La
Fiesta de Tabernáculos (Enramadas)
Cinco días después del Día de Expiación es el principio de la
fiesta de Tabernáculos (el día 15 del 7º mes). Dura una semana completa y
finaliza con una ceremonia final en el octavo día (el día 22 del 7º mes). Esta fiesta profetiza del “cambio” que ocurrirá en los cuerpos de
aquéllos que están vivos al final de la edad. Pablo dice en 1 Corintios
15.51,
(51)
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos
seremos transformados,
El
"cambio" ocurrirá en el primer día de Tabernáculos.
Este cambio de mortalidad a la inmortalidad y de la corrupción a la incorrupción
permitirá los vivos ser unidos con aquéllos que fueron levantados de la muerte
dos semanas antes. A este punto, ellos tendrán el mismo tipo de
"carne" porque será carne espiritual. Los dos grupos no pueden unirse
hasta que ellos tengan el mismo cuerpo.
Este también es el
tiempo del parto del "Hijo
varón" que es "Cristo
en vosotros, la esperanza de gloria" (Colosenses 1.27). Los creyentes son impregnados con Cristo
por el Espíritu Santo, siguiendo el mismo modelo de Jesús y Su madre. María fue
impregnada por el Espíritu Santo (Lucas 1.35), haciendo a Jesús el resultado de
un Padre Celestial y una madre terrenal. El era así a la vez Hijo de Dios e
Hijo de Hombre, teniendo dos padres. Esto era necesario para que la ley sea
cumplida dándole dominio en ambos cielo y tierra.
Es lo mismo con los creyentes en Cristo, porque somos
coherederos con Él (Romanos 8.17). El gran secreto (el
"misterio") de la Iglesia es "Cristo
en vosotros" (Colosenses
1.27). Esa
semilla santa en nosotros es el feto
espiritual que tiene un Padre celestial y una madre terrenal. En ese
sentido, somos todos parte de la compañía de la Novia, ya seamos machos o
hembras en lo natural.
Cuando experimentamos la fiesta de la Pascua
(justificación), somos impregnados
(concepción) por el Espíritu. Pentecostés
profetizó el crecimiento del niño,
el embarazo (santificación). Tabernáculos profetizó de su nacimiento, y el octavo día de
Tabernáculos profetizó de su "circuncisión"
y presentación a Dios, que por ley
debe ocurrir al octavo día.
Esta
semilla santa, "Cristo en vosotros", no es el propio Jesucristo. Es
una nueva generación, "una
nueva creación" (2
Corintios 5.17). Es una extensión de Cristo, porque es Su Cuerpo.
Todavía es también "nosotros", porque es "el real usted".
Estamos llegando a ser aquella próxima generación, por así decirlo. Nuestro "hombre natural", como
Raquel, "muere" en el parto (Génesis 35.18), y nosotros asumimos un
nuevo formulario de existencia, inmortal, incorruptible, perfeccionado y
completo.
Cuando
los santos vivientes son cambiados y el Hijo varón es llevado al nacimiento
completo en el primer día de Tabernáculos, ellos
disfrutarán del mismo tipo de cuerpo perfeccionado que los muertos ya habían
recibido dos semanas más temprano al tocar de la trompeta. A ese punto, ellos
se unirán en armonía perfecta en un
Cuerpo.
Sin
embargo, este Cuerpo todavía estará incompleto hasta que la Cabeza se una con él. La Cabeza no puede unirse con el Cuerpo hasta
que el propio Cuerpo esté unido como uno, y por esta razón la unión de la
Cabeza con el Cuerpo debe venir en medio de los Tabernáculos. Esto debe ocurrir
algún tiempo entre el primer día y el octavo día cuando este Nuevo Hombre de Creación (teniendo
ambos Cabeza y Cuerpo) tiene que ser presentado al Padre en su estado
perfeccionado.
A la
Mitad de Tabernáculos
La unión de la Cabeza
con el Cuerpo, yo creo, vendrá en algún momento entre el primero y el octavo
día de Tabernáculos. El modelo bíblico para este evento se muestra en Juan 7,
el único relato donde Jesús guardó la fiesta de Tabernáculos. Leemos en Juan
7.2,
(2)
Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos;
Jesús les dijo a Sus discípulos que fueran a Jerusalén por
adelantado de El en versículos 6-8.
(6) Entonces Jesús les dijo: Mi tiempo
aún no ha llegado, mas vuestro tiempo siempre está presto… (8)
Subid vosotros a la fiesta; yo no subo todavía a esa fiesta, porque
mi tiempo aún no se ha cumplido.
Pero una vez que El había mandado a los discípulos por adelantado
El fue a la fiesta en secreto.
Leemos en Juan 7.10-14,
(10)
Pero después que sus hermanos habían subido, entonces él también subió a
la fiesta, no abiertamente, sino como en secreto… (14) Mas a la mitad de la fiesta subió Jesús al templo, y
enseñaba.
Este relato sumamente
profético nos da el tiempo de Su segunda venida. El "templo" es
el cuerpo de Cristo (1 Corintios 3.16). Aunque El "viene" anteriormente
a su aparición en el Templo, queda en "secreto" hasta la mitad de la
fiesta de Tabernáculos. Esto profetiza, yo creo, del hecho que Jesucristo
"vendrá" al principio o antes del principio de Tabernáculos, pero no
estará en contacto con Sus discípulos (el verdadero templo) hasta la mitad de
la fiesta.
En la historia en Juan 7, El tenía que separarse de los
discípulos por un tiempo para reunirse la Cabeza con el Cuerpo a la mitad de la
fiesta. Así también en
la segunda venida de Cristo, la Cabeza no puede unir con el Cuerpo hasta que el
Cuerpo entero haya sido hecho "una carne" en el primer día de
Tabernáculos. El tiene que unirse con ellos antes del octavo día cuando el
Cuerpo completo tiene que ser presentado al Padre. Así, El viene a la
mitad de la fiesta.
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