¿Cómo cumplió Jesús la Ofrenda de la Gavilla Mecida?
Proféticamente
hablando, que Jesús resucitara la tarde del sábado o la mañana del
domingo no es la cuestión; la cuestión es si Jesús cumplió la
Ofrenda de la Gavilla en el día correcto. Esta ofrenda era una
ceremonia en el templo a la tercera hora del día "en el día
que sigue al día de reposo" (Levítico 23:11). ¿La ofrenda
en sí coincidió con la resurrección de Jesús? No, Jesús se
levantó de entre los muertos antes del amanecer. María Magdalena
fue a la tumba "temprano, cuando todavía estaba oscuro"
(Juan 20:1), pero encontró la tumba ya vacía. La Ofrenda de la
Gavilla coincidió, sin embargo, con Su ascensión para presentarse a
Sí mismo vivo en el templo del Cielo. Ascendió a tal efecto unas
horas después de Su resurrección real, mientras que el sumo
sacerdote agitaba la gavilla de cebada en el templo. Así que Jesús
cumplió la Ley de la Ofrenda de la Gavilla, no con Su resurrección
real, sino presentándose con vida en el templo del Cielo en el
tiempo señalado.
Esta
es la secuencia de los eventos de la mañana de la resurrección:
Cuando
María se encontró la tumba vacía, empezó a correr y pronto
encontró a Pedro y a Juan que estaban también de camino a la tumba
(Juan 20:2). Todos regresaron a la tumba para ver por sí mismos que
Su cuerpo había desaparecido. Entonces Pedro y Juan fueron a casa
(Juan 20:10). María se quedó sola en el jardín. Para este tiempo
el sol ya había salido. Jesús, entonces, la encontró, pero al
principio ella pensó que era el jardinero. Cuando por fin lo
reconoció y quiso tocarlo, Él le dijo en Juan 20:17: "No me
toques, porque aún no he subido a mi Padre" (KJV). La
ascensión a la que se refería no era la de Su ascensión desde el
Monte de los Olivos en el cuadragésimo día, que se registra en
Hechos 1:3-9. Sabemos esto porque Jesús dejó a Sus discípulos que
lo tocaran más tarde ese mismo día (Juan 20:19,20; Lucas 24:39).
Así que Jesús debe haber ascendido a Su Padre algún tiempo después
de haber hablado con María, pero ANTES de esa misma noche cuando se
apareció a los discípulos. La única posibilidad es que Él tuvo
que ascender a la tercera hora del día con el fin de presentarse a
Sí mismo como vivo en el templo en el Cielo.
Jesús
estaba realmente vivo ANTES de que el sacerdote agitó la gavilla en
el templo, pero no pudo presentarse a Sí mismo como vivo en el Cielo
para ser declarado legalmente
vivo
hasta
el momento en que el sacerdote testificó en la Tierra. Es por eso
que el día de la Ofrenda de la Gavilla es importante en la profecía.
Aunque marcó el DÍA, no marcó el MOMENTO de la resurrección de
Jesús. Marcó el momento en que fue declarado legalmente vivo en la
Corte del Cielo.
Si
un hombre fuera a naufragar y estuviera abandonado en una isla
durante diez años, él sería declarado legalmente muerto después
de unos siete años. Si ese hombre fuera luego rescatado por un barco
que pasara, él tendría que ir a la corte y presentarse ante las
autoridades competentes con el fin de ser declarado legalmente vivo.
Esto ilustra la distinción entre estar realmente muerto y estar
legalmente muerto. Cuando Jesús resucitó de entre los muertos, Él
estaba vivo, pero Él no estuvo legalmente vivo hasta el
momento de la Ofrenda de la Gavilla, cuando Él se presentó al Padre
en el Tribunal Divino.
Este
es otro buen ejemplo en la Biblia de la importancia del momento.
Jesús cumplió la Ley en todos los detalles, no sólo por lo que
hizo, sino también por
cuando lo hizo.
Hay
algunos que creen que Jesús fue crucificado en la tarde del
miércoles y pasó exactamente 72 horas en el sepulcro. Ellos creen
que Él fue resucitado de entre los muertos el sábado por la tarde,
pero que esta resurrección no fue descubierta hasta la mañana
siguiente. Esta opinión utiliza como pretexto la declaración de
Jesús acerca de estar "tres días y tres noches en el
corazón de la tierra". Sin embargo, en un examen más
detenido, es obvio que fue inventado principalmente con el fin de
socavar la observación del domingo como un día de adoración,
porque los escritores de la Iglesia Primitiva son unánimes en
decirnos que se reunían para adorar y "partir el pan" en
el domingo. Su razón aducida es que en este día Jesús resucitó de
entre los muertos.
La
única manera en que la teoría de la crucifixión el miércoles
funcionaría es si los saduceos tenían la razón en su
interpretación de la Ofrenda de la Gavilla. Si los fariseos eran los
correctos en su punto de vista y la gavilla era mecida en el día
fijo 16 de Abib, entonces el punto de vista de la crucifixión
en miércoles no podría ser verdad. Jesús hubiera sido crucificado
el miércoles 14 de Abib,
y luego el jueves 15 de Abib sería el sábado de Pascua, y
entonces la gavilla tendría que ser mecida el viernes, 16 de Abib.
Pero si Jesús estuvo todavía en la tumba hasta la tarde del sábado
17 de Abib, entonces esta Ley de la Gavilla no pudo ser
cumplida por la resurrección de Jesús. La única manera en que se
podría salvar este punto de vista es la adopción de la posición de
los saduceos diciendo que la Ofrenda de la Gavilla era el primer
domingo después del día de reposo semanal. Pero incluso esta
adaptación hace que la resurrección de Jesús se produzca en la
víspera de la Ofrenda de la Gavilla. Esto no parece creíble para
nosotros. Es nuestra opinión que Jesús debía resucitar de entre
los muertos el mismo día de la Ofrenda de la Gavilla, incluso si Él
no se presentó al Padre en el Cielo hasta unas horas más tarde.
Me
han dicho que el único año en torno a ese momento en que el 14
de Abib cayó en un miércoles fue en el 28 dC.
Este año no podría haber sido el año de la crucifixión de Jesús,
porque Juan el Bautista ni siquiera comienza a ministrar hasta el 15º
año de Tiberio en la primavera del 29 d.C. Tiberio comenzó a reinar
a la muerte de su padre, César Augusto, el 19 de agosto 14 d.C. Esta
es una fecha muy conocida en la historia de Roma, que explicamos en
detalle en el capítulo 9 de nuestro libro, Secretos
del Tiempo (En castellano:
http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2014/04/libro-secretos-del-tiempo-dr-stephen-e.html).
Jesús fue bautizado en septiembre del año 29 dC. y murió en el
año 33 dC, cuando el 14 de Abib cayó en
viernes. La resurrección, entonces, se produjo en el tercer día, la
mañana del domingo, 16 de Abib.
(Extracto del Cap. 1 de "Las Leyes de la Segunda Venida")
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