En
los capítulos anteriores he establecido una vista panorámica del
plan de Yahweh para dar a luz hijos e hijas espirituales maduros. He
trabajado para mostrar el lugar de la Ley en el Plan de las Edades de
Dios. El hombre no fue creado en pecado, ni tenía intención Yahweh
de que el hombre permaneciera perpetuamente esclavizado al pecado. La
Ley no siempre será necesaria, para servir como una restricción
sobre la gente carnal. El Señor ha determinado que tendrá hijos e
hijas que compartan Su naturaleza divina. Un gran paso adelante en el
Plan Divino ocurrió cuando Cristo envió Su Espíritu para que
morase en el hombre. Yahshua anunció a Sus discípulos:
Juan
16:7-8, "Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el
Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y
cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de
juicio".
No
se puede poner demasiado énfasis en las palabras: "os
conviene ... ". La palabra griega que se traduce en
castellano como "conveniencia" es "sumphero".
Se deriva de dos raíces de palabras que significan "reunir
juntos, como si fuera para recoger". Lo que Cristo estaba
expresando a Sus discípulos es que iban a cosechar un crecimiento,
serían provistos en abundancia; que se ampliarían en gran medida y
mejorarían en todos los sentidos, cuando Cristo les enviara el
Espíritu Santo.
Lo
que el hombre ha adquirido a través de la recepción del Espíritu
Santo no tiene medida. Los que estaban muertos en sus delitos y
pecados, fueron vivificados. Los que estaban sin forma (que carecían
de la imagen de Dios) y sin efecto (que carecían del Espíritu de
Dios) fueron formados en una nueva creación.
II
Corintios 5:17, De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas
nuevas.
Fue
realmente un trabajo inútil para cualquier hombre tratar de lograr
el deseo de Yahweh de tener descendencia a Su imagen a través de
obras de la carne. La carne para nada aprovecha. Lo mejor que podemos
hacer en nuestra propia fuerza es inaceptable en los ojos del Padre.
Nuestros
intentos de alcanzar las promesas de Dios se reflejan en la vida de
Abraham. Abraham deseaba fervientemente un hijo a su imagen, que
surgiera de sus propias entrañas. Cuando Abraham no pudo adquirir un
hijo través de su esposa Sara, entró a Agar, esclava de su esposa,
en un intento de producir lo que deseaba en gran medida su alma.
Ismael fue el fruto de esta obra carnal y no tenía sentido para
Yahweh. Dios nos ha dado este testimonio de la vida de Abraham para
revelar asuntos importantes relacionados con la Ley.
Gálatas
4:24-30, Porque estos son los dos pactos: el de Monte Sinaí, que
da a luz para servidumbre, es Agar -Agar es el de Monte Sinaí en
Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta en
servidumbre con sus hijos- pero la Jerusalén de arriba es libre, es
la madre de todos nosotros ... ¿Qué dice la Escritura? "Echa
fuera a la esclava y a su hijo, porque el hijo de la sierva no ha de
heredar con el hijo de la libre".
Considere
esta parábola que se encuentra en la vida de Abraham. Abraham quería
un heredero según Dios que viniera de sus propias entrañas. Su
esposa Sara, aunque muy hermosa, era estéril. Sara es un símbolo de
la Jerusalén celestial.
Hebreos
12:22-24, Pero vosotros habéis llegado al monte de Sion, a la
ciudad del Dios vivo, a Jerusalén la celestial, a la compañía de
muchos millares de ángeles, a la asamblea general e iglesia de los
primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de
todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Yahshua el
Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que
la de Abel.
Abraham
y sus descendientes pactaron con la Jerusalén celestial antes que
ser unidos a la Jerusalén de abajo. Dios dio a Abraham el Pacto de
la promesa 430 años antes de que sus descendientes recibieran el
Pacto de la Ley.
Gálatas
3:16-18, A Abraham y su simiente fueron hechas las promesas. No
dice, "Y a las simientes", como refiriéndose a muchos,
sino como de uno: "Y a tu simiente", que es Cristo. Y esto
digo, que la ley, que vino cuatrocientos treinta años después, no
puede anular el pacto previamente ratificado por Dios en Cristo, para
dejar la promesa sin efecto. Porque si la herencia fuera por la ley,
ya no sería por la promesa; pero Dios la concedió a Abraham
mediante la promesa.
Tenga
en cuenta que Pablo dice que este pacto anterior fue "confirmado
antes por Dios en Cristo". ¿Cuando se hizo esto? El sacrificio
de Cristo fue prefigurado cuando el Señor cortó un pacto de sangre
con Abraham. Abraham fue instruido a partir varios animales a la
mitad, y un temor profundo cayó sobre él. Un horno humeante y una
antorcha (linterna) se observaron pasar entre las piezas. Estas cosas
apuntaban a la labor que debía realizarse por Cristo.
Un
hermano que me escribió hace unos días se opone a mi enseñanza
actual sobre la Ley. Defendió la continuidad del Pacto Mosaico
diciendo que Cristo no trae un Nuevo Pacto, sino que simplemente
renovó el Pacto Antiguo. Hay
verdad en que el Nuevo Pacto en la sangre de Cristo es un pacto
RENOVADO. Hay que entender, sin embargo, que no es el pacto
instituido por Moisés el que fue RENOVADO. Fue el anterior Pacto de
la Promesa. Cuando el Señor cortó pacto con Abraham, Su plan
era que la promesa se quedara durante muchos siglos más. Así como
la promesa de Dios se demoró por Abraham en un sentido natural,
también se demoró en un sentido espiritual.
Isaac
es un tipo y sombra de Yahshua. Isaac fue llamado "risa"
porque su aparición trajo alegría y gozo a los corazones de Sara y
Abraham, de la misma manera que la aparición de Cristo traería
alegría y gozo al mundo. Yahweh tenía muchas más cosas en mente
que iban a ser realizadas en Isaac, cuando prometió a Abraham una
simiente. Isaac no era la verdadera simiente. Yahshua era esa
simiente. Dios se había comprometido a dar a luz a través de
Abraham a un heredero justo. Isaac estaba en esclavitud del pecado,
al igual que su padre, pero la semilla tan esperada no lo estaba.
Yahshua fue tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. Nos
encontramos con otra parábola espiritual en la vida de Abraham.
Cuando la semilla natural que iba a ser realizada en Isaac se
demoraba, Abraham tomó para sí otra mujer. Abraham ya estaba casado
con Sara, y tomó para sí Agar, sierva de Sara, como esposa. El
matrimonio representa un pacto entre dos partes. Este pacto se sella
cuando el hombre íntima con la mujer. Agar habría sido virgen
cuando se le dio a Abraham, por lo tanto, un pacto de sangre fue
cortado cuando Abraham tuvo relación con ella. Es necesario entender
que Agar era la esposa de Abraham por alianza con el fin de percibir
las cosas que siguen.
Génesis
16:3-4, Entonces Sarai, mujer de Abram, tomó a Agar su sierva
egipcia, y se la dio a su marido Abram para ser su esposa, después
de que había habitado Abram diez años en la tierra de Canaán. Por
lo que se llegó a Agar, la cual concibió.
Así
vemos que Abraham entró entonces en dos pactos. El primero fue con
Sara. El segundo con Agar. Cuando el fruto del primer pacto se
demoraba en aparecer, un segundo pacto fue introducido. De la misma
manera, los descendientes de Abraham entraron en dos pactos. Los
descendientes de Abraham no pudieron mantener el Segundo Pacto; lo
violaron repetidamente.
Hebreos
8: 9, Ellos no permanecieron en mi pacto ...
Aún
así, Abraham no guardó su pacto con Agar. A pesar de que era su
esposa y le dio un hijo, Abraham la despidió sin herencia o
disposición. Esto fue para que se cumpliesen los tipos y sombras de
la Ley. Cuando la simiente prometida vino de acuerdo con el más
antiguo Pacto de la Promesa, el Pacto de la Ley se alejó. La Ley
nunca tuvo la intención de permanecer para siempre. Se dio solamente
hasta que la simiente prometida viniera.
Gálatas
3:19, ¿A qué propósito entonces sirvió la ley? Fue añadida a
causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien
fue hecha la promesa.
En
verdad, la alianza con Agar fue "añadida
a causa de las transgresiones",
porque fue la
incredulidad de Abraham
y de Sara lo que condujo
a esta obra de la carne.
Piense bien que el Señor permitió a Abraham seguir este curso en la
toma de Agar como su esposa. Sin embargo, el fruto de su carne no era
aceptable a los ojos de Dios. Ismael no era un producto de la
fe y la obediencia, vino
de la incredulidad y el
esfuerzo. Aun
así, el Señor permitió que Su pueblo tuviera la experiencia
luchando por 1.500 años, hasta que apareciera la simiente prometida.
Este esfuerzo revelaría la vanidad
de todo esfuerzo carnal
para alcanzar a la justicia de Dios. La Ley nunca podría
satisfacer el corazón de Yahweh. La permitió por un tiempo hasta
que viniese la simiente, quien cumpliría el deseo de Yahweh, que
es «HIJOS OBEDIENTES". La Ley sólo podía ofrecer un
sacrificio para expiar temporalmente por los pecados que eran
cometidos continuamente. Yahweh quería obediencia, no
sacrificios.
I
Samuel 15:22, "¿Tiene Yahweh tanto contentamiento con los
holocaustos y víctimas, como en obedecer a la voz de Yahweh?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar
atención que el sebo de los carneros".
Yahweh
deseaba hijos a Su imagen, de la misma manera que Abraham anhelaba un
hijo de sus lomos. Vemos la insatisfacción de Yahweh con la Ley en
el siguiente pasaje
Isaías
1:11-14, ¿Para qué sirve la multitud de vuestros sacrificios me
ha dicho Yahweh? Estoy harto de los holocaustos de carneros, y de
sebo de animales gordos; y yo no me deleito en la sangre de bueyes,
ni de ovejas, ni de machos cabríos. Cuando venís a presentaros
delante de mí, ¿quién demandó esto de vuestras manos? No me
traigáis más vanas ofrendas para hollar mis atrios, el incienso es
una abominación para mí, las lunas nuevas y sábados, el convocar
asambleas, no lo puedo soportar; sino que vuestras lunas nuevas y
vuestras fiestas solemnes son maldad. Mi alma las aborrece, son un
problema para mí, estoy cansado de soportarlas [Biblia de Noah
Webster 1833].
Debido
a que la Ley (Agar) no pudo producir rectitud en el corazón del
hombre, nunca fue una mujer agradable para los descendientes de
Abraham a los ojos de Dios. La descendencia que produjo era
rebelde. Sus corazones siempre iban por mal camino. Al
igual que Ismael, no podían domar la indisciplina de sus propias
almas. Todos los nacidos de Adán son como Génesis 16: 11-12
dice, "un hombre asno salvaje". Y el ángel de
Yahweh dijo a [Agar]: "He aquí que has concebido, y darás
a luz un hijo. Tú deberás llamar su nombre Ismael, porque el Señor
ha escuchado tu aflicción. Él será un hombre salvaje; ... su mano
será contra todos, y la mano de todos contra él, y él habitará en
presencia de todos sus hermanos".
En
el hebreo, las palabras traducidas en castellano como "hombre
salvaje" son "Adam Pere". Adán
significa "hombre". Pere es una palabra hebrea que
describe al onagro, que era un asno salvaje del desierto. Dios estaba
testificando que Ismael, el hijo de Agar, sería un hombre con la
naturaleza de un asno salvaje. La terquedad y rebelión
serían su naturaleza. Ismael es un tipo y
sombra de cada hombre nacido del primer Adán. En
la medida que es el hijo de Agar, Él es un símbolo de todos los que
entran en el pacto de la Ley buscando complacer a Dios a través de
las obras de la carne. La Ley no puede contener a los hombres
pecadores. Como Pablo testificó, simplemente excitaba el deseo de
violar sus órdenes.
Romanos
7: 5, Porque mientras estábamos en la carne, las pasiones
pecaminosas despertadas por la ley, actuaban en los miembros de
nuestro cuerpo para llevar fruto para muerte.
Sin
recibir el nuevo nacimiento en Cristo, todos somos asnos salvajes.
Difícilmente nosotros podremos ser restringidos. Siempre vamos a
encontrar alguna manera de liberarnos de aquello que nos sujeta.
Yahweh no tiene ningún aprecio por el fruto de la carne del hombre.
Lo mejor que puede producir el hombre caído no está a la altura de
la voluntad de Dios. Aquello que hace diferencia debe ser llevado a
efecto por Su Espíritu.
Génesis
17:18-19, Y dijo Abraham a Dios: "Oh, que Ismael viviera
delante de ti!" Entonces Dios dijo: "No, Sara tu mujer te
dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi
pacto con él como pacto perpetuo para su descendencia después de
él".
La
falta de consideración de Dios hacia Ismael encuentra un paralelo en
su testimonio de la generación de Israel a la que se le dio la Ley.
Hebreos
8:7-9, Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto,
ciertamente no se hubiera procurado lugar para un segundo. Porque
reprendiéndolos, dice: "he aquí que vienen días, dice Yahweh,
en que haré un Nuevo Pacto con la casa de Israel y con la casa de
Judá -no como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé
de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos no
permanecieron en mi pacto, y yo los menosprecié a ellos, dice
Yahweh".
La
Ley es Agar. Habla largamente de mantener la fascinación del deseo
del hombre. La Ley parece fértil. El hombre cree que si tan sólo
lograra entrar en unión con la Ley el buen fruto será el resultado.
La unión con la Ley, sin embargo, sólo produce rebelión y pecado.
Romanos
7: 8-11, Mas el pecado, tomando ocasión por el mandamiento,
produjo en mí toda clase de codicia; porque sin la ley el pecado
está muerto. Yo vivía en un tiempo aparte de la ley; pero
cuando vino el mandamiento, el pecado revivió y yo morí; y este
mandamiento, que era para vida, demostró que resultó en muerte para
mí; porque el pecado, aprovechándose del mandamiento, me engañó,
y por él me mató.
El
hombre natural abarca la Ley con la esperanza de producir vida. En
efecto, hacia el exterior, puede parecer que el hombre ha logrado su
objetivo. Hay una apariencia de vida hacia el exterior, pero los ojos
de Dios sólo ven muerte.
Mateo
23:27-28, "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas,
que sois como sepulcros blanqueados, que por fuera en verdad, se
muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos
y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera parecéis
justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e
iniquidad!"
Pueblo
de Dios, la presente sentencia pronunciada por Cristo se aplica a
todos los hombres que creen que ellos con sus obras encontrarán
la aprobación delante de Yahweh. Después de que el Espíritu
había sido dado al cuerpo de Cristo, el apóstol Pablo dijo que aún
había hombres que querían llevar a los participantes de la Nueva
Alianza de nuevo bajo la Ley, para que pudieran hacer un buen papel
en la carne; a pesar de que Dios estaba dando a luz a algo mucho
mejor para Abraham que lo que había logrado en su propia carne.
Observen lo difícil que era
para este hombre dejar de lado lo que había producido.
Abraham pidió a Yahweh, "que
Ismael viva delante de ti".
La vida no iba a ser obtenida a través de la Ley; por lo tanto,
cuando la vida (Yahshua) apareció, el hijo de la esclava tuvo que
ser expulsado.
Considere
esto con cuidado. Pablo nos dice que estas dos mujeres son los dos
pactos. Abraham realmente tenía
dos esposas. Se hizo convenio para ambas. Sin embargo, cuando Sara
(la Jerusalén de arriba) trajo la simiente prometida, Agar (la
Jerusalén de abajo) fue expulsada con su hijo.
Gálatas
4:30, "Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque el hijo de
la sierva no ha de heredar con el hijo de la libre".
Para
que no pensemos que esto era un acto injusto precipitado por Sara,
tenga en cuenta que el Señor le dijo a Abraham que lo que Sara decía
era Su voluntad.
Génesis
21:9-13, Y vio Sara al hijo que Agar la egipcia le había dado a
Abraham, que se burlaba. Por lo tanto, dijo a Abraham: "Echa a
esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de
heredar con mi hijo, es decir, con Isaac". Y el asunto era muy
desagradable a la vista de Abraham a causa de su hijo. Pero Dios le
dijo a Abraham: "No te parezca desagradable a causa del muchacho
o de tu sierva. En todo lo que te dijere Sara escucha su voz; ...
porque en Isaac te será llamada descendencia".
Leemos
que Agar, después de haber dado a luz a Ismael, también actuaba con
arrogancia hacia su señora Sara. Una importante verdad se revela
aquí. Estos dos pactos están en antipatía uno hacia el otro, no
pueden estar juntos en armonía. El
tiempo de Agar en la tienda de Abraham era sólo hasta que la
simiente prometida debía venir. Luego fue enviada lejos, con su
hijo. Lo mismo sucede cuando nos encontramos con que la Ley se
mantuvo sólo hasta que la simiente prometida apareció. Se
renovó el Pacto de la Promesa. Cristo se ha convertido en Su
Mediador. La esclava y su descendencia han sido despedidas.
Antes
de pasar a otros tipos y sombras, consideremos un contraste mayor
entre Ismael, el hijo de la esclava (Ley) y Cristo. Hemos visto
describir que Ismael era un hombre asno salvaje. Era incapaz de
gobernar sobre la terquedad y rebeldía de su alma. Por el
contrario, vamos a mirar a la magnífica parábola que se encuentra
en una de las últimas manifestaciones de Yahshua.
Marcos
11:1-2, Ahora bien, cuando se acercaron a Jerusalén, junto a
Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, envió a dos de
sus discípulos; y Él les dijo: "Id al pueblo que está
enfrente de vosotros, y tan pronto como hayáis entrado en él
encontraréis un pollino atado, en el cual nadie se ha sentado;
soltadlo y traedlo.
Mateo.
21:4-7. Todo esto fue hecho, para que se cumpliese lo que fue
dicho por el profeta que dijo: "Decid a la hija de Sion: He
aquí, tu rey viene a ti, manso, y sentado sobre un asno, y un
pollino hijo de asno. Y los discípulos fueron, e hicieron como
Yahshua les mandó, y trajeron el asno y el pollino, y pusieron sobre
ellos sus mantos, y se sentó sobre ellos.
Los
discípulos llevaron a Cristo un pollino en el que nadie había
montado todavía. Esto es una parábola. Ningún hombre jamás
había sido capaz de dominar la naturaleza bestia interior.
Ningún hombre había conquistado la rebelión y el pecado
obstinado del hombre natural. Cristo fue el primero en hacerlo.
Se sentó sobre el potro, enviado para llevarlo a donde Él debía
ir. Así también, siempre gobernó sobre Su alma; nunca hizo nada
por Su propia iniciativa; vivió para hacer la voluntad del
Padre. En Cristo, el deseo del Padre se realizó en un Hijo
obediente. Todos aquellos que por la fe están unidos a Cristo
también se transforman en hijos obedientes.
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