Por: Dr. Stephen Jones, Publicado: 28/03/2023
El concepto de fe de la mayoría de las personas está ligado a los milagros de sanidad o provisión. Aprendí muy temprano en la vida que la fe es una forma de vida. Es una relación con Dios y una mentalidad de que somos sus hijos y que Él es nuestro Padre. Él nunca nos dejará ni nos abandonará, y cuidará de nosotros porque nos ama.
Al mismo tiempo, como Padre nuestro que es, nos está entrenando para cualquier llamado que tengamos y para lo que nos espera. Nos corrige cuando es necesario, y parece que aprendemos más de nuestros errores que de nuestros aciertos. Creo que todos tenemos esto en común, pero algunos aprecian más las correcciones de Dios que otros.
Hay momentos en que Dios nos conduce por el Valle de Sombra de Muerte, cuando hubiera sido mucho mejor ser conducidos por un camino más seguro. Es difícil navegar por el Valle de Sombra de Muerte. Tenemos la idea de que si somos obedientes a Dios, nuestro camino estará lleno de vino y rosas. Pero eso no es así. Dios trae desafíos y muchas dificultades en el camino para darnos experiencia, la cual nos enseña paciencia y nos lleva a nuevos niveles de madurez.
La vida de fe es donde sabemos que Dios nos cuidará y nos protegerá incluso mientras caminamos en la oscuridad. Incluso tomar el camino equivocado solo puede llevarnos por un desvío, que eventualmente nos llevará a donde Dios nos está guiando. Se trata de confiar en Él en todas las cosas.
Mi viaje por el desierto
Hace cuarenta años, me embarqué en mi propio viaje por el desierto, que me llevó a través del Valle de Sombra de Muerte. Recibí múltiples advertencias. Muchos estaban alarmados, pensando que iba por el camino equivocado. Pero ellos no conocían el propósito de Dios, ni entendieron el propósito de este desierto. Todo lo que podían ver era la dificultad que encontraría.
Yo mismo no sabía lo que me esperaba, pero tenía una visión, una revelación básica del final de este viaje. Dios a menudo nos muestra el final glorioso del viaje mientras oculta el camino difícil para llegar allí. Si Él me lo hubiera mostrado antes de tiempo, bien podría haberme negado a seguir ese camino. Tropecé en la oscuridad muchas veces, aprendiendo la vida de fe.
Sobreviví la terrible experiencia de 12 meses (1981-1982), luego el período de entrenamiento de 12 años (1981-1993). Ahora estoy al final de ese ciclo de 40 años que prevaleció tanto en la vida de Moisés. A medida que aumentan los períodos de capacitación, las lecciones se vuelven más grandes y, a menudo, más difíciles. Ahora tengo algunos consejeros y muchos amigos que me brindan revelación y/o un doble testimonio. Me tomo en serio la revelación y el discernimiento de todos, pero al final, tengo que hacer el camino solo, como lo hacemos todos.
Diferencias en la revelación
Uno de los problemas más importantes es cómo tratar las diferencias en la revelación. Todos somos diferentes, habiendo tenido diferentes experiencias en la vida. Los profetas genuinos a menudo difieren. Los profetas pueden tener muchos puntos ciegos. Muchas personas aceptan todo lo que dice un profeta sin discernir sus puntos ciegos. Otros van por el otro camino y rechazan a los profetas debido a sus puntos ciegos. He aprendido que debemos tomar cada palabra en serio y discernir por nosotros mismos cuál es la verdad.
Cuando Moisés compiló la Torá, incluyó las profecías de Balaam, el clásico falso profeta. Ser capaz de ver a Dios y su propósito en todas las cosas es una cualidad rara. Sin embargo, Dios mismo tiene esta cualidad, porque Él ve gemas enterradas profundamente en la oscuridad de los corazones de los hombres, gemas que pocas personas ven, debido a la incrustación que se ha acumulado.
Hoy escucho a varios profetas, la mayoría de los cuales están cegados por el sionismo cristiano. He encontrado que muchos de ellos escuchan claramente la voz de Dios en la mayoría de las áreas, pero no en algunas. La principal controversia, quizás, es la cuestión del sionismo moderno. Dios dice que Él destruirá Jerusalén, poniendo sitio a la ciudad (Isaías 29: 3), en esencia, ¡poniéndose del lado del ejército de los invasores! A Isaías se le dio esta visión, pero otros profetas no la vieron (Isaías 29: 10), pensando que Jerusalén nunca sería destruida.
He aprendido a simpatizar con su ceguera, que es causada por un problema del pasado lejano. Los profetas en los días de Jeremías rehusaron escuchar la Palabra, así que Dios hizo que una ceguera generacional cayera sobre los profetas y videntes hasta el día de hoy.
Sobre ser lento para juzgar
Una lección que todos debemos aprender es ser lentos para juzgar cualquier asunto controvertido. Las cosas no siempre son lo que parecen, aunque nos parezcan claras. Debemos recordar que juzgamos según nuestra propia experiencia, que es incompleta. Así que Pablo dice en 1ª Corintios 4: 5 KJV,
5 Por tanto, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual sacará a luz lo oculto de las tinieblas y manifestará los designios de los corazones; y entonces todo hombre tendrá alabanza de Dios.
Pablo les estaba diciendo que no deberían apresurarse a llegar a una conclusión (veredicto) antes de conocer todos los hechos. Tendemos a pensar que conocemos todos los hechos de un caso, pero rara vez es así. Puede tomar años para que Dios “saque a la luz lo oculto de las tinieblas”. ¿Y quién conoce realmente “el consejo de los corazones”? ¿Y realmente conocemos el corazón de Dios?
Los propósitos de Dios, por lo general, se ocultan de nosotros mientras estamos siendo guiados. Así que Jeremías no tenía idea de por qué Dios le dijo que fuera a la casa del alfarero en Jeremías 18: 1-10. Tenía que ir allí para descubrir la revelación y el propósito de Dios. La revelación generalmente precede a la comprensión, y uno debe recorrerla para obtener esa comprensión.
La lección recabita
En un momento, a Jeremías se le dijo: “Ve a casa de los recabitas y… dales de beber vino” (Jeremías 35: 2). Los recabitas habían hecho voto de no beber vino (Jeremías 35: 6), por lo que se negaron cuando el profeta dijo: "¡Bebed vino!" (Jeremías 35: 5). Entonces Dios les dio una bendición y una promesa en el versículo 19. La Palabra de Dios de Jeremías era cierta, pero contradecía la revelación de los recabitas. A menos que conozcamos el propósito de una revelación, nuestro entendimiento es incompleto.
Creo que esta palabra a Jeremías fue para su aprendizaje, en lugar de solo una prueba para los recabitas. Por mi experiencia, creo que el profeta realmente creyó (al principio) que era la voluntad de Dios que los recabitas bebieran este vino. De hecho, los llevó al templo para ofrecerles esta bebida. Pero la lección no fue lo que el profeta había pensado. Jeremías aprendió algo ese día por experiencia personal.
Si leemos Jeremías 35: 13-14, descubrimos la lección más amplia. La situación general en su día era que la gente escuchaba a los profetas que contradecían la palabra anterior de Dios, la palabra de que no tendrían otros dioses delante de Mí. No escuchéis a los profetas que enseñan al pueblo a pecar y luego le dan consuelo en su iniquidad. El pueblo debería haber rechazado la palabra de sus profetas, así como los recabitas habían rechazado la palabra de Jeremías.
En esencia, Dios le había dicho a Jeremías que tentara a los recabitas con la iniquidad al violar su voto. ¡Los recabitas pasaron la prueba y tal vez incluso se preguntaron si Jeremías estaba actuando como un falso profeta! Pero la lección fue que la gente estaba haciendo eso mismo con respecto a sus profetas.
La lección no fue fácil, ni Jeremías entendió realmente lo que estaba sucediendo hasta que el Señor vino (como lo expresó Pablo) con pleno entendimiento. Hay un tiempo para cada revelación, y debemos aprender a “esperar en el Señor” (Salmo 27: 14). A menudo, debemos observar y ver cómo se desarrollan las cosas antes de sacar una conclusión (veredicto) en nuestras mentes.
Corregir a otros
Cuando vemos que alguien se desvía o comete un error, naturalmente queremos advertirle y corregirle. Si estuviéramos siguiendo a Jesús como sus discípulos en el primer siglo, ¿no habríamos querido corregirlo cuando eligió a Judas? Juan 6: 70 dice,
70 Jesús les respondió: ¿No os escogí Yo mismo a vosotros los doce, y sin embargo uno de vosotros es diablo?
Entonces, ¿Jesús cometió un error? Obviamente no. Hoy tenemos el beneficio de la revelación completa. Ahora disfrutamos de la retrospectiva 20/20, como dicen. Sabemos que Judas tenía que desempeñar su papel en la historia. El mal tuvo que desempeñar su papel para mostrar cómo Dios tiene el control tanto del bien como del mal. Pero los discípulos de Jesús todavía caminaban en la oscuridad. Ponte en sus zapatos. Cuando Judas traicionó a Jesús, los discípulos quedaron consternados; pero cuando Jesús resucitó de entre los muertos, les explicó, “empezando por Moisés y por todos los profetas”, cómo eran necesarias todas estas cosas. Lucas 24: 26-27 dice:
26 “¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas y entrara en su gloria?” 27 Entonces, comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicó lo que se refería a Él en todas las Escrituras.
Esto ilustra muy bien las palabras de Pablo, porque muestra cómo idealmente los discípulos deberían haber retenido el juicio hasta que el Señor viniera con la plena revelación de la verdad. Hasta ese momento, aunque Jesús hizo muchas declaraciones claras anteriormente que deberían haberles dicho a los discípulos lo que sucedería, sus oídos no estaban lo suficientemente preparados para escuchar y comprender sus palabras. Solo más tarde lo recordaron. Ciertos eventos tuvieron que desarrollarse antes de que pudieran entender.
La revelación es, por lo tanto, progresiva, y todos debemos reconocer que hay verdades aún por revelar que no somos capaces de escuchar en nuestro estado actual. Aunque somos participantes activos en la progresión de la revelación, también estamos aprendiendo. Como estudiantes, debemos saber observar lo que está sucediendo con un nivel de humildad, sabiendo que aún no conocemos el propósito de Dios hasta que Él venga a revelarlo.
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