Israel era un ismaelita espiritual
Ya
hemos visto el paralelismo entre Abram-Agar
y Dios-Egipto. Este
paralelo también identifica a Ismael
con Israel. Ismael
era el hijo de Abraham y Agar, Israel era el hijo de Dios y de
Egipto. ¿Qué
nos enseña esto? En Génesis
16:12,
Dios le dijo a Agar que su hijo sería un hombre
asno-salvaje.
12 Y
él será hombre fiero [Hebreo, pereh
adam,
"hombre asno-salvaje"]; su
mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y él
habitará en presencia de todos sus hermanos.
La
palabra hebrea pereh utilizada
en el versículo anterior siempre se traduce "hombre
asno-salvaje" en la versión King James, sólo no es así en
este versículo en particular. Es
lamentable que los traductores no se den cuenta de la importancia del
símbolo del asno
en la Biblia, por lo que prescinden de él. Pero
una vez que vemos que Ismael se identifica como un asno-salvaje,
podemos ver el significado espiritual en esta historia. Jeremías
2:24.
Asimismo
identifica a Jerusalén como un "asno-salvaje"
24 Un
asna salvaje [pereh] acostumbrada
al desierto, que en su ardor olfatea el viento [tiempo
de "calor"] ¿quien
la detendrá? Todos
los que la buscaren no tendrán que fatigarse; poque en el tiempo de
su celo la encontrarán.
Es
evidente que ni
Ismael ni Jerusalén eran asnos salvajes literales. Las
Escrituras están hablando en sentido figurado. Ambos
eran asnos
salvajes espirituales,
que preferían
la vida silvestre a una vida de servidumbre en la casa de
Dios. Amaban
su libertad sexual. En
otras palabras, Jerusalén, que se suponía debía estar casada con
Dios, se negó a permanecer fiel a Él en ese vínculo matrimonial,
siguiendo
continuamente en pos de dioses extranjeros. Esta
es la condición del asno salvaje espiritual.
Por
lo tanto, vemos la
conexión espiritual entre Ismael e Israel. Cuando
Egipto dio a luz a Israel, dio a luz a un asno salvaje
espiritual. Israel
se rebeló contra Dios continuamente desde el principio, y violó su
contrato de matrimonio que había prometido en el Sinaí ( Éx.
19:8 ). Entonces
la pregunta es, ¿cómo puede Israel convertirse en aceptable a
Dios? ¿Cómo
puede Israel traer la justicia del Reino como hijo primogénito de
Dios? La
respuesta se encuentra en la Ley de los Primogénitos, en Éxodo 13.
La Ley de los primogénitos
Ya
hemos visto que Egipto estaba dando a luz al hijo primogénito de
Dios. Pero
Israel estaba lejos de ser perfecto en este punto. Ellos
todavía eran medio egipcios. Tenían
un Padre celestial, pero tenían una madre terrenal. Ellos
eran
ismaelitas espirituales. En
el simbolismo de la Biblia, eran "asnos salvajes".
Y así, Dios tuvo que hacer algo al respecto antes de que pudiera
aceptarlos como auténticos hijos. Él
instituyó la fiesta de la Pascua para rectificar el problema.
En la explicación de Dios para la Fiesta de la Pascua (Éxodo 13),
leemos en los versículos 8-13,
8 Y
contarás a
tu hijo en
ese día diciendo: Se hace esto por lo que el Señor hizo conmigo
cuando me sacó de Egipto ... 11 Y
será que, cuando Jehová te hubiere metido en la tierra de los
cananeos ... 12 Que
pondrás aparte al Señor todo lo que abriere matriz, y asimismo todo
primer nacido de tus animales; los machos serán de Jehová.13 Y todo
primerizo de un asno has
de redimir con un cordero; y
si tú no quieres redimirlo, quebrarás su cuello,
y todo primogénito de hombre
de entre
tus hijos has de redimir.
Los
asnos no eran animales "limpios". Ellos
estaban sucios y no aptos para ser de los primogénitos varones que
debían darse a Dios. Y
así que Dios ordenó que los corderos se dieran como sustitutos de
los asnos. Luego, en la misma oración, Dios informa a Israel que
todos sus hijos primogénitos tenían que ser redimidos por un
cordero. Sin
ese cordero pascual, todos los primogénitos de Israel habrían
muerto junto a los primogénitos de Egipto
( Éx.
12:13 ). En
otras palabras, los israelitas eran todos asnos espirituales en
necesidad de redención. Ellos
eran ismaelitas espirituales, hombres asnos-salvajes. Y
así, todos tenían que celebrar la fiesta de la Pascua, en la que
ofrecieron a Dios un cordero sin mancha como su sustituto. El
cordero de la Pascua los calificó para ser llamados hijos de Dios.
En
un contexto del Nuevo Testamento, observamos la Pascua a través de
la sangre de Jesús, que es nuestro Cordero inmaculado. En
nuestros cuerpos carnales, todos somos asnos salvajes,
tenemos un padre celestial y una "madre" egipcia y por eso
en Romanos
7:24, 25 Pablo
clamó,
24 ¡Miserable
hombre de mí...! 25 Con
la [espiritual] mente
yo mismo sirvo a la ley de Dios, mas con la carne a la ley del
pecado.
Nuestra
tendencia al pecado (la mente carnal) no es debida a genes de nuestro
Padre celestial, sino de nuestra madre carnal. Somos
una mezcla de semillas de los cielos y la tierra. Somos
por lo tanto inaceptables para Dios en nuestra condición
actual. Pero
gracias a Dios, se hacen ofrendas para limpiarnos sobre su altar por
la Ley de sustitución. Jesús
vino como nuestro Cordero Pascual para redimir a los asnos salvajes
primogénitos. Esto
nos ha dado una justicia posicional con Dios, porque él ya no nos
mira como asnos, sino como las ovejas de Su prado. Somos
imputados justos, Dios llama a lo que no es como si fuera ( Romanos
4:17 ).
(Extracto del libro "Secretos del Tiempo", cap. 5:
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