Apocalipsis 18:15-17 dice:
15 Los mercaderes de estas cosas, que se enriquecieron con ella, se pararán a distancia por el temor de su tormento, llorando y lamentándose, 16 diciendo: ¡Ay, ay de la gran ciudad, la que estaba vestida de lino y púrpura y escarlata, y adornada con oro y piedras preciosas y perlas, 17 porque en una hora han sido devastadas tantas riquezas!” Y todo capitán de barco, todo pasajero y marinero, y todos los que se ganan la vida junto al mar, se mantuvieron a distancia…
Aunque Babilonia es opresiva, también es un lugar donde la gente puede ganar mucha riqueza. De hecho, la oportunidad de ganar dinero es su principal atractivo. Aquellos afligidos por “el amor al dinero” (1ª Timoteo 6: 10) no se preocupan en gran medida por la falta de moralidad de Babilonia o su comercio de esclavos. Tales cosas son secundarias para la mayoría de la gente. De hecho, a medida que la gente se corrompe, resiste las restricciones morales de Dios, a quien le importan más el carácter personal y la fortaleza de las familias que la riqueza.
Cuando a los judíos se les permitió salir de Babilonia, menos de 50.000 lo hicieron, prefiriendo quedarse en Babilonia donde abundaban las oportunidades económicas. Durante siglos después de la época de Esdras y Zorobabbel, Babilonia siguió siendo el centro religioso del judaísmo. Los más grandes eruditos judíos vivieron en Babilonia. El Talmud de Babilonia, por lo tanto, tenía mayor autoridad que el Talmud de Jerusalén.
En épocas anteriores, Lot escogió la fértil llanura de Sodoma y Gomorra, mientras que Abraham se quedó en la tierra de Canaán. Génesis 13: 11-13 dice:
11 Entonces Lot eligió para sí todo el valle del Jordán; y Lot viajó hacia el este. Así se separaron el uno del otro. 12 Abram se estableció en la tierra de Canaán, mientras que Lot se estableció en las ciudades del valle, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. 13 Los hombres de Sodoma eran muy malvados y pecadores contra el Señor.
La perspectiva de la riqueza atrae incluso a los hombres justos, que piensan que no se verán afectados personalmente por la inmoralidad de sus vecinos. El mismo Lot pudo mantener un estilo de vida justo, pues cuando Dios destruyó Sodoma y Gomorra, 2ª Pedro 2: 7-9 dice,
7 y si rescató al justo Lot, oprimido por la conducta sensual de hombres sin escrúpulos 8 (pues por lo que vio y oyó, aquel justo, mientras vivía entre ellos, sintió que su alma justa era atormentada día tras día con las iniquidades de ellos), 9 entonces sabe el Señor librar de la tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio.
No obstante, Lot todavía dudaba en salir ante la insistencia de los ángeles (Gén. 19: 15-16). Rogó a los ángeles que lo dejaran viajar solo una corta distancia hasta el cercano pueblo de Zoar (Gén. 19: 19-20). Por supuesto, una vez que vio el impacto total de la destrucción, Lot "tuvo miedo de quedarse en Zoar", por lo que cambió de opinión y se fue a una cueva en las montañas (Gén. 19: 30). Así también, en el Día del Señor, “los hombres entrarán en las cuevas de las rocas” (Isaías 2: 19). Parece que esto incluirá tanto a los creyentes como a los incrédulos.
En esta historia, Lot representa a la Iglesia, mientras que Abraham representa a los Vencedores que heredan el Reino. Dios no destruiría Sodoma y Gomorra hasta que Lot hubiera sido evacuado, pero al mismo tiempo, Lot perdió casi todo, toda la riqueza que había acumulado en Sodoma.
Quemando la ciudad
Podemos aprender muchas lecciones de esta historia, porque el derrocamiento de estas ciudades es muy parecido al derrocamiento de Babilonia. Génesis 19: 27-28 dice:
27 Abraham se levantó muy de mañana y fue al sitio donde había estado delante del Señor; 28 y miró hacia Sodoma y Gomorra, y hacia toda la tierra del valle, y miró, y he aquí, el humo de la tierra subía como el humo de un horno.
Compare esto con lo que ven los mercaderes de Babilonia cuando su ciudad es destruida en Apocalipsis 18: 18,
18 y daban voces al ver el humo de su incendio, diciendo: ¿Qué ciudad es como la gran ciudad?
Estos mercaderes y capitanes de barcos se ven obligados a permanecer a distancia (Ap. 18: 15, 17, 19) mientras ven cómo su amada ciudad se quema hasta los cimientos. Lot también vio desde la distancia cuando el valle estaba en llamas. En tiempos más recientes, las torres gemelas del World Trade Center en la ciudad de Nueva York fueron destruidas en 2001 como un tipo de la destrucción de Babilonia. Las dos torres se sugieren en la declaración de Apocalipsis 18: 2: “Caída, caída es Babilonia”.
Apocalipsis 18: 10 y 17 indican que Babilonia cae “en una hora”. El ángel no da un punto de partida para esto, pero las estaciones de noticias a menudo afirmaron que las torres gemelas se derrumbaron “en una hora”. Esto sugiere que la destrucción de las torres gemelas en 2001 fue profética y puede haber fijado el momento para la caída real de Babilonia a mayor escala.
Si un “día” profético es lo mismo que un “tiempo” de 360 años, entonces una hora es 1/12 o 1/24 de eso, dependiendo de si incluimos las horas nocturnas con las diurnas. Por lo tanto, una “hora” profética ha de ser 30 años o 15 años. Si son 15 años tendremos 2001-2016. Si son 30 años tendremos 2001-2031. Estos, entonces, son los tiempos para estar atentos a las señales de la caída de Babilonia.
También podríamos considerar que un día son mil años (Salmo 90:4; 2ª Pedro 3: 8), pero cuando tratamos de dividir mil entre 12 o 24, no resulta un número par. En otras palabras, un día de mil años no se puede dividir uniformemente en horas, por lo que es poco probable que esta sea la forma en que debemos medir una hora profética.
Apocalipsis 18: 19 continúa,
19 Y ellos [los mercaderes] echaron polvo sobre sus cabezas y estaban clamando, llorando y lamentándose, diciendo: ¡Ay, ay, la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el mar se enriquecieron con sus riquezas, porque en una hora ¡ha sido devastada!”
Echarse polvo sobre la cabeza era señal de duelo, como vemos en Josué 7: 6,
6 Entonces Josué rasgó sus vestidos y se postró en tierra sobre su rostro delante del arca del Señor hasta la tarde, él y los ancianos de Israel; y echaron polvo sobre sus cabezas.
Las profecías sobre Babilonia también están relacionadas con las dirigidas a la ciudad de Tiro. Tiro era otra ciudad mercantil que se había enriquecido gracias a sus barcos mercantes. Tiro estaba situada en la costa del mar Mediterráneo, por lo que no sorprende leer sobre la caída de Tiro en Ezequiel 27 en términos de barcos mercantes. Parece extraño que Babilonia, una ciudad del interior, se describa en Apocalipsis 18 como un puerto marítimo. Pero Tiro y Babilonia proféticas ya no son las ciudades antiguas. Son la misma ciudad profética del tiempo del fin.
Por lo tanto, Ezequiel 27 describe la destrucción de Babilonia en Apocalipsis 18. Ezequiel 27: 26-32 ice:
26 ¡Tus remeros te han llevado a muchas aguas! El viento del este te ha quebrantado en el corazón de los mares. 27 Tus riquezas, tus mercancías, tu tráfico comercial, tus marineros y tus pilotos, tus reparadores de costuras, tus comerciantes en mercancías, y todos tus hombres de guerra que están en ti, con toda tu compañía que está en medio de ti, caerán en el corazón de los mares el día de tu derrota. 28 Al sonido del grito de tus pilotos temblarán los pastos. 29 Y descenderán de sus naves todos los que toman remo, los marineros y todos los pilotos del mar; se pararán sobre la Tierra, 30 y harán oír su voz sobre ti y llorarán amargamente. Echarán polvo sobre sus cabezas, se revolcarán en ceniza. 31 También se raparán la cabeza por ti y se ceñirán de cilicio; y llorarán por vosotros con amargura de alma con amargo luto. 32 Además, en su llanto levantarán endechas por ti y se lamentarán sobre ti: "¿Quién como Tiro, como la que está muda en medio del mar?"
La similitud entre la profecía de la destrucción de Tiro y la de Babilonia es evidente. “¿Quién es como Tiro?” dicen en Ezequiel 27: 32. “¿Qué ciudad es como la gran ciudad?” dicen de Babilonia en Apocalipsis 18: 18. Los mercaderes de ambas ciudades “echan polvo sobre sus cabezas” y lamentan sus pérdidas financieras en lugar de arrepentirse por su inmoralidad e idolatría.
Al ver Tiro y Babilonia como la misma Ciudad Ramera opresora del Tiempo del Fin que gobierna el mundo, está claro que su enfoque principal es acumular riqueza y prosperidad al usurpar ilegalmente la Tierra de Dios. El éxito económico no es una medida de moralidad, verdad o rectitud. De hecho, el Sistema de Babilonia tiende a crear una clase rica a expensas de la mayoría. Los ricos se vuelven más ricos, mientras que los pobres se vuelven más pobres. Por lo tanto, los ricos tienden a esclavizar a los pobres.
Las Leyes de Dios con respecto a la tierra, la herencia e incluso la Ley del jubileo están diseñadas para apuntalar a todas las familias con una forma básica de riqueza que no se les pueda quitar a largo plazo. Babilonia (o Tiro) hace caso omiso de estas Leyes, permitiendo que la riqueza de la tierra fluya en la dirección de unos pocos hasta que solo queden los ricos terratenientes y sus esclavos empobrecidos.
Por esta razón, el Ángel de la Liberación de los Cautivos concluye su larga revelación diciéndole a Juan en Apocalipsis 18: 20:
20 Alegraos por ella, oh cielo, y vosotros santos, apóstoles y profetas, porque Dios os ha pronunciado juicio contra ella.
Mientras los mercaderes de Babilonia lloran y se lamentan por su pérdida, a los justos se les dice que “se regocijen por ella”, es decir, que se regocijen por la caída de la ciudad. La razón para regocijarse es que “Dios ha pronunciado juicio por vosotros contra ella”. La Emphatic Diaglott aclara esto: “porque Dios juzgó tu juicio sobre ella”.
En otras palabras, los santos, apóstoles y profetas habían llevado Babilonia a la Corte Divina y su caso fue un éxito. Dios decretó a favor de los Santos del Altísimo, como Dan. 7: 22 dice. Babilonia cae, no solo porque Dios ejecuta el juicio, sino porque ha fallado a favor de los Santos, en su apelación al gran Juez del Cielo y la Tierra.
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