Isa
51:12
Yo, yo
soy vuestro consolador.
¿Quién
eres tú para que tengas temor
del hombre, que ha de morir, y del hijo de hombre, destinado a
fenecer como heno? 13
Y ya te
has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y echó
los cimientos de la tierra; y todo el día temes continuamente del
furor del opresor, cuando se dispone para destruir.
Pero ¿en dónde está el furor del opresor? 14
El
preso agobiado será libertado pronto; no morirá en la mazmorra, ni
le faltará su pan.
¿Se
siente agobiado bajo la carga de opresión que su prueba pone sobre
usted? ¿Preso, como en una mazmorra ...? No tema, pronto será
libertado, porque el Señor no desecha
para siempre, antes si aflige, también se compadece según la
multitud de sus misericordias, como
vimos anteriormente en Lamentaciones
La
justicia de Dios hará que no muera en esa cárcel y que nunca le
falte el pan necesario; repetimos, el necesario, no los caprichos o
el consumo banal que nos impone el sistema comercial-publicitario babilónico. Tiene que aprender a vivir
con lo más básico antes de poder ser prosperado.
Usted no tiene porque ducharse más de lo necesario; puede comprar
gel de baño de litro del más barato. No necesita lavarse los
dientes más de lo necesario ni cambiar de cepillo cada dos o tres
meses porque la TV se lo recomienda, sino cuando sea necesario; puede
cepillarse con bicarbonato o prepararse su propia pasta de dientes;
es más puede hasta botar la TV si la publicidad le provoca
concupiscencia y necesidades que no lo son. No necesita usar colonias
de marca cuando no se las puede permitir, pero puede comprar una de
esas de litro que venden en el supermercado o vaya a los bazares
chinos. Su cosmética femenina puede reducirse a nivel de máscara de
ojos y labial, o ni siquiera eso; no necesita una crema de día, una
de noche, una de media mañana, una de media tarde, una crema para
después de la crema, ..., use aceite de coco natural y quite todo
eso; ni siquiera necesita teñirse el cabello, puede usar su pelo
cano natural, porque honrosas son las canas; si su cabello es liso no
tiene por qué rizárselo; si es crespo no tiene por qué alisárselo;
ahorrará mucho tiempo y no necesitará usar secador y gastar energía
y tiempo; no necesita ir al peluquero o peluquera, hágaselo usted
mismo-a; si es varón puede pasarse la máquina por la cara y la
cabeza una vez al mes o cada veinte días, al cero o al uno, ¡qué
cosa más ahorrativa y más práctica! si es hembra su marido se lo
puede recortar. No necesita ir al cine, a restaurantes o a cafés;
desayune, coma y cene en su casita, recuerde que por el precio de un
café en la calle puede fácilmente desayunar en la casa, y con
galletas, durante 4 días. No necesita beber Coca-Cola o refrescos
gaseados o jugos no naturales, que para más inri dañan su salud; haga jugos de fruta o beba agua envasada o del grifo si es buena. No
necesita ir a la moda, simplemente rote la ropa de su armario
sistemáticamente y no se deshaga de ella hasta que esté desgastada.
No necesita doce pares e zapatos si con dos o tres lo puede hacer, al fin y al cabo sólo se puede poner un par de por vez. Puede
comprar cosas muy buenas, y de marca, en tiendas de segunda mano o en
rastros, por un 25% de lo que costarían nuevas, ... etc. etc. . No
necesita una casa en propiedad, puede vivir en un apartamento
compartido si no alcanza a pagar uno para ustedes solos. No necesita
carro salvo que su trabajo lo exija. No necesita irse de vacaciones a
la isla paradisíaca de turno, puede quedarse en su casa y salir al
campo o donde le apetezca, sin tener que tomar un avión, barco o
autobús, ... No necesita seguros, puede usar al Señor como su
seguro, ... Por sobre todo, no necesita endeudarse por ninguna causa.
Rompa sus tarjetas de crédito, cancele sus préstamos y ajústese al
presupuesto que el Padre ha elegido para usted en este momento.
¡Pero
no se asuste! Tenemos un Dios bueno que nos prospera según prosperen
nuestras almas; es decir, según nuestra madurez interior Dios podrá
confiarnos la prosperidad exterior, sin que nos seduzca separándonos
de Él. Decíamos que no necesita esas
cosas si no se las puede permitir. No
mire a sus vecinos o a los que viven según lo que la TV babilónica
dice que es normal y que si usted no usa seguramente morirá. ¡Salga
de ese sistema que lo está atando y matando! Dios le va a llevar a
ajustarse a un presupuesto y después a otro presupuesto un poco
mayor, y después ... ¿Lo entiende? Entonces no tema bajar de nivel,
es una gran enseñanza sin la cual usted nunca aprenderá la
lección de la dependencia en Dios, ni lo
conocerá como Yahweh el Shadai, el Dios ubre, Amamantador, Sustentador,
proveedor de todas sus necesidades, grandes y chicas, según lo
necesite, un día a la vez.
No tenga temor del
hombre ni del furor del opresor, no se olvide de Su Hacedor, Él es
su consolador. ¿Quién es usted para tener temor si Su Padre es el
que extendió los cielos y la Tierra? Esto suena como viniendo de un
Padre que se ofende por la poca fe de Sus hijos.
Y
no sólo esto, sino que también nos
gloriamos en las tribulaciones,
sabiendo
que la
tribulación produce paciencia;
y
la
paciencia, prueba;
y
la
prueba, esperanza;
y la esperanza
no avergüenza;
porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el
Espíritu Santo que nos fue dado.
¡Tremenda
victoria! Hoy se sienta en el fondo del pozo de la desesperación y
entierra sus pies en el lodo cenagoso, mientras que ese barro se le
pega a sus zapatos y se sienten pesados al caminar (Salmos
40:2).
Pero pronto será liberado del pecado que le asedia y de todo peso
(Hebreos
12:1).
¿Sabe que acabará
gloriándose en las tribulaciones,
pensando en el tremendo peso de gloria eterna que dejarán en usted?
No está mal cambiar por gloria todo peso que le impide caminar con
soltura, esas cosas que aunque tal vez no sean pecado le restan
velocidad en su caminar, como el exceso de equipaje patrimonial,
componendas o falta de firmeza para soltar a familiares, amigos y aún
a hermanos carnales, etc. Especialmente cambiarlo por ese pecado
particular que le asedia, con el que tanto lucha y no consigue
dominar. Antes a nosotros esto nos parecía imposible; sin embargo
hoy podemos orar al Padre, en medio de las opresiones o
tribulaciones, diciendo: "Padre muéstrame lo que está mal que
debe ser cambiado; expón sacando a la superficie lo que tiene que
ser sanado; Padre, gracias por este aguijón que me tiene humilde y
sujeto a ti; gracias por este cónyuge, estos hijos, gracias o este
hermano, molestos, gracias porque no me debo apresurar demasiado sino
ir al paso de los niños (Génesis
33:14).
Gracias Padre, dame tiempo y yo te obedeceré ..."
¿Por
qué podemos gloriarnos en algo así? Pues porque a medida que vamos
siendo experimentados en quebrantos, nos damos cuenta que el Padre
siempre tuvo razón, y que su duro trato sacó a la superficie
aquello que de otra forma nunca hubiera emergido y sido sanado.
Empezamos a ver los resultados que las anteriores pruebas dejaron
como poso espiritual en nosotros, como la paciencia, la humildad, la
mansedumbre, el fruto del espíritu, el gozo, la paz, la comprensión,
... Cuando comparamos esa rica herencia con la perversidad de
nuestros corazones, que las pruebas han patentizado, tenemos la
comprobación inobjetable del elixir eterno que el alambique del
sufrimiento destiló en nuestros espíritus. ¡Cuantos kilos de dolor
para unos pocos gramos de esencia! ¡Así de duros somos! Solo
Getsemaní (prensa de aceite) puede hacer eso: destilar la unción
del Santo en nuestras vidas; ¡aroma de olivas machacadas! con que
poder ungir y consolar, primeramente a nosotros mismos, y después a
los sufrientes. El amor de Dios derramado en nuestros espíritus y
almas nos devuelve la esperanza de paz y gozo y gloria, ¡aquí en la
tierra de los vivientes y en la eternidad!
Acontecerá
en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y
su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.
En
aquel tiempo el
aceite de la unción pudrirá el yugo de tribulación. ¿Cual tiempo? Si lee los versículos precedentes
20-22, verá que será en el tiempo en que el
Remanente,
los
vencedores,
los que hayan superado la prueba de vencer su vieja naturaleza
adánica y recibido la corona de la vida abundante; nunca más se
apoyarán en personas, o cosas o entidades, que acabaron
demostrándose cañas cascadas, en las que cuando uno de apoya se
quiebran astillándose y clavándosele en la mano (2
Reyes 18:21). Son los que
aprendieron a esperar y descansar en Dios y a apoyarse
sólo en Él.
Los que han vuelto, porque andaban caminando en otra dirección, al
Dios fuerte; a aquel Dios que decretó destrucción de su carne; una
destrucción que después rebosó justicia, pues sus corazones fueron colmados
de ella y ahora se desborda para alcanzar a otros. Ellos han oído el
susurro del Padre en sus oídos: ¡Eres
mi hijo amado, en quien me complazco! ¡Eso colmó, pagó y sobrepujó para
ellos todo el dolor atravesado! ¡Esos son los que tienen el gozo, la
sonrisa del Señor en sus corazones, sabiendo que complacen a Su
Padre!
“En
aquel tiempo”,
es especialmente nuestro kairos
y
nuestra sazón. El
tiempo en que los vencedores del desierto cruzan el Jordán para
acampar en el reposo de Gilgal,
en el shalom
o reposo de Dios, habiendo reposado de SUS obras como Dios de la
Suyas. Ellos serán circuncidados de corazón allí y conformarán el
Remanente de Vencedores que peleará la batalla final, que extenderá
la alfombra roja al que viene con la túnica ensangrentada de José
para reclamar Su derecho de nacimiento o primogenitura (Jos. Cap.
4-5; Heb. Cap. 3 y 4).
¿Continuará
usted guerreando en SUS propias obras y no entrará a la Tierra del
Solaz por causa de desobediencia (incredulidad) o entrará para
hallar
la paz y el gozo que tanto anhela?
Continuará con la última parte de bibliografía recomendada ...
Vea el libro completo aquí: http://josemariaarmesto.blogspot.com.es/2016/08/libro-dios-de-toda-consolacion-una.html
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