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LA NUBE DE SU PRESENCIA, David Wilkerson Today



David Wilkerson TodayA Ministry of World Challenge
WEDNESDAY, OCTOBER 2, 2013
LA NUBE DE SU PRESENCIA
by David Wilkerson
[May 19, 1931 – April 27, 2011]
Cuando Israel estaba en el desierto, Dios manifestó su presencia a través de una nube. Esta nube fue una manifestación física de la promesa de Dios de estar con su pueblo. Bajaba y cubría el tabernáculo de noche y de día, y actuaba como su guía para cada tarea. Cuando la nube se movía, ellos se movían, y cuando se quedaba, ellos se quedaban. El pueblo no necesitaba hacer una reunión de comité para tratar de descubrir su dirección o futuro. Ellos ponían su confianza en esa nube visible de la presencia de Dios.
En la actualidad, esa misma nube de Su presencia flota sobre tu aposento secreto de oración. Espera todos los días para envolverte en su paz. Te guiará, te dará poder y paz, y te dará dirección detallada para tu hogar, tu trabajo y relaciones.
Tu aposento secreto puede ser dondequiera: en la ducha, en el bus o tren, o durante tu trayecto diario al trabajo. Puedes cerrar la puerta a todo lo demás y decir, “Señor, tengo media hora ahora mismo. Te amo Jesús, y te adoro. ¡Este es mi tiempo de aposento secreto contigo!”
Es algo maravilloso estar encerrado con Dios, desarrollando una vida de oración consistente. Dios promete que mientras te conviertes en un siervo que le busca y ora, Su presencia se manifestará en tu vida, cerrando y abriendo puertas y obrando Su orden divino alrededor tuyo. Sin embargo, algo aún más grande que esto sucederá: ¡la presencia de Dios te llevará a una revelación de Su gloria!
Existe una diferencia entre la presencia de Dios y Su gloria. La mayoría de los cristianos conoce su presencia (Su gran obra en sus vidas), pero pocos conocen Su gloria. En Éxodo, se nos deja entrever esta diferencia: “Entonces una nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo.” (Éxodo 40:34)
El apóstol Pablo escribe que el cuerpo de todo creyente es el tabernáculo de Dios: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Corintios 3:16). Como los israelitas que vivían bajo la nube de la presencia de Dios, nosotros estamos constantemente bajo la cobertura de la gracia de Dios. Sin embargo, ¿Cual es la diferencia entre contemplar la presencia de Dios y contemplar Su gloria?


THURSDAY, OCTOBER 3, 2013
LA MANIFESTACION DE SU PRESENCIA
by David Wilkerson
[May 19, 1931 – April 27, 2011]
Moisés buscaba de Dios una manifestación continua de su presencia diciendo: “para que te conozca” (Éxodo 33:13). Y Dios le respondió: “Mi presencia irá contigo, y te daré descanso.” (Versículo 14)
La petición de Moisés sería más que suficiente para la mayoría de los creyentes. Todos queremos la presencia de Dios, dirigiéndonos, guiándonos, dándonos poder y bendiciéndonos. Realmente, ¿Qué más puede desear todo creyente? Sin embargo, tener la garantía de la presencia de Dios no fue suficiente para Moisés. Él sabía que había algo más, y clamó: “Te ruego que me muestres tu gloria.” (Versículo 18)
Dios le mostró a Moisés Su gloria, pero no apareció en alguna nube luminosa ni en una demostración de poder que hiciera temblar la tierra. No, Dios expreso Su gloria en una simple revelación de Su naturaleza:
“Y pasando Jehová por delante de él, proclamó: ¡Jehová! ¡Jehová! fuerte, misericordioso y piadoso; tardo para la ira, y grande en misericordia y verdad; que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado” (34:6-7). ¡La gloria de Dios fue una revelación de su bondad, misericordia, amor y compasión!
He escuchado a muchos cristianos decir, “Oh, de qué manera descendió la gloria de Dios en nuestra iglesia anoche! Hubo tal increíble alabanza y la gente caía por el Espíritu.” Pero eso no es prueba de una manifestación de la gloria de Dios. No tiene nada que ver con Dios mas allá de las emociones humanas. ¡No incluye una revelación de quien es Él!
Algunos pueden argumentar: “Pero, ¿Y qué de la experiencia de los discípulos en el Monte de la Transfiguración? ¿No era esa una manifestación de la gloria de Dios? Hubo una poderosa luz y la aparición milagrosa de Moisés y Elías.”
Pero la gloria de Dios no estaba en Moisés o Elías ni en la luz espectacular. Más bien, Su gloria estaba en Jesús: “Y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz…y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.”(Mateo 17:2,6)
Dios estaba diciendo, “Aquí está mi gloria personificada: ¡En Cristo!” De hecho, Jesús es el cumplimiento de todo lo que Dios dijo que Él era para Moisés: lleno de gracia, misericordioso, paciente, abundante en bondad y verdad, que guarda misericordia a millares, y que perdona la iniquidad y la transgresión de pecados. Y ahora Dios estaba diciendo: “Aquí está la imagen viviente de Mi gloria ¡Está toda personificada en Mi hijo!”


FRIDAY, OCTOBER 4, 2013
LA REVELACIÓN PLENA
by David Wilkerson
[May 19, 1931 – April 27, 2011]
¿Por qué Moisés buscó tan desesperadamente una visión de la gloria de Dios? Yo creo que la razón se encuentra en este versículo: “Allí me reuniré con los hijos de Israel; y el lugar será santificado con mi gloria.” (Éxodo 29:43). La palabra santificado aquí significa “hecho limpio.” Dios estaba diciendo: “Moisés, mientras tú y el pueblo Me adoren, Me reuniré contigo y te daré Mi presencia, y cuando te revele Mi gloria, te limpiaré”
Este es uno de los más poderosos versículos en toda la escritura. Ofrece esperanza a todo el que lucha contra un pecado que le asedia y anhela ser libre y limpio. Dios promete: “Tu templo será limpiado por la revelación de Mi gloria, y esa revelación está disponible para ti ahora mismo ¡En Mi Hijo, Jesucristo!”
¡Podemos encontrar esta revelación de Cristo solamente cuando vamos a las escrituras! Pablo dice que a medida que permitimos que la palabra de Dios nos muestre una revelación cada vez más creciente de Jesús, seremos transformados de gloria en gloria: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” (2 Corintios 3:18)
Esta revelación de la gloria de Dios provee del poder que guarda nuestras vidas: “Por encima de todos estará la gloria del Señor” (Isaías 4:5 DHH). En otras palabras, la gloria de Dios nos mantendrá limpios en nuestro peor momento. Satanás puede mentirnos: “¡Estas vencido! Eres un tramposo, un mentiroso, un adúltero.” Pero podemos contestar: “No, diablo. Yo tengo un Sumo Sacerdote ¡y he sido limpiado por una visión de Su gloria!”
Cuando Dios le reveló a Moisés todas estas cosas acerca de Su naturaleza, también le dio la revelación plena de que Él, “de ningún modo tendrá por inocente al malvado” (Éxodo 34:7). Azarías le profetizó al rey Asa en su hora más próspera: “Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con él; y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, él también os dejará.” (2 Crónicas 15:2). En otras palabras, “Si tú menosprecias la gloria de Dios, si justificas tu pecado y descuidas al Señor, ¡Él no te limpiará!”
Lo que Dios nos está diciendo aquí es tan sencillo: “¡Dedica tiempo para conocer a Mi Hijo! Escudriña Mi Palabra y búscame en tu aposento secreto de oración. Entonces, mientras habitas en Mi presencia, tus ojos se comenzarán a abrir a Mi gloria. Todo está develado en Cristo: la revelación plena de Mi amor, gracia, misericordia y bondad.”

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