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LA VENIDA DEL SEÑOR (Cap. I del libro "Buscando Su Aparición), J. Preston Eby


Estudios Bíblicos del Reino

"Enseñando las cosas concernientes al Reino de Dios ..."

Buscando Su Aparición
por J. Preston Eby

Libro 1



Tabla de contenido


1. La venida del Señor 3

2. La venida del Espíritu Santo 16

3. La venida de Cristo en el hombre: 29

4. La venida de Cristo en las fiestas 42

5. La venida de Cristo en las fiestas (cont.) 55

6. La venida de Cristo en las fiestas (cont.) 67

7. La venida de Cristo en la Fiesta de los Tabernáculos 80

8. La venida de Cristo en la Fiesta de los Tabernáculos (cont.) 92

9. La parusía de Jesucristo 104

10. La parusía de Jesucristo (cont.) 116

11. La parusía de Jesucristo (cont.) 128

12. El Apokalupsis de Jesucristo 141

13. La Epiphaneia de Jesucristo 154

14. La Epiphaneia de Jesucristo (cont.) 167

15. La Phanerosis de Jesucristo 179

16. La llegada de la Estrella de la Mañana 191

17. La venida del Sol de Justicia 203

18. La venida del Sol de Justicia (cont.) 215

19. La venida del Sol de Justicia (cont.) 227

20. Viniendo como la lluvia 240

21. Viniendo como la lluvia (cont.) 252

22. Viniendo con las nubes 265

23. Viniendo con las nubes (cont.) 277

NOTA ADMINISTRADOR:
Interesantísimo estudio el que propone este autor. No es suficiente la lectura de un solo capítulo para juzgar un libro completo, pero a priori estamos de acuerdo con lo que el hermano Eby presenta aquí. 

Efectivamente hay múltiples venidas del Señor a nosotros como pueblo, es decir, corporativamente y a nivel personal como individuos. En ellas el Señor se nos manifiesta gradualmente, desde la semilla implantada en la salvación o Pascua pasando por la etapa de Pentecostés y hasta Su formación completa en nosotros en Tabernáculos. La semilla implantada crece o se revela gradualmente hasta su eclosión en nosotros tras el paso del Jordán. Y no acaba ahí, sino que ese brote crecerá hasta la plenitud de la madurez y fructificación.

Sin embargo pensamos que hay dos de esas visitas que son claramente singulares: las que comúnmente conocemos (con perdón de Eby) como  Primera y Segunda venidas. Estas están representadas por los dos machos cabríos y las dos palomas que eran sacrificadas y que representan estas dos particulares apariciones. Ambos tópicos son recurrentes en los múltiple estudios del hermano Stephen E. Jones presentados en este blog.

Agradecemos a nuestro amigo Byron E. Mansilla por hacernos llegar esta traducción, que nos deja con ganas de conocer mucho más de este autor del Reino y que si Dios lo quiere y permite continuaremos estudiando en Su tiempo.



Capítulo 1

La Venida del Señor

Fue la última noche de avivamiento en la pequeña soñolienta ciudad de Alabama del Sur. La congregación estaba cantando en voz baja, "Tal como soy", y el predicador estaba de pie delante del púlpito con ambos brazos levantados en invitación. Él sabía que había personas presentes que necesitaban recibir a Cristo como Salvador. "Jesucristo podría venir esta noche", instó. "¿Estas listo para Él? La trompeta puede sonar antes de que esta reunión haya terminado, o antes de que despiertes por la mañana. Cuando esto suceda los cementerios se abrirán de repente y los muertos se levantarán, y los que viven y están listos serán alzados hacia el espacio para recibir al Señor, en todas partes la gente de repente desaparecerá sin ninguna pista acerca de dónde se encuentran, los maridos van a perder a sus esposas y las esposas a sus maridos; padres perderán a algunos de sus hijos, y niños perderán a sus padres o madres o ambas cosas, ellos estarán buscándolos a ellos en todos los posibles escondites, pero no serán capaz de encontrarlos, lamentos en voz alta se producirán, y el corazón se llenará con el temor de poderes desconocidos y hostiles. Finalmente, después de varios días de búsqueda infructuosa, se sentarán en muda resignación y desesperación. El Anticristo aparecerá entonces y la Gran Tribulación comenzará. Aquellos de ustedes que se queden tendrán que pasar por siete años de Infierno en la Tierra, las escenas de la Tierra serán indescriptiblemente desconcertantes y aterradoras. ¡Oh, por qué no hacer las cosas bien con Dios en esta noche para ahorrarse un tiempo de angustia y castigo!"

Yo era sólo un niño en ese tiempo, pero causó una profunda impresión en mí. De hecho, cuando vi la primera aurora boreal, casi me dio un susto de muerte. Estaba seguro de que Jesús estaba llegando, y sabía con certeza que no estaba preparado para ello. En otra ocasión llegué a casa desde la escuela una tarde, me bajé del autobús escolar en nuestro distrito rural e hice mi camino por el terraplén a la casa. La casa estaba abierta, las ventanas cerradas, las puertas desbloqueadas; pero nadie se encontraba. Mi Madre no estaba allí. Mis hermanos no estaban allí. ¡La casa estaba vacía! Llamé, pero nadie respondió. Fui a buscar a mis vecinos través del camino y también se habían ido. De pronto, un terrible miedo se apoderó de mí y se me heló la sangre. "¡Oh Dios mío!" Pensé, "el rapto ha tenido lugar y he sido dejado". No hay duda de que yo fui el niño más feliz del mundo por la tarde cuando mi madre vino caminando a través del camino de tierra. Por supuesto, Jesús no había llegado ese día ni ha llegado (de esa manera) en cualquier otro día en los últimos cuarenta años (esto lo estoy escribiendo en 1986) (Y yo, Byron Mansilla, estoy traduciendo este capítulo del libro de John Preston Eby en septiembre del año 2016). Mirando hacia atrás, me pregunto por qué me tomó tanto tiempo para cuestionar lo que dijo el predicador.

Por supuesto, entre los que creen en el retorno del Señor, la mayoría simplemente da por sentado que Su regreso podría tener lugar en cualquier momento, pero ¿es cierto? ¿Es posible que pueda salir de la puerta delantera de su casa esta noche, y ver una luz brillante que cruza el cielo, y de repente darse cuenta de que Jesús está regresando, y Él lo está haciendo ahora? Después de todo, Jesús hizo la promesa de volver. "Voy a preparar lugar para vosotros Y si me fuere ... vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo". (Jn. 14: 2-3). "Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre" (Mateo 24:27). ¡No se equivoque al respecto! Jesús prometió irse y regresar al planeta Tierra.

En la Segunda Guerra Mundial, cuando el general Douglas MacArthur se retiró de las Filipinas -después de Pearl Harbor y antes de la entrega de la isla Corregidor a las Filipinas en los años 40’s –se metió hasta la cintura del Pacífico y exclamó dramáticamente sobre los filipinos: ¡Yo regresare! Durante largos meses y años estas palabras del general MacArthur resonaban en los oídos del pueblo de las Islas Filipinas, mientras esperaban bajo la ocupación cruel enemigo. Millones de filipinos esperaban en estas dos palabras como el único rayo de luz en la oscuridad de la tiranía y la opresión. Eran palabras de esperanza, eran palabras de liberación prometidas a personas alrededor de todo el mundo. MacArthur regresó, regresó con una venganza. No se detuvo en Manila, se fue a Tokio para recibir la rendición de la nación orgullosa de Japón en la cubierta del acorazado Missouri. A pesar de que era, después de todo, un ser humano frágil, mantuvo su promesa. Él regresó.

Antes de que el Señor Jesucristo dejara esta Tierra para ascender al Cielo, él dijo: "Vendré otra vez". Él, como el Cristo glorificado, repitió estas palabras al apóstol Juan en la solitaria isla de Patmos, "He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra". (Ap. 22:12). Veintiún veces, como mínimo, Jesús hablo de Su nueva venida, y la mayoría de estas referencias se hacen en la víspera de Su partida. Fue a la sombra de la cruz que Él predijo Su aparición en gloria. Él declaró: "Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria" (Mat 25:31). "Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. (Luc. 21:27) "Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis". (Mat. 24:44). "Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras". (Mat. 16:27) "Porque os digo que desde ahora no me veréis, hasta que digáis: Bendito el que viene en el nombre del Señor" (Mat. 23:39), etc. Nuestro Señor hizo claramente, no una o dos veces sino en varias ocasiones y definitivamente en crisis marcadas de Su ministerio, declaraciones de que vendría otra vez.

Claro, como Jesús había hecho la promesa de Su venida otra vez a Sus discípulos, en el momento de Su ascensión, no parecían comprender todavía su significado. Un grupo fiel de Sus seguidores se quedó mirando hacia arriba en esa ocasión histórica. A medida que el Señor ascendió, Él, entendiendo la consternación, envió mensajeros a declarar con seguridad: "Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo". (Hechos 1: 10-11).

EL PROBLEMA

Ningún tema en toda la Biblia ha generado más interés, estudio, especulación y debate teológico que el retorno de Cristo. Se han entretejido prácticamente todas las teorías, credos o doctrinas expuestas por el hombre. A través de los siglos ha sido el objeto de desprecio y burla por los enemigos de la verdad, y no pocas veces ha tenido que, a través de la ignorancia y el razonamiento carnal, sufrir el abuso y distorsión por muy bien intencionados amigos. Ningún tema ha sido más mal entendido o mal interpretado que esta gran verdad; y, sin embargo, es la esperanza de muchas edades. El enfoque de la totalidad de las Escrituras está sobre este gran evento. Es interesante observar que cuando los hombres se acercaron a Dios ellos recibieron destellos de esta verdad. Ciertamente las Escrituras tienen mucho que decir al respecto, pero sólo el bendito Espíritu de la Verdad puede hacerlo sustancia en nuestras vidas.


La mayor parte de las diferencias en la interpretación de las Escrituras entre los cristianos son el resultado de un conocimiento incompleto del plan y propósito de Dios. ¡Mucho de lo que se enseña y se cree que en los círculos cristianos de hoy se deriva de una fuente equivocada –¡El estudio de la Biblia! Esta afirmación puede sorprenderle a usted, y usted puede exigir saber por qué digo que la gran masa de la confusión en la enseñanza de la Biblia proviene de la fuente equivocada –El estudio de la Biblia.

¿Qué hay de malo en el estudio de la Biblia? ¿No es este mismo artículo un intento de estudio de la Biblia? Ah, no hay nada de malo en estudiar la Biblia, si tenemos el profesor adecuado enseñándonos. Los cristianos se reúnen en las escuelas de la Biblia, grupos de estudio de la Biblia, escuelas dominicales, etc., para estudiar la Palabra de Dios, pero el problema con la gran mayoría de estos grupos es que tienen el maestro equivocado –¡La mente humana, natural y carnal! Ellos tratan de descifrar los misterios profundos, maravillosos y espirituales de la Palabra de Dios con el intelecto humano, en lugar de permitir a Aquel a quien Dios envió para ser nuestro maestro, el Espíritu Santo de la Verdad; para dar a conocer a las mentes puras y corazones transformados los ocultos misterios del Reino de Dios y Su gran plan y propósito. Si todos tenemos el maestro correcto todos aprenderemos la misma cosa, y lo que aprendemos de Él será la verdad. Lo que Él enseña es la verdad; Él no nos puede dar otra cosa que la verdad.

Cuando pensamos que lo sabemos todo, nos cerramos a más revelación, y hacemos que sea imposible que el Espíritu de la Verdad nos guíe a toda la verdad. Hay que prestar atención al mandato bíblico: "Si alguno se imagina que sabe algo, aún no sabe nada como debe saber" (I Cor. 8: 2). Sí, todavía tenemos mucho que aprender, hay todavía gran parte de la imagen total que debe ser revelada, y de la manera que vienen los rayos de flujo de la revelación divina de la gloria anterior, caminemos en esa luz, y al hacerlo, se cumplirá en nosotros lo que dicen las Escrituras, "la senda de los justos es como una luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto" (Prov. 4:18). Hay muchos cristianos preciosos que creen, y han recibido al Señor Jesús como Su Salvador y que tratan de encajar en la experiencia inicial con el Señor, todas las partes de la Palabra de Dios que se refieren a experiencias posteriores. La llenura del Espíritu Santo, los dones del Espíritu, la experiencia EN Cristo, la filiación, los vencedores y reinar con Cristo, y muchas otras más, porque consideran que todas se han incorporado en esta primera experiencia de la regeneración. Sin embargo, aquellos de nosotros que hemos recibido la llenura del Espíritu Santo como otra experiencia, sabemos de que bendición y realidad se están privando cuando asumen que han recibido todo con la llenura del Espíritu Santo cuando creyeron por primera vez. La llenura del Espíritu no es el final, como muchos carismáticos parecen creer, no es más que el comienzo de más y más maravillosas experiencias con el Señor, y continuamos caminando en el Espíritu y creciendo en la imagen y gloria de Dios.

Al entrar en esta porción grande y maravillosa de la Palabra de Dios deseamos hacerlo con profunda reverencia y humildad de espíritu, sintiendo temor de caminar en donde los ángeles temen caminar; y ansiosamente deseosos de brindar las palabras inspiradas que realmente están en esta porción de la Palabra, y no poner nada en ellas que no esté realmente allí. Como ya he dicho, no hay ningún tema donde parezca haber más confusión que en el de las mentes carnales evocando teorías inexactas y medias verdades, caprichosamente concebidas respecto a este tema del regreso de nuestro Señor. Tomará un intenso esfuerzo espiritual, y mucha oración y quebrantamiento santo delante de Dios para dejar de lado todo lo que uno ha oído y oye, y echar abajo todas las nociones e ideas preconcebidas, para encontrar lo que enseña el Espíritu Santo. La pregunta debe ser en última instancia, ¿Qué enseña realmente la Palabra de Dios? y no, ¿Qué me han enseñado los hombres? Estamos determinados en este estudio a estar comprometidos con el Espíritu de la Verdad y la Palabra del único Dios, en la recepción de un entendimiento de la venida de Cristo, independientemente de cualquiera de todos los puntos de vista tradicionales que podrían tender a influir en una concepción forzada o no natural. Tenemos que estar dispuestos a dejar que la inspiración nos guie y seguir la interpretación. Algunos estarán tentados constantemente a parar y preguntar, "¿Por qué? ¿Cómo puede ser! con respecto a un cierto punto puesto de manifiesto en este estudio. ¡Y quizás en ninguna parte más que en el punto de la verdad empezare!


NO HAY SEGUNDA VENIDA

Puede sorprender a muchos de mis lectores aprender que la Biblia en ninguna parte habla de la "segunda venida" de Cristo (???). Interesante, ¿no es cierto? -cómo algunas de las doctrinas principales y más comúnmente aceptadas de la cristiandad profesante no se pueden encontrar en la Biblia. No hay ninguna mención de cosas tales como: la Navidad, la Semana Santa, la "Inmaculada Concepción" de María, la misa, el papado, los edificios llamados iglesia, la Trinidad, o la "Segunda Venida". El Espíritu de Dios me ha tratado seriamente y consistentemente a través de muchos años, sobre que el pueblo del Señor debe purgar su conversación, purificar su terminología, y retirar de su conciencia la multitud de expresiones no bíblicas y extra-bíblicas heredadas de Misterio Babilonia. Hemos repetido como loros un gran número de términos que no son bíblicos y que han sido tan engañosos y nos han llevado por mal camino en nuestra comprensión de las Escrituras y del maravilloso plan de Dios.

Con qué frecuencia nosotros, como niños en la casa de la Ramera, nos referimos a un ministro del Evangelio como "el pastor" de nuestra iglesia o de alguna otra congregación de los santos. ¡Escuchar a todos los cristianos hoy en día hablar constantemente de "nuestro pastor", "su pastor", "tu pastor", ''mi pastor", y "el pastor", casi nos hace llegar a creer que esta posición de "pastor" debe de hecho ser una de las doctrinas cardinales y el más aclamado oficio en el Nuevo Testamento! El hecho es, precioso amigo mío que, la frase "el pastor" es totalmente ajena a la Palabra de Dios. No es escritural y es un término extra-bíblico.

No había ningún hombre en la iglesia del Nuevo Testamento que alguna vez ocupara una posición llamada "el pastor". Ninguna iglesia levantada por los doce apóstoles o por Pablo tenía algún ministerio como "el pastor". Oh, sí, había "pastores" en plural (Ef. 4:11), pero ningún servidor de Dios en el Nuevo Testamento fue alguna vez elevado a la posición de "el pastor" de una asamblea. La verdad es que en todos los casos en el griego del Nuevo Testamento donde la palabra para pastor (POIMEN) aparece, siempre está en singular acompañado del artículo definido, se utiliza en referencia únicamente a nuestro Señor Jesucristo. ¡Sólo él es El Pastor del rebaño, El pastor de las ovejas! El cantante dulce de Israel declaró tan acertadamente en su precioso Salmo cuando cantó bajo inspiración del Espíritu, "El Señor es mi pastor''. ¿No podemos ver con esto que cualquier hombre que toma para sí mismo este título de “el pastor” de ese modo usurpa el lugar y la dirección de nuestro precioso Señor? Di instrucciones a los hermanos entre los que he trabajado en los últimos años que nunca me deben llamar "el pastor" porque solamente el Señor es EL PASTOR. Puede que sea “pastor", pero nunca "el pastor". A los santos de la congregación se les enseñó que si alguno llegaba preguntando por "el pastor" se le debe decir que El Pastor es el Señor. Y si les pregunta: "¿Quién es el pastor aquí?" deben responder: "El Señor es El Pastor aquí". Entonces podrían explicar que el hermano John Preston Eby es únicamente uno de los sirvientes, pastorea junto con los ancianos y los ministerios; pero el Señor es El Pastor.


Hemos estado tan completamente saturados, nos han lavado tanto el cerebro en los errores de los sistemas religiosos, que hacemos por rutina y hablamos por el hábito de los absurdos ridículos que absorbimos en las bancas de Babilonia. Lo asombrados que nos quedamos una vez que aprendemos la verdad y descubrimos que la enseñanza que hemos acariciado o la práctica sagrada que hemos asumido inconscientemente para ser piadosos y espirituales, no sólo es infundada en la Palabra de Dios, sino que en realidad ¡es una abominación a los ojos de Dios! Y este término - "La Segunda Venida de Cristo" -no es escritural tampoco, y no se puede encontrar en ningún lugar de la Biblia (???); sin embargo, ha influido en el pensamiento y la enseñanza de la mayoría de los cristianos, para aceptar y creer conceptos que simplemente no son verdad. Hemos estado tan confundidos en nuestro pensamiento de que todo en las Escrituras relativas a la venida del Señor, Su aparición, Su manifestación tiene que encajar en Su venida como un hombre hace dos milenios, ó Su supuesta "Segunda Venida" cuando todo ojo le verá. Eso está mal. Muy mal.

¡Que el Dios fuerte llegue rápidamente con Su ascua de fuego del altar sagrado de la verdad eterna y para siempre santifique nuestro discurso!

La Segunda Venida de Cristo no es una frase bíblica. No tiene ninguna garantía bíblica. Es mi profunda convicción de que debe desecharse por completo, ya que es la causa de mucha confusión de pensamiento y no un pequeño error positivo. Muchos textos hablan de la venida de Cristo, la venida del Hijo del hombre, la venida del Señor o frases similares. La palabra "segunda" nunca aparece junto a una palabra que pueda ser traducida "venida". Consideremos algunos pasajes. "Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre" (Mateo 24:27). "Nosotros, los que hayamos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron" (I Tes. 4:15). "Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida" (II Tes. 2: 8)." Seamos pacientes, por lo tanto, hermanos, hasta la venida del Señor: He aquí, el labrador espera el precioso fruto de la tierra, y tiene con paciencia, hasta que reciba la lluvia temprana y tardía" (Santiago 5: 7). "Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca" (Santiago 5: 8).

Estos textos, y muchos otros, todos ellos incluyen la palabra "venida". ¡Pero los predicadores, cuando predican de estos textos, siempre añaden la palabra “segunda” a cada una, y proceden a predicar sobre “la segunda venida de Cristo”! Invariablemente añaden la palabra "segunda" a cada "venida" en el Nuevo Testamento, y luego añaden la "segunda venida de Cristo" para casi todos los capítulos en la Biblia -incluso en el Antiguo Testamento. La adición o el agregar la palabra "segunda" a la palabra "venida" violenta el significado cada vez. Jesús no dijo, "La segunda venida del Hijo del hombre". Santiago no dijo: "Sed, pues, pacientes, hermanos, hasta la (segunda) venida del Señor". Pedro no le preguntó, "¿Dónde está la promesa de tu (segunda) venida?". Pablo no dijo, "Entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor ... destruirá con el resplandor de su (Segunda) venida". No hay justificación alguna para agregar la palabra "segunda" a cualquiera de estos pasajes inspirados. ¡Tengo toda la confianza del mundo en que el Espíritu Santo les inspiró a escribir exactamente como debería escribirse -sin la palabra “segunda”!

Usted tendría que volver a re-escribir todo el Nuevo Testamento para apoyar la doctrina de la "Segunda Venida" del Señor. La "Segunda Venida" no es una expresión bíblica y la primera expresión se produjo entre los cristianos tan tarde como a mediados del siglo II después de Cristo. No puedo enfatizar lo suficiente que la palabra "segunda" nunca se usa en la Sagrada Escritura con la palabra "venida". ¡Esa es la verdad simple y sencilla e incontrovertible, y este hecho es elemental y básico para una correcta comprensión de la venida del Señor!



APARECE POR SEGUNDA VEZ

Alguien seguramente plantearía la pregunta: ¿No puede la expresión "Segunda Venida" justificarse por el verso final del noveno capítulo de Hebreos? El pasaje dice, "así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan" (Hebreos 9:28.). Este verso se puede trazar correctamente sólo cuando se toma dentro del contexto de los versos precedentes a él. El escritor dice: "Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado". (Heb. 9: 24-26).

Algunos han tratado de encontrar tres "apariciones" en estos versos, pero sólo son dos. Y las palabras son tomadas irreflexivamente por personas como si las palabras "aparecerá por segunda vez" y "segunda venida" fueran de alguna manera equivalentes, o sinónimas de la "Segunda Venida". Pero esto es más que en juego en el lenguaje de nuestra versión en Inglés. Las dos "apariciones" en este pasaje ni siquiera se refieren a la supuesta llamada "Primera Venida" de Cristo en el pesebre de Belén, o a Su "Segunda Venida" del Cielo al final de esta edad. Como veremos más adelante, el Señor ha hecho muchas apariciones en esta Tierra. Y he aquí dos de esas muchas apariciones son contrastadas, la una con la otra, por lo que una es "primera" y la otra "segunda". Aquí tenemos Su "primera" aparición: ''para presentarse ahora por nosotros ante Dios. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano... sino en el cielo mismo, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios".

En los tipos del Antiguo Testamento, la expiación por el pecado no se consumaba con la muerte del animal, el derramamiento de la sangre en el altar, en las personas y en el tabernáculo. No. No hasta que el sumo sacerdote se presentaba en el Lugar Santísimo, en presencia de Dios con la sangre del sacrificio. Este era un tipo del sacrificio de Cristo por nuestros pecados. No se llevó a cabo ni se completó con el derramamiento de Su sangre y Su muerte en la cruz. Antes de que pudiera haber alguna eficacia de Su sacrificio tuvo que presentarse EN LA PRESENCIA DE DIOS con Su propia sangre para hacer expiación por nuestros pecados. Esto es lo que este verso está hablando; Cristo entró en el Lugar Santísimo, no del tabernáculo terrenal, sino en el Cielo mismo, presentándose a Sí mismo, apareciéndose ante la presencia de Dios, en el Reino Eterno del Espíritu, como el portador de nuestra redención. Este versículo dice que Él apareció en la presencia de Dios por nosotros. ¡Esta es la primera de las dos apariciones aquí contrastadas, pero ciertamente no es Su primera aparición a los hombres! A medida que seguimos adelante en esta Escritura nos dice que el Cristo no necesitaba ofrecerse muchas veces al igual que el Sumo Sacerdote de la Antigua Alianza lo hacia una vez al año con la sangre de animales. Sólo una vez tuvo que ofrecerse a Sí mismo, como leemos, "pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez (en el Cielo –vs. 24) para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado". ¡Una vez que ha aparecido, por primera vez, EN LA PRESENCIA DE DIOS POR NOSOTROS!

El versículo 28 habla de otra aparición, firmemente aparece en relación con nuestra salvación. Se inicia con estas palabras: "así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos" (en referencia a los versículos 24 y 26, donde se dice que entró en el lugar santísimo en el Cielo y apareció en la presencia de Dios por nosotros). Ahora Él aparece de nuevo la segunda vez: "Y a los que le esperan El aparecerá por segunda vez, sin pecado". La mayoría de los cristianos creen que este verso es en referencia a lo que llaman la "Segunda Venida" del Señor, una aparición visible al final de este siglo. Esto no está aludiendo a una aparición a todos. La palabra empleada en realidad es totalmente diferente. Es una palabra general, y esa misma palabra se usa con referencia a su manifestación a Sus discípulos después de su resurrección. Aparece cuatro veces en 1ª Cor. 15: 5-8 donde se traduce "fue visto". El Señor apareció a muchos después de Su resurrección. El Señor Jesús se apareció al apóstol Pablo en su totalidad, aparte de Sus dos apariciones establecidas en hebreos capítulo 9. El Señor se apareció a Pablo en la forma de una luz brillante sobre el brillo del sol de mediodía. Jesús se manifestó a Pablo en la forma de luz para encargarle la obra del Evangelio. Y dijo el Señor: "Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti" (Hechos 26:16).

Y aún más, el artículo definido debe omitirse: "Así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos, aparecerá por segunda vez, sin pecado, a los que en él esperan, para alcanzar la salvación". Es así como el texto griego dice. La afirmación no es profética, sino doctrinal; y la doctrina en cuestión no es la denominada supuesta "Segunda Venida", ¡sino El sacerdocio! No es la predicción de un evento a ser realizado en aquellos que han de estar vivos en la Tierra en el tiempo del fin, sino la declaración de una verdad y un hecho que se hace realidad en cada miembro elegido del cuerpo de Cristo, no importando en que dispensación haya sido su permanencia en la Tierra. Nuestro Señor Jesucristo aparece una segunda vez para aquellos que lo buscan, que lo buscan diligentemente a Él y siguen en pos de Él; ya no más como una ofrenda por el pecado en la cual apareció en el cielo por nosotros, pero sí en la poderosa manifestación de su poder para con nosotros, para salvación. Y esta salvación es la obra de nuestro gran y maravilloso Sumo Sacerdote. Esta misma verdad maravillosa se expone en Heb. 7:25 en estas palabras: "por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos". Esta frase la traduce la biblia Phillips como "Él puede salvar total y completamente". La traducción Literal de Robert Young, dice : "Él es capaz de salvar hasta el final". La Versión Amplificada, "Él es capaz de salvar hasta lo sumo -por completo, a la perfección, hasta lo último, y por todo el tiempo y la eternidad".

El griego señala que Él es capaz de salvar completamente. Él es capaz de salvarnos de principio a fin, incluso hasta en el valle de la sombra de la muerte. Él es capaz de salvar totalmente, completamente -la salvación completa sin ninguna falla, completa, como sólo un Dios santo y omnisciente y omnipotente conoce completamente y a la perfección. Esta salvación "hasta el extremo" es una salvación completa del espíritu, alma y cuerpo, reservada a los que "se acercan a Dios por medio Él" -a los que le siguen de principio a fin, hasta el Lugar Santísimo, detrás del velo, para conocerle en toda Su gloriosa y eterna realidad. ¡Y no es la salvación llevada a cabo por Jesús que cruzó el Cielo, sino la de nuestro gran Sumo Sacerdote ministrando desde Su Trono de intercesión! "Hasta lo sumo" es la palabra más fuerte y extremista en todo el mundo. No puede haber nada más extremo. Lo sumo está situado en el borde más extremo, en el más remoto borde, y en el pináculo más alto de todas las cosas existentes. Es el límite, la frontera, lo completo, la perfección, la plenitud, la cumbre, el ápice y la última de todas las realidades. ¡Oh, cuán maravilloso es esto! ¡La salvación hasta lo sumo! ¡Qué límite! ¡Lo que es un límite! ¡Lo que es una cúspide!


Salvar "perpetuamente" no puede entenderse separado de nuestro Sumo Sacerdote que nos ha asegurado y que ahora nos ministra a nosotros desde de ese Reino superior de incorruptibilidad. Jesús señaló ese día, en la noche de Su juicio, antes de la crucifixión, cuando anunció al sorprendido sumo sacerdote Caifás, esta maravillosa proclamación, "Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viniendo en las nubes del cielo" (Mat. 26:64). Parafraseando, Jesús dice: "Aunque ahora me ves en este estado bajo y humillado, sin embargo, el día viene cuando voy a aparecer de otra forma. A pesar de que me mires morir en una cruz romana como una ofrenda por el pecado, en breve me verás sentado en el trono de mi padre y viniendo en las nubes del cielo".

Cómo somos propensos a ver estos dos eventos, separados por un gran lapso de tiempo. Nuestra concepción es la de Jesús sentado a la mano derecha de Dios por un par de miles de años, y que al final saldrá de Su Trono para "venir en las nubes del cielo". ¡NO ES ASI! "De ahora en adelante veréis ..." Así traduce la versión King James, la traducción de una frase griega que significa inequívocamente "a partir de ahora" - o, literalmente, en adelante. Pero es seguro que el lector promedio, leyendo la versión autorizada, generalmente entiende que significa algo muy diferente -no "a partir de ahora verán al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo en las nubes de cielo", sino que la mayoría dice "en el más allá", en algún momento en el futuro indefinido, verás al Hijo del hombre "sentado" y luego "viniendo". La idea correcta es, "Por lo demás -A partir de AHORA verán al Hijo del hombre sentado ... y viniendo". Estos dos eventos, Sentado y Viniendo, son simultáneos. Son co-extensivos. Ellos ocurren al mismo tiempo. Y ambos suceden "a partir de ahora". Se sienta y viene. ¡Se sienta sobre el Trono de poder celestial y viene en las nubes del cielo! Se sienta como nuestro gran Sumo Sacerdote y viene como nuestro Salvador transformador. No se sienta y luego viene, sino que viene mientras se sienta. No son dos acciones independientes separadas, sino que son dos acciones interdependientes.

¿No ha venido Él a ti, precioso hermano, hermana, en el poder salvador potente mientras Él está sentado en el Trono en las alturas? ¿No es cierto que Él tiene poder para salvarte completamente sólo porque Él está sentado en el Trono? Ah -no es Jesús viniendo estrepitosamente abajo a través de los cielos quien es capaz de salvar hasta lo sumo -es, más bien, Cristo nuestro Sumo Sacerdote en el Trono de la Majestad en las alturas quien es capaz de salvarnos hasta lo sumo, pues vive perpetuamente para interceder por nosotros. ¡Oh, leemos tanto en la Palabra de Dios que no está allí! Con nuestro razonamiento carnal limitado y defectuoso distorsionamos todo fuera de su forma, diciendo lo que no dice y no diciendo lo que dice. ¿Por qué no pueden los hombres dejar sus parlerías ignorantes y aprender de una vez por todas que nuestro Señor Jesucristo es plenamente capaz de sentarse y llegar al mismo tiempo! Ya es hora de que todos los santos elegidos de Dios aprendan que Jesús es Sumo Sacerdote y Salvador al mismo instante. Se sienta y viene. Ha aparecido una vez por todas ante el Padre en el Cielo como nuestra ofrenda por el pecado, y ahora se sienta allí continuamente como el Sumo Sacerdote de esa vida poderosa. Y a todos los que le buscan y esperan aparecerá por segunda vez para salvación. Él Ha aparecido en la presencia de Dios por nosotros, y ahora aparecerá por segunda vez a nosotros. ¡El tema no es su “Segunda Venida”, sino Su glorioso SACERDOCIO SALVADOR! Es hora de que todos los hombres crean la Palabra de Dios y dejen sus propios engaños vergonzosos.



LAS VENIDAS DEL SEÑOR

Se nos ha llevado a pensar en términos de “Primera Venida” y “Segunda Venida”, mientras que la Biblia habla en términos de la revelación progresiva de Jesucristo. Nuestro Dios no habla de la "Primera Venida" y la "Segunda Venida" -habla de la revelación progresiva de Jesucristo, el Hijo de Dios. Por ejemplo, echemos un vistazo a ese pensamiento en Miqueas 5: 2: "Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad".

Nótese, sus "salidas" se utiliza en plural. Las salidas del Señor hablan acerca del Señor Jesucristo. Ahora, la idea de "salidas" tiene que ver con la marcha hacia delante de Dios -el despliegue del propósito de Dios, paso a paso. Esto es lo que se indica aquí. Esto es lo que tiene que ver con la historia, la revelación progresiva de Jesucristo, la marcha hacia adelante de Dios, la siempre creciente revelación de Sí mismo al hombre. El desarrollo de los acontecimientos de los últimos tiempos y el orden de Dios para todos los tiempos por venir, que son los principales contenidos del último libro de la Biblia, que se llama "La Revelación de Jesucristo".

El término "Segunda Venida" es tan lamentable, porque no es bíblico. Implica que solo ha habido una sola venida de Cristo hasta el momento. Esto no es verdad. Puede que le sorprenda aprender que la Escritura no trata Su venida en Belén como un hecho aislado. Si bien es importante, no se considera fuera de proporción con otros eventos comparables. Su venida como un hombre fue un paso en el desarrollo del plan de Dios para la redención del mundo. En realidad, Belén forma parte de una serie de apariciones de Cristo en el mundo. Por la misma razón, no es Su última venida a la Tierra. Con el fin de obtener la importancia de Su nacimiento, vamos a retirarnos de Belén y considerar Su venida allí como un solo evento en el panorama de las edades. Vamos a considerar este tema en las siguientes divisiones: (1) Antes de Belén, (2) A partir de Belén, (3) Debido a Belén.

Una abundancia de Escritura es compatible con el hecho de que Cristo existía antes Belén. Él es tan real en el Antiguo Testamento, como lo es en el Nuevo Testamento. La gran diferencia, por supuesto, es que se hizo carne. Él dijo: "Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, YO SOY…" (Juan. 8:58). También dijo: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo (Juan. 5:17). El y el padre estaban trabajando mucho antes de Belén. Juan abrió su inigualable Evangelio con esta afirmación majestuosa: En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios" (Jn. 1: 1-2). El profeta Isaías había hecho una distinción muy cuidadosa acerca de Su nacimiento en Belén: Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado" (Isa. 9:6). Miqueas, contemporáneo de Isaías, había dicho, como ya he señalado, que él saldría de Belén, pero que "sus salidas son desde el principio, desde la eternidad". Sus huellas se manifiestan en este mundo antes de que las huellas fueran hechas en Sus manos.

Las páginas del Antiguo Testamento están literalmente rociadas con informes de las venidas del Señor, comenzando en el bendecido Jardín del Edén y continuando a través de todas las generaciones. El mismo día en que el hombre pecó, "escuchó la voz del Señor Dios caminando en el huerto, al aire del día" (Génesis 3: 8). La forma casual en que se indica esto nos indica que este fue un evento normal, tal vez una hora señalada diaria en la que el Señor manifestaba Su presencia para comunicarse con el hombre que había colocado en este planeta. El Señor todavía caminaba entre los hombres, incluso después de que Adán fue expulsado del Jardín, respecto a Caín, después de que él mató a Abel, "Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén" (Génesis 4:16).

En Génesis 17: 1 nos encontramos con que "El Señor se apareció a Abraham". En Gén. 17:22 dice: "Y acabó de hablar con él, y subió Dios de estar con Abraham". Interesante ¡no fue el monte de los olivos la primera vez o lugar donde el Señor ascendió! En Génesis 18: 1 leemos: "Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre". En Gén 18:33, "Y Jehová se fue, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham volvió a su lugar". En Gén 26:24 vemos que: "Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo..." En Gén 35: 7 dice: "Y edificó (Jacob) allí un altar, y llamó al lugar El-Bet-el, porque allí le había aparecido Dios, cuando huía de su hermano". El Señor se le apareció a Moisés en la zarza ardiente (Ex. 3: 15-16). Después de que Moisés había llevado a los hijos de Israel fuera de Egipto, Cristo caminó entre ellos en la poderosa manifestación de poder, gloria y provisión", porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo" (1ª Cor. 10: 4 ). Más tarde, el Señor vino de nuevo a Israel en otra forma, como leemos en Ex. 19: 9, 18 y 20: "Y el Señor dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo a vosotros ... y el Monte Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él ... y el Señor descendió sobre el Monte Sinaí, en la cima de la Montaña". Cuando se construyó el Tabernáculo en el desierto", el Señor se apareció en el Tabernáculo en una columna de nube (O sea, que Su venida en una nube no es nada nuevo), Y se apareció Jehová en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo. (Deut. 31:15). En los días de Samuel el profeta "... Y Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a Samuel en Silo por la palabra de Jehová (1ª Sam. 3:21). 2 Crónicas 3: 1, el Señor se apareció a David ... en el lugar que David había preparado en la era de Ornán jebuseo". En 1ª Reyes 3: 5, el Señor se apareció a Salomón. Y este récord estelar de las venidas del Señor en los tiempos del Antiguo Testamento adquieren una importancia especial cuando Israel exclama, "Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia". (Jer. 31: 3).

No nos atrevemos a perder de vista el hecho de que nuestro Señor ya ha tenido muchas venidas, muchas apariciones. Hemos limitado las venidas de Jesús estrictamente a dos debido a nuestros términos no bíblicos "primera venida" y "segunda venida", pero la verdad es que ¡Él vino; Él continuó viniendo; Él viene; Él sigue viniendo; Él vendrá; y el continuará viniendo! Hay numerosas "venidas" y "apariciones" del Señor en el Nuevo Testamento. Pero no todas se refieren al mismo evento. La palabra "venida" se utiliza muy a menudo en las Escrituras para una visita o manifestación del Señor, para juzgar o bendecir o lograr algún aspecto de Su plan y propósito entre Su pueblo y en la Tierra. Uno podría pensar al escuchar a los predicadores vociferar y delirar acerca de "la Segunda Venida de Cristo", que cada vez que el Señor dice: "Yo vendré", Él está hablando de un evento específico, particular, singular en algún momento en el tenue y futuro brumoso. No vacilo en decirte que esto es un gran error.

Rev. 2: 5 habla de una venida de nuestro Señor, "Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido". Puesto que Jesús ya se había ido, la venida de Jesús en este versículo es un regreso. ¿Qué dice el Señor? ¡Le advierte a la iglesia en Éfeso que si no se arrepiente, “¡VENDRÁ ... rápidamente a ella!", "Yo vendré a ti pronto, y quitaré tu candelero de su lugar". "Candelero" significa una lámpara de pie. Una lámpara de pie es para sostener una luz. Ahora ¿cuál es el sentido de una asamblea de creyentes? Este es el propósito de una asamblea - "Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder" (Mat. 5:14). Cristo le dice a estas personas que si no se arrepienten Él vendrá a ellos en juicio, rápido y efectivo juicio, y los removería de ser una asamblea de hijos de Dios portadores de la luz. ¡Era una venida que podría o no tomar lugar! Jesús dijo: "Voy a venir si no se arrepienten". ¿Qué podría frenar Su venida? ¡Los santos de Éfeso arrepentidos! La iglesia de Éfeso era una iglesia activa y paciente, y doctrinalmente sólida. Pero perdió su primer amor por Cristo, la pureza, el amor virginal para él y para él solamente y por desgracia, nunca se arrepintió. Así que Dios permitió que la luz se apagara. Más tarde, la oscuridad del Islam barrió la Tierra donde estaba localizada esta iglesia. No hay una lámpara de pie en Éfeso hoy, porque no hay nada más que las ruinas de una ciudad alguna vez grande. En Éfeso no hay iglesia en absoluto. El sitio del antiguo templo es ahora un pantano, habitado sólo por las ranas. Éfeso, por supuesto, de acuerdo con el patrón del libro de Apocalipsis, no era más que una iglesia típica y una señal de advertencia solemne de parte de Jehová parpadea desde ese hoy, para ser escuchada por todos los hombres y movimientos que son del espíritu y carácter de Éfeso: "¡Arrepiéntete, o vendré a ti pronto!" ¿Es esta entonces la llamada “Segunda venida” de Cristo? ¡De cierto que no! Pero temo que casi todos los hijos de Dios sostienen la idea infantil de que cada vez que Jesús dice: "Yo vendré", siempre se refiere a un acontecimiento singular llamado "la segunda venida".

El libro de Apocalipsis nos proporciona una visión secuencial de las venidas del Señor. Su título inspirado se encuentra en el primer versículo -"La revelación de Jesucristo". La palabra griega que significa "revelación" es APOKALUPSIS que significa "revelar, descubrir"; por lo tanto, '"revelación". Esto se expresa en Apocalipsis 1: 7: y todo ojo le verá, ... El error de la mente no espiritual y no iluminada es asumir de inmediato que cada ojo debe verlo al mismo tiempo y de la misma manera. Pero las formas multitudinarias en las que el Señor viene, y viene, y viene, a través de las páginas iluminadoras de este glorioso libro me indican la revelación progresiva de Jesucristo, las muchas facetas y muchas esplendorosas apariciones del Señor de un grado de gloria a otro, hasta cuando todo haya terminado, todas las criaturas en el Cielo, la Tierra y el Infierno tendrán una revelación del Hijo de Dios (Ap. 5: 13).

¡Con que genialidad divina el Espíritu Santo en las páginas de la Palabra de Dios retrata al Hijo viviente de Dios viniendo y de pie en medio de las siete iglesias! Esta es una escena terrenal. El resucitado y glorificado Cristo estaba presente en y entre las iglesias. Jesús había prometido volver, y de acuerdo con los capítulos dos y tres del libro de Apocalipsis ¡él había vuelto! Luego sigue con rapidez la escena trágica de Jesucristo, el bendito Salvador, de pie al final de esta era, completamente fuera de la iglesia de Laodicea. Ya no está Él tratando con el sistema de la iglesia apóstata, sino golpeando, golpeando, llamando a la puerta del corazón de cada hombre y mujer individual, y les dice: "He aquí yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo" (Ap. 3:20). Este pasaje sólo puede referirse a una presencia espiritual que viene a cualquier individuo, a ALGUNO que abrirá la puerta de su corazón a la intimidad de la comunión y la unión vital con el Cristo de Dios.

Como alguien ha escrito con respecto a este pasaje significativo: "El mensaje es a "alguno", un mensaje que abandona la multitud con sus juegos religiosos, sus credos de iglesia y sus iglesias cristianas; un mensaje que dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo". La iglesia de los últimos días es la iglesia del individuo. Es el creyente individual con una relación personal con Cristo. Para el hombre que va a renunciar a todo lo demás y cenar con Cristo esta es una época de gloria, una hora de preparación tal como nunca hemos conocido. Este es un momento en que el Espíritu de Dios está hablando a usted como un individuo. El busca cenar, beber y festejar con usted, separado de toda la confusión religiosa de nosotros. Es un día glorioso cuando vemos la promesa que es nuestra en esta hora" -fin de la cita.

¿Y cuál es la promesa? ¡La promesa, promesa maravillosa, es la de Su Venida! "Yo entraré a él, y cenaré con él y él conmigo". Ah, ¿es esta la llamada "segunda venida" de Cristo? No, es lo que los hombres predican o lo que los cristianos anticipan y esperan por ello, pero, amados santos de Dios, sin embargo es la Venida de Cristo. Él no viene una vez y de una sola forma. ¡Él viene y viene y viene en la revelación progresiva de Sí mismo!

No hay ni tiempo ni espacio para discutir todas estas venidas y apariciones totalmente en un breve artículo, así que perseguiré estas grandes verdades en los próximos meses. Vamos a tocar lo suficiente en este momento para que pueda ver claramente que hay más de dos venidas de Cristo mencionadas en la Biblia, y el tratar de aplicar todas las Escrituras de la venida del Señor a sólo dos venidas, ha causado mucha confusión, enseñanzas erróneas y ha causado al pueblo del Señor perderse por completo algunos de los más maravillosos aspectos de Dios y de Sus grandes y maravillosos propósitos.

En el día de Pentecostés Cristo vino otra vez como el Consolador. "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad: al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; más vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. Yo no os dejaré huérfanos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros". (Jn. 14: 16-20).

En Mar. 13:26, Él viene con las nubes. En Mat. 24:27, El viene como un rayo. En Apocalipsis 16:15, El viene como un ladrón. En Mat. 25: 6, Él viene como el novio. En Apocalipsis 22:16 y 2:28, Él viene como la estrella de la mañana. En Mal. 4: 2, El viene como el sol de justicia surgiendo. En Fil. 3: 20-21, El viene en el poder de la resurrección. En 2ª Tes. 1: 7-8, Él viene en llama de fuego. En Mal. 3: 1-3, Él viene a la compañía de sacerdotes como el fuego refinador y jabón de lavadores. En 1ª Tés. 4: 16-17, Él viene en el aire. En Os. 6: 3 y Santiago 5: 7-8, Él se presenta como la lluvia. En Apocalipsis 19:11 y 14, Él viene en un caballo blanco. En Mat. 25: 31-34, Él viene como rey. En 1ª Ped. 5: 4, El viene como el Príncipe de los pastores. En Mat. 16:27, Él viene con sus ángeles. En Judas 14, Él viene con sus santos. En Jn. 14:18, Viene a SUS SANTOS. En 2ª Tes. 1:10, El viene en su SANTOS. En Judas 14 y 15, Él viene en juicio. En 22:12, Él viene con las recompensas. Y el tiempo y el espacio me faltaría contando de cómo Él viene con voz de mando, con voz de arcángel, con trompeta de Dios; Él viene al monte de los Olivos; Él viene a Su templo; El viene en gloria; El viene como Señor; Él viene en Su reino; El viene como tiempos de refrigerio, etc.

Como un coro de muchas voces y como el sonido de muchas aguas, el testimonio de la Palabra de Dios resuena con abundantes, sorprendentes e ineludibles pruebas que la venida de Cristo no es un acontecimiento aislado, sino que incluye muchas manifestaciones diferentes. Su venida a nosotros es una experiencia de muchos lados. Para multitudes Él aparece como Salvador; lo encuentran en la encrucijada de sus vidas; Él se convierte en Su salvador, pero nunca se aventuran más profundo a conocerlo íntimamente. Sólo tienen un conocimiento superficial de Él. A otros se les aparece como el Príncipe de los pastores y el novio. Estos oyen Su voz y son movidos por Su amor, y prosiguen en conocerlo a Él en medidas más profundas de intimidad y unión. A otros el aparece como un ladrón. Él entra en su mundo sin invitación y sin previo aviso, Él los sobrepasa inesperadamente y rompe su estilo de vida, rompe sus juegos religiosos. Y a otros Él aparece como fuego, consumiendo su heno, madera y hojarasca, eliminando por el Espíritu de Fuego todo lo que es de uno mismo y no de Dios. La venida del Señor es tan multifacética como el cristal más deslumbrante de la Tierra o el más bello diamante conocido por el hombre. En el Antiguo Testamento, los rabinos se confundieron a menudo por las aparentes contradicciones en las descripciones de la venida del Mesías. En algunos de los pasajes el Mesías fue descrito como viniendo como un siervo sufriente y herido por nuestras transgresiones y molido por nuestras iniquidades. En otros pasajes Él venía como un conquistador para gobernar y para derrotar a los enemigos del pueblo de Dios. La gente les pidió a sus eruditos una respuesta a esta aparente contradicción. Los rabinos a menudo iban tan lejos como para decir que dos Mesías vendrían. Ellos estaban equivocados; el mismo Mesías venía dos veces. ¡Pero más que eso! ¡Sí, mil veces más! El mismo Mesías viene cinco, diez, treinta, diez mil veces, como en muchas y variadas formas y maneras ya que hay tratos y operaciones de Dios para ser operadas en las vidas de los hombres y en el destino de las naciones sobre la Tierra. Mi ferviente oración a Dios es que el espíritu de sabiduría y revelación de alguna manera pueda hacer siempre claro para todos los que leen estas líneas y que hemos visto demasiado limitada la visión de la verdad, que necesitamos todas las facetas juntas, porque es la visión más completa, donde fácilmente parece que hay muchas esplendorosas dimensiones de Su venida.

Si la venida del Señor no es una revelación progresiva en muchas manifestaciones, entonces, dime por favor, ¿cuál de las muchas venidas descritas a continuación ES LA SEGUNDA VENIDA? Cuándo Él dice: "Yo no los dejaré huérfanos: vendré otra vez a vosotros, ¿es esta la Segunda Venida"? o cuando el declara: "He aquí, yo vengo como ladrón". O cuándo él dice: "Yo vendré a ti como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra", ¿es esta la manifestación de Su "Segunda Venida"? ¿O es cuando venga como un rayo, o como el sol de justicia, o como el esposo, o como rey, o A Sus santos, o Con Sus santos, o En Sus santos? O cuando Pablo dijo que Jesús vendría con "grito", también con la "voz de arcángel" y con "trompeta de Dios". O cuando Jesús dijo: "He aquí, yo vengo como ladrón". ¡Ciertamente, los ladrones no soplan la trompeta y gritan! Tampoco tocó trompeta Jesús cuando ascendió desde el Monte de los Olivos, sin embargo, los mensajeros dijeron que vendría "de la misma manera". Y parecería que si Él vino como lluvia y como el fuego al mismo tiempo, la lluvia podría apagar el fuego.

Pero estas no son contradicciones. Son imágenes de palabras para ayudar a nuestras mentes finitas a comprender con mayor claridad algunos de los grandes factores que intervienen en la venida de Cristo y lo que significa Su venida a la Creación entera. Cuando ponemos todo esto junto y añadimos a ello todas las otras ilustraciones de la Biblia relacionadas con la venida de Cristo, comenzamos a entender que lo que vamos a buscar no es un ser humano que baja a través de las nubes literales, a prender fuego a la Tierra y volcar las montañas, sino poderosas manifestaciones del resucitado, glorificado y ascendido Señor del Cielo y de la Tierra, dando como resultado la transformación de la humanidad del egoísmo y el odio a la compasión y el amor; de la guerra y la destrucción a la paz y la reconstrucción; de muertos en delitos y pecados a vivos en Cristo; de la intención de la carne a la preciosa mente que estaba en Cristo Jesús; de la enfermedad y la muerte a la salud y la vida; de cortejos fúnebres al poder vivificador de Su resurrección!

Y por lo tanto es que muy pocos cristianos tienen pensamientos escriturales acerca de la venida de Su Señor. Ellos buscan en la profecía una esperanza para de la iglesia confunden el "Sol de Justicia" con "la estrella de la mañana"; mezclan la venida de Cristo "EN Sus santos", y Su venida "CON los Santos"; y no tienen la más mínima idea de cuál es la diferencia en tiempo o manifestación entre Su venida en forma de lluvia o Su venida como Fuego; Su venida como Salvador y Su venida como Señor; Su venida como un rayo o Su venida con las nubes; Su venida como esposo o Su venida como Rey. Todo esto es el más grave error, contra el cual me siento obligado por el Espíritu de Dios para advertir a mis lectores. ¡No muchos saben cuándo o cómo el Señor viene en cualquiera de Sus manifestaciones, por lo tanto, no saben cómo recibirlo!

Casi toda la cristiandad enseña que el regreso del Señor es un evento singular en el futuro. Por lo general, están de acuerdo en que vendrá en un cuerpo de carne, con heridas en las manos, pies y costado, y que se suspenderá en el cielo de una manera tal que todos los ojos de todos los seres humanos que viven en esta Tierra en el mismo tiempo le verá y por lo tanto sabrán de Su venida. ¡Cuánto más razonable y comprensible es la gloriosa verdad! Los antiguos conceptos erróneos y las crudas teorías con respecto a este gran evento no deben obstaculizarnos para determinar la sencillez de la verdad con respecto a ella, como se establece en el Libro de Dios bendito y es revelado a Sus santos elegidos ahora por el Espíritu. Siempre espero en el Señor que se mueva por su Espíritu y se haga real por Su presencia, o manifieste la grandeza de Su poder en algún lugar o circunstancia de mi vida. Mi corazón grita, "¡Ven, Señor Jesús!"

Hay un principio en las Escrituras concerniente a la Venida del Señor, y es que debemos discernir espiritualmente y responder a Sus venidas en medio de nosotros y en nuestras vidas individuales. Jesús dijo, "Negociad entre tanto que vengo". En medio de toda nuestra actividad debemos mirar siempre a Sus venidas. Debemos estar espiritualmente perceptivos y despiertos en todo momento. Y a continuación, reconociendo Su presencia y apartados de todo lo que pueda distraernos, podemos movernos con Él en Su visitación. Así como respondamos a Sus venidas ya sea en bendición, a sus venidas refrescándonos, a Sus venidas acelerándonos, a Sus venidas iluminándonos, a Sus venidas transformándonos, a Sus venidas llevándonos a Su Señorío, a Sus venidas entre los hermanos, a Sus venidas en la comunión, a Sus venidas en juicio, a Sus venidas en la corrección, a Sus venidas desnudándonos, a Sus venidas purgándonos o limpiándonos ... así como respondamos a Sus venidas vamos a llegar a conocerle en toda Su maravillosa realidad y seremos hechos como Él , Su propiedad en la Tierra. ¡Oh, escucha el sonido de Sus venidas!

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