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EVIDENCIA DE COSAS OCULTAS 7: Misericordia en medio de la disciplina, Joseph Herrin





Algo interesante ocurrió cuando nos mudamos a esta casa de la que hablé en el último capítulo, la casa con el sistema de seguridad. Había sentido durante algún tiempo que Dios nos iba a mover a la ciudad que se llamaba Fort Valley, y se lo había mencionado a mi esposa años antes.

Antes de esta mudanza éramos dueños de una casa pequeña pero nueva, que habíamos construido para nosotros seis años antes en Perry, Georgia. Fue en esta casa en Perry que Dios me había disciplinado por mi codicia y mis deudas financieras, y también fue aquí que me había endeudado nuevamente y había comprado una nueva camioneta Mazda. En esta casa tuve que convertir un garaje en una sala de estar, haciendo todo el trabajo yo solo, pero gastando una gran cantidad de dinero en el proceso, dinero que no tenía, sino que tuve que pedir prestado. Una de las razones por las que estábamos vendiendo la casa era para pagar nuestras deudas, que estaban empezando a volverse pesadas de nuevo.

Ya había tomado algunas medidas para reducir nuestra deuda. La camioneta que había sentido que debía tener, la conservé solo por un par de años, y luego la cambié por un Geo Tracker de segunda mano. Yo amaba el Geo. Era un pequeño deportivo, 4x4 con una capota desmontable. Me encantaba conducirlo con la parte superior corrida, disfrutando del sol de Georgia y del aire fresco. El Geo fue mucho menos costoso que la pick-up, y pude pagarlo en su totalidad y obtener una propiedad clara por él.

Teníamos un segundo auto en este momento por el que estábamos haciendo pagos.

Nuestra casa en Perry se vendió después de estar en el mercado por solo trece días.

También obtuvimos nuestro precio total solicitado por la venta de la casa, y cuando pagamos la deuda incurrida en remodelar el garaje nos quedamos con aproximadamente $ 6,000 para poder dar la entrada para otra casa. Comenzamos a buscar casas de inmediato y, a través de una extraña cadena de eventos, supe de una casa que había estado en venta por algún tiempo. Los ladrones habían robado el cartel de venta del patio delantero exterior, y el propietario nunca reemplazó el cartel. No había evidencia de que esa casa estuviera a la venta. Contactamos al propietario, y él ya había reducido el precio tremendamente, porque el mercado interno estaba deprimido en esta ciudad en particular, con muchas casas en venta y pocos compradores. Hicimos una oferta aún más baja, ofreciendo lo que pensamos que podíamos pagar, utilizando nuestros $ 6,000 como anticipo, y sorprendentemente para nosotros, nuestra oferta fue aceptada.

Como teníamos que estar fuera de nuestro hogar en Perry, cuando ya se había vendido, el propietario de esta casa en Fort Valley aceptó dejarnos mudar antes de que cerráramos el trato, y pagáramos el alquiler hasta la fecha del cierre. Dios me dio un testimonio muy fuerte de Su voluntad para que estuviéramos aquí, y Él había ido antes que nosotros hasta este punto. Sabía que teníamos que mudarnos, aunque no tenía idea de cómo iba a llegar a los costos de contratación el día del cierre, que incluía los honorarios de evaluación, inspección de termitas, costos de inspección, tarifas de procesamiento de préstamos bancarios y honorarios de abogados. Por todo lo dicho, nuestro presupuesto ascendía a alrededor de $ 3,600.

Me estaba colocando en una posición muy vulnerable al mudarme antes de la fecha de cierre, porque sería una gran vergüenza llegar a esta fecha y no tener el dinero a mano para pagar esas tarifas. Como ya estaba en la casa, corría el riesgo de que se me pidiera que la abandonara sin tener idea de a dónde iría desde allí.

Además de esto, mi madre vivía a solo dos puertas de esta casa, y ella trabajaba en una empresa de fabricación local en el mismo departamento que el hombre que era dueño de la casa. Mi madre se puso bastante agitada cuando descubrió que había fijado una fecha de cierre, y nos habíamos mudado sin tener el dinero a mano para pagar los costos del cierre. Ella dijo que seguramente la avergonzaría mucho cuando llegara esa fecha. Le dije que Dios me había confirmado que debíamos mudarnos aquí, y estaba seguro de que cuando llegara la fecha tendría el dinero en mano.

Mi confianza se mantuvo alta y, a medida que transcurrían los días, buscaba a diario la provisión. Cuando llegamos a una semana de la fecha de cierre, y todavía no tenía el dinero, entonces comencé a experimentar algunos problemas en mi alma. El día antes del cierre, fecha en que todavía no tenía el dinero y pensé en ir a ver lo que podría conseguir por mi amado Geo. Estaba en cierta perplejidad en este momento, y no conseguí saber si esta era la voz de Dios, o si debería permanecer en fe buscando alguna otra provisión. Al final, decidí ir y ver qué me daría un concesionario por el vehículo.

El comerciante que tomó mi Geo revisó el vehículo a fondo y luego me ofreció $ 3,600 por él. Esta era la cantidad exacta que necesitaba para cerrar el trato de la casa. Yo acepté la oferta y luego llamé a mi esposa para que me recogiera. Al día siguiente usamos este dinero para cerrar la casa.

Luché por un tiempo con pensamientos de si Dios se habría manifestado con alguna otra disposición si no hubiera vendido el Geo, pero con el tiempo me convencí de que fue la voluntad de Dios para mí que vendiera el vehículo. Llegué a entenderlo como parte de Su disciplina por haber vuelto a endeudarme comprando la camioneta pick-up.

Dios comenzó a mostrarme un patrón de Su trato conmigo en ese tiempo. Antes yo había convertido el garaje en una sala de estar en nuestra casa anterior, compré un nuevo juego de mesa ping-pong en Sears y lo instalé en el garaje. Compré la mesa a crédito, y Dios nunca me dejó disfrutarla. El garaje no tenía aire acondicionado, y hacía demasiado calor durante la mayoría del año para estar en el garaje sin abrir la puerta. Nuestra entrada estaba inclinada, y cada vez que la pelota de ping-pong salía por la puerta, lo que ocurría a menudo, teníamos que perseguirla todo el camino hasta la carretera. Agregado a esto, el Espíritu Santo me traía convicción sobre mi pecado de comprar este artículo a crédito, y esta convicción se robó todo el disfrute del juego. Al final, el Espíritu me mostró que lo único que podía hacer era deshacerme de la mesa porque había sido comprada en desobediencia. Acabé dándolo a una iglesia para que lo usara su grupo juvenil.

Como mencioné, más tarde convertí ese garaje en una habitación familiar, y resultó más notable de lo que podría haber imaginado. Fue simplemente hermoso. Puse un techo de diseño, y un ventilador de techo, con ventilación de aire acondicionado en la sala. Aislamos todo y puse unos paneles preciosos en dos de las paredes, con apliques de iluminación que había admirado por mucho tiempo. En la tercera pared, donde había estado la gran puerta del garaje, mi esposa y yo colgamos un mural de papel tapiz en toda la pared que representaba un molino de molienda en las montañas del Nor Carolina con una corriente que fluía y colores del otoño en los árboles. Dejamos el linóleo en el piso, e incluso instalamos una chimenea de propano con una hermosa chimenea a lo largo de una pared.

Para colmo, había instalado el cableado para un estéreo y había montado en la pared algunos altavoces Bose mini-cube que proporcionaron un sonido increíble. Al otro lado de la parte trasera de esta habitación, tenía puertas de acordeón integradas, instaladas para dividir entre la sala familiar y el cuarto de servicio, donde se ubicaron la lavadora y la secadora, y en la entrada que conduce de la casa al garaje, había instalado una puerta basculante con una vidriera. Nunca había hecho un trabajo tan hermoso en mi vida, y una vez más, Dios no me permitió disfrutarlo porque pagué todo al solicitar una línea de crédito en un hipermercado de hardware local.

La habitación solo había sido terminada por corto tiempo cuando el Espíritu de Dios me dijo que iba a tener que vender la casa. Ahora, si la habitación hubiera quedado mal, no me hubiera importado, pero quedó absolutamente maravillosa. El mural en sí era impresionante y la gente exclamaba ooh y ahh cuando entraban a la habitación. Dios en su sabiduría sabe exactamente cómo disciplinar a sus hijos, y a este hijo Suyo no se le permitió disfrutar de los frutos de desobediencia. Todo mi trabajo fue para que lo disfrutara otro hombre. Cuando Dios me hizo vender mi camioneta pick-up, y luego mi Geo, este patrón continuó. Él no me permitió mantener y disfrutar esas cosas compradas mediante deuda y desobediencia.

Aunque la mano de disciplina de Dios estaba sobre mí en este momento, también lo estaba Su mano de misericordia y gracia. (Traductor: a esa disciplina mezclada con misericordia, que yo también he experimentado, le llamo la cárcel de oficiales de José o la cárcel con barrotes de oro). Aunque tuve que vender la casa que había arreglado, tenía otra casa preparada para nosotros, y Dios nos proporcionó la cantidad de dinero que necesitábamos para mudarnos. Con Su gracia vino un poco de disciplina, y el vehículo que amaba fue parte del precio.

Estaba aprendiendo lecciones a través de todas estas cosas, y estaba viendo cuán importantes eran tanto la fe como la obediencia. Cuando Dios quería llevarnos a algo nuevo, que lo hiciera requería fe de nuestra parte. Por cada acto de desobediencia, Él también administraría Su disciplina. Qué sabio es el Padre. Él no permite que Sus hijos corran sin control sin disciplinarlos. Como Pablo escribió:

Hebreos 12:8-10
8 Pero si estáis sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9 Además, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los respetábamos. ¿No nos someteremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? 10 Pues aquéllos nos disciplinaban por pocos días como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.

¿No es una gran manifestación de incredulidad que tantos cristianos llamen a Dios Su "Padre", ¿pero no crean que Él los disciplina? ¿Qué clase de Padre sería Él si no disciplinara a Sus hijos? ¿Qué pensaríamos de un hombre que deja que sus hijos corran como un montón de malcriados sin corregirlos? No pensaríamos muy bien de un hombre así. No se ve bien la concepción que tienen de Dios muchos cristianos, cuando no reconocen ni admiten Su mano de disciplina en sus vidas.

Una cosa que debería aprender claramente en los próximos meses y años era que, incluso cuando Dios nos disciplina, no nos abandona. Yo no sería un buen padre si le dijera a mi niños que ya no les daré comida, ropa o un lugar donde dormir mientras estuvieran bajo mi disciplina por alguna infracción. ¡No! Podría ponerlos en restricción, o regañarles, o pedirles que hagan algún tipo de restitución por sus transgresiones, pero no les negaría lo que es necesario para que ellos pudieran vivir. Ni tampoco Dios nos ha negado alguna vez cualquier cosa necesaria durante los tiempos de nuestra disciplina.

Santos, quiero alentarlos a todos a considerar esto. Dios es mucho mejor Padre que lo que lo somos nosotros, sin embargo, Satanás ama atormentarnos con pensamientos que Dios nos ha abandonado por completo debido a alguna transgresión. Esto es pura tontería. No hay un hilo de verdad en ello, pero yo mismo pasé muchos días temeroso preguntándome si Dios todavía estaba conmigo, lleno de preocupación sobre si Él nos proporcionaría las necesidades de la vida a mi familia y a mí. Escuchen las palabras de las Escrituras:

Romanos 8:15-16
Porque no habéis recibido un espíritu de esclavitud que os lleve a temer otra vez, sino que hemos recibimos un espíritu de adopción como hijos por el cual gritamos: "¡Abba, Padre!" El espíritu mismo testifica a nuestro espíritu que somos hijos de Dios …

Gálatas 4 6-7
Debido a que sois hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, que clama, "¡Abba, Padre!" Por lo tanto, ya no sois esclavos, sino hijos …

¡Somos hijos! Debido a que somos hijos, nuestro Padre nos disciplina. Él lo hace porque nos ama,

Hebreos 12: 6
Porque a aquellos a quienes el Señor ama, disciplina y azota a todo aquel recibe por hijo.

Cuando estamos experimentando la mano de castigo de Dios, Satanás vendrá a nosotros y dirá:

"Dios te odia. Lo ofendiste ahora y te ha abandonado por completo".

¡Saco de mentiras! Deberíamos esperar tal engaño del padre de las mentiras, pero no deberíamos creer en él. Ciertamente, si no respondemos con humilde obediencia al castigo de Dios, Él tendrá que aumentar la severidad de este, pero nunca eliminará Su amor de nosotros.

Amo a mi hijo Josías. Ahora tiene catorce años y es muy valioso para mí. A veces Josías hace cosas que requieren que lo corrija. Porque lo amo y deseo que él cumpla el propósito de Dios de que él sea conformado a la imagen de Cristo, yo debo disciplinarlo. A veces él ha continuado en pecado después de ser corregido, y he tenido que disciplinarlo más. Nunca pensé en que debería repudiarlo, ni deseé tratarlo con indiferencia o crueldad. Yo siempre estaría encantado de ver dentro de él signos de arrepentimiento y tristeza por su pecado, y mi corazón quiere responder hacia él de la manera que resulte en su mayor bien. Este también es el corazón de nuestro Padre celestial.

No me malentiendas. Hay pecado hasta de muerte, y Pablo escribió a los creyentes de Corinto acerca de algunos que murieron debido a que continuaron en pecado. Sin embargo, incluso esto es un acto de misericordia por parte de Dios. Porque permitir que un hijo que no se arrepiente de su pecado, después de muchos castigos y mucha disciplina, para que continúe trayendo reproche a Dios y condenación sobre sí mismo, no sería misericordioso o amoroso. Pablo escribió acerca de uno de esos hombres entre los santos de Corinto.

I Corintios 5:5
He decidido entregar al tal a Satanás para la destrucción de su carne, para que su espíritu pueda ser salvo en el día del Señor Yahshua.

Note que el juicio de Pablo es severo, pero su meta es la salvación. Dios también nos disciplina y, si respondemos con un corazón humilde y arrepentido, entonces Él es capaz de ceder en la severidad del juicio contra nosotros. Este fue el caso de este hombre, porque Pablo escribió de él nuevamente en su próxima epístola a la iglesia de Corinto.

2 Corintios 2:6-8
6 Le basta a tal persona esta reprensión hecha por la mayoría; 7 así que, contrario, vosotros más bien debéis perdonarlo y consolarlo, para que no sea consumido de demasiada tristeza. 8 Por lo cual os ruego que reafirméis vuestro amor hacia él.

Todos debemos, como hijos de Dios, ser partícipes de Su disciplina. Qué maravilloso si lo reconocemos cuando se trata de disciplina. No pienses que porque estás bajo el poder disciplinador de Dios que te ha abandonado. ¡No! Él te está mirando intensamente, como un padre mira un hijo, para ver si hay arrepentimiento y dolor piadoso como resultado del castigo. Nosotros nunca somos más amados que cuando Dios nos disciplina, porque si no recibiéramos disciplina, sería una señal de que somos hijos bastardos. La disciplina es una señal de filiación. Gritémoslo con mucho gusto cuando Dios nos azota, "¡Aleluya, soy un hijo!”


http://www.heart4god.ws/books-by-joseph-herrin.htm

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