embargo, ser
testigos de la luz no es todo el propósito de Dios.
Dios no se detuvo tras el primer día de la creación y luego
descanso en el segundo día. Él declara que la luz era buena, y es
bueno reconocer que la luz de Dios se manifiesta en la vida de
Yeshua. Sin embargo, si
los santos quieren progresar al sexto día, cuando el hombre se forma
a la imagen de Dios, no pueden acampar en el primer día.
No
pueden contentarse con ver solamente la luz del día y luego esperar
hasta que Dios nos lleve al Cielo. Deben
tener a Cristo formado en ellos.
Esta es tal vez la mayor manifestación de la apostasía de la hora
en que vivimos. Los santos predican un evangelio que los convierte
en profesores
de la luz al tiempo que no caminan a un lugar de transformación.
Tienen luz, pero siguen siendo desordenados y vacíos, carentes de
una conformidad a la imagen de Cristo. La Luz brilla sobre ellos,
pero se limita a exponer la ruina en sus vidas, y los santos llaman a
esta ruina buena. Dios no llamó el estado de la tierra buena en el
primer día de la creación. Simplemente llama buena a la luz.
Si
usted no permite que
Dios lo lleve más allá del lugar de ver la luz a un lugar donde
usted también lleve la imagen del celestial,
entonces usted no ha estado a la altura de la voluntad de Dios y no
han podido alcanzar el plan de Dios que es que nosotros debemos
llevar Su imagen y Su semejanza.
Del
día dos de la
re-creación de la Tierra,
leemos:
Gén
1:6-8 LBLA Entonces dijo Dios: Haya expansión en medio de las
aguas, y separe las aguas de las aguas. (7) E hizo Dios la
expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión
de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. (8) Y
llamó Dios a la expansión cielos. Y fue la tarde y fue la mañana:
el segundo día.
En
el segundo día se observa el
agua que cubre todo.
Todavía no hay ninguna mención de tierra seca. Aguas
en las Escrituras son un símbolo de la muerte,
y, después de dar
testimonio de la luz de Cristo, el hombre debe ser bautizado, que es
estar inmerso totalmente en el agua.
Hch
8:36-37 LBLA Yendo por el camino, llegaron a un lugar donde había
agua; y el eunuco dijo*: Mira, agua. ¿Qué impide que yo sea
bautizado? (37) Y Felipe dijo: Si crees con todo tu corazón,
puedes. Respondió él y dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de
Dios.
Hch 22:16
LBLA "Y ahora, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate,
y lava tus pecados invocando su nombre".
En
el segundo día, no sólo vemos
el agua siendo
prevaleciente, sino
también vemos que
la separación es una obra clave
del día. De la misma manera el hombre, después de confesar la fe en
Cristo, que es la luz del mundo, debe ser bautizado en agua, y al
hacerlo, él está demostrando simbólicamente que sus pecados han
sido separados de él, siendo lavado en agua.
Bautismo
habla de unirse con Cristo en Su muerte por lo que nuestros pecados
son expiados, y nosotros también podemos estar unidos con Él en Su
vida de resurrección. Esta
vida de resurrección es el tema del día tres de la creación.
Gén
1:9-13 LBLA Entonces dijo Dios: Júntense en un lugar las aguas que
están debajo de los cielos, y que aparezca lo seco. Y fue así.
(10) Y llamó Dios a lo seco tierra, y al conjunto de las aguas
llamó mares. Y vio Dios que era bueno. (11) Y dijo Dios: Produzca
la tierra vegetación: hierbas que den semilla, y árboles frutales
que den fruto sobre la tierra según su género, con su semilla en
él. Y fue así. (12) Y produjo la tierra vegetación: hierbas que
dan semilla según su género, y árboles que dan fruto con su
semilla en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. (13) Y
fue la tarde y fue la mañana: el tercer día.
Así
como Cristo fue resucitado de entre los muertos al tercer día,
también vemos la tierra seca que surge de las aguas de la muerte al
tercer día. Esto
también simboliza que el hombre no debe permanecer en el pecado y la
muerte después de confesar a Cristo, sino que es resucitado como una
nueva creación.
Rom 6:4-7
LBLA Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo
para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos
por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de
vida. (5) Porque si hemos sido unidos a El en la semejanza de su
muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de su
resurrección, (6) sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue
crucificado con El , para que nuestro cuerpo de pecado fuera
destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado; (7)
porque el que ha muerto, ha sido libertado del pecado.
¡Qué
gran engaño está siendo difundido por el enemigo hoy para mantener
a los hombres y mujeres en la esclavitud del pecado. Millones de
creyentes profesantes se les dice que no son más que pecadores
salvados por la gracia, y nada ha cambiado fundamentalmente en sus
vidas. No tienen idea de su unión con Cristo, de su victoria sobre
el pecado y la muerte. Siguen en el pecado creyendo que esto es
normal y esperado, mientras piden la sangre de Cristo para cubrirlos
y hacerlos limpios. No han podido entender las palabras del apóstol
Juan:
1Jn 5:18
LBLA Sabemos que todo el que ha nacido de Dios, no peca; sino que
aquel que nació de Dios lo guarda y el maligno no lo toca.
Multitudes
de santos no intentan mantener sus cuerpos en sujeción. Han recibido
la mentira de que no tienen ningún poder sobre el pecado. Algunos de
los que eran homosexuales siguen en su homosexualidad. Algunos de los
que eran mentirosos siguen mintiendo. Algunos de los que fueron
fornicarios siguen fornicando. Algunos de los que eran ladrones
siguen robando. El apóstol Pablo escribió:
1Co
6:9-11 LBLA ¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino
de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras,
ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, (10) ni
los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni
los estafadores heredarán el reino de Dios. (11) Y esto erais
algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis
santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Señor
Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios.
En
el segundo día de la Creación, vemos en el tipo del bautismo en
agua el lavado de los pecados. Vemos que la separación ocurre
cuando los santos van a dejar fuera su pecado y se presentan como
esclavos a la justicia y la obediencia a Dios. En el tercer día
vemos a los santos que salen de las aguas de la muerte y entran en la
vida de resurrección con Cristo, una vida que existe para hacer la
voluntad del Padre. También
vemos que la vegetación
brota, y esto habla del fruto que se va a producir en la vida de los
que han llegado hasta aquí.
Esto nos lleva al cuarto día
Gén
1:14-19 LBLA Entonces dijo Dios: Haya lumbreras en la expansión de
los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales y
para estaciones y para días y para años; (15) y sean por
luminarias en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la
tierra. Y fue así. (16) E hizo Dios las dos grandes lumbreras, la
lumbrera mayor para dominio del día y la lumbrera menor para dominio
de la noche; hizo también las estrellas. (17) Y Dios las puso en
la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, (18) y
para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de las
tinieblas. Y vio Dios que era bueno. (19) Y fue la tarde y fue la
mañana: el cuarto día.
Después
de haber visto la luz, habiendo sido limpiados del pecado, siendo
partícipes de la vida de resurrección de Cristo, los santos ahora
brillan como luces en la tierra. A pesar de que se les dio las
estrellas en los cielos para señales, así también los hijos de
Dios se dan por señales y maravillas como las Escrituras testifican:
Isa 8:18
LBLA He aquí, yo y los hijos que el SEÑOR me ha dado estamos por
señales y prodigios en Israel, de parte del SEÑOR de los ejércitos
que mora en el monte Sion.
Dan 12:3
LBLA Los entendidos brillarán como el resplandor del firmamento, y
los que guiaron a muchos a la justicia, como las estrellas, por
siempre jamás.
Así
como la gloria de la Luna y el Sol y las estrellas varían de unos a
otros en su gloria, así será la gloria que descanse sobre los
santos, variara en el día en que reciban sus cuerpos resucitados.
1Co
15:41-42 LBLA Hay una gloria del sol, y otra gloria de la luna, y
otra gloria de las estrellas; pues una estrella es distinta de otra
estrella en gloria. (42) Así es también la resurrección de los
muertos. Se siembra un cuerpo corruptible, se resucita un cuerpo
incorruptible;
Este
cuarto día luego habla de los santos, ya que revelan la vida de
Cristo dentro de ellos. Como una ciudad asentada sobre un monte que
va a emitir luz. Como vírgenes con aceite en sus linternas tienen
que alumbrar. Así como las
estrellas se utilizan para navegar, los santos han de ser señales
por las cuales el mundo puede conocer el camino de la justicia, y el
camino de la verdad.
Habrá
mucho dolor en el día del juicio, cuando muchos santos vengan
delante de Dios y no tengan aceite en sus lámparas. El
tiempo ya es tarde, para que los santos puedan permitir que la luz
de Cristo fluya para ser vista en sus vidas. El tiempo de ganar la
recompensa está por terminar, y muchos han dado más preocupación a
lo material.
Al
igual que el siervo malo de la parábola de Cristo, han tomado lo que
han recibido y lo enterraron en la tierra de su carne para dársela
de nuevo a Cristo cuando Él deba llamar para ello. No han ganado
ningún interés en lo que se les ha confiado. No han traído aumento
para el Reino de Dios. No tienen un fruto que permanece, y grande
será su vergüenza cuando estén en la presencia de Dios en ese día.
Las
lumbreras en la expansión de los cielos hablan de los santos de
Dios, que se establecen como luces en medio de la oscuridad.
Los santos han de brillar en la oscuridad. Sin embargo, es una gran
acusación para la iglesia de hoy, que pocos pueden decir de los
cristianos que están brillando. Los cristianos se han dejado
conformar a un mundo oscuro, y así vemos que las siguientes palabras
de Apocalipsis están hablando de aquellos que han sido llamados por
Dios, pero que no han logrado alcanzar a la imagen de Cristo.
Apo 6:13
LBLA y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como la higuera
deja caer sus higos verdes al ser sacudida por un fuerte viento.
Las
estrellas del cielo son los santos de Dios, y trágicamente, hay
muchos que son como higos inmaduros. Ellos no han llegado a la
madurez, que Pablo describe como "la plenitud de la estatura de
Cristo" (Efesios 4). Puesto
que éstos no lograron alcanzar la imagen del celestial, serán
lanzados de vuelta a la Tierra, porque ellos obstinadamente conservan
la imagen del terrenal. Porque el quinto día de la creación leemos:
Gén
1:20-23 LBLA Entonces dijo Dios: Llénense las aguas de multitudes
de seres vivientes, y vuelen las aves sobre la tierra en la abierta
expansión de los cielos. (21) Y creó Dios los grandes monstruos
marinos y todo ser viviente que se mueve, de los cuales están llenas
las aguas según su género, y toda ave según su género. Y vio Dios
que era bueno. (22) Y Dios los bendijo, diciendo: Sed fecundos y
multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las
aves en la tierra. (23) Y fue la tarde y fue la mañana: el quinto
día.
La
actividad del quinto día se continúa en el sexto día cuando Dios
crea las bestias del campo. En el quinto día lo que se crea es a la
vez lo que está debajo del hombre en el mar, y por encima del hombre
en el aire. De estas criaturas se habla de nuevo en el sexto día, y
esto hace que sea adecuado mirar estos días juntos.
Gén
1:24-28 LBLA Entonces dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes
según su género: ganados, reptiles y bestias de la tierra según su
género. Y fue así. (25) E hizo Dios las bestias de la tierra
según su género, y el ganado según su género, y todo lo que se
arrastra sobre la tierra según su género. Y vio Dios que era bueno.
(26) Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a
nuestra semejanza; y ejerza dominio sobre los peces del mar, sobre
las aves del cielo, sobre los ganados en toda la tierra, y sobre todo
reptil que se arrastra sobre la tierra. (27) Creó, pues, Dios al
hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó. (28) Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y
multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre
los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente
que se mueve sobre la tierra.
Dos
veces en este sexto día leemos las palabras que el hombre fue
creado para gobernar o ejercer dominio, sobre los peces, las
aves, el ganado y todo reptil que se arrastra sobre la tierra. Dios
le habló directamente al hombre y la mujer y les dijo: "Llenad
la tierra y sometedla; y dominen sobre los peces del mar, en las aves
de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra".
La amonestación de Dios al hombre es por lo tanto someter y gobernar
sobre estas cosas.
Esto
nos da una idea de lo que representan estas criaturas. Todas estas
criaturas del quinto y sexto días son animales y tipifican
la naturaleza animal que debe ser conquistada y gobernada.
Todas estas criaturas fueron declaradas buenas por Dios, y ellas
debían ser sujetas al orden divino de Dios. La orden gubernamental
de gobierno y sujeción se da en la Escritura, y es la siguiente:
Dios
es la cabeza de Cristo, Cristo es la cabeza del hombre, el hombre es
la cabeza de la mujer, y el hombre y la mujer dominan sobre las
criaturas (I Corintios 11, Génesis 1).
Esto
nos lleva a la parte más crítica de lo que se revela en esta
apertura del libro de Génesis. Para que el hombre pueda alcanzar
la imagen y semejanza de Dios, el hombre debe aceptar y cumplir la
orden gubernamental de Dios. El hombre debe tomar su lugar en la
creación y gobernar como él fue creado para hacerlo. Fallar en esto
es fracasar en alcanzar la imagen y semejanza de Dios.
¿Por
qué es así? La Creación entera lleva la imagen de Dios, siempre
y cuando se mantenga a la orden gubernamental de Dios. Dios es el
creador de todas las cosas. Él es la fuente de toda vida y la fuente
de todo pensamiento.
Sólo
él debe ser el iniciador de toda la actividad en la creación,
y todas las cosas deben inclinarse ante su iniciativa. Así vemos a
Cristo, el verdadero hombre a imagen de Dios, declarando
repetidamente: "Nunca hago nada por mi propia iniciativa. Yo
sólo hago la voluntad del Padre”.
Cristo
tomó a Dios el Padre como Su cabeza. Él se rindió perfectamente a
la voluntad del Padre y sólo hizo las cosas que el Padre le mandó
que hiciera. Él era tan perfecto en esto que Él incluso declaró
que las palabras que habló todas se originaron en el Padre, y Él
sólo hablaba las cosas que el Padre le mandó hablar. Debido a
que Cristo se sometió de manera total al gobierno del Padre, Él se
convirtió en la expresión perfecta del Padre. Ver a Yeshua era
ver a Dios.
Cuando
la Creación también se somete perfectamente al gobierno de Dios,
entonces la Creación será una expresión perfecta de Dios. Sin
embargo, podemos ver a Dios en la Creación, pero la imagen es
estropeada, distorsionada, deformada debido a la caída.
El
hombre debía tomar su lugar en la Creación y rendirse a Su cabeza,
que es Cristo. El hombre debía recibir su dirección de Cristo, y a
su turno iba a someter y gobernar a las bestias de la tierra, el
cielo y el mar. La mujer fue dada al hombre para ser una compañera
en este gobierno.
Conocemos
la historia de la caída en el Jardín del Edén, y cómo el hombre y
la mujer fallaron en aceptar y mantener el gobierno de Dios. Dios
mando al hombre y a la mujer para que gobernaran sobre las bestias,
pero Eva permitió que la bestia gobernara sobre ella. Se nos
dice que la serpiente era la más sutil (astuta y sabia) de todas las
bestias del campo.
La
serpiente engañó a Eva y ella se sometió a la bestia. Dios ordenó
a Eva que sometiera a las bestias y dominara sobre ellas, por lo que
se sujetarían a ella como ella a su vez estaba sujeta a Dios. Eva
no lo hizo, y en lugar de someterse a Dios y expresar Su imagen, se
sometió a la bestia y comenzó a expresar la naturaleza bestia.
Eva
a su vez instó a su marido a comer del fruto que Dios les había
prohibido comer. En este punto Eva estaba manifestando la naturaleza
bestia, pues se había sometido a la bestia en lugar de Dios. Pablo
nos dice que nos convertimos en esclavos de aquel a quien obedecemos.
Rom 6:16
LBLA ¿No sabéis que cuando os sometéis a alguno como esclavos
para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, ya sea
del pecado para muerte, o de la obediencia para justicia?
Por
lo tanto, cuando Eva obedeció a la bestia se convirtió en una
esclava de la naturaleza bestia. Adán igualmente tuvo que elegir si
iba a someter y gobernar sobre esta naturaleza de la bestia,
escogiendo la obediencia a Dios y honrando el gobierno divino, o
también inclinarse ante la bestia y estar bajo su gobierno. Adán
escogió inclinarse ante la naturaleza de la bestia, y mientras lo
hacía el potencial para expresar la imagen de Dios dentro de él se
perdió, y esto se muestra en ser excluidos del sendero del Árbol
de la Vida. El Alma de Adán se oscureció y se ensombreció por la
imagen de la bestia. Adán, que fue creado para llevar la imagen de
Dios, se convirtió en desordenado y vacío, carente de la imagen de
Dios en su interior. También quedó bajo la maldición de la
oscuridad.
Acaso
Dios había hecho un error de cálculo en Su Creación? ¿Fue Su plan
de "crear al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra
semejanza" frustrado? ¡No! Dios sabía que el primer Adán
fallaría, así como la primera Tierra había sido sometida a juicio.
Él
ya había planeado que la humanidad no debía ser perfeccionada de
cualquier forma que no fuera a través de su Hijo unigénito a quien
lo enviaría al mundo para dominar y gobernar sobre la naturaleza
bestia. Este Cristo lo hizo perfectamente. Él siempre mantuvo el
gobierno de Dios, estuvo siempre en perfecta obediencia al Padre, no
cediendo a las sugestiones de Satanás, las tentaciones de la carne,
o a las tentaciones del mundo.
El
hombre Cristo fue visto como una expresión perfecta de Dios, y todos
los santos son llamados a dar esta imagen del Celestial.
¿Qué
no se encuentra en el evangelio de hoy? Hay una ausencia de este
mensaje de gobernar sobre la naturaleza de la bestia. La humanidad no
puede alcanzar la voluntad de Dios para llevar Su imagen y semejanza,
si primero no gobierna sobre todas las bestias de la tierra y el
cielo y el mar, es decir, el hombre debe someter y gobernar sobre los
anti-tipos espirituales que se representan en los tipos de la
naturaleza.
En
los siguientes capítulos vamos a examinar lo que la naturaleza de la
bestia es, de una manera más plena. Tristemente,
muchos santos no han discernido la necesidad de gobernar sobre esta
naturaleza inferior. Han tratado de hacer las paces con la bestia, de
vivir en armonía con ella, cuando debe ser sometida y gobernada. Hay
una iglesia entera retratada como una ramera y como Babilonia en la
Escritura,
que no ha podido dominar sobre la bestia, y será esta bestia la que
al final va a ser su propia destrucción.
El apóstol Juan habla de esto en el libro de Apocalipsis.
Apo
17:3-5 LBLA Y me llevó en el Espíritu a un desierto; y vi a una
mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres blasfemos,
y que tenía siete cabezas y diez cuernos. (4) La mujer estaba
vestida de púrpura y escarlata, y adornada con oro, piedras
preciosas y perlas, y tenía en la mano una copa de oro llena de
abominaciones y de las inmundicias de su inmoralidad, (5) y sobre
su frente había un nombre escrito, un misterio: BABILONIA LA GRANDE,
LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA TIERRA.
Apo
17:16-17 LBLA Y los diez cuernos que viste y la bestia, éstos
odiarán a la ramera y la dejarán desolada y desnuda, y comerán sus
carnes y la quemarán con fuego; (17) porque Dios ha puesto en sus
corazones el ejecutar su propósito: que tengan ellos un propósito
unánime, y den su reino a la bestia hasta que las palabras de Dios
se cumplan.
El
sistema de la iglesia ramera hoy cabalga sobre la bestia, y no
la ha sometido. Más bien se ha hecho una alianza impía con la
naturaleza inferior y falla en ejercer dominio sobre ella. A causa de
este fracaso, Dios hará que la bestia convierta a la ramera en
desolada y desnuda, y comerá su carne y la quemarán con fuego.
Apo 15:2
LBLA Vi también como un mar de cristal mezclado con fuego, y a los
que habían salido victoriosos sobre la bestia, sobre su imagen y
sobre el número de su nombre, en pie sobre el mar de cristal, con
arpas de Dios.
El
primer capítulo del primer libro de la Biblia revela el designio, el
diseño de Dios para el hombre de gobernar sobre las bestias, y el
último libro de la Biblia revela que habrá una compañía de
vencedores que lo hacen. El plan de Dios no ha sido frustrado. Todo
va de acuerdo al plan de las edades de Yahwéh. Aunque Adán y Eva
tomaron sobre sí la imagen de la bestia por someterse a la
serpiente, habrá aquellos que son victoriosos sobre la bestia y su
imagen. Estos llevan la imagen del celestial. Estos tendrán el
sello de Dios en sus frentes, mientras otra multitud recibe la marca
de la bestia.
Es
una gran locura que la Iglesia ha entendido mal lo que se está
hablando de la bestia, su imagen, y su número. Multitudes se centran
en evitar alguna marca física de la bestia que será estampada en la
mano o en la frente, sin darse cuenta de que la marca ya está
ahí. La humanidad lleva la imagen de la bestia en su mente y en sus
acciones. El número de la bestia es el número del hombre de
carne, y todos los que llevan la imagen del primer Adán, y que no
han sido conformados a la imagen del último Adán, llevan esta
marca.
Es
un gran engaño que la iglesia deba centrarse en las conspiraciones
de los hombres y las marcas físicas en la mano y en la frente,
descuidando de predicar la verdad que una marca espiritual más
importante ya se ha dado, y que sólo
por unirse con Cristo en su muerte con el fin de unirse
con Él en el poder de su resurrección,
el hombre puede elevarse por encima de la naturaleza bestia y llevar
la imagen del celestial. Muchos maestros de la profecía dicen
a los santos que deben negarse a recibir alguna marca física que se
les puedan dar algún día, al tiempo que no amonestan a los
santos para reinar sobre la naturaleza de bestia que los ataca a
diario. Ellos deberían enseñar lo antiguo sin dejar de lado su
significado espiritual y real.
Al
cerrar este capítulo, permítanme recapitular lo que se ha
compartido. El primer capítulo del Génesis detalla la creación de
la tierra, su juicio y su re-creación, es un tipo y prefiguración
del hombre. También el hombre cayó y fue juzgado. Se convirtió sin
forma y cubierto de oscuridad, y él también necesita el movimiento
del Espíritu de Dios sobre él para remodelar la imagen de Dios,
con el fin de que Dios pueda declararlo hombre bueno. Los
seis días de la creación son un cuadro del proceso que el hombre
debe pasar en esta restauración, y el objetivo es el séptimo día,
el descanso sabático de Dios, donde todo está en armonía con el
Padre.
La
gran mayoría de la iglesia no ha logrado progresar a través de los
seis días hasta llegar al séptimo. Muchos han conseguido no más
futuro que el primer día, y en este fallo no han estado a la
altura de la gracia de Dios. No es suficiente ver la luz del día
para uno que habla de Cristo. Cristo
es más que la puerta, luego hay un camino recto y estrecho a seguir,
y es todo el camino hasta el día siete.
Muchos
santos han experimentado el bautismo del segundo día, pero no
han podido discernir el significado de esta limpieza del pecado y la
separación de la maldad y la muerte. Ellos han sido lavados, pero
luego muchos regresan a la ciénaga del pecado. Los
que llegan al tercer día
experimentan la vida de resurrección de Cristo, y es a través de
esta unión con Cristo que el hijo de Dios es capaz de caminar como
un vencedor en este mundo y producir fruto en sus vidas que va a
cumplir con la gloria del Padre.
Esto
nos lleva al cuarto día en que los santos han de ser como
luces que figuran en el firmamento de los cielos. Muchas de estas
estrellas se han lanzado de nuevo a la Tierra como higos inmaduros,
pero hay un remanente que brillará con la gloria de Cristo. En el
quinto y sexto día las bestias se crean para que la humanidad
gobierne sobre ellas.
Si
un hombre ejerce dominio sobre la naturaleza de la bestia, alcanzará
el
descanso sabático de Dios.
Habrá descanso en la tierra, que es el cuerpo del hombre, y la
voluntad de Dios se cumplirá por completo. El hombre habrá
alcanzado la imagen y semejanza de Dios.
Hay
gran gracia disponible en esta hora para que el hombre pueda alcanzar
la voluntad de Dios. Gran parte de la Iglesia no es consciente de la
voluntad de Dios en este asunto, y no se acogen a esta gracia. Muchos
moran con animales que no están sujetos a ellos, ni los gobiernan.
Hay
una gran multitud que se han unido a sí mismos a una iglesia ramera,
que cabalga sobre la bestia, y la llamada del Espíritu de Dios en
esta hora es "salid de ella, pueblo mío". Los que
están en esta Iglesia no tienen adherencia a la orden gubernamental
de Dios. Los hombres eligen obedecer la voz de sus esposas en
lugar de Dios, y los hombres y mujeres juntos han optado por escuchar
la voz de la bestia, en lugar de prestar atención a la Palabra de
Dios. Que los que tienen oídos para oír, oigan lo que el
Espíritu está hablando.
(TRACUCCIÓN DE BYRON E. MANSILLA)
(TRACUCCIÓN DE BYRON E. MANSILLA)
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