Tiempo estimado de lectura: 6 - 8 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones
https://godskingdom.org/blog/2025/10/nahum-prophet-of-comfort-and-justice-final-ninevehs-incurable-wound/
Nahum 3: 16 dice:
16 Tú [Nínive] has multiplicado tus comerciantes más que las estrellas del cielo; la langosta rastrera [yeleq] se despoja y se va volando. 17 Tus guardias [minnezawr, «príncipes»] son como la langosta enjambre [arbeh], tus mariscales [tifsar, «gobernador militar, capitán»] son como hordas de saltamontes [hagav] que se posan en los muros de piedra en un día frío. Sale el sol y huyen. Y no se sabe dónde están.
Nínive era famosa por su riqueza y comercio. Sus comerciantes eran numerosos, «más que las estrellas del cielo». Quizás el profeta pretendía compararlos de forma negativa con la descendencia de Abraham (Génesis 22: 17; 26: 4), como si quisiera decir que los gobernantes de Nínive eran unos impíos falsificadores, que se enriquecían en lugar de bendecir a todas las naciones (Génesis 12: 3). Como langostas (hagav), consumen la tierra. Se establecen en enjambres, pero huyen rápidamente ante el calor o la perturbación, es decir, cuando llega el juicio.
Ésta es la ironía: lo que se suponía que sería la gloria de Nínive (su poder económico y sus innumerables comerciantes) es fugaz, destructivo y pronto desaparece.
Príncipe Cucaracha
En Nahum 3: 17, el profeta se refiere a los príncipes y líderes militares encargados de defender la ciudad. Ambos son comparados con langostas (¿cucarachas?) que pululan, adhiriéndose a las murallas cuando hace frío, pero huyen al amanecer. La Biblia no tiene una palabra hebrea para cucarachas, a pesar de que existían en Canaán. Quizás se las incluía generalmente en la categoría de langostas o saltamontes. Sin embargo, como no saltan, eran impuras (Levítico 11: 41, 42).
Esto describe la deslealtad y la cobardía: los funcionarios de Nínive desaparecerán ante el peligro, abandonando sus puestos. La "salida del sol" podría simbolizar el momento del juicio divino: cuando la luz los expone, se dispersan. Es una visión de fuerza vacía: multitudes aparentes, pero sin resistencia.
Los pastores rinden cuentas
Nahum 3: 18 dice:
18 Tus pastores duermen, oh rey de Asiria; tus nobles están echados. Tu pueblo está disperso por los montes y no hay quien lo reúna.
Los pastores son gobernantes o líderes, tanto civiles como religiosos. El "dormir" aquí probablemente significa muerte: los líderes son aniquilados, no sólo descansan. Alternativamente, puede significar negligencia o impotencia. En cualquier caso, el liderazgo ha desaparecido.
Se ve a los sobrevivientes dispersos huyendo hacia las colinas, señal de una derrota total. La imagen evoca un rebaño abandonado por su pastor, vulnerable a los depredadores. No hay "nadie que los reúna", en contraste con la promesa de Dios de reunir a su pueblo disperso. Jeremías 23: 2, 3 dice:
2 Por tanto, así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de los pastores que cuidan a mi pueblo: «Vosotros habéis dispersado mi rebaño, lo habéis ahuyentado y no lo habéis cuidado; he aquí, Yo mismo me ocuparé de vosotros por la maldad de vuestras acciones», declara el Señor. 3 «Entonces Yo mismo reuniré al remanente de mi rebaño de todos los países adonde lo he ahuyentado y lo traeré de vuelta a sus pastos, y será fructífero y se multiplicará».
Dios responsabiliza a los pastores del bienestar de las ovejas. Los gobernantes israelitas eran responsables de cumplir las Leyes de Dios y guiar al pueblo por los caminos de la justicia. Lo mismo ocurría con los líderes de Asiria, pues, aunque carecían de la revelación de la Ley de Dios, eran responsables de ella. ¿Por qué? Porque cuando Asiria asumió la autoridad sobre Israel, también recibió autoridad sobre la Primogenitura y su llamado abrahámico. La responsabilidad pasó de Israel a Asiria, lo que le dio a Israel un respiro, pero fue una carga para los asirios. Cuando los asirios no lograron producir el fruto del Reino, Dios los juzgó y los dispersó, como dice Nahum. Escribí sobre esto con más detalle en mi folleto de bolsillo, La Nota de Deuda en la Profecía.
Nahum 3: 19 concluye:
19 No hay alivio para tu quebranto, tu herida es incurable. Todos los que oigan hablar de ti batirán las manos sobre ti, pues ¿sobre quién no ha pasado continuamente tu maldad?
En lenguaje profético, una «herida incurable» es un juicio irreversible. Refiriéndose a Judá, Jeremías 30: 12, 13 dice:
12 Porque así dice el Señor: «Tu herida es incurable y tu lesión es grave. 13 No hay nadie que defienda tu causa; no hay sanidad para tu llaga, ni recuperación para ti».
La situación incurable de Judá había llegado en Jeremías 7: 9-16, cuando convirtieron el templo en una «cueva de ladrones» (v. 11), es decir, un refugio donde los ladrones se creían a salvo de la Ley. El versículo 16 nos muestra entonces la condición incurable de la nación:
16 En cuanto a ti [Jeremías], no ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni intercedas ante Mí, porque no te oiré.
Tal es el caso cuando la copa de iniquidad de una nación está llena [punto de no retorno]. Siglos después, la copa de iniquidad de Judá volvió a llenarse cuando Jesús expulsó a los cambistas (banqueros) del templo. Lucas 19: 45, 46 dice:
45 Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían, 46 diciéndoles: «Está escrito [en Isaías 56: 7]: ‘mi casa será casa de oración’, pero vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones».
Jesús estaba dando a entender que la enfermedad de Judá era incurable, y por esta razón profetizó la destrucción de Jerusalén y su templo en Mateo 24: 2 y Lucas 21: 20, 24. Esto ocurrió, por supuesto, entre los años 70 y 73 d. C., después de que terminara el período de gracia de 40 años de Judá (Ezequiel 4: 6).
En siglos recientes, al acercarse el fin de los tiempos, Dios consolidó a Nínive y Babilonia, así como a Egipto, Sodoma y Jerusalén (Apocalipsis 11: 8) en un solo enemigo del fin de los tiempos, en preparación para el juicio final sobre todos los imperios bestiales (Daniel 7). Por lo tanto, Misterio Babilonia padece una enfermedad incurable, y el juicio divino es inevitable.
Estos imperios bestiales han afligido y oprimido a todas las naciones durante muchísimo tiempo. Por eso, cuando llegue el juicio, las naciones se regocijarán y batirán palmas... ¿sobre quién no ha recaído continuamente vuestra maldad? Es importante destacar que las naciones mismas no están destinadas a la destrucción. Tienen menos responsabilidad, porque sus amos ocultos les han pagado e incluso las han obligado a perpetuar su maldad. La respuesta del mundo es un aplauso universal, porque la caída de Asiria se considera justicia.
Hageo 2: 7 KJV dice:
7 Y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, dice Yahweh de los ejércitos.
Pablo se hace eco de esto en Romanos 8: 19-21:
19 Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. 20 Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en la esperanza, 21 de que la creación misma será también libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
Los gobernantes que permanecen en gran parte ocultos son los que Dios juzgará. [el Estado Profundo o Deep State] Por eso Babilonia es ahora la Babilonia Misteriosa. La palabra griega musterion significa «oculto, secreto». Es un gobierno oculto a la vista del público, que gobierna mediante representantes supuestamente elegidos mediante un proceso «democrático». De hecho, este gobierno secreto controla a todos los partidos principales e incluso todo el proceso electoral, para poder presentar al pueblo la opción de elegir a su representante preferido. Por eso parece que cuanto más elegimos candidatos del «cambio», más las cosas siguen igual.
Conclusión
El libro de Nahum es un oráculo profético de juicio contra Nínive, capital de Asiria. Declara que el Dios lento para la ira, pero grande en poder, destruirá el cruel imperio que una vez aterrorizó a las naciones [el Estado Profundo, Misterio Babilonia]. Mediante una poesía impactante, Nahum describe la caída de Nínive como total, irreversible e incluso celebrada por las naciones que oprimió. Para los creyentes, es una palabra de consuelo: la justicia de Dios prevalecerá, y el poderoso imperio que aplastó a otros será aplastado por el Reino de la Piedra (Daniel 2: 34, 35).
FIN
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