(Nota: nosotros creemos que los Vencedores si serán arrebatados antes del comienzo de la Gran Tribulación, pero después de haber ejercido su ministerio como tercer Elías Corportativo durante los tres años y medio precedentes, completando llos tres años y medio del ministerio del Señor en su primera venida. Ellos habrán sonado las trompetas de arrepentimiento provocando el Último Avivamiento que barrería la tierra; después de haber peleado la batalla con honores. Ellos no huyen, van a una Boda).
EL JUBILEO
CAPÍTULO 1: EL AÑO DEL JUBILEO, BILL BRITTON
CAPÍTULO 2: LA LEY DEL JUBILEO, DR. STEPHEN E JONES
Capítulo 1
EL AÑO DEL JUBILEO
Bill Britton
Cuando Pablo en 1ª Corintios 15: 52 hablaba de la final trompeta no se estaba refiriendo a la última o séptima trompeta del Apocalipsis de Juan, pues no estaba aún escrito; él se refería a la trompeta del Último Jubileo…
Las trompetas sonaron, los esclavos se despidieron diciendo a sus amos: ¡Adiós!; las puertas de las prisiones se abrieron y los prisioneros salieron cantando y gritando de alegría al dejar las prisiones. ¿Qué estaba pasando? Era el Día de la Expiación en el año del Jubileo. Los ancianos habían esperado 50 años para que esto pasara, y los jóvenes nunca habían visto antes, un día como éste.
La Ley del Jubileo aparece en Levítico 25: 8-10…
8 Contarás también siete semanas de años para ti, siete veces siete años, para que tengas el tiempo de siete semanas de años, es decir, cuarenta y nueve años. 9 Entonces tocarás fuertemente el cuerno de carnero el décimo día del séptimo mes; En el día de la expiación tocaréis el cuerno por toda la tierra. 10 Así consagraréis el quincuagésimo año y proclamaréis libertad por toda la tierra para sus habitantes. Será de Jubileo para vosotros, y cada uno de vosotros volverá a su posesión, y cada uno de vosotros volverá a su familia.
Lo restante del capítulo procede en detalle con la Ley del Jubileo, pero para resumir, les diré que cada 50 años, un gran cambio tenía lugar en Israel. Todo tenía que ser restaurado, exactamente a como ocurrió cuando las tribus, originalmente heredaron la tierra. Si un individuo llegase a ser pobre y vendiera su tierra y se convirtiera en un sirviente o criado de otros, esa condición continuaría, justamente hasta el año de Jubileo. En ese año todos los esclavos tenían que recibir su libertad y todos habían de volver a poseer su herencia original.
Liberación de la esclavitud
Espero que ustedes puedan tener claro concepto de lo que esto significa para la raza humana. Hubo una muy buena razón práctica para que esta haya sido dada por Dios para preservar la tierra para el legítimo pueblo de Israel. Sin ella, existía la posibilidad de que, eventualmente, una tribu perdiera toda su tierra heredada y consecuentemente su propia identidad. Esta situación, finalmente, significaría el deterioro y la destrucción de las doce tribus. * Pero además, hay otra razón muy importante para la existencia de esta Ley, esto es un objetivo puramente espiritual, que contiene un mensaje de esperanza para la humanidad, de que Dios ha establecido un día en el cual toda esclavitud ha de terminar y todo lo que Dios hubo dado a la humanidad en el principio tendrá que ser restaurado o restituido.
Daré a ustedes una explicación acerca de lo que significa esta ley para Israel. En 2º Reyes capítulo 4, se relata el caso de una viuda que tiene que enfrentarse a una considerable deuda que le dejó su esposo al morir, y los acreedores vienen para llevarse a sus dos hijos como esclavos, para que así se pagara así la deuda. Esta vez, el profeta Eliseo realizó un milagro para facilitar a la viuda el pago de lo adeudado. Pero, en muchos casos como éste no hubo alguien como Eliseo para hacer en un milagro semejante, y los hijos fueron sacados de sus hogares y quitados a sus madres, para ser llevados a trabajar al servicio de extraños, como simples esclavos u obreros; pero solamente hasta el año de Jubileo. Permítanme ilustrar esta situación con un ejemplo…
El pequeño José había sido quitado a su madre y sus hermanos, cuando apenas tenía doce años. Su amo a quien servía como esclavo, era un despiadado capataz y lo hacía trabajar largas horas. La casa y la tierra de José estaban ahora en manos extrañas y su madre y sus hermanas se habían tenido que ir a vivir con algunos parientes. Él extrañaba a su familia, y con frecuencia pensaba en su niñez libre de preocupaciones y de temores, cuando los niños jugaban juntos y con tanta alegría. Ahora no tenía tiempo para divertirse. Existía una enorme deuda que pagar. Había trabajado antes 6 años, y había hecho muy poco para pagar la deuda. “¡Qué miserable forma de vivir!”, pensaba a menudo, pero mientras tuviera vida, habría esperanza.
Cierto día, luego de cumplir dieciocho años, estaba él cortando maleza en el campo cuando oyó un gran griterío y ruido. Había gente corriendo, gritando y riendo. Oyó, el fuerte sonido de la trompeta en la distancia. Finalmente, consiguió detener a alguien que corría con toda la gente, y preguntó qué estaba pasando. "¿Qué, acaso hijo no has oído? Este es el año de Jubileo; justamente empieza hoy. ¿No has oído el sonido de la trompeta? Oh, ya veo; creo que eres demasiado joven de modo que nunca antes has visto un Jubileo. Este es el tiempo en que todas las deudas quedan pagadas, y todos los esclavos quedan libres, y todas las casas son devueltas a sus legítimos dueños. Deja a un lado tus herramientas de trabajo, hijo, ya eres libre ahora mismo, tan pronto oigas sonar la trompeta del Jubileo. Vete a tu casa a reunirte con tu familia, siéntate a descansar bajo la sombra de tu propio árbol de higos. Lo que legítimamente te ha pertenecido es realmente tuyo ahora".
Puede uno imaginarse la alegría y felicidad con que él arrojó lejos de sí las herramientas y todo lo que significaba la esclavitud, dijo adiós a su patrón y se dirigió apresuradamente a su hogar y a buscar a su familia. Él en realidad no había hecho nada para obtener todo esto. Nunca pudo pagar la deuda, nunca obtuvo por sí mismo la libertad. Fue justamente el poder supremo de Dios lo que lo hizo libre. Todo lo que tuvo que hacer es creer en lo que estaba sucediendo y correr a su casa.
Retorno a sus posesiones
José regresó al campo de su Padre y les dijo a los extraños que allí habían llegado a vivir, que desalojaran el lugar. Él volvió a vivir de nuevo en su propia casa y a disfrutar de los frutos de su propia tierra. No más trabajar como un asalariado en adelante. Se dedicó a trabajar para sí mismo, en su propia herencia.
En el principio Dios puso al hombre sobre todo lo creado por su mano. Era el hombre el supremo gobernante de la Tierra, el dueño de toda la Tierra. Todos los animales debían de obedecerle y estar sujetos a Él. La tierra produciría en abundancia para él. Cuando llegó el pecado, todo cambió, y el hombre vino a ser esclavo, obteniendo lo necesario para vivir, con el sudor de su frente, y a hundirse en la esclavitud del pecado y de Satanás, y ciertamente, es de creer que Satanás es un rudo y cruel capataz. El hombre perdió su relación con Dios, y la vida se tornó, en ciertos casos, casi insoportable.
Pero Dios hizo una promesa de restauración; de victoria sobre Satanás. "Esta (descendencia) té herirá a en la cabeza" dijo Dios a la serpiente. Y en Romanos 16: 20, Pablo se refiere a la promesa: "y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies". Los hombres, con seguridad, volverán a tener sus posesiones, todo lo que se perdió en la caída por el pecado ha de ser restaurado. Y en Hechos 3: 21 se afirma que Jesús permanecerá en el Cielo hasta que llegue el tiempo de la restauración. No ocurrirá una Segunda Venida de Cristo, hasta el tiempo de la restauración. ¡Gloria a Dios! ¡Alabado sea Él!
La apertura de la prisión
Jesús dijo (Isaías 61: 1; Lucas 4: 1, 8) que el Padre lo envió para abrir las puertas de la prisión y dejar libres a los cautivos. Él se estaba refiriendo, desde luego, al Año del Jubileo, porque Cristo ES el Jubileo. En Él está la libertad, y la vida, y la restauración. Salmo 102: 19-20,
19 Pues Él miró desde su excelso santuario; desde el cielo el Señor se fijó en la tierra, 20 para oír el gemido de los prisioneros, para poner en libertad a los condenados a muerte;
Dios ha visto la condición de la humanidad y consideró que aunque incurrimos en nuestras propias deudas y caímos por nosotros mismos en la condición en que nos encontramos, aun así, Él ha determinado venir en nuestra ayuda y hacernos libres, y pagar nuestras deudas. Esto fue el propósito de su venida y éste es el poder de su resurrección.
En esto consiste el ministerio de la reconciliación que Él ha dado a su Cuerpo. En Isaías 58: 6, podemos leer:
6 ¿No es éste el ayuno que Yo escogí: desatar las ligaduras de impiedad, soltar las coyundas del yugo, dejar ir libres a los oprimidos, y romper todo yugo?
Y fijémonos en la gloriosa promesa en el versículo 12:
12 Y los tuyos reedificarán las ruinas antiguas; levantarás los cimientos de generaciones pasadas, y te llamarán reparador de brechas, restaurador de calles donde habitar.
¡Gloria y alabanza a Dios!
Su plan es mucho más extenso que lo que muchos de nosotros podemos entender, la labor de este ministerio no consiste justamente en construir una gran escuela dominical; iniciar una nueva denominación, o a hacer a un anciano más rico. Si no que, precisamente, consiste en llevar toda la Creación de regreso a la correcta relación con Dios, su Creador, y de restaurar al hombre de nuevo a su gloria anterior y poder.
Efectivamente, esto es hacer que suene la trompeta del Jubileo, y hacer libres a todos los hombres. Está trompeta de Jubileo ha de ser tocada por el Cuerpo redimido de Cristo. Esta es la labor del ministerio de los santos de Dios, y la razón de la perfección de ellos ahora (Efesios 4: 11-14). No serán seres Angelicales los que tocarán esta trompeta o anunciarán la liberación de la humanidad de la esclavitud de la corrupción. Ese honor ha sido conferido a los santos (Salmos 149: 9). Toda la Creación está esperando, y gimiendo con desesperación por la manifestación de este grupo de hijos, que habrán de tocar la trompeta y habrán de darles libertad a todos.
En el Día de la Expiación
Advirtamos que la Ley establece que la trompeta del Jubileo primeramente suena en el Día de la Expiación, el décimo día del séptimo mes. Ese era el día en el cual el sumo sacerdote iba y, atravesando el velo del templo, entraba en el lugar Santísimo. Y, óiganme ahora, amigos y oigan bien… no habrá liberación de la corrupción y de la muerte para la humanidad ni para la Creación, hasta que la asamblea de los santos siga a Jesús y entren con Él en el Lugar Santísimo ante la real y verdadera presencia del Padre.
Nosotros hemos participado en la comida del cordero de Pascua, los pecados nos han sido perdonados, por la sangre del cordero, que quedó estampada en el dintel de nuestro corazón. ¡Maravilloso! Eso es bueno y necesario. Así nosotros hemos participado de la Fiesta de Pentecostés, habiendo sido llenados con el Espíritu y habiendo ingresado al Reino sobrenatural del mismo Espíritu. ¡Gloria y alabanza a Dios por eso! Pero la muerte todavía actúa en la Tierra, y la pena y el dolor y la enfermedad y la aflicción, todavía atormentan a la raza humana. Aun el pueblo cristiano, incluyendo gente llena del Espíritu Pentecostal, todavía contribuyen a llenar los hospitales y las clínicas médicas en general. Ahora nosotros tenemos que estar presentes al tiempo de la Fiesta de los Tabernáculos, y habremos de oír, al instante, el sonido de las trompetas con ocasión de esta celebración. El sonido de las trompetas, simplemente significa una advertencia o un mensaje. El mensaje de Tabernáculos ha sido y sigue siendo anunciado por el sonido de las trompetas. Esto se inició en el primer día del séptimo mes; pero ha de ser en el décimo día en que ocurre el Día de la Expiación; nosotros iremos a través del velo para entrar en la plenitud de Dios, y empezaremos a tocar la trompeta del Jubileo, para que suene majestuosa para la liberación de TODO el género humano.
"Haced sonar la trompeta por todas partes en vuestras tierras". Todos habrán de oír la trompeta; todos se beneficiarán al escucharla, pero solamente unos pocos podrán hacerla sonar. Para estos pocos será dado un mensaje que ha de tener una grande y divina autoridad, que dondequiera que se descubra el mal, los diablos tendrán que salir huyendo y será establecida una vida perdurable.
Quiero que ustedes sepan, amigos míos, que este mundo está cerca de entrar en un verdadero renacer, como nunca se ha visto desde la caída del hombre. Pueden dudar de esto, si así lo quieren, pero yo les aseguro que ustedes habrán de sentir el impacto de ese acontecimiento tan singular, antes de que todo haya pasado. El Infierno entero se estremecerá y será sacudido en sus bases; la Tierra y los Cielos serán también conturbados. Todo lo que no puede ser conmovido permanecerá, y lo que permanezca sin ser conmovido o conturbado, habrá de ser propiedad de su Reino y quedará bajo su dominio. Dado que una trompeta ha sido puesta en manos de un ministerio, que ha muerto para sí mismo y ha cruzado a través del velo al reino de la VIDA.
La Última Trompeta
Cuando el apóstol Pablo escribió la 1ª Corintios 15: 52, referente a "la última trompeta", todavía no se había escrito nada acerca de las siete trompetas del Apocalipsis. Por eso el apóstol no dijo nada de la "última" de esas siete trompetas según se nos ha enseñado. Pablo hablaba de un cambio que se efectuaría en la humanidad, de lo mortal transformado en inmortalidad; de la corrupción convertida en incorrupción. Él hablaba de esto basado en la promesa expresada en la Ley, referente al sonido de la Trompeta del Jubileo.
Pero, ¿qué quiso significar él al decir la “última trompeta”? Advirtamos que durante la dedicación del primer Templo de Israel, como se nos dice en 2º Crónicas 5: 12, había allí 120 sacerdotes tocando las trompetas; enseguida la gloria y la presencia de Dios entró y llenó el Templo. Observemos ahora lo que se nos dice en Hechos 1: 15, que en el tiempo de la dedicación de la Iglesia Primitiva, Dios estaba viviendo en el nuevo Templo, había allí 120 "sacerdotes" de un nuevo orden tocando sus trompetas en 14 lenguas diferentes. (Hechos 2: 8) La gloria de Dios llenó de tal manera este Templo, que 3.000 almas vinieron a Cristo en aquel solo día. Este fue el segundo testimonio referente a las 120 trompetas. Pero 2 no es el número que completa todo. Será necesario un tiempo más, o sea un tercer tiempo.
Desde la caída de Adán hasta Abraham, pasaron 2.000 años, es decir 40 veces 50 años. Cuarenta Jubileos han pasado para la humanidad, 40 trompetas han sido tocadas en el Cielo en forma de promesa. Pero 40 no es el fin. Por medio de Abraham Dios repitió su promesa: "En ti todas las naciones de la tierra serán benditas…" pasaron otros 40 Jubileos y 2.000 años después vino Jesucristo. Pero 80 trompetas no fue el final. Por medio de Jesús, Dios pagó la deuda de la humanidad y compró su redención. Pero en Efesios 1: 14, Pablo dice, que la redención de esta posesión comprada está todavía delante de nosotros. El apóstol Pedro nos dice, en 1ª Pedro 1: 4-5 que esto nos será revelado, en el último tiempo.
Como ahora, desde la venida de Cristo han transcurrido 1967** o 1998 años (aproximadamente) depende de como ustedes consideren la cuenta de los años, sea basado en el calendario Gregoriano o ya sea tomando en cuenta la medida del tiempo bíblico. En cualquiera de los dos casos, ha habido 39 periodos de Jubileos que han acontecido para la humanidad desde Cristo. Esto hace un total de 119 trompetas Jubilares que han sonado desde la caída de Adán. Ahora debo decirles que nosotros hemos venido a estar presentes para el tiempo de la trompeta número 120. Ha de ocurrir un cambio, en realidad. El último y permanente templo de Dios habrá de ser dedicado y del lugar Santísimo vendrá un Ministerio de Vida y de Restauración. ¡Sea Dios alabado!
El renacimiento o avivamiento
Por qué nadie quiere observar un renacimiento en la Tierra y una humanidad liberada de la esclavitud de la muerte, es más de lo que yo puedo entender. Pero por extraño que nos parezca, hay quienes se muestran molestos e incómodos delante de cualquier conversación referente a una victoria total en el campo de batalla. Pareciera que su interés único está en huir de ella (o no tener nada que ver con la batalla y en éxtasis subir al Cielo). Pero déjenme decirles que Dios no ha de preparar su Ejército para huir y escaparse del campo de batalla. Él habrá de tener listos y preparados a "sus Poderosos" para encadenar las potestades del infierno y establecer el Reino de Dios en la Tierra.
Esto no es algo como un cuento de hadas o simple fantasía. Todo se cumplirá realmente cómo está dicho, por gente muy real, en lugares muy reales, por medio del poder verdadero de Dios.
Estas cosas no van a ser hechas en una esquina o en un lugar aislado. Todas las naciones habrán de oír la trompeta del Jubileo; por donde quiera se escuchará su sonido fuerte y claro. Esto es por lo cual toda la Creación ha estado gimiendo y llena de inquietud, ya que todo esto es parte del procedimiento de Dios en la Manifestación de su Hijo. Esto es el Evangelio Eterno anunciado desde un Reino Celestial en el Espíritu, en donde habitan los hijos, y cuando el mundo oiga el anuncio del evangelio, ellos vivirán. Toda la Creación habrá de alegrarse y habrán de gozar de una completa restauración.
Ninguna restauración habrá de realizarse en beneficio de la raza humana por esfuerzo de algún hombre de la estirpe de Adán. ¡Así dice el Señor! Los esfuerzos políticos para crear una "Gran Sociedad"; los esfuerzos para terminar con la pobreza; los programas en beneficio de la juventud, con mira a educarlos integralmente en la mejor forma; la legislación sobre derechos civiles… los movimientos ecuménico-religiosos, y todo cualquier otro esfuerzo realizado por el hombre en sí, para llevarnos a fines utópicos o inalcanzables, estarán destinados a fracasar, a no llegar a nada. Las guerras, los crímenes, odios, las revueltas, disturbios; la pobreza y la miseria y el dolor y el sufrimiento, continuarán atormentándonos hasta cuando el Hijo de Dios aparezca en escena y la trompeta del Jubileo sea oída. ¡Entonces habrá de efectuarse la liberación real de la humanidad… desde Sión!
Ocultos con Cristo en Dios
La actividad de los hijos de Dios no es visible en general o para el mundo religioso en particular. Este grupo victorioso que ha sido llamado al excelso llamado de Dios, está escondido en el lugar secreto de lo "Más Alto". El mundo no tiene conciencia de lo que Dios va a hacer con ellos y por medio de ellos. Ellos están actualmente en el "crisol del Gran Refinador". El mundo no está poniendo atención ni interés por conocer sus grandes realizaciones y acciones.
Una religión falsa puede atraer a multitudes de miles, llenar los más grandes auditorios y estadios y lograr aparecer en las primeras páginas de los diarios pagando altas sumas; sin embargo, no tienen nada de la vida de Jesucristo que ofrecer a la gente. Con frecuencia me he sentido lleno de asombro de cómo grandes multitudes se congregan en una reunión religiosa que carece de la verdadera vida, dando soporte o apoyo con entera confianza a un culto falso que no tiene base en la "Verdad", que no garantiza VIDA, que no da seguridad de una real esperanza en la liberación de la humanidad. Pueden hacer eso porque ésta es su hora; el tiempo en que Satanás gobierna las mentes de la mayoría de los hombres. Pero este tiempo tiene que ser corto. Ya está a las puertas el día en que la Última trompeta va a empezar a sonar. Esta trompeta habrá de sonar primero en SIÓN. ¡El día del Señor ha llegado! Habrá un renacimiento.
Aférrese, sí lo desea, a una teología que ofrece situar a las multitudes de la pérdida humanidad en desventaja sobre Satanás, el anticristo y los diablos del Infierno. Ponga su seguridad en esta doctrina, si usted prefiere, ella solamente ofrece, volar al Cielo y un escape o huida del grandioso ejército de Dios. Pero debemos alertarlos a ustedes amigos, que esa falsa teología y teoría de los humanos, tendrá que ser un fracaso para ustedes en el grandioso y singular Día del Señor. En ese día habrá un renacimiento o, como es llamado en las iglesias, avivamiento, y vendrá con un grande sonido de Trompeta, la Trompeta del Jubileo.
Dentro del Velo
Fijémonos nuevamente que la trompeta del Jubileo se empieza a tocar en el Día de la Expiación, justamente antes del Año del Jubileo. Tocará en el día en que el sumo sacerdote vaya y pase el velo para entrar dentro del lugar Santísimo y estar en presencia del Arca de Dios. El renacimiento por el cual toda la Creación ha estado implorando con ansiedad está esperando la asamblea del Sumo Sacerdote, la Orden Real de los Reyes y los Sacerdotes, para poder entrar a través de ese Velo y encontrarse con Jesús en el "aire", puesto que Él ha entrado ya en ese lugar, como un precursor nuestro.
No habrá Jubileo hasta que este "paso a través del Velo" haya sido realizado por el Cuerpo del Hijo, quien es efectivamente el Sumo Sacerdote. Y entonces la gloria será para Dios; del ambiente de la vida y de la gloria saldrá a luz un ministerio, el cual terminará con todas las formas de religión. Una gente ha de caminar en esta tierra, aunque morando en los Cielos y establecidos en su Trono; ellos suplirán todas las necesidades humanas y aniquilarán todas fortalezas satánicas. No habrá ninguna falla con ellos. No habrá errores, porque ellos tendrán la mente de Cristo, y hablarán con su Autoridad.
Lo que les estoy diciendo no es una teoría que es soñada por mí mismo, ni tampoco es mi personal interpretación de algunas pocas conocidas Escrituras. ¡Se trata realmente de la Palabra del Señor dirigida a ustedes! -"Estad siempre alerta, porque a la hora que menos penséis, ha de venir el hijo del hombre". Ciertamente, porque yo no creo que el propósito de su venida es para “raptarnos” y “llevarnos” a nosotros como una forma de "escapar" o huir del anticristo, se me ha acusado de no poner atención o interés en su venida. Nada puede estar tan lejos de la verdad. Él tiene que manifestarse. El Señor primero se revelará a sus hijos, que le están buscando para que venga y nos traiga la completa salvación.
Hebreos 9: 28,
28 Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvación de los que ansiosamente le esperan.
Quizás ustedes sienten que el lenguaje que yo uso en este mensaje, es muy misterioso y espiritualista para entender lo que estoy expresando. Trato de ser tan franco y simple en lo que digo, en cuanto me sea posible, pero es muy difícil explicar la gloria que estamos viviendo en el Espíritu, o analizar esta realidad, con el simple lenguaje humano.
Pero yo he dicho y lo diré una vez más y más,
Que nuestro Dios ha hablado; su voz es el grito.
Él enviará adelante un pueblo, que es humilde y franco;
Él hará que desciendan como la gran lluvia tardía.
Ungidas de Dios todas las naciones serán;
Desde las montañas de Dios bajarán como ríos.
Ellos son sellados por su Espíritu, marcados como propios;
Hablan con autoridad porque se sientan en su Trono.
No intentan escapar, ni alzar vuelo al Cielo,
Pero en el reino del Espíritu, ellos subieron muy alto.
No tienen razones para temer, ni motivos de terror.
Hay esperanza para todos, aun para los muertos.
Los que yacen en los sepulcros
Habrán de oír la voz del Hijo,
Que vendrán y sabrán que Él es el único,
Que es el único Conquistador; único Hijo y único Rey.
Vosotros sois hueso de sus huesos,
Y sois una sola cosa con su Realidad,
Habréis de ser su imagen, y cambiaréis la imagen de Adán.
Muy bien, ¡Gloria a Dios!
¿Entendéis lo que yo quiero decir?
La corrupción ha desaparecido y vosotros estáis limpios.
Santos y puros como el Padre en las alturas;
Sus mandamientos cumplirlos, por su amor.
Entended, yo hablo como un profeta del año del Jubileo.
Esto no está lejano, ciertamente os declaro.
Y os aseguro, que está muy cerca.
Estad todos listos, muy listos, mis amigos queridos;
Su gloria está manifestándose cada vez más
Sobre vosotros, para resplandecer.
La noche quedó relegada muy atrás
Y ahora un nuevo día está amaneciendo;
Y las tinieblas, desapareciendo;
Las puertas del infierno están ahora sacudidas.
Las huestes demoníacas están temblando de terror,
El ejército del Señor se está preparando,
Está muy cercana su llegada.
Alegrémonos os digo; alegraos todo el mundo,
Porque el sonido que habéis oído, es la voz del Hijo.
Él se apresta e irá a la batalla
Sabe que no será vencido; que no habrá derrota.
Su ejército es grande y poderoso;
Y la victoria habrá de ser satisfactoria,
Todos los enemigos de Dios huirán en desbandada,
Toda pena, dolor, angustia, miseria,
Serán borrados; Desaparecerán, ese Día.
Él probará y demostrará por Él mismo,
Que es un Dios sapientísimo,
Él hará todo esto en la Tierra y la Creación podrá verlo,
Libre del pecado Él me ha llamado,
Su voz ha proclamado
"Los que crean gozarán de su gloria".
¡Aleluya!
Los anuncios de la Vida
Se ha hablado mucho con relación al "Mensaje de la Vida". Mucho de eso ha sido vacía y vana teología, o afirmaciones llenas de alarde y vanidad, que no pueden ser garantizadas como realidad en ningún momento. Y los predicadores de tales cosas nos han traído sólo muerte y desilusión. Algunos de ellos pregonando bulliciosas aclamaciones, de que ya "habían entrado en la esfera espiritual" y no podían morir, ya murieron, sin embargo… dejando un firme testimonio de la falsedad de sus pregones y clamores. Los hijos de Dios no tienen que hacer afirmaciones llenas de alarde o "tomar esto por la fe". Ellos reciben la vida como herencia, y cuando manifiesten esto y lo enseñen como un ministerio a los demás, ellos no tendrán que portar ninguna insignia especial o algo distintivo alrededor del cuello como emblema que los acredite o los proclame a ellos mismos como que son "algo especial". Aquellos que sean revestidos del ministerio en el Reino en el lugar Santísimo, se acercarán a la gente y se interesarán por sus necesidades en toda forma; y esa gente sabrá que aquellos han venido en el nombre del Hijo de Dios.
Estas cosas de las cuales les estoy hablando, están por encima y más allá de cualquier circunstancia o hecho inherente o manifiesto en cualquier hombre nacido de Adán. Ciertamente, nosotros nacimos con la imagen de Adán, (con sus características humanas). Habremos, en realidad y por seguro, de ser revestidos con la imagen de Cristo. No hay modo para explicar en forma completa y absoluta la gloria de hacerlo así. Ilustraciones terrenales y el lenguaje humano son en extremo inadecuados y de muy débil expresión. Descripciones de futuros acontecimientos vienen a ser carentes de realidad.
El esfuerzo y acción para la liberación de toda la humanidad son altamente grandes para cualquier persona. De hecho es una labor imposible. Por esto solamente el poder y soberanía de Dios puede hacerlo y llevarlo a cabo por medio de la gente que Él ha elegido. ¡Alabanza y gloria a su maravilloso y excelso Nombre!… ¡Prepárese usted mismo… el Año del Jubileo está a las puertas!
"Volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia" en el año del Jubileo, nos dice la Biblia en Levítico 25: 10. Hay una habitación preparada para cada uno. Jesús dijo: "en la casa de mi Padre muchas mansiones hay, si no fuera así, no os lo hubiera dicho… voy, pues, a preparar un lugar para vosotros".
Ahora voy a enseñarles un misterio glorioso: "En la casa de mi Padre…" La Biblia nos enseña, en muchos lugares de ella, que la Iglesia, el pueblo de Dios, es precisamente la Casa de Dios. Ustedes son su casa, en la cual Él habita. “He aquí, el Tabernáculo es la morada de Dios con los hombres, y él morará con ellos” (Apocalipsis 21: 3)
"En la casa de mi Padre muchas mansiones hay". Este es el único lugar en la Biblia en que se ha usado la palabra "mansión". Es la traducción de la palabra griega "MONE" que ha sido cursada dos veces en los libros sagrados. El otro sitio es en Juan 14: 23, en donde se traduce "ABODE" o morada. Jesús dijo: "El que me ama, mi palabra guardará, y mi Padre le amara, y vendremos a él, y haremos morada (abode) con él". Dios ha de venir a este hombre y habrá de permanecer en él; hará de este hombre "su Abode", mansión o lugar de su morada. En la Casa del Padre (la Iglesia) hay muchos aposentos, ABODES en donde el Padre puede habitar.
Hay diferentes reinos de existencia o vida para su pueblo. Jesús dijo: "Yo voy a preparar un lugar para vosotros…" - Él mismo dijo que vendría a recibirnos; que donde Él está, tendremos nosotros que estar también. ¿Pero, dónde está Él? Residiendo en la más elevada forma de vida posible. "Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre", (Filipenses 2: 9) ¿Sabían ustedes, que precisamente ustedes, como Vencedores habrán de llevar ese nombre escrito en sus frentes? (Apocalipsis 3: 2). Pablo vio que el más alto y más glorioso lugar preparado para nosotros en la eternidad estaba en Cristo, el sitio preparado para los victoriosos. Él deseó ese lugar y dijo que "tenía apremiante anhelo de alcanzar la meta y obtener el premio del Supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús".
Cuando la trompeta de Jubileo empiece a tocar, la humanidad comenzará a retornar de su estado de miseria y depravación a causa del pecado, en dirección y en busca del estado de amistad y comunión perfecta con Dios. Y cada uno volverá a su propia familia. Cada uno tendrá su propia mansión, su propia casa, un lugar donde morar en Dios.
¿Habrá de estar usted en un plano espiritual inferior o bajo, o se esforzará con toda su voluntad, para proseguir a la meta del Supremo Llamamiento? ¿Habrá usted de optar por algo no menor que lo mejor de Dios?
Alabado sea nuestro excelso y maravilloso Salvador. Él nos tiene preparado un lugar a cada uno, donde moraremos con Él. ¡Es tiempo que caminemos hacia allá y entremos en Él! ¡El año del Jubileo está ya sobre nosotros!
La
Iglesia en Acción
P.O.
Box 707
Springfield,
MO 65801
USA
Notas:
* Desgraciadamente, el año del Jubileo, aunque ordenado por medio de la Ley Divina—en realidad nunca fue puesto en práctica en la historia de Israel. No existe constatación alguna en que se consigne en cualquier forma, que ellos alguna vez declarasen y celebrasen el Jubileo, y los mismos judíos nos dicen que este, nunca fue declarado. El cumplimiento de esta Fiesta, entonces, ha quedado para nosotros, para que se haga efectiva en este final de los tiempos.
** Años 1967 o 1998 – No estoy muy seguro cuando Bill Britton predicó este mensaje. A mi manera de ver (Dr. Stepfen E. Jones), el día 11 de septiembre de 1999 (la Fiesta de las Trompetas) marcó el cumpleaños 2.000 de Jesús. Esto queda totalmente comprobado en mi folleto “¿Cuándo nació Jesús realmente?”. Ese estudio histórico y bíblico a la vez, demuestra que el nacimiento de Jesús tuvo lugar en la Fiesta de las Trompetas en el año 2 antes de la era cristiana.
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