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Los israelitas salieron de Egipto el día de la Pascua (abril) del año 2448 según el calendario del Jubileo de la Creación (desde Adán). 1º Reyes 6: 1 dice,
1 Aconteció en el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de la tierra de Egipto, en el año cuarto del reinado de Salomón sobre Israel… que comenzó a edificar la casa del Señor.
Al agregar 480 años al año 2448, vemos que Salomón comenzó a construir el templo en el año 2928. Este fue el cuarto año de Salomón. El primer año de Salomón fue tres años antes en 2925.
Antes del reinado de Salomón, David reinó 40 años y Saúl reinó 40 años antes que David. Entonces, si restamos 80 años de 2925, vemos que 2845 fue el primer año de Saúl. Su año 18 fue 17 años después, el año 2862. Esto fue cuando Dios le dijo a Saúl que trajera juicio sobre los amalecitas que habían atacado a Israel cuando salían de Egipto (en el año 2448).
Recuerde que Dios puso una maldición sobre Amalec, diciendo: “Borraré por completo la memoria de Amalec de debajo del cielo” (Éxodo 17: 14). Dios les dijo a los israelitas que no lo olvidaran. Pero luego Dios pareció olvidarlo durante 414 años. Fueron precisamente 414 años desde la maldición en 2448 hasta el año 18 de Saúl en 2862. (2862-2448 = 414).
Cuando terminó el período de gracia de Amalec, se ejecutaría el juicio sobre Amalec, y el rey Saúl era el juez de Dios en ese momento.
Saúl no quiso ejecutar al rey Agag de los amalecitas, el rey que representaba a la nación amalecita. Un juez no tiene la autoridad para desestimar un caso y perdonar al pecador. Solo se le permite perdonar si está dispuesto a pagar él mismo la pena. (Jesús hizo esto en la cruz.) Cuando Saúl perdonó a Agag (1º Samuel 15: 9), tomó sobre sí mismo la pena del Tiempo Maldito de Agag, y creo que pronto debería haber muerto.
Pero “Samuel cortó en pedazos a Agag delante de yahweh en Gilgal” (1º Samuel 15: 33), haciendo lo que Saúl no había hecho (Agag fue decapitado). Este fue un acto de misericordia, porque en lugar de colocar a Saúl en Tiempo Maldito, su sentencia fue modificada a Tiempo Juzgado—obediencia tardía. Por lo tanto, Saúl murió en el Tiempo del Juicio, que data de la negativa de los israelitas a entrar en el Reino desde Cades-barnea.
Vemos en esta historia cómo Dios combina diferentes temas en una sola historia: Tiempo Maldito para Amalec y Tiempo Juzgado para Saúl. Hay una serie de partes móviles en la historia que, si entendemos cómo funcionan estos ciclos de tiempo del juicio, pueden enseñarnos muchos principios de tiempo que son valiosos para comprender la profecía.
La monarquía en el Tiempo Maldito
Como mostré anteriormente, el primer año de Saúl fue en 2845, y gobernó 40 años. Murió en 2884, que fue 434 años después de que los israelitas se negaron a entrar en el Reino en Cades-barnea en 2450. (El primer año de David se calculó como el año 2885).
Pero la noche antes de la batalla de Saúl con los filisteos (donde cayó sobre su espada y murió), Saúl consultó a la bruja de En-dor (1º Samuel 28: 7). El acto final de Saúl antes de su muerte fue poner la monarquía de Judá en Tiempo Maldito. El gobierno de David fue bueno, aunque no sin problemas, pero sus sucesores degradaron gradualmente la calidad espiritual del trono. Cuando habían pasado 414 años, Joaquín pagó la pena del Tiempo Maldito provocado por la necedad de Saúl.
En el octavo año de su reinado en Jerusalén, Joaquín fue llevado cautivo por el rey Nabucodonosor (2º Reyes 24: 12). Al mismo tiempo, Nabucodonosor también tomó todos los vasos de oro del templo y los colocó en el templo de los dioses en Babilonia.
La deportación de Joaquín a un calabozo de Babilonia ocurrió en el año 3298, que fue 414 años después de 2884, cuando Saúl consultó a la bruja. Joaquín estaba en el trono cuando expiró el período de gracia para la monarquía. Así que él fue quien tuvo que lidiar con el problema. Permaneció en un calabozo de Babilonia durante 37 años, como sabemos por 2º Reyes 25: 27-30,
27 Y aconteció en el año treinta y siete del destierro de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo, que Evil-merodac rey de Babilonia, en el año que comenzó a reinar, soltó de la cárcel a Joaquín rey de Judá; 28 y le habló con bondad y puso su trono sobre el trono de los reyes que estaban con él en Babilonia. 29 Le cambió a Joaquín la ropa de la prisión y comía regularmente en presencia del rey todos los días de su vida; 30 y para su ración, el rey le dio una ración regular, una porción para cada día, todos los días de su vida.
Para entonces, por supuesto, Jerusalén había caído y el pueblo de Judá y Benjamín habían sido llevados cautivos a Babilonia. Por lo tanto, Joaquín no tenía un trono al que regresar en Jerusalén. Sin embargo, Evil-merodac “puso su trono sobre el trono de los reyes (cautivos) que estaban con él en Babilonia”. Parece que Nabucodonosor había perdonado a otros reyes que no habían tratado de luchar contra él.
Lo más fascinante de la historia de Joaquín es que al pagar la pena por el pecado de Saúl, también podría ser clasificado como un intercesor, alguien que carga con el pecado de otro pagando la deuda del pecador. En este caso, fue encarcelado para pagar la deuda contraída por Saúl, pero los 37 años se derivaron de una deuda completamente diferente que se remonta a la época de José. Esa historia es demasiado larga para nuestro estudio actual, pero cualquiera puede leerla en el capítulo 6 de Secretos del Tiempo.
El punto a recordar ahora es que la experiencia de Joaquín fue un tipo profético y una sombra de la restauración de la monarquía a través de Cristo, quien es el gran Intercesor (Hebreos 7: 25). También es una lección que muestra cómo la deuda del pecado nunca se olvida, sino que siempre se “reconcilia” mediante el pago, ya sea por el deudor (pecador) o por un intercesor.
Nuestro cautiverio a Misterio Babilonia
El cautiverio de Joaquín fue un tipo del cautiverio más reciente a Misterio Babilonia, la forma final del Sistema de Bestias en la sucesión de imperios babilónicos (Daniel 7).
El año 1986-1987 fue el Jubileo 120 en el calendario del Jubileo de la Creación. Marcó el comienzo de la cuenta regresiva hacia la caída de Babilonia y el surgimiento del Reino de Dios. Parece que el ciclo del Jubileo 121 (1986-2035) bien podría ver el derramamiento del Espíritu y el establecimiento del trono de Cristo en la Tierra. Ahora estamos en 2023 y estamos dentro de los 12 años de ese punto final.
Los 37 años de Joaquín en la mazmorra de Babilonia bien pueden estar representados por los años de 1986/87 a 2023/24. Si es así, los años 2023-2024 podrían ser fundamentales en lo que respecta a la restauración de la autoridad divina. El tiempo lo dirá, pero las primeras revelaciones apuntan fuertemente a esto.
Si es así, podríamos ver un cambio de ropa, despojarnos de nuestra ropa de prisión, y podríamos ver la provisión de Dios en la Mesa del Rey por el resto de nuestras vidas.
Cronología de los reyes de Judá
Correr simultáneamente con el ciclo del Tiempo Maldito para la monarquía de Judá y Jerusalén es un factor del Tiempo Juzgado. Esto es un poco complicado, porque debemos calcular los años que realmente se le atribuyen a cada rey, aunque algunos de esos años coincidieron con sus padres (es decir, corregencias).
En segundo lugar, debemos entender que este cálculo tiene que ver con la deuda contraída cuando la tierra no guardó sus reposos sabáticos o sus jubileos. Para el año 38 de David, Israel le debía a Dios 62 años de reposo y 8 jubileos, por una deuda total de 70 años. Por eso Dios motivó a David a contar al pueblo (2º Samuel 24: 1). Como resultado, murieron 70.000 personas (2º Samuel 24: 14), mil por cada año que se debía.
Esto concilió la deuda, pero el pueblo aún no guardó sus años de reposo o Jubileo después de eso. Por lo tanto, la deuda comenzó a acumularse nuevamente después del año 38 de David.
Los últimos años de David, después de contar al pueblo 2 años
1. Salomón, 2º Cron. 9: 30 40 años
2. Roboam, 2º Crón. 12: 13 17 años
3. Abías, 2º Cron. 13: 2 3 años
4. Asa, 2º Crón. 16: 13 41 años
5. Josafat, 2º Crón. 20: 31 25 años
6. Joram, 2º Cron. 21: 5 8 años
7. Ocozías, 2º Crón. 22: 2 1 año
8. Atalía, (Reina) 2º Cron. 22: 12 6 años
9. Joás, 2º Crón. 24: 1 40 años
10. Amasías, 2º Crón. 25: 1 29 años
11. Uzías, 2º Crón. 26: 3 52 años
12. Jotam 2º Cron. 27: 1 16 años
13. Acaz, 2º Cron. 28: 1 16 años
14. Ezequías, 2º Crón. 29: 1 29 años
15. Manasés, 2º Crón. 33: 1 55 años
16. Amón, 2º Crón. 33: 21 2 años
17. Josías, 2º Crón. 34: 1 31 años
18. Joacaz, 2º Cron. 36 :2 3 meses
19. Joacim, 2º Cron. 36: 5 11 años
20. Joaquín, 2º Crón. 36: 9 3 meses, 10 días
21. Sedequías 2º Cron. 36: 11 9 años (hasta 589-588 aC)
TOTAL: 433 años, 6 meses, 10 días
Como asunto legal, este tiempo terminó en 598-588, cuando Dios le dio a Jerusalén la oportunidad de guardar su último año sabático. Si lo hacían, Dios cancelaría toda la deuda que se había acumulado a lo largo de los años. La historia está registrada en Jeremías 34: 8-11. El rey Sedequías accedió a liberar a los sirvientes para que guardaran un año de descanso, pero luego cambió de opinión y los llevó de nuevo al cautiverio. El principio del perdón (a nivel legal) es que somos perdonados así como perdonamos a otros (Mateo 6: 12; 7: 2; 18: 32-34). El pueblo de Judá no liberó a sus deudores (esclavos), así tampoco Dios liberó a Judá de su deuda. Luego los envió cautivos a Babilonia.
Por lo tanto, al sumar todos los años legales de cada uno de estos reyes en Jerusalén desde el año 38 de David hasta el año noveno de Sedequías (589-588 aC), suman casi 434 años. Es lo mismo si comenzamos con la muerte del rey David en su año 40 y vamos a la caída real de Jerusalén en el año 11 de Sedequías. El plazo es equivalente, salvo que comienza y termina dos años después de lo calculado en el cuadro anterior.
Este ciclo de Tiempo Juzgado para la monarquía de Judá sugiere que la deuda fue pagada por sus 70 años de cautiverio en Babilonia. Esto saldó la deuda y permitió que Judá regresara a Tiempo Bendito, cuando las setenta semanas de Daniel reiniciaron su calendario. Este ciclo de 490 años, a su vez, condujo a la gran declaración de Jubileo cuando Jesús murió en la cruz, para pagar por el pecado de todo el mundo (1ª Juan 2: 1-2).
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