Las Cosas que Van a Suceder
El Gobierno y los Gobernados en el Milenio
I – EL GOBIERNO EN EL MILENIO
La Escritura tiene mucho espacio dedicado al sujeto o
tema principal del gobierno de la
teocracia, y es lógico que así sea, pues el gobierno administrado en él por
el Rey es la propia manifestación de autoridad que Dios procura establecer de
nuevo.
A – El gobierno será una teocracia. Es
estrictamente necesario reafirmar el hecho de que el gobierno será una
teocracia a pesar de todo lo dicho ya previamente. Peters, escribiendo sobre
esta forma de gobierno, dice:
… algunos escritores… se atreven a hacer de la
Teocracia una República, sin embargo la Teocracia, en la naturaleza del caso,
no es una república. Aunque no sea una monarquía en el sentido expuesto por
Samuel, esto es, de un pueril origen humano, sin embargo, sí que debe ser
considerado una monarquía en el sentido más alto. No es una República, porque el poder legislativo,
ejecutivo y judicial no se deposita potencialmente en las personas o pueblo,
sino en Dios y Su Rey; y sin embargo abarca en sí misma los elementos tanto de
la Monarquía como de la República; - una Monarquía en la cual la absoluta
Soberanía se deposita en la persona del Gran y Único Rey, hacia el cual todo lo
demás se subordina, pero es República en esto, en que preserva el derecho a
cada individuo del reino, desde el más alto al más chico… En otras
palabras, por una feliz combinación, será una Monarquía bajo una divina
dirección, y por tanto infalible, produciendo las bendiciones que resultarían
de una bien dirigida e ideal forma Republicana de gobierno, la cual nunca
pudo realizarse plenamente, debido a la propia depravación y divergencia
del hombre.
La teocracia tiene que ser vista, no como una
conveniencia, sino como una absoluta necesidad. Esto se muestra
conclusivamente:
La relación que el hombre y esta tierra mantienen
hacia el Dios Altísimo requiere que el honor y la majestad de Dios demanden el
establecimiento de una Teocracia aquí en la tierra, por la cual la raza se
someta bajo un gobierno honorable a Dios y el hombre… (1) Dios había
determinado esta forma de gobierno en la creación; … (2) el hombre por
desobediencia anuló un dominio que Dios a través suyo iría a ejercer sobre la
tierra…; (3) Dios ha decidido restablecer ese dominio en la Persona de Jesús,
el segundo Adán …; (4) Dios – para señalar cual sería la manera de gobierno que
sería incorporado cuando se restableciese, para poner a prueba las presentes
capacidades de los hombres, y para hacer ciertas indispensables provisiones
para el futuro – irguió una Teocracia …; (5) el hombre, a causa de su tendencia
al pecado, era indigno para un tal orden teocrático, y, por tanto, apartado …;
(6) Dios prometió que en un tiempo futuro le restauraría …; (7) esta Teocracia
es la preferencia propia de Dios para una forma de gobierno, y si no la
restaurase, eso haría con que Sus propósitos gubernamentales fuesen un fracaso
…; (8) Dios ha enviado a Su Hijo haciendo provisiones para la Salvación …; (9) esta Salvación en su
cumplimiento pleno y último se halla invariablemente ligada con el todavía
futuro Reino Venidero …; (10) Dios, para asegurar el futuro y permanente
establecimiento de la Teocracia, está preparando un cuerpo de gobernadores para tal, que estén
asociados con “el Cristo” … (11) hasta que esta Teocracia no sea erguida
la raza no se sujetará a Dios …; (12) Por muy gloriosa en su designio que esta
Dispensación pueda ser, todavía tiene dentro una Redención incompleta y que
continuará así hasta que “el Mesías” venga a restaurar la Teocracia …; (13)
cuando esta Teocracia sea restablecida, entonces bajo el gobierno de Cristo y
Sus santos la raza misma se trae de vuelta en sujeción a Dios – una revuelta
provincia es traída de nuevo a su original fidelidad e inocencia …; (14) la
Teocracia es la forma de gobierno más admirablemente adaptada para asegurar
este resultado …; (15) una teocracia siendo en su naturaleza un gobierno
visible, su tal soberanía y redención absoluta debe ser bien visible y estar
puesta delante y a la vista de todos en el mundo, para que – tal derecho
perteneciente a Dios y que se lleva a cabo además en el cielo – sea
públicamente reconocido …; (16) la personal relación de Dios hacia Adán en el
Paraíso, a la Teocracia una vez establecida en el pasado, al hombre en y
a través de Jesús en el Primer Adviento, asegura en una futura, especial y
continuada personal relación en un trono restaurado y reino … como si exhibiese
Su Supremacía de la forma más tangible y satisfactoria posible, y el recobro o
rescate de un pueblo rebelde y raza, así como la manifestación de la voluntad
de Dios siendo ejercida en la tierra como en el cielo, incluye una tal personal
relación en la Persona Suya que es el “el Hijo del hombre…
B – El
Mesías es el Rey en el Milenio. La Escritura declara
abiertamente que el gobierno del Milenio se halla debajo del Mesías, el Señor
Jesucristo (Isa.2:2-4; 9:3-7; 11:1-10; 16:5; 24:21-23; 31:4 a 32:2; 42:1-7, 13;
49:1-7; 51:4-5; 60:12; Dan.2:44; 7:15-28; Abd.17-21; Miq.4:1-8; 5:2-5, 15;
Sof.3:9-10, 18-19; ZAc.9:10-15; 14:16-17). Su autoridad real es universal. Esta
posición es por atribución Divina. El Salmista da la palabra de Jehová, “Pero
yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte” (Salmo 2:6).
Esta concesión del Reino al Hijo del Hombre por el
Padre, se enseña abierta y explícitamente en el pacto. Por tanto, de acuerdo
con él, tenemos el lenguaje de Daniel 7:13, 14; Isa.49; Lucas 22:29 y 1:32,
etc. La Divina Soberanía lo asegura bajo Su mando a Él.
Daniel (7:14) dice que “Le fue (al Hijo del Hombre)
dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas”
etc. Y Lucas (1:32) “el Señor Dios le dará el trono de Su padre David”, etc… el
Salvador Mismo parece referirse a este hecho en la parábola de las Diez minas
(Lucas 19:15), “Aconteció que vuelto él, después de recibir el Reino” etc…
Esta ofrenda del Reino por el Padre al Hijo del
Hombre, muestra… que éste Reino es algo muy diferente y distinto que la general
Divina Soberanía ejercida por Dios. El Reino es un aparte suyo, y la Divina
Soberanía será exhibida a través suyo, siendo constituida en la forma
Teocrática, la cual en su forma inicial había sido separada en su Gobernación
por dos personas (es decir, Dios y David) pero que ahora felizmente se han
juntado congeniando – haciendo con eso que sea eficaz, irresistible, y de
eterna duración – en uno, esto es, “el Cristo.”
El Nuevo Testamento registra firmemente el derecho
establecido de Cristo para asumir el trono Davídico. Girdleston escribe:
1 – La continua genealogía en Mateo 1 y Lucas 3
establece suficientemente, y sobre fundamento independiente, que José
provenía de la línea descendiente de David; y eso hace probable, si no cierto,
que si el trono de David hubiese sido restablecido José habría sido la persona
en cuya cabeza se depositase la corona. Es de acuerdo a esta idea que se le
denomina el Hijo de David tanto en Mateo 1:20 y en Lucas 1:27.
2 – Está igualmente claro por Mateo 1 y Lucas 1 que
José no fue literalmente el padre de Jesús, aunque María fuese literalmente su
madre. José, sin embargo, tomó para sí la parte del padre. El niño nació bajo
la protección de José, y creció bajo su protección… José adoptó a Jesús como su
hijo. Se le denomina en Lucas 3:23 el padre reputado…
3 – No se sabe a ciencia cierta de cuál tribu provenga
María; pero su parentesco con Elisabet no le niega ni le impide que sea Judía,
los casamientos entre las tribus de Judá y Leví pueden ser trazados desde los
tiempos de Aarón. Las palabras en Lucas 1:32, “el Señor le dará a Él el trono
de Su padre David,” nos parece difícilmente consistente con cualquier otro
punto de vista que no sea el de María siendo del linaje de David, y ninguna
dificultad a este respecto parece haberle surgido a su mente…
4 – Los Evangelistas, sin embargo, nunca discuten la
genealogía de María. La consideran suficiente como para establecer el clamor de
José. (Hechos 2:30; 13:22, 23, 33; Heb.7:14; Rom.1:3; Apoc.5:5; 22:16).
5 – Somos así guiados a la conclusión de que la
posición de nuestro Señor como Hijo de David fue establecida, humanamente
hablando, por el acto de José en adoptarle, en vez de ser por el hecho de que María
fuese además, con toda probabilidad, de la descendencia de David.
La Secesión en la línea real no se dio para nada por
nacimiento, sino por atribución divina.
C – David
es regente en el Milenio. Hay un número de referencias que
establecen la regencia de David en el Milenio (Isa.55:3-4; Jer.30:9; 33:15, 17,
20-21; Eze.34:23-24; 37:24-25; Oseas 3:5; Amós 9:11). No hay duda de que el
Señor Jesucristo reinará en el reino teocrático en la tierra por virtud del
hecho que sea nacido en el linaje de David y posea el derecho legal y real al
trono (Mateo 1:1; Lucas 1:32-33). La cuestión envuelta en el pasaje citado es si el Señor Jesucristo
ejercitará el gobierno sobre Palestina directa o indirectamente a través de una
regencia. Hay varias respuestas dadas a esta cuestión, que es importante
desarrollando el gobierno del Milenio.
1 – La primera respuesta es que el término David se
emplea típicamente, y se refiere a Cristo. Ironside presenta este punto de vista
cuando dice:
Yo no
entiendo que esto signifique que David mismo sea erguido y puesto sobre la
tierra como rey… la implicación es que Aquel que era el Hijo de David, el Señor
Jesucristo Mismo es quien sea el Rey, y así el trono de David sea restablecido.
Este punto de vista se basa en el hecho de que (1)
muchas Escrituras proféticas predicen que Cristo se sentará en el trono de
David y cualquier referencia al gobierno se asume aplicado a Cristo, y (2) el
nombre de Cristo se relaciona estrechamente con el de David en la Palabra, por
eso se le denomina el Hijo de David y se dice que se sienta sobre el trono de
David.
Las
objeciones a este punto de vista se levantan (1) por el hecho de que a
Cristo nunca se le denomina David en la Escritura. Se le denomina el
Renuevo justo de David (Jer.23:5), Hijo de David (15 veces), Simiente de David
(Juan 7:42; Rom.1:3; 2ª Tim.2:8), Raíz de David (Apoc.22:16), pero nunca David.
(2) El apelativo “mi
siervo, David” se usa repetidamente para el histórico David. (3) En
Oseas 3:5; Ezequiel 37:21-25; 34:24; Jeremías 30:9 y en Isaías 55:4 Jehová es claramente distinguido
de David. Si en estos pasajes David refiriese Cristo, no se podría hacer
la distinción, ni habría nada más necesario que extraer alguna cuidadosamente
del texto. (4) Hay
declaraciones concernientes a éste príncipe que excluyen la aplicación del
título a Cristo. En Ezequiel 45:22 del príncipe se dice que ofrece una
ofrenda de pecado por sí propio. Mismo que éstos fuesen memoriales sacrificios,
como se ve que eran, Cristo
no podría ofrecer un memorial sacrificio por Su propio pecado, pues Él era sin
pecado. En Ezequiel 46:16 el príncipe tiene hijos y divide una heredad con ellos.
Tal cosa no podría llevarse a cabo por Cristo. Por éstas razones y motivos nos
parece que el príncipe referido como David no podría ser el Cristo.
2 – La segunda respuesta es que David refiere un
literal hijo de David que se sentará en el tronó Davídico. Este punto
de vista reconoce que Cristo no puede hacer todo lo establecido concerniendo
este príncipe y sostiene que sea cumplido por un linaje descendiente de David.
Nos parece, además, por una cuidadosa comparación de
este pasaje con el otro posterior de la profecía de Ezequiel, que un linaje descendiente de la
línea de David (llamado “el príncipe”) ejercitará la regencia en la tierra
sobre la restaurada nación, bajo la autoridad de Aquel cuya capital ciudad sea
la nueva y celestial Jerusalén.
Las referencias en Jeremías 33:15, 17, 20-21 parecen
indicar que se destina un hijo a quien le compita realizar este oficio.
Hay
varias objeciones a este punto de vista.
(1)
ningún judío está capacitado para trazar su linaje familiar después de la
destrucción de Jerusalén. Ottman
escribe:
Cualquiera que pueda ser la tradicional creencia de un
judío hacia su familia y su tribu, ningún hombre puede presentar documento
alguno que pruebe que es de la tribu de Judá y del linaje de David y heredero
por derecho al trono de David. Por tanto, el único hombre vivo que hoy en día pueda
presentar delante la prueba de una inquebrantable genealogía, directamente y
sin obstáculos desde David, es Jesús de Nazaret, nacido Rey de los judíos,
crucificado Rey de los judíos, y vuelto de nuevo Rey de los Judíos.
(2) Decir que algún otro pueda venir después de
Cristo, sería como decir que Cristo no fue, Él propio, la completa realización
de las promesas Davídicas.
(3) La interpretación literal demandaría que David
significase lo que la palabra implica bajo el uso común y normal.
3 - Una tercera interpretación es la
interpretación literal, que sostiene que David significa el histórico
David, que pasa a ser regente por resurrección en la segunda venida de
Cristo. Newel representa este punto de vista cuando dice:
No debemos confundir en
nuestros pensamientos esta situación. Debemos creer las planas palabras de
Dios. David no es el Hijo
de David. Cristo, como Hijo de David, será Rey; y David, Su padre por la carne,
será príncipe, durante el Milenio.
Hay varias consideraciones que soportan esta
interpretación. (1) Es más consistente con el principio literal de
interpretación. (2) Solamente David podría sentarse como regente en el Milenio
sin violar las profecías concernientes al reinado de David. (3) los santos resucitados
van a tener una posición de responsabilidad en el Milenio como una recompensa
(Mat.19:28; Lucas 19:12-27). David puede muy bien ser designado a esta
responsabilidad una vez que fue el hombre conforme al corazón de Dios.
Concluiremos así que en el
gobierno del Milenio David será designado a regentar sobre Palestina y
gobernará sobre aquel territorio como príncipe, ministrando bajo la autoridad
de Jesucristo, el Rey. El príncipe así debe liderar en adoración,
ofreciendo sacrificios memoriales, y dividiendo el territorio que le fue
atribuido entre su fiel simiente sin violar su posición por resurrección.
D – Nobles
y gobernadores reinarán sometidos a David. En la edad del
Milenio Jesucristo será el “Rey de reyes, y Señor de señores” (Apoc.19:16).
Como tal es soberano sobre un número de subordinados gobernadores. Bajo subordinación a David el
territorio de Palestina será gobernado a través de estos individuos.
De ella saldrá su príncipe,
y de en medio de ella saldrá su señoreador… (Jer.30:21).
He aquí que para justicia
reinará un rey, y príncipes presidirán en juicio (Isa.32:1).
... y nunca más mis
príncipes oprimirán a mi pueblo; y darán la tierra a la casa de Israel conforme
a sus tribus. Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Basta ya, oh príncipes de Israel!
Dejad la violencia y la rapiña. Haced juicio y justicia; quitad vuestras
imposiciones de sobre mi pueblo, dice Jehová el Señor (Ezeq.45:8-9).
En el Nuevo Testamento se revela que la autoridad sobre las doce tribus de Israel será depositada en las
manos de los doce discípulos.
...en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el
trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre
doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel (Mateo 19:28).
Esto indicaría que bajo sometimiento a David habrá muchos gobernadores
subordinados, los cuales vengan a ejercitar el poder teocrático y administren
el gobierno del Milenio.
E – Muchas autoridades
menores reinarán. Habrá además una más baja subdivisión de
autoridad en la administración del gobierno. La parábola en Lucas 19:12-28
indica que la autoridad será asignada a individuos sobre diez ciudades y cinco ciudades
en el reino. Ellos serán evidentemente responsables a la cabeza de la tribu,
quien, a su vez será responsable ante David, que es responsable al Rey Mismo.
Tales posiciones de autoridad son asignadas a modo de recompensa por la
fidelidad. El Antiguo Testamento ya anticipaba eso mismo:
He aquí que Jehová el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí
que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro (Isa.40:10).
Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduviereis por mis caminos, y si guardares
mis ordenanzas, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y
entre estos que aquí están te daré lugar (Zac.3:7).
F – Se levantarán de nuevo
Jueces en el Milenio. Al igual que hubo Jueces divinamente
asignados y fueron representantes a través de quien el reino teocrático estaba
siendo administrado, también aquellos que gobiernen en el Milenio tendrán el
mismo carácter como jueces, para que pueda evidenciarse que su autoridad es una
demostración del poder teocrático.
…también tú gobernarás (juzgarás) mi casa… (Zac.3:7).
Restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran antes…
(Isa.1:26).
G – La naturaleza del reino. Un
número de características de este reinado se mencionan en la Escritura.
(1) Será un reinado universal. La subdividida autoridad de Cristo a través de David
hacia los doce y pasando después a los gobernadores de las ciudades, como
describimos antes, se relaciona con
Palestina. Una vez que
Cristo venga a ser “Rey de reyes y Señor de señores” esta misma subdividida autoridad abarcará además
todas las demás partes de la tierra. No habrá lugar alguno de la tierra
que no se encuentre sometido bajo la autoridad del Rey (Dan.2:35; 7:14, 27;
Miq.4:1-2; Zac.9:10).
Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le
sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que
no será destruido.
Y que el reino, y el
dominio, y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al
pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno, y todos los dominios le servirán y
obedecerán. (Dan.7:14, 27).
(2) El reino además
será uno de inflexible justicia y juicio (Isa.11:3-5;
25:2-5; 29:17-21; 30:29-32; 42:13; 49:25-26; 66:14; Dan.2:44; Miq.5:5-6, 10-15;
Zac.9:3-8).
Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la
vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; sino que juzgará con
justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra con la
vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. Y será la
justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura (Isa.11:3-5).
(3) El reinado será uno ejercido en la plenitud del
Espíritu.
Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de
temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová
(Isa.11:2-3).
(4) El gobierno será un gobierno unificado. Nunca
más serán divididos Israel y Judá, ni tampoco las naciones se dividirán la una
contra la otra. El añorado
“gobierno mundial” por los hombres como la respuesta para el conflicto
internacional será realizado (Ezeq.37:13-28).
Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe
(Oseas 1:11).
(5) El gobierno tendrá un trato sumario con cualquier
manifiesto pecado (Salmo 2:9; 72:1-4; Isa.29:20-21; 65:20;
66:24; Zac.14:16-21; Jer.31:29-30). “Y herirá la tierra con la vara de Su boca,
y con el espíritu de Sus labios matará al impío” (Isa.11:4). Cualquier caso que se levante y
se vuelva contra la autoridad del Rey será punido con la muerte física.
Nos parece que suficiente capacitación se les da a los santos a través de la
plenitud del Espíritu, la universalidad del conocimiento del Señor, la
expulsión de Satanás, y la manifestación de la presencia del Rey como para retraer
en ellos cualquier tipo de acto pecaminoso.
(6) Será por fin un
reino eterno (Dan.7:14, 27).
II – LOS SÚBDITOS EN EL MILENIO
El reino teocrático
terrenal, instituido por el Señor Jesucristo en Su segunda venida, incluirá todos los salvos de Israel y los
salvos de los Gentiles, que estén vivos al tiempo de Su retorno (NOTA: ambos salvos por el
evangelio eterno predicado por los ángeles, ya finalizado el periodo de la
gracia, durante la Gran tribulación. Éstos salvos no forman parte de la
iglesia, sino del pueblo terrenal en el Milenio. Elos sON “las arenas del MAR”,
no pueden ser como los salvos por gracia, quienes son las estrellas del CIELO.
Unos, los israelitas, serán los sacerdotes terrenales y los otros, los gentiles
de las naciones cordero, los súbditos). La Escritura da a entender
con toda claridad que todos los
pecadores serán apartados antes de la institución del Reino (Isa.1:19-31; 65:11; 66:15-18; Jer.25:27-33;
30:23-24; Ezeq.11:21; 20:33-44; Miq.5:9-15; Zac.13:9; Mal.3:2-6; 3:18; 4:3). En
el registro del juicio de las naciones (Mat.25:35) se revela que solamente los
salvos entran en el reino. En la parábola del trigo y la cizaña (Mat.13:49-50)
y en la parábola de los peces buenos y malos (Mat.13:49-50) se muestra que solo
los salvos son introducidos en el reino. Daniel también es muy claro diciendo
que el reino se otorga a los santos:
Después recibirán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino
hasta el siglo, eternamente y para siempre.
…y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los
santos recibieron el reino.
Y que el reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el
cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino
eterno, y todos los dominios le servirán y obedecerán (Dan.7:18, 22, 27).
(Personalmente estos salvos creo que son los vencedores,
la esposa, que gobernará con Cristo y que tendrán acceso tanto a la parte espiritual
del reino, como a la terrenal; en la primera como sacerdotes ministradores del
Padre y en la segunda como reyes gobernadores).
A – Israel en el Milenio.
1 – La restauración de Israel. Una gran parte de la
profecía del Antiguo Testamento concierne con la restauración de la nación al territorio una vez que los pactos
no podrían venir a cumplirse aparte de esta reunificación. Que este restauro
está asociado con la segunda venida se comprueba por las palabras del Señor:
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces
lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo
sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con
gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde
un extremo del cielo hasta el otro (Mateo 24:30-31).
Esta reunificación es un sujeto principal del mensaje profético tal como
los siguientes pasajes muestran.
…y serán reunidos uno por uno (Isa.27:12).
…traeré tu simiente del oriente, y del oeste te recogeré; diré al norte, Da
acá; y al sur, No detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los
confines de la tierra; todos los llamados de mi nombre (Isa.43:5-7).
Y después que los haya arrancado, volveré y tendré misericordia de ellos, y
los haré volver cada uno a su heredad y cada cual a su tierra. (Jer.12:15)
…y los introduciré de nuevo en este territorio (Jer.24:6).
Y sabréis que yo soy Jehová, cuando os haya traído a la tierra de Israel,
la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a vuestros padres
(Ezeq.20:42).
Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos entre los cuales está
esparcida, entonces me santificaré en ellos ante los ojos de las naciones, y
habitarán en su tierra, la cual di a mi siervo Jacob, y habitarán en ella
seguros… (Ezeq.28:25-26).
Yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; aun te haré morar en
tiendas, como en los días de la fiesta (Oseas 12:9).
Porque he aquí, en aquellos días, y en aquel tiempo, cuando traiga de nuevo
la cautividad de Judá y Jerusalén (Joel 3:1).
Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades
asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán
huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre su tierra, y
nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios
tuyo (Amós 9:14-15).
En aquel día, dice Jehová, juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada,
y a la que afligí (Miq.4:6).
En aquel tiempo yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os pondré
para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la tierra, cuando
levante vuestro cautiverio delante de vuestros ojos, Jehová (Sof.3:20).
Porque yo los traeré de la tierra de Egipto, y los recogeré de Asiria; y
los traeré a la tierra de Galaad y del Líbano, y no les bastará (Zac.3:20).
Así, por tanto, esta esperanza, que es un tema dominante a través de la
Escritura profética, se realizará plenamente al tiempo de la segunda venida de
Cristo.
2 – La regeneración de Israel. La nación de Israel tiene
que experimentar una conversión, la cual los preparará y capacitará para
encontrase con el Mesías y para estar en su reino del Milenio. Pablo establece el hecho de que
esta conversión se efectúa al tiempo de la segunda venida, porque
escribe:
Y luego todo Israel será salvo: como está escrito, Saldrá de Sion el
Libertador, que apartará la impiedad de Jacob. Y éste será mi pacto con ellos,
cuando yo quite sus pecados (Rom.11:26-27)
Una vez más encontramos que este es un asunto de gran importancia de los
escritos proféticos. Unas pocas referencias serán suficientes:
Sion será redimida con juicio, y sus convertidos con justicia (Isa.1:27).
Y acontecerá que el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén
será llamado santo; cuando el Señor lave las inmundicias de las hijas de Sion,
y limpie la sangre de Jerusalén de en medio de ella (Isa.4:3-4).
En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y éste será su
nombre con el cual le llamarán: JEHOVÁ, JUSTICIA NUESTRA (Jer.23:6).
Y les daré corazón para que conozcan que yo soy Jehová; y me serán por
pueblo, y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de todo su
corazón (Jer.24:7).
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos
días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo
seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno a
su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me
conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová;
porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado
(Jer.31:33-34).
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y
quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de
carne (Ezeq.11:19).
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y
pondré dentro de vosotros mi Espíritu (Ezeq.36:25-26).
Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el
monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el
remanente al cual él habrá llamado (Joel 2:32).
¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad y olvida el pecado del remanente
de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en
misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras
iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados
(Miq.7:18-19).
Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre, el cual confiará en el
nombre de Jehová. El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni
en boca de ellos se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y
dormirán, y no habrá quien los atemorice (Sof.3:12-13).
En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los
habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.
(Zac.13:1).
Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la
plata, y los probaré como se prueba el oro. Él invocará mi nombre, y yo le
oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: Jehová es mi Dios (Zac.13:9).
Una vez que ninguna persona que no sea salva (según el evangelio eterno) será introducida en el Milenio, Israel anticipa una
conversión que los prepara para este reino prometido. La segunda venida
testificará esta conversión de la nación, es decir, todo el verdadero Israel,
para que los pactos que se le ofrecieron puedan realizarse plenamente durante
el periodo del reinado del Mesías.
3 – Israel en cuanto a su posición de súbditos del Mesías en el
Milenio. Israel vendrá a ser súbdita del reinado del Rey (Isa.9:6-7;
33;17, 22; 44:6; Jer.23:5; Miq.2:13; 4:7; Dan.4:3; 7:14, 22, 27). Para poder
ser súbdita (1) Israel vendrá a ser convertida y restaurada en el territorio,
como ya hemos visto antes. (2) Israel va a ser reunida como nación (Jer.3:18;
33:14; Ezeq.20:40; 37:15-22; 39:25; Oseas 1:11). (3) La nación será nuevamente
relacionada a Jehová por matrimonio (Isa.54:1-17; 62:2-5; Oseas 2:14-23). (4)
Será exaltada por encima de los Gentiles (Isa.14:1-2; 49:22-23; 60:14-17; 61:6,
7). (5) Israel será hecha justicia (Isa.1:25; 2:4; 44:22-24; 45:17-25; 48:17;
55:7; 57:18-19; 63:16; Jer.31:11; 33:8; 50:20, 34; Ezeq.36:25-26; Oseas 14:4;
Joel 3:21; Miq.7:18-19; Zac.13:9; Mal.3:2-3). (6) La nación llegará a ser
testigo de Dios durante el Milenio (Isa.44:8, 21; 61:6; 66:21; Jer.16:19-21;
Miq.5:7; Sof.3:20; Zac.4:1-7; 4:11-14; 8:23). (7) Israel será enaltecida en
hermosura para llevarle gloria a Jehová (Isa.62:3; Jer.32:41; Oseas 14:5-6;
Sof.3:16-17; Zac.9:16-17).
B – Los Gentiles en el Milenio
Los aspectos universales del
pacto de Abraham, que prometieron la bendición universal, serán realizados en
aquel periodo. Los Gentiles pasarán a
tener una relación de comunión con el Rey. (1) El hecho de que los Gentiles
participarían también en el Milenio se promete en las Escrituras proféticas
(Isa.2:4; 11:12; 16:1-5; 18:1-7; 19:16-25; 23:18; 42:1; 45:14; 49:6; 49:39;
Ezeq.38:23; Amos 9:12; Miq.7:16-17; Sof.2:11; 3:9; Zac.8:20-22; 9:10; 10:11-12;
14:16-19). Tal admisión es esencial para que el dominio del Mesías sea un
dominio universal. (2) Los
Gentiles serán siervos de Israel durante todo el periodo (Isa.14:1-2;
49:22-23; 60:14; 61:5; Zac.8:22-23). Las naciones que usurparon la autoridad
sobre Israel en las edades anteriores se encontrarán al pueblo humillado
exaltado y ellos mismos siendo súbditos en su reino. (3) Los Gentiles que estén
en el Milenio experimentarán una conversión antes de su admisión (Isa.16:5;
18:7; 19:19-21; Amos 9:12; Abd.17-21). (4) Estarán sujetos al Mesías (Isa.42:1;
49:6; 60:3-5; Abd.21; Zac.8:22-23). Estos Gentiles son aquellos a los cuales se les tiende la invitación:
“Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la
fundación del mundo” (Mat.25:34).
III – JERUSALÉN Y PALESTINA EN EL MILENIO
Debido a que los pactos hechos con Israel les garantiza la posesión del
territorio, lo cual se realiza plenamente en el periodo del Milenio, Palestina
y Jerusalén figuran ampliamente en las Escrituras proféticas.
A – Jerusalén en el Milenio. En el estudio de las
profecías aparecen resaltados con toda claridad algunos hechos concernientes al
lugar de Jerusalén en aquel periodo. (1) Jerusalén vendrá a ser el centro de la tierra en el
Milenio (Isa.2:2-4; Jer.31:6; Miq.4:1; Zac.2:10-11). Una vez que el mundo entero se
halla bajo el dominio del Rey de Israel, el centro de Palestina pasa a ser el
centro de toda la tierra. (2) Jerusalén será el centro del gobierno del mundo (Jer.3:17;
30:16-17; 31:6, 23; Ezeq.43:5-6; Joel 3:17; Miq.4:7; Zac.8:2-3). La ciudad que
había sido el centro de gobierno de David vendrá a ser el centro de gobierno
del gran Hijo de David. (3) La ciudad vendrá a ser una ciudad gloriosa, dándole
honor a Jehová (Isa.52:1-12; 60:14-21; 61:3; 62:1-12; 66:10-14; Jer.30:18;
33:16; Joel 3:17; Zac.2:1-13). El Rey estará tan próximamente ligado a Jerusalén
que la ciudad compartirá de Su gloria. (4) La ciudad será protegida por el
poder del Rey (Isa.14:32; 25:4; 26:1-4; 33:20-24) para que nunca más tenga
temor por su seguridad. (5) la
ciudad será grandemente ampliada sobre sus medidas iniciales (Jer.31:38-40;
Ezeq.48:30-35; Zac.14:10). (6) Será accesible para todos en aquel día
(Isa.35:8-9) para que todos los que procuren al Rey encuentren audiencia en el
interior de sus muros. (7) Jerusalén
llegará a ser el centro de la adoración de la edad (Jer.30:16-21; 31:6,
23; Joel 3:17; Zac.8:8, 20-23). (8) La ciudad permanecerá eternamente (Isa.9:7; 33:20-21; 60:15;
Joel 3:19-21; Zac.8:4).
B – Palestina en el Milenio. Un número de hechos
esenciales concernientes al territorio mismo se presentan en las profecías. (1)
Palestina pasa a ser la
heredad particular de Israel (Ezeq.36:8, 12; 47:22-23; Zac.8:12). Esto
es esencial para que se cumplan los pactos de Israel. (2) El territorio será ampliamente
ensanchado en comparación con sus medidas iniciales (Isa.26:15; 33:17;
Abd.17-21; Miq.7:14). Por
primera vez Israel poseerá todo el territorio prometido a Abraham
(Gén.15:18-21). (3) La
topografía del territorio será alterada (Isa.33:10-11; Ezeq.47:1-12;
Joel 3:18; Zac.4:7; 14:4, 8, 10). En vez del terreno montañoso que caracteriza a Palestina hoy en día,
existirá un gran y fértil valle al tiempo de la segunda venida del Mesías
(Zac.14:4) para que Palestina verdaderamente se halle “situada en lugar
hermoso” (Sal.48:2). Este
cambio de topografía permitirá que el rio fluya de la ciudad de Jerusalén y se
divida hasta los mares para regar el territorio (Ezeq.47:1-12). (4) Habrá una renovada fertilidad y
productividad en el territorio (Isa.29:17; 32:15; 35:1-7; 51:3; 55:13;
62:8-9; Jer.31:27-28; Ezeq.34:27; 36:29-35; Joel 3:18; Amós 9:13). Entonces el
labrador será prosperado en las cosechas debido a la productividad del
territorio. (5) Habrá una
abundancia de lluvias desde el cielo con esa finalidad (Isa.30:23-25;
35:6-7; 41:17-18; 49:10; Ezeq.34:26; Zac.10:1; Joel 2:23.24). A través del
Antiguo Testamento la lluvia fue una señal de la bendición y aprobación de Dios
y la ausencia de lluvia sobre la tierra una señal de descontentamiento y juicio
Suyo. La abundancia de lluvia sobre la tierra servirá de señal de la bendición
de Dios en aquel día. (6) El
territorio será reedificado después de haber sido desbastado durante el periodo
de la tribulación (Isa.32:16-18; 49:19; 61:4-5; Ezeq.36:33-38; 39:9;
Amós 9:14-15). Las ruinas de la destrucción serán removidas para que la tierra
sea limpia de nuevo. (7) Palestina
será redistribuida entre las doce tribus de Israel. En Ezequiel 48:1-29 se
describe esta distribución. En ese capítulo el territorio se ve dividido
en tres partes. En la parte norte del territorio se sitúan las tribus de Dan,
Aser, Neftalí, Manasés, Efraín, Rubén y Judá (Ezeq.48:1-7). El territorio
aparece dividido por una línea trazada desde el oriente al occidente a través
de las alargadas dimensiones de Palestina. De igual manera en la parte sur del
territorio se ubican Benjamín, Simeón, Isacar, Zabulón y Gad (Ezeq.48:23-27). Entre la división del norte y
del sur se halla un área denominada la “porción santa” (Ezeq.48:8-20),
que es la porción del territorio que es puesta aparte para el Señor, es decir, la porción del territorio
reservada para el Señor. Esta porción tendrá un área de veinticinco mil cañas
de anchura y de longitud (Ezeq.48:8, 20), a ser dividida en un área de
25.000 por 10.000 cañas para los Levitas (Ezeq.45:5; 48:13-14), y otra porción
igual para el templo y los sacerdotes (Ezeq.45:4; 48:10-12), y una de 25.000
por 5.000 cañas para la ciudad (Ezeq.45:6; 48:15-19). Unger escribe al
respecto:
¿Pero cuánto mide una caña? Esta medida se da como siendo “seis cubos” “de
a codo y palmo menor” (40:5). “El codo de a codo y palmo menor” (40:13). Así
que realmente el problema se da en saber cuán larga es el codo especificado por
Ezequiel.
Excavaciones arqueológicas han establecido el hecho de que hubo tres
medidas de codo que fueron empleadas en la antigua Babilonia… la más pequeña de
10.8 pulgadas (cada pulgada 25,4 mm) o tres palmos (menor) fue empleada en
trabajos de oro. La segunda de cuatro palmos o 14,4 pulgadas se aplicaba en los
edificios térreos. El más corto de los tres codos (menor) o palmos (un palmo es
3.6 pulgadas), equivalente a 10.8 pulgadas es la unidad básica fundamental… Una vez que el profeta es tan
meticuloso resaltando que la unidad de medida en su visión es un “palmo menor”
(40:5; 43:13), él, sin duda, quiere decir el más corto palmo de los tres como
la medida básica, más uno menor lo cual equivale al palmo medio de 14.4
pulgadas. Sobre este cálculo la caña quedaría establecida en 7.2 pies. La
“porción santa” sería un espacio cuadrado, de treinta y cuatro millas
cada lado, conteniendo cerca de 1160 millas cuadradas. Esta área sería
el centro de todos los intereses del gobierno divino y la adoración que se
establezca en la tierra del Milenio.
Si fuésemos entonces a emplear el palmo más amplio habría que ampliar la
“porción santa” en cerca de quince millas cada lado. Esto solo sería posible en
vista de la ampliación de área incluida en el interior de la frontera de
Palestina en el Milenio.
Fuente: Thinks To Come de J. Dwight Pentecost a través de Juan Luis Molina.
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