RECETA CONTRA EL MAREO CAUSADO POR EL
EXTRAVÍO
Composición:
!SALGAN DE LA ROTONDA DEL ACTIVISMO!
(o de la PARÁLISIS DEL ANÁLISIS, los que
usan su mente en lugar de las obras)
Dosificación:
"Así dijo
Jahveh: PARAOS en los caminos,
y MIRAD, y PREGUNTAD por las sendas
antiguas, cuál sea el buen camino,
y ANDAD por él, y
hallaréis DESCANSO para vuestra alma.
Mas dijeron: No andaremos." (Jer 6:16)
(Estas son palabras de Jahweh a Su pueblo, no a extraños; palabras para
creyentes y no inconversos, aplicables pues a la Iglesia. ¡La Biblia es para
Sus hijos!, para los inconversos es como leer el "Espasa Calpe".
¡Apliquémonosla entonces, démonos por aludidos al leerla!)
"Paraos"
Con anterioridad a las lavadoras automáticas existían las de
turbina. Cuando apagabas la lavadora la turbina dejaba de girar, pero
el agua por inercia aún continuaba haciéndolo por un tiempo, aunque a
la postre se detenía también, porque había cesado la fuerza que la
impulsaba. A nosotros nos ocurre algo similar; si queremos que nuestro ser
interior (el agua) se aquiete, debemos aquietar nuestro ser externo (la
turbina); en efecto, cuando respiramos armónica y pausadamente, cuando
detenemos nuestra efervescente locuacidad o mejor incluso nos callamos, cuando
dejamos de movernos agitadamente y ralentizamos nuestro caminar,
nuestras emociones y nuestra mente tenderán al reposo y al descanso (Is 30:15).
Así pues, cuando uno se da cuenta de que se ha extraviado, perdido, lo mejor
es parar, no continuar andando; proseguir por un camino equivocado es
perderse aún más, alejarse más del destino correcto. Parar y aquietarnos hasta
saber con certeza qué debemos hacer.
"Mirad"
Decía el anuncio de la televisión: "!El algodón no
engaña!"; si pasabas el algodón por los azulejos de la pared y quedaba
sucio, era que la pared no estaba limpia, aunque a simple vista lo pareciera.
Así mismo este texto bíblico parece exhortarnos a hacer la prueba
pertinente de situación y orientación, para saber donde estamos. Para ello
bastará que observemos objetiva y tranquilamente el paisaje
que nos circunda y algunas otras cosas, y darnos cuenta:
¿Nos es familiar o extraño el ambiente? ¿de qué tipo es la vegetación, es
arena u oasis? ¿cuales son los frutos, higos o abrojos? ¿qué es lo que se
supone que deberíamos estar contemplando según la "guía turística"?
¿hemos interpretado correctamente el "mapa guía"? ¿qué hora y fecha
son; estamos adelantados o retrasados? ¿sigue con nosotros el equipaje o lo
hemos perdido por el camino? ¿cómo están las reservas de combustible y
provisiones? ¿estamos perdiendo viajeros? ¿se incorporan viajeros
nuevos? ¿empeoran las cosas o están mejorando? ¿estamos endeudados hasta
las cejas y trabajando para los bancos o llevamos la sencilla y al día cuenta de
la vieja? ¿estamos perdiendo el aceite? Etc. etc.
Una pregunta muy simple lo resumiría todo: ¿Estamos marchando con
vaselina o con calzador? ¿Vamos a las trancas y rozándonos el pie
contra el muro como Balaam o la cosa fluye debidamente? (Núm 22:25). Porque la vida en el
espíritu es con vaselina, sin esfuerzo, pero la vida en la carne es siempre a
contrapelo, con calzador.
"Preguntad"
Preguntar no es de ignorantes sino de sabios; no temamos pedir ayuda o
consejo. Pero ¿a quién? Pues a los que entienden de viajes; a los que conocen
el camino hacia el lugar al que queremos ir, porque ya estuvieron allí; a los
que "tienen la fruta en el árbol"; a las vírgenes prudentes que
tienen aceite no solamente en sus lámparas (espíritus), sino además en sus vasijas (almas);
a los que están rebosando y pueden vender aceite (Mat 25); a los que tienen
unción manifiesta en su porte, autoridad, paz, gozo y frutos espirituales; a
los que tienen su "antena parabólica" siempre sintonizada con la
"Emisora". Casi con seguridad que la mayoría de ellos no son los que
ahora están al frente, sino aquellas "Marías" que en oculto han
estado a los pies del Señor, esperando, y haciendo mientras tanto las
tareas de rutina que se les hayan encomendado; aquellos que, tras una larga
noche de olvido y de silencio, el Señor ha hecho florecer y
fructificar sus varas en señal de otorgamiento del ministerio y no
aquellos auto-nombrados o nombrados solamente por los
hombres (Núm 17:1-11; Ver también "Autoridad Espiritual" de
Watchmen Nee).
Hágase un exhaustivo examen de cada estación recorrida, de cada paso dado.
Hagámoslo con objetividad y valentía. No continuemos a ciegas por
timidez, temor o vergüenza. Que no nos asuste levantar las alfombras, sino
lo que nos ocurrirá si no lo hacemos; pues a la postre, más tarde o más
temprano, no nos quedará más remedio que hacerlo o Dios lo hará y
nuestra desnudez será manifiesta ( Jos 7:1 y ss.; Ap 3:18). Podemos
tratar de disimular, pero "ese balido de ovejas y bramido de
vacas" en la trastienda nos delata (1ª Sam 15:14).
Perderse puede entrar dentro de lo normal, pero persistir en un
camino que se sabe confundido, para ir a ninguna parte, es de necios. !Y
todo por guardar las apariencias! (1ª Sam 15:30).
Y ¿quién conoce los designios de Dios sino Su Espíritu? ¿Quién nos
mostrará esas cosas grandes y ocultas que nuestro corazón tanto anhela?
¿Quién escudriña las sendas de Dios sino el Espíritu de Dios? (1ª Cor
2:10; Jer 33:3).
¿No tendremos en este pasaje una invitación a los caminantes
extraviados a ORAR?: "Dios nuestro, nos
damos cuenta de que nos hemos
perdido en el camino; reconocemos que la
culpa es nuestra por soltarnos de Tu mano; no
vamos a tratar de ocultar con actividad carnal nuestro fracaso
espiritual. Padre, estamos dispuestos a esperar sentados y
quietecitos que Tu nos saques de este lodazal en el
que nos hemos metido; estamos incluso preparados para
regresar, para volvernos al lugar donde nos
salimos del camino (Ap 2:5), como tantas veces en palabras proféticas
nos dijiste que hiciéramos. Te rogamos que nos perdones Dios
bueno. Si, Dios nuestro, los caminos de antes eran nuestros caminos
pero dinos ¿cual es TU camino Señor? Padre, por favor,
aún si no estamos dispuestos a volvernos, por habernos alejado
demasiado, vuélvenos a Ti y nos volveremos" (Lam
5:21).
"Por las sendas antiguas, cual sea el buen
camino"
Antiguas porque son las que abandonamos; aquellas de las que nos desviamos.
"Y volvió (Abram) por sus jornadas ... hasta el lugar donde había estado antes su tienda ... (Gén
13:3).
Si, amados, de nada ha servido ese camino andado al margen de Dios. Ahora
tendremos que regresar por nuestras jornadas, es decir, sobre nuestros pasos,
hasta el lugar en que nos desviamos y hacer allí lo que nos negamos a
hacer en su día, o deshacer aquello que construimos sin el mandato de Dios y
luego proseguir, ahora sí, en Su camino.
Si, es seguro que tendremos que despedir al Ismael (la madera, el heno y la
hojarasca; las obras muertas o separadas de Dios) que nuestra impaciencia
engendró, junto con su madre la esclava (la carne) (Gál 4:30). Eso es lo que
le ocurrió a Abram, que todavía no era Abraham, que como no obedeció al Señor,
o más bien, sólo obedeció en parte, quedó velado y se perdió
descendiendo a Egipto (caminar hacia el mundo siempre es hacia abajo),
adonde nunca debió haber ido. Bajó, pero tuvo que volver a subir (Gén
12:10; 13:1); porque caminar al margen de Dios es siempre descender de
nuestra posición espiritual; mientras que volverse a Dios es girar
ciento ochenta grados y remontar. No es por casualidad que Lot
signifique velo.
Si amigos, Abraham, el padre de la fe, no tuvo la fe suficiente
para obedecer a Dios completamente; Dios le mandó salir y lo hizo,
pero con retraso y llevando consigo (probablemente más bien siendo arrastrado
de la oreja por Taré, su padre) a su casa y su parentela; en contra de las
órdenes específicas del Señor, pues no solo se llevó a su sobrino Lot, sino
también a su padre Taré; ya que Abraham fue llamado en Hur de los caldeos (Hc
7:2), pero la Escritura nos lo muestra en Harán, primera escala de su viaje,
acompañado de todos ellos. ¿Será casualidad que Taré signifique mora o
retardo (Gén 11:32). (Para un mayor abundamiento sobre esto véase
"Transformados a Su Semejanza" o "El Dios de Abraham de Isaac y
de Jacob" de Watchmen Nee).
Démonos cuenta que los escarceos separados de Dios solo nos ciegan,
extravían y retardan, teniendo que volvernos inexorablemente al punto en
cuestión y obedecer, si es que verdaderamente queremos seguir creciendo
en el Señor. Deberemos acometer aquellas dificultades que
"circunvalamos"; "saltar las vallas que nos colamos por
debajo" (acción que aparentemente nos hizo llegar a la meta
primero, pero después el juez de la carrera nos descalificó). Aún las
"obras buenas" de la carne son carne y por tanto no son aceptables a
Dios y tendremos que desecharlas, deshacerlas. Aunque hubiésemos alimentado
o sanado a todo el continente africano sin el mandato del Señor, no nos será
contado; más bien escucharemos: "nunca os conocí, alejaos
de Mi, hacedores de maldad" (Mt 7:23).
Quédenos el consuelo que si el "Padre de la fe" fue un hombre
igualito que nosotros y Dios pudo hacer tan magna obra con él, nosotros no
tenemos menos esperanza.
"Y andad por él"
Solo vueltos, en el camino correcto, podremos echar a andar y no antes.
"Y hallareis descanso para vuestra alma"
"Mi yugo es fácil y ligera Mi carga" (Mt 11:30), de lo que se
deduce que si nuestro yugo es difícil y nuestra carga pesada,
no son ni el yugo ni la carga del Señor. ¿De quién serán entonces?
!Que maravilloso! Si andamos por el buen camino no nos cansaremos y si
corremos no nos fatigaremos, porque "los que esperan en el Señor
tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas" (Is
40:31). Solamente en Sus sendas podremos andar, correr e incluso
volar, como voló Felipe hasta el eunuco. Sí, solo en el camino estrecho
hallaremos holgura, paradójico pero cierto. En el buen camino es Dios quien hace el
trabajo y no nosotros, ¡esto es gracia! Solo Dios puede hacer la obra
de Dios. El cristianismo consiste en el padre Dios obrando para Sus hijos y no
los hijos obrando para el Padre Dios. ¿Extraño?, pues siendo lo mismo que
los padres naturales hacen para sus hijos, ¿habrá de extrañarnos que Dios lo
haga con los suyos?. En el camino acertado el Ángel de Jahveh marcha
delante desbaratando ejércitos y asaltando muros (Sal 18:29), conquistando,
para que nosotros entremos a poseer.
"Mas dijeron: No andaremos"
Triste y dolorosamente e igual que en Isaías 30:15 y en otros pasajes !no
quisieron! El pueblo se negó a obedecer, no quiso retornar a las sendas
antiguas y el Señor tuvo que decirles: "!Conque no queréis caldo! !pues
ahora dos tazas!: en marcha hacia Babilonia, para ser allí esclavos".
Pero, ¿y la Señora? ¿qué dirá la Señora?
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