UN SUEÑO EN EL SEÑOR
El
miedo se contrapone a la confianza absoluta en el Señor Jesucristo,
y por ello, debe ser derrotado por Él.
(Resaltados añadidos. Si desea leerlo sin ellos acuda a la página original del artículo, que mencionamos al final)
(Resaltados añadidos. Si desea leerlo sin ellos acuda a la página original del artículo, que mencionamos al final)
Este
fue un mensaje que el Señor Jesús me dio a través de un sueño, el
cual se fundamenta en cómo el miedo es un obstáculo para que no
confiemos absolutamente en Él.
Noviembre
10 de 2014
De
repente me encontraba en las cosas de la cotidianidad, haciendo
ciertas labores, pero yo podía ver cómo éramos observados por
espíritus caídos que se movían por esos lugares, como vigilando
nuestra cotidianidad, era una guardia comparable a la que hacen los
conserjes en un orfanato o en una cárcel, definitivamente era una
vigilancia opresora.
De
un momento a otro me encontraba en un salón grande, con mucha gente,
conocía a algunos de ellos mas no a la mayoría, pero sabía que eran
parte de la iglesia del Señor Jesús, nos tenían encerrados en
aquel salón, como secuestrados, una atmósfera de miedo e
incertidumbre se sentía en aquel lugar. Cuando miré un poco mejor
noté que entre la gente también había algunos ángeles caídos,
ellos eran de una altura promedio al humano y con aspectos similares
al de las personas, también advertía que allí se encontraba el
mismo satanás, un ser abrumador, temible, de una altura como de
3 metros, muy corpulento pero no observé con detalle su apariencia.
Entonces el miedo se apoderó de mí, era sobrecogedor; de repente se
oía la voz de satanás y de esos demonios diciendo muchas cosas
acerca de mí vida, los demonios que había allí inclusive podían
tocarme (es decir, que podían herir a las personas), era algo
impresionante y horrendo escuchar cómo satanás y sus huestes
conocían tantas cosas de uno y de las personas: miedos, pecados,
deudas, errores, detalles, gustos, intimidades, debilidades,
deleites, secretos...; en fin, era intimidante saber que satanás nos
conocía tanto, eso hacía que el desasosiego fuera aún mayor, un
miedo paralizante que aumentó cuando reflexioné sobre la ausencia
del Señor Jesús.
Entonces
fijé la mirada al frente y vi nuevamente la presencia poderosa y
amenazante de satanás, era un ser demasiado grande, vigoroso, su
presencia era en verdad temible, y para mí era completamente claro
que no había nada que se pudiera hacer en mis propias fuerzas contra
un ser de esta magnitud que además nos conocía tanto; él fijó su
mirada en mí y marchó contra mí, se podía anticipar que su
intención era atacarme, y entonces el miedo llegó al máximo nivel.
En
ese desespero de saber que nada podía hacer, en mi mente clamé
intensamente al Señor Jesús preguntándole porqué no percibía Su
presencia: ¿Porqué no estás aquí? Preguntaba yo. Repentinamente
comencé a sentir Su presencia maravillosa con una gran fuerza, y
entonces su luz se manifestó y me dijo: TOMA UNA MONEDA Y LÁNZALA A
LA FRENTE DE SATANÁS. En ese momento recordé que yo tenía unas pésimas coordinación, fuerza y puntería para lanzar, pero en todo
caso obedecí; una moneda apareció de repente en mi mano y la lancé,
asombrosamente la moneda con mucha fuerza y precisión dio (no por
sus caras sino por su canto o perfil) justo en la frente de
satanás. De repente este cayó al piso en el instante, totalmente
desplomado hacía el frente. Una persona se acercó a verle y
tocó su cuerpo, como tomando sus signos vitales y dijo: Está
muerto. Yo pensaba internamente que eso era casi imposible, que era
increíble que un ser tan grande y poderoso, sumado a mis pésimas
condiciones de batalla, cayera de esta manera con tan solo una
moneda pequeña lanzada en su frente, pero así fue, solo creí
incondicionalmente en Jesucristo, le obedecí y la batalla la libró
Él con su poder.
Entonces
tocaron una puerta pequeña del salón y acercándome a élla vi a una
persona conocida, más cuando abrí la puerta había allí un sujeto
de gran tamaño, como de unos 3 metros de altura, pero su aspecto era
diferente, era una presencia agradable, apacible, de paz, en ese
mismo momento apareció un poderoso ejército de hombres de una
estatura normal, entonces yo entendía que todos ellos, hasta el más
grande, eran ángeles del Dios verdadero, quienes tenían marcados
sus nombres en sus propias vestimentas azules, y comenzaron pues a
entrar en este salón a tomar control de todo, el miedo había
desaparecido y se sentía una paz inexplicable, duradera.
De
repente desperté, tenía miedo por lo que había presenciado en el
sueño, pero sentí una real y fuerte presencia del Señor, quien
comenzó a explicarme parte del sueño, diciéndome que la condición
del pecado que hay en nosotros era muy profunda, demasiado arraigada,
que era comparable a una fuerte bacteria que yo tenía en este
momento arraigada en lo profundo de mis entrañas, la cual para
combatirla hay que hacer un complejo y drástico tratamiento
medicinal, entonces por ello, me seguía diciendo el Señor, así
mismo era necesario lo que vivíamos en este momento en nuestras
vidas, pues Él estaba permitiendo que viéramos el pecado con todo
su esplendor y que comprendiéramos que estaba tan arraigado en lo
profundo del nuestro ser, que era necesario ese trato para que
saliera verdaderamente de nosotros y fuésemos realmente libres.
También me mostraba el Señor Jesucristo que el miedo era un
característica muy dominante de nuestras vidas, y en gran manera,
responsable de que no confiáramos plenamente en Él, porque no
creemos que el Señor pueda vencer a cualquier enemigo, y que así
como en el sueño, donde el miedo era sobrecogedor y paralizante y el
enemigo era poderoso en gran manera, así mismo Él podía tomar una
pequeña dosis de la misma medida del enemigo, es decir, una moneda
(de su corrompido imperio financiero y comercial), y con ella
destruir al más poderoso Adversario, y me daba el ejemplo de David,
quien a pesar de la condición de su corazón no tenía miedo, era
valiente y eso le permitió confiar, obedecer y ejecutar la orden que
Él le dio y con la que derrotó a un enemigo en extremo grande y
poderoso. Finalmente me dijo también que compartiera este sueño en
la congregación, con Su cuerpo.
Luego
de todo esto ya no sentía miedo, sentía paz, y aunque todas
aquellas experiencias (lo real del sueño, el miedo, la batalla, el
mensaje, etc.) fueron impactantes para mí, sentía una felicidad y
una paz que me invadían al saber que el Señor Jesucristo realmente
está muy cerca de cada uno, nos ama y está luchando por nosotros.
Es
interesante destacar que en el sueño fue una moneda el medio con lo
que se destruyó al adversario satanás, como si el Señor nos
mostrara que la peor opresión con la que nos mantiene en un estado
de constante de miedo, frustración, cautividad y control es con la
dependencia al sistema financiero y comercial (que le pertenecen a
satanás, como está escrito en Mateo 22:21), es quizás la más
poderosa arma de intimidación y miedo de satanás, pero el Señor
Jesús nos deja ver que si confiamos absolutamente Él y obedecemos
sus órdenes, entonces Él con tan solo una pequeña moneda del
propio sistema comercial de adversario puede vencerlo y
destruirlo para siempre de nuestras vidas, y quizás no solo se esté
refiriendo a cómo será destruido este yugo en nuestras vidas, sino
también a cómo será la muerte final del sistema comercial de
satanás.
El
Señor nos está permitiendo ver el pecado con toda intensidad,
porque necesita que verdaderamente anhelemos esa libertad. El pecado
engendra miedo, y juntos: pecado y miedo, engendran dependencia del mundo, y satanás es el amo de los reinos de este mundo. Este
adversario nos vigilia y nos conoce mucho, es un ser poderoso que no
podemos vencer en nuestras fuerzas, estamos bajo su control porque el
pecado, el miedo y la dependencia comercial a su sistema nos llevan
cautivos a él.
Son
el miedo y la intimidación en gran medida las que nos paralizan para
que no podamos confiar plenamente nuestras vidas al Señor
Jesucristo, estamos cautivos en una lucha de incredulidad que nos
lleva a recurrir a nuestra propia confianza y fuerzas, pero el
Señor está dispuesto a derrotar el pecado, el miedo y la
dependencia del sistema del mundo en todos aquellos que así lo
anhelen de corazón. En esa confianza absoluta en nuestro buen Señor
Jesús veremos las más grandes victorias a los más poderosos
enemigos de nuestras vidas y de la iglesia, en esa confianza y
obediencia total seremos los guerreros valientes y obedientes que Él
necesita para ejecutar sus específicas órdenes: como la de vencer
el pecado sin esfuerzos, sino con tan solo el deseo de verdadera
libertad, o marchar pacíficamente alrededor de Jericó para
destruir la más poderosa fortaleza, o echar abajo a un gigante como
Goliat con una simple piedra, o aplastar la cabeza del adversario y
su sistema opresor con tan solo una moneda. Hay un ejército de
ángeles de Dios comandados por el Señor Jesucristo, que están
peleando por nosotros, no hay de que temer. Que nos sea revelada y
arraigada en el corazón esta poética escritura:
“En el amor no hay temor; mas el perfecto amor (Jesucristo) echa fuera el temor” 1 Juan 4:18.
“En el amor no hay temor; mas el perfecto amor (Jesucristo) echa fuera el temor” 1 Juan 4:18.
María Isabel Franco
NOTA DEL ADMINISTRADOR:
Les ofrecemos este precioso mensaje de nuestros queridos hermanos de MENSAJE DE PAZ, que es una absoluta confirmación de lo que el Señor nos venía hablando y que resumimos en el artículo "La lección del Joven Rico en Clave de Vencedor". Además es una confirmación de la visión de "Las dos Matas" de Finisterre al Borde del Jordán. Recuerden que la INCREDULIDAD O MIEDO era la primera de esas matas, y que su antídoto era la QUIETUD O CONFIANZA. ¿Por qué LA INCREDULIDAD ES MIEDO? Porque el miedo a la subsistencia sin depender del sistema satánico del mundo y el miedo físico al dolor y la muerte (He. 2:15), están realmente incrustados en lo más íntimo de nuestra naturaleza caída. No creemos que Dios realmente vaya a proveernos (depender de los cuervos como Elías) sin que nosotros HAGAMOS ALGO para ayudarle. No creemos que ante una amenaza física de tortura o de muerte seamos capaces de confiar en Él para no negarle. Curiosamente cuando en lugar de tramar nuestro plan y obrar en nuestra carne, confiamos dejándole todo a Dios, es cuando el miedo se va y viene la paz:
MIEDO
^
QUIETUD
v
PAZ
Salmo 46
|
En el día que temo, Yo en ti confío.
Los guió con seguridad, de modo que no tuvieran temor; Y el mar cubrió a sus enemigos.
Solo enviemos la moneda (o piedra) que es Cristo por delante y Él hará...
Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará.
Cuando tengamos miedo de obedecer OREMOS:
"Señor quiero obedecerte y confiar en Ti, pero tengo miedo. Quita mi miedo para que Te pueda obedecer. Amén".
¡Y Él lo hará!
NO HACER SINO DEJARLE A DIOS HACER, HE AHÍ LA CUESTIÓN.
"Señor quiero obedecerte y confiar en Ti, pero tengo miedo. Quita mi miedo para que Te pueda obedecer. Amén".
¡Y Él lo hará!
NO HACER SINO DEJARLE A DIOS HACER, HE AHÍ LA CUESTIÓN.
Amen. Solo aclararía que la manera cómo el Señor está derrotando ese monstruo en cada persona es algo particular, en cada persona es especial y diferente, en Juan fue de una manera, pero en Mateo y en José fue de otra, y así en cada uno será algo especial, único, diferente, eso es lo hermoso del Dios Verdadero al que no podemos moldear o patronar, porque esa es la esencia de su magnífica creación, y como lo dice el sueño: solo necesitamos escuchar la orden particular del Señor Jesús y obedecerla. Gracias.
ResponderEliminarMauricio Sánchez
Si, es cierto, como te dije el sueño es excelente y tiene muchos detalles. En vuestro caso se destaca el asunto financiero.
EliminarSi, cada persona es única y como le afecte en lo personal será diferente según su necesidad, fe o punto débil o fuerte carnal; pero para todos LOS VENCEDORES es necesaria la EXPERIENCIA DE CRUCE DEL JORDÁN. Todos tendrán que vencer la INCREDULIDAD O MIEDO, que en cada cual será a cosas diferentes (salud, finanzas, etc., aquello a que más nos aferramos). En todos en resultado será la RENDICIÓN-QUIETUD y la consecuencia la PAZ. Entonces todos enfrentarán la segunda de las matas, LA QUEJA O MURMURACIÓN, ahora sí, con una GRATITUD Y ALABANZA genuinas, que producirán el GOZO. ¡La UNIÓN DE LAS VOLUNTADES en el reino del AMOR que no hace sino lo que ve hacer al Padre! ¡La COMPAÑÍA VENCEDORA DEL AMÉN, de los que ESTÁN DE ACUERDO con Dios!
En todos los casos se detendrán las aguas de arriba y habrá un antes y un después, porque ahora la nueva creación o nueva criatura es formada en nosotros y, pasada la NOCHE, comienza la AURORA, la alborada, hasta que el DÍA sea perfecto.
Un fuerte abrazo a ambos!!!