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SORBOS DE VIDA - BIOGRAFÍA DE WATCHMAN NEE (Relación entre Nee y Lee: 3- Relación acerca de las nuevas revelaciones), W. Lee

 



LA RELACIÓN ENTRE WITNESS LEE
Y WATCHMAN NEE, DE 1937 A 1950

LA RELACIÓN QUE TUVIMOS
ACERCA DE LAS NUEVAS REVELACIONES


A fines de diciembre de 1936, recibí un telegrama de Watchman Nee donde me pedía que fuera de inmediato a Shanghai a una conferencia urgente de todos los colaboradores. Peace Wang, Chang Yu-tzu, un tercer colaborador y yo, llegamos a Shanghai temprano por la mañana el primero de enero de 1937. 

Watchman nos recibió en la estación del ferrocarril, y la conferencia empezó ese mismo día. En la conferencia, se dieron los mensajes que conforman ahora el contenido del libro intitulado La vida normal de la iglesia cristiana. Durante aquellas reuniones, él se resfrió y me llamó a su lecho, y me encargó que presentara el mensaje que él había preparado sobre Hechos 13. Después de recibir de él todos los puntos de ese mensaje, hice lo que me había pedido y prediqué el mensaje, pero debo reconocer que no lo hice muy bien, ya que más adelante, después de que Watchman se mejoró, volvió a darlo él personalmente.

Un día, durante esa conferencia, me llevó a ver la obra de construcción del centro de adiestramiento que deseaba establecer en Chenru, en las afueras de Shanghai. El me habló de la carga que sentía de proporcionar a los jóvenes que buscaban al Señor algún adiestramiento práctico sobre la vida espiritual, la Iglesia y la obra. Aquella obra, todavía en proceso de construcción, fue destruida por los japoneses cuando invadieron esa área en agosto de 1937.

En esos días se tomó la decisión de que yo debía viajar por las provincias del norte de China para predicar y enseñar en las denominaciones. En ese entonces teníamos el sentir de que debíamos llevar a las denominaciones toda la luz que el Señor nos había dado. En el verano y en el otoño de aquel año viajé mucho por las provincias del noreste, a saber, Suiyuan, Shansi y Shensi, en compañía de la hermana Peace Wang y de otros hermanos.

En ese verano Japón invadió China, y muchos colaboradores tuvieron que alejarse de las zonas costeras y refugiarse en el interior del país. En Sian, la última estación de nuestro viaje en el noreste, recibimos un telegrama de Watchman Nee, en el que nos pedía que fuésemos a Hankow, ubicada en la parte central de China, para encontrarnos con él y con los demás colaboradores, a fin de celebrar una conferencia de colaboradores. 

Peace Wang y yo fuimos en tren. Mientras esperábamos la llegada del hermano Nee en Hankow, recibí un telegrama de los ancianos en Chifú en el que me pedían que regresara a esa ciudad para cuidar a mi familia por causa de la invasión japonesa. Después de que yo partí de Hankow, Watchman llegó allá, y en esa conferencia de colaboradores compartió por segunda vez los mensajes que ahora se conocen en forma de libro como La vida normal de la iglesia cristiana. 

Después de que regresé a Chifú, no pude salir nuevamente porque estábamos en guerra; así que, durante cierto tiempo quedé encerrado en el norte de China, mientras los demás colaboradores, en su mayoría, estaban en el interior.

En agosto de 1939, después de que Watchman Nee regresó de Londres a Shanghai, convocó una conferencia acerca del Cuerpo de Cristo y me mandó un telegrama pidiéndome que asistiera. Por aquellos días, yo me encontraba viajando y laborando en la parte central de mi provincia con cuatro colaboradores jóvenes. Los cinco fuimos a Shanghai a la conferencia. En todas las reuniones, el hermano Nee me pidió que leyera los versículos bíblicos antes de que él diera el mensaje. Durante esa conferencia mis ojos fueron abiertos, y vi lo que es el Cuerpo de Cristo.

Como me hospedé en la casa de Watchman Nee en esa conferencia, pude tener más contacto con él. El me relató aspectos de su viaje a Europa, y me habló de la verdadera situación de los intereses del Señor en Inglaterra y en el norte de Europa.

Después de la conferencia, volví a Chifú con la intención de asistir al adiestramiento del hermano Nee en Shanghai. En abril siguiente, algunos santos y yo fuimos al adiestramiento, en el cual permanecimos como dos meses.

Un día mientras bajaba con él la escalera del local de reuniones, me dijo: “Tenemos en nuestras manos los planos del propósito de Dios”. Esto me sorprendió. Me preguntaba: “¿Qué serán estos planos?” Con el tiempo, descubrí lo que él estaba practicando en Shanghai acerca de la vida de iglesia. Tomé “los planos” y me los llevé conmigo al norte y puse aquello en práctica en Chifú, donde estuve como dos años.

https://www.librosdelministerio.org/books.cfm?cid=0F9C

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