Los judíos han construido un gran altar en el Monte de los Olivos para sacrificar una novilla roja, tal vez el 29 de marzo. Esto, dicen, debe hacerse antes de que se construya el “tercer templo”. De esa manera, el pueblo podrá purificarse con agua y las cenizas de la novilla alazana al entrar al templo.
Hebreos 9: 9-14 deja claro que tales sacrificios de animales carecen del poder para limpiar a alguien del pecado. El Nuevo Pacto provocó un cambio de Ley (es decir, de su forma), haciendo obsoletas las cenizas de una novilla alazana. Es extraño, entonces, que los cristianos se entusiasmen tanto con el restablecimiento de los sacrificios del Antiguo Pacto.
Hace décadas, llegué a creer que cuando los sacerdotes ofrecieran la novilla roja como sacrificio, sería una señal de blasfemia, porque mostraría OFICIALMENTE (para los sionistas) que habían rechazado a Cristo y la eficacia de Su sacrificio por el pecado. En otras palabras, creo que este sacrificio pondrá a Jerusalén y a todo el Estado Sionista en el camino final hacia la destrucción, en cumplimiento de Jeremías 19: 10-11:
10 Entonces quebrarás la vasija ante los ojos de los varones que van contigo. 11 y les dirás: Así dice Yahweh de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de alfarero, que no se puede restaurar más; y en Tófet se enterrarán, porque no habrá otro lugar para enterrar.
A la luz de la guerra de Gaza que comenzó el 8º Día de Tabernáculos del 2023, me parece que los dos eventos están relacionados. Creo que la guerra de Gaza no terminará hasta la destrucción de Jerusalén, y el sacrificio de la novilla roja –si lo llevan adelante– será el detonante.
Ver: https://josemariaarmesto.blogspot.com/2024/04/el-plan-de-sacrificar-una-novilla-roja.html
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