“Tú, Señor, los guardarás; nos guardarás de esta generación para siempre. Por todas partes andan los malvados, como se ensalza la vileza entre los hijos de los hombres” (Salmos 12: 7-8).
Cuando leemos que “por todas partes andan los malvados”, la imagen es la de Satanás, de quien Juan dice: “El ladrón no viene sino para hurtar, matar y destruir” (Juan 10: 10). Las fuerzas del mal están trabajando contra nosotros. Se oponen a la iglesia y a naciones enteras. También trabajan contra el bienestar de nuestra familia, nuestra salud, nuestro estado mental y, muy especialmente, nuestra vida espiritual.
Hoy en día, vemos a Satanás rondando por nuestra cultura e instituciones, exaltando prácticas viles que hace apenas unos años eran socialmente inaceptables. Cosas oscuras que se hacen en secreto ahora se hacen alarde de ellas en público. Lamentablemente, veo esto también en la iglesia. Durante décadas, la iglesia liberal ha permitido prácticas que causan angustia a los piadosos. Ahora, prácticas similares se están infiltrando en la iglesia evangélica, comprometiendo la Palabra de Dios.
El apóstol Pablo tuvo que lidiar con esto en la iglesia de Corinto. Un joven de la congregación se acostaba con su madrastra y los líderes de la iglesia no lo corregían. Lo que estaba sucediendo en esa iglesia exigía más corrección; sin embargo, implicaba una guerra espiritual. Para luchar por la fe, Pablo exigió disciplina eclesial y, al mismo tiempo, señaló las normas culturales prevalecientes que se difundían en la iglesia.
David habló sobre lo que debemos hacer cuando nos encontramos en una batalla con la cultura. En el versículo 7, habló por todos nosotros que enfrentamos la guerra de la cultura que nos rodea y nuestra propia angustia personal. “Tú, Yahweh, los guardarás; de esta generación los preservarás para siempre” (Salmos 12: 7).
Esta es una Palabra poderosa para una generación en guerra. David respondió, en esencia, “Señor, líbranos del sentimiento de ‘derrota’. No permitas que nos venza. Tu palabra y tus promesas son verdaderas. Guarda nuestras mentes para que no creamos las mentiras que Satanás nos arroja y, en cambio, creamos que Tú nos protegerás”. Vivimos en una generación en la que la maldad acecha y la vileza es exaltada, pero también es una generación en la que las promesas de Dios perduran con poder para la victoria.
Este devocional ha sido adaptado del libro de Gary Wilkerson: El Altar de Nuestros Corazones: Un Devocional Expositivo sobre los Salmos.
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