En
la continuidad del discurso de Moisés, después de hablar de la Ley
de Filiación, da otra ley que se refiere a la Filiación desde el
lado negativo. Es una ley que ha presentado controversia entre los
estudiosos desde hace mucho tiempo. Deut.
25:11,12,
11
Si
dos hombres, un hombre y sus compatriota, están luchando juntos, y
se acerca la mujer de uno para librar a su marido de mano
[Heb.,
Yad]
del
que le hiere,
y alargando su mano
[yad]
le
agarra
de sus genitales, 12 entonces le cortarás [qatsats]
su
mano [Heb.
Kaph];
no la perdonarás.
Es
comprensible que este pasaje no sea el texto principal de sermones de
la Iglesia en estos días. Sin embargo, es parte de la Escritura, y
así en un comentario completo sobre el Deuteronomio, se debe arrojar
luz sobre su significado, aunque podría hacer que algunas personas
se sientan incómodas.
Para
entender correctamente, primero debemos entender el texto. Una vez
que sepamos cómo el texto debe leerse, entonces podemos hablar sobre
su significado. Esto postula dos hombres que luchaban, y la esposa de
un hombre ayuda a su marido tomando asimiento de los genitales de su
adversario. La Ley de Dios prohíbe este tipo de ayuda.
El
problema viene con el juicio divino sobre la mujer por su violación
de la Ley. ¿Su mano deberá ser cortada como el texto dice?
En
primer lugar, debemos tener en cuenta que, independientemente de
nuestra interpretación de la sentencia de la Ley, la
declaración, “no
la perdonarás”
es una obligación impuesta al juez, no a la víctima.
Las víctimas siempre tienen el derecho de perdonar un pecado en
contra de ellas. Al juez sólo incumbe dispensar el juicio preciso de
la Ley, que establece los parámetros de los derechos de la víctima.
En
segundo lugar, vamos a relacionar esto con la llamada Ley
del Talión (“ojo
por ojo”) ley que está escrita anteriormente en Deut.
19:21,
que dice,
21
Por
lo tanto no se mostrará piedad: vida por vida, ojo por ojo, diente
por diente, mano
por mano,
pie por pie.
La
mujer que agarra los genitales del adversario de su marido con su
mano podría entonces ser juzgada con el corte de su mano.
¿Es esto realmente lo que dice el texto? La traducción hace que
parezca que sí, pero ¿es realmente un castigo apropiado? Si el uso
indebido de la mano de uno justifica cortársela en un sentido
literal, entonces ¿por qué no hacer lo mismo en otros casos, como
el robo? ¿Por qué es este ejemplo diferente de otros pecados que la
gente comete con sus manos? Después de todo, no hay ninguna
indicación de que la mujer en cuestión cortara la mano a su
adversario. ¿No deberían ser juzgados sus genitales en lugar de sus
manos?
Así
que hay que buscar la mente de Dios para ver lo que pretendía cuando
inspiró a Moisés para pronunciar esta ley para nosotros.
Dos palabras hebreas para “mano”
Para
responder a esto, hay que saber primero qué dos términos diferentes
se utilizan para describir la “mano”de la mujer . El
versículo 11 dice que la mujer extendió su yad
para
agarrar sus genitales. Pero en el juicio en el versículo 12, su kaph
debía
ser “cortada”. Este cambio es curioso. Las dos palabras hebreas
significan “mano”, pero de diferentes maneras.
La
Yad
es
una mano cerrada, o la obra
de una mano que se utiliza para agarrar algo. Es la mano como un
instrumento de control, ya sea un puño cerrado usado para perforar o
hacer algo por la habilidad o poder, o para hacer alguna acción. Old
Testament Word Studies de Wilson define
la palabra como “adecuadamente
la
mano, como extendida; metafóricamente,
el poder, pujanza, la fuerza “. Este
es también el significado de la yod,
que es la décima letra del alfabeto hebreo. El número diez
significa la Ley completa, por lo que Pablo habla de “las
obras
de la ley”
(Rom
9:32).
Es un juego de palabras hebreas yad
y
yod,
en relación con el número diez y la Ley. En otras palabras, no
somos justificados por las obras de nuestras manos,
ni estamos en control de nuestra salvación, como algunos piensan,
pues es don de Dios.
La
kaph,
por el contrario, es una mano abierta, en concreto la palma curva de
una mano (o pie) que se utiliza para cubrir algo. Old
Testament Word Studies de Wilson la
define como “la palma, el hueco o curvatura de la mano”. La
Concordancia de Strong la define como “el hueco de la mano
o
la palma (de la pata
de
un animal, de la planta del pie, e incluso del cuenco
de
un plato o un cabestrillo)”. El
kaph
es
también la undécima letra del alfabeto hebreo que sigue
inmediatamente a la yod.
La palabra kaphar
significa
“cubrir”,
porque apunta a la kaph,
o la palma de una mano que cubre algo.
Por
el uso de estas definiciones, podemos imaginar fácilmente la mano de
la mujer, siendo extendida para agarrar los genitales de su
adversario con el fin de controlar la situación. Como consecuencia
de ello, vemos que el juicio de la ley exige que su mano abierta,
palma, o hueco sea “cortado”.
Pero
la pregunta sigue siendo sin embargo: ¿Por qué no cortar su yad,
que era el instrumento de control en la infracción de la ley? Si el
juicio siempre se ajusta a la delincuencia, parece extraño que la
ley juzgara la kaph.
¿Hay alguna razón para este cambio de terminología en la Ley?
¿Sanción por humillación o mutilación?
Paul
Copan comenta sobre esta ley,
“primeramente me encontré con la perspectiva de Walhs a través del libro de Richard Davidson sobre la sexualidad en el Antiguo Testamento, la llama de Yahweh (Hendrickson): un libro que recomiendo altamente. Sigo tanto a Walsh como a Davidson en la opinión de que este texto no se refiere a la amputación de la mano, sino más bien la depilación. Este era un castigo de humillación que implicaba afeitar el vello púbico de una mujer en el kaph -la zona curva debajo de la cintura”.
Por
lo tanto Copan concluye que no era la obra de la mano (yad)
la que iba a ser cortada, ni siquiera una mano abierta como tal. Kaph
no
es sólo la palma abierta de la mano, sino prácticamente cualquier
cosa que tenga curvatura.
Incluso la Concordancia Strong nos dice (véase más arriba) que
puede referirse a la planta curva del pie de uno. Por lo tanto, el
significado puede incluir cualquier cosa que tenga curvatura, que
se pueda utilizar para cubrir algo.
En
segundo lugar, la interpretación de esta ley también depende de la
forma en que traducimos los verbos qatsats,
“cortado”. Ciertamente,
se puede referir a cortar una parte del cuerpo, pero esto también
incluye el corte de pelo.
Esto lo vemos en tres lugares en el libro de Jeremías. Jeremías
9:26
dice,
26
Egipto,
y a Judá, a Edom y a los hijos de Moab, y a todos los que
los que moran en el desierto que
se
afeitan las sienes [qatsats]
en
sus templos, …
Jeremías
25:23
dice,
23
y
Dedán, a Temá, y a Buz y a todos los que se rapan [qatsats]
las
esquinas de su pelo (sienes)
…
Jeremías
49:32
dice,
32
...
Y voy a esparcir por todos los vientos a los que cortan [qatsats]
las
esquinas de su pelo (sienes)
…
A
la luz de esto, Paul Copan opina que el juicio sobre la mujer en
Deut.
25:12
debe decir, “que
se la afeite la zona genital”.
En otras palabras, era
un castigo por humillación, en lugar de por la mutilación,
algo que está más de acuerdo con la idea de un juicio que coincida
con el crimen.
El cabello es una cubierta
La
importancia de afeitarse en general, como se hace en la purificación
de los leprosos (Lev.
14:8),
o al final de un voto nazareo (Num.
6: 5-9),
era un símbolo de quitarse uno el recubrimiento.
Las razones de esto son variadas, dependiendo de las circunstancias,
pero todas ellos tienen una cosa en común.
El
apóstol Pablo menciona esto a su vez en 1
Cor. 11:15,
“su
pelo se le da a ella por velo (cubierta)”.
Además, el versículo 6 dice, “y
si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se
cubra”.
Pablo
nos dice que el cabello es una cubierta o velo,
el cual, en hebreo, es la palabra kipur,
o kaphar,
“cubrir”. La imagen de la letra hebrea kaph
es
acerca del uso de la palma curva de una mano para “cubrir” o
proteger.
Por
último, podemos señalar el Tabernáculo de Moisés para ilustrar
una vez más. El Tabernáculo debía ser cubierto con pelo de cabra
(pieles). Éxodo
26:7
dice: “Harás
cortinas de pelo de cabras para una cubierta sobre el tabernáculo”.
Lo hicieron en 36:14, “Entonces
hizo asimismo cortinas de pelo de cabras para una cubierta sobre el
tabernáculo”.
El Tabernáculo como una cámara nupcial
El
tabernáculo en sí representaba el cuerpo de una mujer,
porque estaba destinado a representar espiritualmente la
concepción y el nacimiento de los hijos de Dios de ella. Su
vientre es el Lugar santísimo. El Arca de la Alianza, con
las alas de los dos querubines formando un arco sobre la cubierta,
representa las Trompas de Falopio de una mujer. El arca misma
contenía las Dos “Piedras” de la Ley, la Urna de Maná,
que era como “semilla” de cilantro, y la vara de
Aarón, cosas que representan los órganos masculinos con el
fin de revelar el plan espiritual de la Filiación. En
esencia, es el lenguaje íntimo del matrimonio divino.
Por
ejemplo, el velo entre el Lugar Santo y el Lugar Santísimo
representa el himen, que rasgado cuando Jesús murió en la
cruz para que pudiéramos ser engendrados por Dios mediante la fe
en la sangre del Cordero (Pascua).
Los
“lados”
del Tabernáculo
en el texto hebreo literal se llaman “costillas”
en Éxodo
26:7,
mientras que el otro extremo (lado occidental) se llama “muslos”
(Éxodo
26:22).
Con los “muslos” del Tabernáculo situados en el extremo más
alejado del Lugar Santísimo, podemos ver en qué dirección está
esta “mujer”; ella
está colocada con su cabeza en el Atrio Exterior y el útero en el
Lugar Santísimo. Las costillas son los lados del Tabernáculo.
El
punto es que esta
“mujer” también está cubierta por pelo de cabra.
Esta es la parte de la imagen que es relevante para nuestro estudio
actual, pues muestra
que el cabello, independientemente de su ubicación, es su cubierta.
El
pelo en la cabeza es su cubierta en un sentido, pero el bello genital
es también la cubierta en otro sentido.
Al estudiar Deut.
25:11,12,
estas cosas son importantes de conocer, pues de lo contrario
podríamos pensar que Dios tolera el corte de la mano de una mujer
como juicio de este pecado en particular.
La
intención de Dios no era mutilar como juicio, salvo en los casos en
que “mano
por mano”
el juicio no se pueda resolver mediante la negociación de un acuerdo
monetario, y donde la víctima se niega a perdonar.
Tratando de concebir a Cristo de una manera sin Ley (anárquica, inicua)
El
lado espiritual de esta ley es mostrar que la Filiación no se
puede obtener de manera ilegal. Si la esposa de Cristo intenta
defender a su marido (Jesús) de una manera ilegal, incluso si ella
quiere es hacer bien, se convierte en descubierta y descalificada.
Ella se “rasura” en el sentido de que ella es llevado a la
vergüenza, y ella pierde su cobertura espiritual.
Tal
vez el ejemplo más llamativo de una violación de la Ley de este
tipo se ve en las llamadas cruzadas cristianas, donde los
ejércitos “cristianos” marcharon a Tierra Santa a recuperar la
Tierra de los invasores islámicos. Los dos “hombres” (Jesús) y
Dios estaban luchando, y la Iglesia trató de intervenir para ayudar
a su marido a ganar la batalla. No entendiendo la Ley de Dios, la
Iglesia cree que tales métodos carnales estaban ayudando a asegurar
la victoria de Jesucristo, pero en realidad violaban la Ley Divina.
El
resultado fue que la Iglesia se afeitó, y entonces sólo podría
concebir en vergüenza. No podía producir los hijos de Dios de esa
manera.
Si podemos cambiar a una metáfora relacionada que usa Pablo, la
Iglesia sólo podía traer un Ismael, no un Isaac,
Ismael se llama un hijo de la carne (Gal.
4:29).
Ismael era un hombre de violencia carnal y fue representado como un
hombre asno salvaje (Gen.
16:12),
más que como una oveja o cordero.
La
eliminación de la cubierta de la mujer también significa la
eliminación de la presencia de su marido y de su defensa. En
otras palabras, una mujer que es culpable de violar esta ley no puede
ser defendida por su marido. Su cubierta debía ser eliminada con el
fin de prepararla para el juicio. Lo mismo sucede con la Iglesia. Las
cruzadas hicieron que Dios quitara su cubierta con el fin de permitir
a la Iglesia ser juzgada por la Ley.
El censo de David
Este
principio es similar al que encontramos en la Ley
del Censo
(Éxodo
30:12-16).
El medio siclo que cada uno daba en el censo cubría a la nación
hasta que se tomaba el siguiente censo. En la época del rey David,
cuando
el pecado de Israel estaba a punto de traer juicio divino sobre la
nación,
Dios primero hizo que David censara al pueblo (2
Sam. 24:1).
¿Por qué? Porque Dios sabía que David lo haría sin recoger el
medio siclo que protegería a Israel. Dado
que el medio siclo recogido por Moisés en su censo todavía servía
para proteger la nación, Dios tuvo que inspirar a David a hacer otro
censo con el fin de remover la cobertura de Israel antes de juzgarlos
de esta manera.
Así
también vemos que la ley en Deut.
25:12
como parte del juicio de Dios eliminaba la cubierta de la mujer.
Vemos
entonces que esta ley se presenta como una continuación natural de
la ley anterior de la Filiación. Es una ley diferente, pero también
da otra cara de la Ley de Filiación, en lo que se refiere a la
cobertura de Dios sobre Su novia. Muestra cómo la novia puede
perder la cobertura -y con ello, su capacidad de engendrar a los
hijos de Dios, mediante la participación en la violencia para
defender a su marido, Jesucristo.
http://www.gods-kingdom-ministries.net/teachings/books/deuteronomy-the-second-law-speech-7/chapter-11-law-of-covering/ |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Agradecemos cualquier comentario respetuoso y lo agradecemos aún más si no son anónimos. Los comentarios anónimos no serán respondidos.