ZACARÍAS, PROFETA DEL RECUERDO DE DIOS, Parte 42: RÍO Y ÁRBOL DE LA VIDA Y REY UNIVERSAL, Dr. Stephen Jones (GKM)

 


Fecha de publicación: 01/07/2025
Tiempo estimado de lectura: 6 - 7 minutos
Autor: Dr. Stephen E. Jones
https://godskingdom.org/blog/2025/07/zechariah-prophet-of-gods-remembrance-part-42/

Zacarías 14: 67 dice:

6 En aquel día no habrá luz; las luminarias disminuirán. 7 Porque será un día único, conocido por el Señor, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al atardecer habrá luz.

Como de costumbre, el profeta combina profecías sobre la Primera Venida de Cristo con profecías sobre su Segunda Venida. Queda a criterio del lector discernir cómo aplicarlas. Hoy tenemos la ventaja de recordar la Primera Venida de Cristo, lo que nos permite ver cómo algunas de esas profecías ya se cumplieron, al menos parcialmente.


Señales en los cielos

Zacarías parece estar haciendo referencia al Día del Señor descrito en Joel 3: 1415,

¡Multitudes, multitudes en el valle de la decisión! Porque el día del Señor está cerca en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecen y las estrellas pierden su brillo.

Recordemos que el día en que Jesús fue crucificado, el sol se oscureció durante tres horas, desde el mediodía hasta las 3:00 p. m. (Lucas 23: 44). Más tarde, a las 5:10 p. m., la luna, ya en eclipse, se elevó sobre Jerusalén. Por lo tanto, está escrito que «al atardecer habrá luz». El 3 de abril del año 33 dC, el día en que Cristo fue crucificado, fue sin duda «un día único».

Sin embargo, cuando Cristo regrese, esta profecía se cumplirá de una manera diferente, ya no sólo por un día, sino durante mil años (Salmo 90: 42ª Pedro 3: 8). Este largo «día» lo describe Juan en Apocalipsis 21: 23, hablando de la Nueva Jerusalén.

23 Y la ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

En ambos casos, la disminución de las "luminarias" también representa gobiernos y autoridades, como sugiriendo que las naciones ya no serán administradas por hombres carnales que promulgan leyes ideadas por mentes corruptas. Aunque tomará mil años someter completamente a todas las naciones a su gobierno benévolo, quienes permanezcan en las tinieblas exteriores, fuera del Reino de la Luz, serán gobernados por luminarias cuya luz se habrá atenuado considerablemente.

Solo después de la batalla final descrita en Apocalipsis 20: 7-9, el Reino de Dios anexionará al resto de las naciones en el gobierno mundial de Jesucristo, el Rey. Por lo tanto, es probable que estas profecías se cumplan al menos en tres ocasiones: el día de la crucifixión, la Segunda Venida de Cristo y el Juicio del Gran Trono Blanco, donde Él vendrá a juzgar a toda la humanidad desde el principio.

Estos tres tiempos, cada uno a su manera, pueden describirse como el día del Señor.


Aguas vivas perpetuas

Zacarías 14: 8 dice:

8 Y acontecerá en aquel día que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental; será así en verano como en invierno.

En hebreo, «agua viva» es agua que fluye, como la de un río o arroyo. En la Ley del Bautismo, la primera ave debía ser sacrificada «sobre aguas corrientes» (Levítico 14: 5), porque el bautismo simboliza el paso de la muerte a la vida inmortal.

Zacarías resume brevemente Ezequiel 47: 1-12, donde profetiza que un río fluía desde debajo de la casa (templo) hacia el oriente (Ezequiel 47: 1). Comenzó como un hilito de agua (Ezequiel 47: 2), pero se convirtió en un río infranqueable (Ezequiel 47: 5), al fluir hacia el mar oriental (ahora llamado Mar Muerto). El propósito de este río es traer vida al Mar Muerto, es decir, vencer la muerte que ha afligido a la humanidad desde el pecado de Adán.


El Árbol de la Vida

Ezequiel 47: 12 continúa,

12 Junto al río, en su ribera, a un lado y al otro, crecerán toda clase de árboles frutales. Sus hojas no se marchitarán ni su fruto faltará. Darán fruto cada mes, porque sus aguas fluyen del santuario; su fruto será alimento y sus hojas, medicina.

En Apocalipsis 22: 1, 2, Juan aplica esto a la Nueva Jerusalén, no a la ciudad vieja,

1 Luego me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, 2 en medio de la calle. A ambos lados del río estaba el árbol de la vida, que producía doce clases de frutos, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.

Esta es una de las muchas ocasiones en que los profetas del Antiguo Testamento describen la escena en términos de la Jerusalén terrenal, pero que en realidad se cumplen en la ciudad celestial. Como he dicho a menudo en otros lugares, los profetas del Antiguo Testamento nunca distinguen entre las dos Jerusalén-es. Sólo en el Nuevo Testamento las vemos diferenciadas.

Por lo tanto, debemos entender que Zacarías profetizó que aguas vivas fluirían de la [Nueva] Jerusalén. No debemos interpretar esto como si fuera el Viejo Pacto, simplemente porque se cumple bajo el Nuevo Pacto. Debido al pecado, el Viejo Pacto sólo podía traer muerte, porque la paga del pecado es muerte (Romanos 6: 23). Además, Romanos 7: 1011 dice:

10 Y este mandamiento, que era para vida, a mí me resultó para muerte; 11 porque el pecado, aprovechándose del mandamiento, me engañó, y por medio de él me mató.

Cuando Adán pecó, fue expulsado del jardín para negarle el acceso al árbol de la vida (Génesis 3: 24). Sólo a través del Mediador del Nuevo Pacto tenemos acceso al Árbol de la Vida. Por lo tanto, el Árbol de la Vida se asocia con el Río de Agua Viva que brota del Trono de Dios en el santuario de la Jerusalén celestial.


El Rey Universal

Zacarías 14: 9 dice:

9 Y Yahweh será rey sobre toda la tierra; en aquel día habrá un solo Señor, y un solo nombre.

Muchos han reconocido a Cristo como rey en épocas pasadas, pero la mayoría desconocía el Plan Divino o, si se les había dicho, discrepaban con él. Sin embargo, el Plan seguirá desarrollándose a lo largo de los siglos hasta que, al final, «toda rodilla se doblará… y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor» (Filipenses 2: 1011). No sólo reinará sobre los sobrevivientes, sino que también será reconocido como rey por todos los que se le opusieron en épocas pasadas.

Así nos dice Pablo en 1ª Corintios 15: 252728,

25 Porque es necesario que Él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies… (Salmo 8: 6). 27 Porque ha sometido todas las cosas bajo sus pies. Pero cuando dice: «Todas las cosas le están sujetas», es evidente que se exceptúa a Aquel que sujetó todas las cosas a Él. 28 Cuando todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará a Aquel que le sujetó todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.

Él no somete todas las cosas desechando a la mayoría de la humanidad y condenándola a la tortura perpetua del Infierno, sino convirtiéndola y escribiendo su Ley en sus corazones en esa Edad final del Juicio (véase mi libro, La Restauración de Todas las Cosas).


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